El comandante de la ciudad "Brent Wagner", un hombre de "Iank", pasado un poco de peso es el comandante de la ciudad, él es un poco robusto con una barba elegante bien peinada. Tomo la noticia con incredulidad, no comprendía mucho de las letras no eran su fuerte.
Como también no podía tomar en serio las palabras de un vigilante anciano, pero como no debía de ignorar la carta, avanzo titubeante ante los muros de la fortaleza a la entrada norte de Risenbal y luego ingreso al salón del cuartel de la "Guardia Roja".
—El mensaje lo trajo Jena la ayudante de Saúl el vigía del puerto de Risenbal. Al amanecer avisto lo que parecía unos 70 barcos transportadores desconocidos, no llevaban la insignia de barcos pesqueros o algún otro emblema de los reinos de Borea o de Owenground, lo más probable es que sean barcos piratas y en gran numero. —repuso para escuchar opiniones.
Un guardia el más joven del salón atento se pronuncio.
—¿Piratas?, ellos son unos cobardes solo atacan en mar abierto, atacar una ciudad como Risenbal es algo extraño y estúpido.
—Los piratas no son muy listos además que son cobardes no hay duda de ello. —repuso otro.
—Es verdad los piratas no son conocidos por su valentía, saquean a los mercaderes y huyen lo más rápido. —exclamo otro guardia.
Dirigiéndose hacia sus alternos camino en el podio del cuartel.
—No sé lo que dicen estas palabras pueden ser unas simples mentiras de un anciano medio borracho que perdió la chaveta y nos juega una broma, más bien pienso en delirios de un personaje senil.
Jena contenía su paciencia ella respetaba mucho a Saúl pero no podía hacer o decir nada, solo apretó los puños.
—Dice lo siguiente que muy al norte de donde viene el ayudante fueron avistadas unos 50 transportadores armados que posiblemente ya llegaron a la costa. No sabemos las intenciones de dicha bienvenida pero lo más recomendable es prepararnos.
Jena interrumpió en el salón impositivamente.
—Pueden decir lo que sea de mi persona pero lo que dijo mi maestro es la verdad es toda la verdad del mundo el no creería necesario enviarme a mí con toda premura hasta entregarle esta información y que no valga un poco de su atención, debo de decir que no es por mi por lo que hice este camino tan violento no para salvar la vida de mi misma si no por lo que Saúl pensaba, el escogió esta decisión de seguir y mandar esta información hasta las manos del comandante, también puedo afirmar que yo misma lo vi con mis propios ojos —Jena se desahogo respiraba agitadamente—, es la mejor manera de verlo esto es verdad todo lo que dice la carta. —era lo más asertiva que lograba ser y pudo sacarlo de su cuerpo.
Llegaron a callar un momento para analizar la situación.
Esta vez hablo otro guardia de pelo rubio y una mejilla con una cicatriz.
—Mi Comandante los barbaros fueron expulsados a las islas de "Crixes" hace más de 200 años, pienso que no son una amenaza ahora.
—Eso es cierto —menciono el capitán y se dirigió a una mesa para beber de un solo trago dos vasos de vino tinto—. Si es cierto que ese contingente viene a saludarnos ahora es probable que la ciudad de Risenbal ya no esté en los dominios del Señor del Norte es una manera de decirlo y hablar de esa forma me da escalofríos pero esto ya no es una situación de andarse recatado con los nobles. Lo probable es que sean barbaros, cuanto tardaran en llegar a los ciudadanos debemos de analizar la situación con rapidez.
Otra voz interrumpió.
—Es un asedio, lo que significa un asedio es un ataque preparado con análisis y estrategia. —muchos empezaron a murmurar entre ellos.
El Capitán Brent bebió otro trago de vino.
—Es mejor beber un poco de vino antes de una trémula de mis piernas y podría ser el último trago que beba. —sonrió—.!No lo será, y como nosotros nos dedicamos las últimas semanas a liberar esta ciudad de asesinos y ladrones creo que es hora de enfrentarnos a algo real o solo será entretenimiento señores! —saco de la funda una espada brillante de acero de calidad—: ¿Díganme? ¿Quieren sacar sus putas armas para defender la ciudad?
