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Chapter 6 - 6(Jenya)

Cuatro días después bajo la vista del terreno; el Sol en lo alto ya se contemplaba las puertas de la ciudad de "Nisse", la única entrada que cubría mucha distancia a lo largo con púas y astiles con picos de madera, detrás de ellos una muralla de piedra que cubría el Sol proyectando un gigante circulo oscuro como cinturón ensombreciendo la entrada de la ciudad mucho más fortificada de esa parte del pais, el señor de la ciudad de la casa mayor del Norte es el Lord "Bronn Theone"; las noticias llegaron con retraso y las aves trajeron nuevos mensajes incluso con Jenya que traía consigo una carreta y corceles que capturo antes de salir huyendo de Risenbal.

Al entrar por el portón donde toda clase de personas ingresaban junto con ella: comerciantes, guerreros para las justas y combates en el torneo anual del Lord, al igual que juglares que entonaban canciones acerca de valerosos reyes y caballeros de la antigüedad por su valor y lealtad en batallas.

Jenya bajo de su corcel, era irreconocible, la cara la traía manchada en sangre seca, moretones y un ojo en tinta inflamado, podría decirse que le habían dado una paliza, muy delicada pues sentía molestias al caminar podría decirse que tenía varias costillas rotas que se soldaban; al encontrarse con los guardias del portón ellos preguntaron.

El primero uno con un mostacho hasta el cuelo se dirigió primero.

—Como osas venir así mujer, es que acaso venís de la miseria y traes contigo unos bultos, que deben de seguro ser cadáveres o basura —en señal de repudio pregunto—: ¿Sois una bruja?

—Dejadme pasar se los ruego —dijo Jenya con la voz casi apagándose.

El guardia observo a su camarada de al lado.

—De ninguna manera mujer, eres una bruja.

—¡No lo comprenden idiotas!

No se inmutaron puesto que la mujer no era una amenaza pronto se caería los pies temblaban por la fatiga.

—¿Qué tienes en tu carroza?

—La verdad de la situación.

—Estas delirando Bruja.

—Todos morirán si no me dejan entrar pronto.

—¿Esa son amenazas?

El primer guardia del mostacho se abalanzo hacia Jenya alejándola de la carroza con un golpe ligero mientras el otro fue directo a descubrirla, destapando las telas, en el interior había un cuerpo de una persona bañado en sangre que seguía respirando aun con dificultad.

—¿Qué es esto? —asustado se poso con las expresiones pálidas crecientes.

* * *

Al atravesar la ciudad a la vista de todos mirándola con extrañeza y desprecio acompañada de los guardias del portón pues estos la escoltaban con cuidado y que se dirigían hacia la fortaleza de las cadenas donde se encontraría el Lord Theone, al acercarse hacia el puente de defensa de la fortaleza, ya llegando a las dos torres de enorme altura que se distinguían ya de lejos y que se proyectaban. La fortaleza con cincuenta habitaciones, salones una de las edificaciones más grande de todos los feudos, antes de entrar por la puerta principal le dieron a Jenya un plato de sopa, pan de arroz que devoro con saciedad y por ultimo le ofrecieron una ducha y ropa. Al ingresar la entrevistaron de donde vino esa mujer y a quien traía en la carroza.

Jenya le entrego un pergamino con un sello perteneciente a la guardia roja enmarcado, el guardia también recordó que a la mañana también llegaron tres palomas mensajeras del mismo lugar de la ciudad de Risenbal luego dijo.

—Debe de ser una noticia importante creo que deberíamos entregarle en tu presencia.

Un salón enorme con ventanales de cristal macizo, con pilares y fuentes de agua clara. No encontró al Lord en su sala de recepción sino a un chico castaño de diez años de edad quizás su hijo.

Los pasos temblorosos sobre la cerámica de los pisos denotaban su andar en el eco del gran salón.

«Quiero beber el agua que brota de las fuentes, diablos ese chico me está mirando, si tan solo se distrajera un segundo», se dijo Jenya y sopeso su cabellera.

—¿Eres la ayudante del panadero? —pregunto el chico sentado en los sillones cerca del mesón de la sala.

—No. no mi señor y perdone por mi apariencia. —La chica se inclino haciendo reverencia.

—¿Eres una mendiga?

—No, solo tengo que entregar una carta y me retiro. —coloco sus dedos juntos con una expresión sonrojada.

—¿A mi padre?

—Sí, bueno es algo importante. —inclinaba la cabeza de vergüenza.

—Me agradas, quizás jugamos a la granja y a los caballeros. —el chico con una sonrisa cerrando los ojos.

—Claro yo siempre me eligen de un ogro malvado. —contesto ella.

