En una mesa alejada Jenya bebía cerveza negra en un vaso de cuerno de bisonte, era extraño pensar que la gente de esta ciudad no se daba cuenta lo que pasaba en el extremo norte de donde ella provenía, el cantinero vertía las bebidas a los clientes. Jenya tomo otro gran sorbo a su vaso de cerveza mojándose el mentón.
—Eh Calma, ¿tienes ganas de emborracharte? —expreso el mozo que le trajo su pedido.
—Bueno digamos que no me despedí de mi mentor, el era como un padre para mí —repuso Jenya y bebió otro trago.
—De seguro el también te apreciaba.
—En cierta forma, pero no podría asegurarlo, Saúl sabía lo que iba a pasar y de como yo era de donde venia, bueno te estoy llenado de tontas palabras mias. —bebió otro trago—. De ese mensaje que nadie me hizo caso.
—¿Qué mensaje? —el mozo limpiaba la mesa con curiosidad y también intentaba hacerle amena una pequeña charla.
—El informe de avistamientos y la trágica derrota de las fuerzas unidas en Risenbal, "erran bbarcos de guerra sabes" —Jenya ya se encontraba completamente ebria y fácilmente las palabras salían de su boca.
—¿Eres de Risenbal?
—Sip, vengo de la extinta ciudad de Risenbal.
—¡Que dices!
—Es es la razón de la llamada de las casas menores y la multitud de gente en la ciudad. ¡Salud! —levanto su copa bebió otro trago para levantar la voz—. ¡Brindo por otro día en que tal vez no pueda escapar!, pero ustedes lo harán ¡Salud!
Muchos de los parroquianos la ignoraron, pues muchas personas brindaban por la salud y el trabajo y otros menesteres a altas horas de la noche.
—Vaya el caos, tienes razón, no ha habido comunicación con el norte desde hace una semanas pero la llegada de tantos marinos es peculiar y extraño.
—Si son marinos y otros son mercenarios pagados por tu Lord quizás, míralos ¿tienen apariencia de comerciantes?
—¿Esa es la razón porque bebes tanto alcohol?
—Sí y no, bueno hay muchas razones y una de las principales.
—De seguro lo estas tomando muy bien.
—Es aceptable, y no lo compartiría con alguien que apenas conozco pero tú apenas si te veo ahora no estás mal.
—Pero me refiero a lo que dijiste antes de un ataque. ¡Esto no puede ser verdad!, no puede estar pasando. —soltó los vasos en su bandeja estos se rompieron en el piso.
—Tranquilízate que no ves tú Lord es muy eficiente ya está tomando las previsiones, eso creo uff —Jenya ya no aguantaba más alcohol—, joder creo que no puedo ni caminar. —se tambaleo en la mesa, sentía calor y las piernas le temblaban.
—He escuchado mucha información de que llegaron esta mañana tres carros con veinte heridos, dijeron que venían de Risenbal los llevaron a una capilla de los maestres de curación, pero las formas de sus heridas no fueron claras, también dijeron que estarían en reposo para mejorar sus heridas. ¿Conoces a alguien?
—¡En que capilla! —exclamo Jenya alarmada había recuperado algo de su equilibrio.
—Bueno al este muy a las afueras, es una con una estatua del "Sol".
—Toma veinte Cenitz rojos. Me voy —salió corriendo desequilibradamente, chocando con otros clientes al pasar.
—Gracias.
—¡Cuidado! —Grito un marino en su mesa—, viejas locas —tomo un trago.
—Vaya chica espero que encuentre lo que busca —repuso el mozo.