Las luces de la mañana iluminaban la habitación. «¿Estoy en mi cama?», se pregunto al ver que había reaccionado desde lo último que recuerdo en la calle.
—Por fin despiertas —exclamo Miss Harder, ella cosía con palillos una pequeña bufanda y una abrigo para Gerd de color celeste con rayas blancas, su madre no se había separado un solo momento desde aquel día que incluso no comía por falta de apetito que fue provocado por el estado de Harlan.
—¿Qué fue lo que me paso?
—Perdiste la conciencia en la calle y te caíste golpeándote la cabeza, pero el curandero no sabe lo que te paso y si era la primera vez que te ocurría —Miss Harder se avalanzo hacia a Harlan—. ¡Que hubiese pasado si no te pones mejor!
—No lo recuerdo muy bien, escuche como una voz me hablada desde la calle, luego la espalda me ardía como si me estuviesen tirando carbón ardiendo, tal vez solo son locuras mías.
—Dormiste por dos días enteros —le dijo Miss Harder.
—¿Donde están mis hermanos?
—Elis y Robyn acompañaron a Jonas para unirse a la nueva guardia de la ciudad, vaya llore y le rogué a tu hermano para que no lo haga pero no me escucho y se marcho esta mañana —se inclino hacia Har—. Debes de hablarle por favor haz que cambie de opinión Harlan.
—Madre porque lo dejaste que se vaya —Harlan moviéndose de la cama con la cabeza con vendas y un ojo morado junto como las rodillas y los codos salió de prisa con los pantalones casi cayéndose de la cintura.
—No entiendo a tu hermano Harlan no me escucho nada, es necio no me escucha siento que ya no me quiere y está muy distante, por favor habla con él.
—Piensas mal mamá Jonas te quiere es tu hijo es que ¿no lo somos todos? —Harlan sonrió con los ojos cerrados—, espera mamá iré a buscarlo veras me repondré no me duele mi cuerpo.
—Pero descansa un poco.
—Estoy bien puedo solo.
Miss Harder le regalo una sonrisa entre sus mejillas rosadas.
—Mi hijo que me comprende —ella se limpiaba las lágrimas con su pañuelo.
Mientras Harlan buscaba sus zapatos de cuero para ponérselos de inmediato al mismo tiempo que encontraba su chaqueta roja aun así no dejaba de preguntarse que eran las extrañas palabras que escucho antes de perder el conocimiento, ¿se estoy volviendo loco?, se pregunto fugazmente.
Camino hacia las calles subsiguientes intentando ver el tumulto de la gente sobre la plaza, mucha gente se reunía nunca lo había percibido así antes pero era una reunión muy grande.
Mil quinientos jinetes armados con armaduras como los corceles, cascos anchos de color negro, los otros armamentos eran un puerco espín de madera con flechas como lanzas, torres de defensa, catapultas, todos alineados en medio de la plaza principal.
Los pobladores se imaginaban lo peor a la actual situación, cuando es un grupo de soldados descansando como vagos ebrios y con la barriga hinchada de tanto beber se suele decir que es una buena señal porque no ha pasado nada malo, pero un grupo inmenso de soldados comiendo moviéndose en todas direcciones que se prepara para algo y otros armando tiendas, eso es lo que nadie quiere ver, no se puede saber lo que pueda pasar.
—¿Por qué corren así? —pregunto Harlan a un señor de pelo largo que veía junto como la gente como los soldados hacían alboroto en las calles.
—Bien muchacho, las noticias se están ocultando para no alterar a la gente, pero como veis se esparcirá ¿cómo lo ocultas esto a la gente?, es imposible —señalando a los soldados—, lo más probable es que estemos por empezar un conflicto que se yo. —dijo el hombre y se alejo.
La noticia lo dejo pasmado, a la vez que se pregunta y recordó lo que había dicho Jonas hace unos días que se uniría al ejerció que se convertiría en un guardia de la ciudad y salió pitando buscando un camino al campo real alejado de la ciudad en los bosques cerca de la fortaleza de las cadenas, «Es tarde, Jonas debió de enlistarse ya, ¿por qué paso esto?»