El chico con los pantalones un poco sucios por la tierra, pero no era una chico del pueblo, por los ropajes de tela fina seria uno de los hijos de Lord Theone.

Entre la luz del sol atravesando los ventanales, vio una tranquilidad del ambiente en una parte que ni ella comprendía, su traje con botas de cuero chaqueta café y el bolso donde llevaba el mensaje de Brent.

Entro por la puerta principal, era el Lord Bronn Theone acompañado por dos generales, con una visión tanto intimidante hacia Jenya, como si fuese a encontrar a una cucaracha en la cocina.

—¿Tu vienes de parte de Brent?

—Si mi señor. —hizo una reverencia

—La vigilante del puerto también me traes una carta urgente de la guardia roja invicta. —De inmediato Jenya busco entre sus cosas la carta un poco manchada con tierra, se arrodillo para entregarle a Bronn y él la tomo y la abrió.

—Tarde cuatro días en llegar pero la traje mi señor —con lagrimas en los ojos replicaba—, hice lo posible por no fallar siempre ha sido así y no fallare.

Bronn rompió el sello y quedo un poco sorprendido con el mensaje de Brent.

—Antes en la mañana llegaron unos mensajes con las palomas mensajeras diciendo algo parecido. Lo trajiste con tanta prisa debe de ser una noticia grave o mala de por sí, es algo que ya no me pone a prueba.

Jenya se quedo sorprendida por lo que escuchaba.

—Mi lord sin ser brusca y ofenderos temo de decir ciertas cosas pero debo de decirlo, lo que vi fue el terror mi señor.

—Los mensajes que llegaron esta mañana, temo que debo ya lo deducirás, pero la fuerza invasora gano tomo la ciudad de Risenbal , según los informes del Lord Ivike, bueno dijo que protegió o intento proteger a las personas de la ciudad apoyados con sus fuerzas militares junto con la guardia roja, detuvieron la primera oleada con 2500 soldados preparados y los 150 rojos, eso es la información, solo son noticias extrañas y ahora mi pregunta es sutil pero muy importante —observo a la chica cansada—, ¿qué fue lo que viste por última vez antes de huir de la ciudad?

—Era una lucha infernal mi Lord.

—Esos informes del amanecer dijeron cosas muy extrañas de los últimos acontecimientos.

—¿Qué clase de información mi señor? —Jenya lo dijo sin parecer muy obstinada e insolente.

—Se especulaba que habían infiltrados en la ciudad, que después de la batalla los hombres festejaban la victoria pero tiempo después vieron el avance de solo cien barbaros por el sur, eso es lo extraño, no hubo más mensajes después de ello, ¿Crees que esos cien barbaos acabaron con toda la armada de la ciudad?, junto con la prestigiosa Guardia Roja.

Jenya se quedo petrificada por lo que decía, algunas veces pensaba en entrar a la guardia roja como la única miembro mujer además que muchos la mencionaban de ser muy buena en la esgrima de hecho lo era y nadie era capaz de vencerla, eso de ser y lo que quería había desaparecido de que ya no existe la guardia roja.

—De seguro estas cansada por el viaje, tus ropajes lo demuestran —se dirigió a sus sirvientes—, denle algo para almorzar y 10 cenitz de plata, —luego volvió a dirigirse hacia Jenya—. ¿Tenias familia en…?

La cara pálida de Jenya lo demostraba quería tragarse el llanto.

—Si mi señor —con las mangas de su chaqueta se seco las pequeñas lagrimas de su mejilla.

—Ya no tienes hogar esas monedas servirán para una habitación en una posada con una cama cómoda y buena comida. —el Lord sonrió.

* * *

Al salir percibió lo impensable la mejor guardia de elite del mundo había sido derrotada, aniquilada por los barbaros, sentía rabia y dolor cogió las monedas del sirviente del Lord y se marcho despidiéndose del niño en silencio. Tomo un baño de agua caliente en la posada, las monedas solo alcanzarían para cinco días debía de replantearse su situación.

* * *

El lord llamo a las casas menores y leales sin antes informar que la mejor guardia de las ciudades había sido derrotada, los mensajes fueron enviados por palomas entrenadas, incluso cerró las puertas de la capital para que gente extraña no llegue como medida de prevención de infiltrados, las entrevistas fueron largas para descartar extraños extranjeros que no hablaran la lengua común.

La información subsecuente fue volviendo paranoia en crecimiento, ¿Quiénes eran los barbaros? y porque venían a tomar todo y asesinando a los que se ponían en su camino, "Nisse" no poseía el nombre de tener a los mejores soldados como la guardia roja para defender sus límites no era una ciudad que gastase mucho en la defensa desde hace mucho tiempo.