En un salón silencioso de la capital que por momentos el sonido de una moneda cayendo se escucharía por todos lados y rincones.
—En estos últimos días hemos escuchado un sinfín de información nociva, ¡de que los demonios! ¡Qué reencarnan de los cuerpos de los humanos muertos para aplastar a sus enemigos!, para aplastar a una nación como la nuestra y lo que tengo que decir es que solo son mentiras del Sur.
El acusador señalando los delitos de Karlo un guardia desertor; frente a él un tribunal encargados para elegir la sentencia, la muerte que era lo común o una vida en prisión y si en menor medida era la sentencia una vida como esclavo vendido al sur.
—Conocemos de ciencia, conocemos de matemáticas e historia pero no de magia como algunos lo describen, está fuera de nuestro alcance porque son técnicas del demonio, además que el guardia no recuerda lo que paso ni tampoco como llego hasta las puertas de la ciudad. —procuro un jurado provisto de veinte personas, analizaban lo que decía el puesto acusador.
No se quedo callado el puesto de defensor un hombre vestido de negro con una barba pronunciada y cejas blancas hosco de edad no mayor de los cincuenta años.
—La decisión en ese momento según mis informes es que el guardia quedo inconsciente en medio de la batalla defendiendo la ciudad de donde es originario, el no es un desertor es un valiente guerrero —relataba el hombre del lado de la defensa, un estudioso en la materia, Benjamín Alerh, su trabajo era de no aceptar la sentencia de muerte por deserción—, el acusado debe de ser honrado como a un héroe, ¡Lucho como le era posible!, ¡Señores! ¿Esa es la forma de tratar a un héroe?, era su deber sacrificar todo lo que tenía en las manos para proteger su ciudad natal y ahora el está aquí sentado esperando por una sentencia que no le es correspondida en ninguna de sus formas racionales porque este tribunal no le conoce o como fue en su vida cotidiana y la de servidor.
—Las leyes no son ni están hechas para corromperlas. El acusado huyo de una batalla dejando a sus camaradas en el fragor de la sangre derramándose. —expuso la parte acusadora.
Muchos de los presentes ahí escucharon y los susurros aumentaron en torno al jurado, los murmullos de la gente unos apoyando y otros en contra discutiendo como en un mercado repleto de plebeyos. Todo el mundo discutía frente a él acusado que se encontraba enmanillado de las manos y los pies, la cara la traía deshidratada tampoco había probado alimento en todo el día.
—¡Es culpable!
—¡Es un desertor!
Escuchaba los murmullos, aborreciéndolo deseándole la muerte como uno de sus enemigos más grande que tuviesen en frente desconociendo que fue un Guardia Rojo.
—¡Es mentira! —grito Karlo callando a todos los que murmuraban—, ¡Son mis hermanos, eran mis hermanos maldita sea!, ¡Yo nunca los abandonaría! ¡Moriría por ellos!, como pueden acusarme de eso, son basura, ustedes ahí tranquilos discutiendo por mi situación sentados sin moverse de sus asientos ahí sin hacer nada, no pueden adivinar o lo que fue o lo que paso en Risenbal solo hacen caso a los rumores de mi accionar o lo que creen que paso. —grito Karlo con la cara gacha, había sacado todas las fuerzas de los pulmones para levantar la voz.
—¡Es un criminal!
—¡No debería de hablar!
—¡Llévenlo a la horca!
—Solo están ahí sentados señalándome, pero no se dan cuenta del peligro que hay ahí afuera, ¡Díganme están dispuestos a salir de aquí a enfrentarlos! —nadie pronuncio alguna palabra, las personas que gritaban para ahorcarlo se habían quedado calladas—, lo ven que son unos cobardes. —la voz se le rompía.
En un momento el jurado como la audiencia se estremeció por las palabras del acusado, incluso el juez "Shaen Banzer" sentado en el podio se altero poco a comparación del jurado.
La defensa de Karlo se pronuncio.
—Mi señor tengo una buena razón para explicar lo que acaba de ocurrir y si me dejara dar mis opiniones será en mutuo acuerdo para ambas partes una resolución para este evento sin pruebas para poder acusar de un delito a mi cliente.
—Diga lo que tenga que decir lo escucho. —procuro el juez.
—Estamos aquí presentes y no tenemos ninguna certeza ni evidencia de la deserción del acusado no existe una persona que haya visto de primera intención al guardia escapando de lo que ocurriese en la ciudad de Risenbal. En cuestión voy a dar el punto principal a lo que me refiero, ¡Karlo es la prueba viviente de lo que nos enfrentamos ahí afuera y de seguro los tendremos en nuestras puertas no el próximo mes sino podría ser mañana mismo!, el sabe lo que hay lo que es nuestro enemigo.
Jenya sentada escuchando al final de la muchedumbre detrás de las puertas del salón en donde el juicio se realizaba, aunque no le conto mucho Karlo los hechos que describió fueron solo algo de imaginación que lo podían acusar de brujería y terminarían por colgarlo si lo contaba pero ahí estaba la ironía de su conocimiento.
El juez "Shaen" se sujeto la frente limpiándose el sudor y suspiro.
—He tomado una decisión. El acusado Karlo Arkans ha sido declarado inocente —se escucho una conmoción en el salón—, es inocente bajo el juramento de entregar su vida a la casa "Theone" es será un fiel servidor de esta casa y como de la ciudad ahora entrenara a los nuevos cadetes que se enlistaran como una nueva guardia para la protección de Nisse, entregara su vida si de ello dependiera; esta guardia será totalmente leal al señor de esta ciudad.
Antes de terminar las palabras se produjo una pelea, unos en contra y otros a favor de la decisión.
El señor Theone que escucho la decisión mando a sus encargados de confianza a recoger a Karlo de la muchedumbre que ahí hacia un alboroto, cuando lo escoltaban hacia la salida se encontró a Jenya y que solo entablaron una vista a la distancia.
—¡Karlo! ¡Karlo! —los guardias le cubrían el rostro con una capucha.
* * *
Al salir por el portón una muchedumbre le esperaba y no estimaron y arrojaron tomates podridos y otras frutas. Corrían buscando refugio para llegar a los carromatos del Lord, al llegar y cubrirse uno de los guardias de confianza del Lord le hablo para decirle.
—Estas en deuda con el Lord, ahora estas a su servicio tendrás una entrevista especial con él ¿me entendiste? —pregunto.
—Si señor responderé a lo que diga el Lord. —expuso con la cara cubierta por la capucha sin mira solo escuchar y replicar las respuestas dadas.
—En parte podrás ser un buen guía en esta campaña eso espero de ti. —el guardia le subió al carromato y salieron del salón del Sol.