Un gran llano al fondo muy lejos de los bosques reales en los alrededores la nueva guardia se reunía al entrenamiento que se convertía en su nuevo hogar, aunque Har no notaba una pisca su visión había mejorado un poco, que notaba los relieves de las personasen filas y grupos. En lo alto de un trípode hecho de madera y escaleras de piedra un extraño cubierto en vendas en el hombro y la cara les dirigía; ellos un grupo de inexpertos reclutas.
Elis, Jonas, y Robyn formados en la tercera línea al frente, acomodados en la columna principal escuchaban a quien les hablaba por el palco.
Jonas un poco distraído mira hacia atrás y diviso a Harlan oculto en medio de los arbustos.
—¡Har, Har aqui! —grito Robyn, las demás personas giraron incluso Elis para ver lo que pasaba—. Es mi hermano señor, pido permiso para saludarlo repuso Robyn.
—¿Qué haces aquí? —pregunto Jonas.
—Vine a buscarlos, no lo ves estoy aquí para llevarlos de regreso, mamá muy está preocupada —Jonas agacho la vista.
—Le dije que vendría a convertirme en un recluta —Harlan sonrió pero era algo que escucho mucho de él. —Diablos no lo note, te dejamos en cama, de seguro no estás consciente quizás todavía estas mal. —sopeso.
—Sí, no importa lo que me paso, esta situación es peor para ustedes.
—¿De qué va el rollo? —suspiro—. No sabes lo que pasa ahí afuera, dicen que podría haber una guerra y tenemos que proteger nuestros hogares—. Por esa razón más que nunca quiero estar aquí —Harlan se sorprendió—. Para poder probar mi valor y ser alguien fuerte que puede proteger esta tierra que es nuestro hogar Harlan, aquí nacimos y aquí estaremos y seguiremos todos juntos si lo protegemos.
—Es algo que ya lo habías pensado mucho antes hermano.
—Le seguimos para acompañarle y para que no se meta en problemas —dijo Elis y descargo a Gerd de sus brazos—, me ayudaran a aprender a ser una hermana curandera, también Gerd aprenderá a leer en este campo, dicen que tienen una cuidadora de niños mientras que sus madres trabajan y estudian. —Gerd camino hacia Har le sujeto del pantalón tirándoselo con los ojos feliz de ver de nuevo a su tío.
—Yo vine por la comida es un buen lugar para aprender a cocinar y también para aprender defensa personal. —repuso Robyn.
—No cambiaremos de parecer Harlan es nuestra decisión, por favor ve con mamá y dile que nos encontramos bien y pronto volveremos, mientras no estemos protégete la espalda porque no estaremos.
Har apretando los puños con una sonrisa.
—¿Har te quedaras un momento más? —pregunto Elis.
El no titubeo apretó un poco su cuello comprendía que era una decisión que ellos ya habían tomado mucho antes y hacerles cambiar de idea era algo difícil para ese momento.
—Si me quedare con ustedes.
—Yo me quedare con ellos estaré atenta a que Jonas no haga locuras y también serviré a la guardia, también me enseñaran a ser una buena curandera. —ella sonreía con los osjos cerrados.
—Siento que puede ser como mover tres montañas, salgo sobrando —Harlan se rasco la cabeza.
—La verdad no se qué hacer, pero siento que puedo aprender a cocinar platillos exóticos en los viajes que realicemos, pero dejar a mamá es algo que no me agrada Har —dijo Robyn era como una despedida grupal de hermanos—, además te puedes unir venceremos enemigos como en los cuentos que mamá nos contaba, recuerdas las Historias de Grant el espadachín de los enanos.
—Estaremos bien cuida de mama y nosotros cuidaremos a todos —Jonas le tendió una mano en modo de despedida, Elis y Robyn le abrazaron.