Todos se callaron y de inmediato gritaron a viva voz. Ellos todos reunidos unos trescientos veinte guardias de capa roja carmín que les llegaba hasta las botas, el rojo es un símbolo de lo que representaban.
* * *
Mike de pelo rubio pecas en la nariz y ojos claros, considerado un novato pues llego lo que representa la primera semana de guardia en la ciudad que recién se integro comenzó a preguntarse si era la forma de ver su suerte o la templanza de su trabajo.
—¿Acaso beberá estar ebrio en nuestro mando? vaya, ¿imbécil dará ordenes en semiinconsciencia?
—Decir eso es un castigo severo, pero eso no importa ya, lo que debemos saber es que el enemigo no busca mercaderes —respondió otro de sus camaradas. Karlo uno de los más experimentados en combate cuerpo a cuerpo, alto de pelo negro oscuro largo con la nariz un tanto aguileña y el pelo de coleta larga—. Lo que entiendo es que sea por conquista tomar los territorios inexplorados es una tarea que los barbaros harían.
Karlo luego se dirigió hacia la calle para poder ver mejor la situación de esa mañana; la gente levantaba sus tiendas, los hombres iban a trabajar en las huertas, los niños iban a sus escuelas, otros simplemente se trasladaban en caballos halando carretas, todos continuaban con su rutina del diario sin imaginar que la ciudad en unos momentos caería en un mar de violencia —se recogió el pelo de su armadura que estaba un poco sucia, se limpio la nariz y se dirigió de nuevo hacia el salón.
—Lo que diría es que es una prueba dado que las posibilidades de que el puerto ya haya sido tomado, lo que significa que pronto será el turno de esta parte de la ciudad que es la más próxima, de seguro el puerto fue una prueba de nuestras defensas y presuponer el tiempo que tomo hacerlo se debería de entender que fue rápido y lo que pienso ahora mismo es que debemos de prepararnos.
Otro de capa roja intervino.
—La mitad piensa en las notas de la carta son palabrería y otros son precavidos en sus menciones pero quiero saber lo que piensa el comandante.
Las miradas fueron a Brent que bebió otro trago.
—Díganme camaradas les tiemblan las piernas ver al enemigo que son unos barbaros sin entrenamiento, disciplina o modales, defender esta ciudad no será difícil porque sabemos que los enemigos son unos salvajes y unos cobardes, ¡Díganme tiene miedo!
Las voces del salón se elevaron otra vez en un bullicio.
Bert otro de los capitanes como Karlo, se limpio el sudor de la frente para luego pronunciarse.
—El enemigo ya ha acabado con el puerto es lo que decimos pero ¿debemos de enfrentarles?, pienso que será mejor esperar porque nosotros no somos una fuerza ofensiva al contrario nuestra función es la de protección.
—Lo que el enemigo es que la mejor forma de avanzar es tomar una parte que es el puerto y luego su objetivo que es más grande es la ciudad, eso es una verdad, cualquier maestro de campo lo sabe así en la primera incursión tendrá recursos; esclavos, alimentos, agua para poder saquear algo más grande. —repuso Karlo sin mostrar su rostro pues lo cubría la sombra de los ventanales del salón.
—¿Eso significa que tenemos un día?
El comandante Brent se introdujo en la conversación.
—Podrían ser suposiciones algo que en este caso se debería de tomar con seriedad y dado que no tenemos tiempo en un momento los arqueros estarán preparándose ustedes deberían de hacer los mismo. Les daremos una bienvenida a nuestros invitados.
* * *
—Saúl logro levantar la principal barricada los muros de madera con estacas al frente tomo aceite y los baño con otro líquido inflamable es lo que decía la carta; no tenía experiencia en batalla pero sabía hacer bien su trabajo. También observo un poco más con el catalejo en sus manos, se equivoco en los informes dijo que eran cincuenta en un estimado pero es lo que pudo estimar. La misión de Jena era pedir refuerzos. En este momento la ciudad podrá resistir mucho tiempo, no lo dudo que en un solo día bastara para acabar al enemigo, si las cosas se ponen dificiles la mayoría de las mujeres y niños estarán cubiertos en la parte más alejada de la entrada de la ciudad.