Como un demonio salido desde el mismo infierno, los dientes desgarrando la carne de sus camaradas devorando a sus amigos frente a él. Karlo se refregó los ojos con los dedos para asegurarse de no estar viviéndolo otra vez, el sol entraba por las ventanas de su habitación llegándole hasta el rostro. «Solo es una pesadilla», repuso.
«Estoy aquí», miro las palmas de sus manos, «sigo vivo». Se vistió se cambio las ropas, salió de la habitación de la posada ahí afuera se encontró con Jenya que le traía sus ropas de entrenamiento.
—Todavía traes la cara envuelta en paños sucios —dijo Jenya que busco en su bolso—, tengo unas vendas para cambiártelas.
—Me las lio como puedo pero creo que mi rostro mejora ya no se me ven las cicatrices, debo de decir que mi cara esta mejor que antes —acongojado busco algo para beber y calmar la sequedad de su garganta.
Jenya le miro y le quito las vendas, le lavo la cara, aun con las cicatrices a rojo vivo ella cambio las vendas por otras limpias.
—¿Puedo hacerte una pregunta Jenya?
—Puede hacerlo le diré la verdad —asintió ella.
—¿Por qué viniste a unirte a esta nueva formación?, podías escoger otro camino como panadera o agricultora, viviste lo mismo que yo en la línea de defensa y cambiar esa carnicería por otra que no lleve a la misma desgracia sería lo mejor para ti.
—Me extraña esa pregunta, yo era una ayudante de Saúl me enseño lo que debo de saber sobre la defensa personal incluso las mismas técnicas de la guardia roja, saber que las mujeres no podían participar me dejo frustrada, y él era un ex miembro me enseño todo lo que sabía en realidad yo también formaba parte de la misma decirlo de esa manera es atrevida pero me siento orgullosa de lo que me enseño Saúl, yo llevaba los mensajes hasta que todo paso, siento que le debo la vida a Saúl y quiero vengarme de todos ellos. —por la expresión de ella parecía confundida y un poco alterada.
—Hay muchas cosas en mi cabeza y algunas se sienten como si las perdiera, tal vez solo estoy divagando o solo estoy alucinando por los golpes que recibió mi cuerpo.
—No debo de decir pero eso es algo que no puedo juzgar yo también tenía familia en Risenbal, dos hermanos. Seguir este camino de nuevo es algo que se debe de pensar muy atentamente yo di mi palabra de enseñar mis conocimientos a los reclutas que trajo el señor feudal.
—Tu estado de inconsciencia te ha despojado de tus recuerdos, puede que las cosas que hayas soñado solo fueron solo ilusiones, en un estado post traumático de lo que vivimos Karlo, es solo eso.
—Pero aun puedo sentirlo que lo viví esos monstros eran reales, yo luche contra ellos pero me siguen atormentando en mis pesadillas.
Jenya le comprendió y se alisto para salir.
—Estarán esperando debemos partir mi señor.
* * *
Era un clima normal en pleno campo, las sombras de las plantas como de los robles se proyectaban ahí en medio de la vista; los más vistosos secuoyas, pinos reales y otros especímenes gigantescos, las tiendas de campaña armadas ya preparadas, cada una con unas cuantas hogueras encendidas ya, la cena del día anterior todavía humeando con olores de carnes cocidas, al otro lado un rio les proveía de agua.
Jenya lista por la mañana y seguida de Karlo se disponían a poner en marcha la misión. El primer sonido que se escucho fue el de una trompeta hecha de un cuerno de alce.
—¡Despertad! ¡Despertad! ¡El entrenamiento ya ha empezado!
En un solo momento se alistaron los reclutas saliendo muy deprisa formándose en líneas: Jenya les gritaba, se movía montada en un corcel dando órdenes de alineamiento, cuando los reclutas ya estuvieron formados correctamente Karlo se les dirigió.
—Mediante todos los entrenamientos que hemos hecho estos dos últimos días, solo han sido de calentamiento y de fortalecimiento del cuerpo pero una de las pruebas más interesantes que veréis es lo que les voy a decir. Es la primera prueba de resistencia, además sabremos si están hechos para un entrenamiento más fuerte, si lo que se preguntan si es una buena prueba es que no lo es, pero dado el poco tiempo que tenemos para prepararnos es lo conveniente por ahora —incluso su corcel relincho sobre sus patas traseras—. Si logran aprender todas las artes de esgrima que aprenderemos serán capaces de competir con grandes fuerzas militares del mundo incluso el Lord estará orgulloso de tener una de las fuerzas más imponentes del mundo a su servicio con la protección de la ciudad en sus manos, porque recibirán un entrenamiento de elite.
—¡AAAHHHH! —el bullicio se proyecto sin previo aviso, aclamando al comandante con vendas en el rostro paseando en su corcel.
Jenya le siguió.
—Al otro lado del rio están armados diecisiete postes de madera con cintas rojas, el primer grupo lo atravesara primero, no olviden que el rio tiene una fuerte corriente y por el clima de ayer esta congelando todo lo que se sumerge se volverá aun más lento y con el frio del agua es probable que tengan calambres.
* * *
—Lo puedo hacer —dijo Robyn que se encontraba atrás en las filas.
—De seguro no lo es tan fácil que supongamos —exclamo un hombre de barba junto al chico.
—Es una prueba para probar nuestra resistencia lo sabemos es como no tenemos idea de lo que se ve en verdad, sucede o puede suceder en una batalla real solo las personas con fuerte resistencia podrán aguantar una batalla de larga duración también sin alimentos. —Jonas ahí viendo como todos los demás se alistaban para la prueba.
Elis que iba junto con ellos preparando camillas junto con otras aspirantes a "hermanas curanderas".
* * *
Cuando la mayoría de los reclutas se habían posicionado para atravesar el rio Jenya se les dirigió.
—Cuando la trompeta ha de sonar, la primera línea arrancara. —la trompeta sonó también con el ruido de un látigo de piel de caimán azotándose con el suelo.
El primer grupo salto a gritos de euforia y energía, diecisiete aspirantes semidesnudos se sumergieron en el cauce del rio, que por mucha distancia como dos campos de maíz se notaba el otro lado la meta una hilera de banderas rojas marcadas; no muchos dominaban el nado revoloteaban en su posición como tratando de ponerse en marcha con los brazos sacudiéndose en las frías aguas de ese rio amplio.
—Esta es tu prueba también Jenya, ¿creo que quieres convertirte en un miembro de esta guardia? , no puedo ser imparcial.
—¡Si señor! —Jenya se quito las ropas de lana y sus botas pesadas, sujeto su corcel, ella se lanzo al rio podía sentirse un miedo, escupía mucha agua de la boca, el liquido se encontraba congelado que le lastimaba los músculos; lo había perdido a todos ella fue quien dio la primera orden y ahora es la última mujer en camino.
—¡Se ahogan! —gritaban muchos de los otros que ya tenían ventaja al principio. Casi la mitad ya llegaba al otro lado del rio.
—¡No miren atrás seguid adelante!, los que se quedan atrás no merecen estar en esta prueba serán los primeros en irse.
Pocos los que llegaron pronto recuperaban el aliento viendo a muchos de ellos ahogándose sin intención de moverse, incluso Jenya se encontraba ahí luchando contra la corriente. Los grupos se dividieron entre los que se hacían la burla de los que no aguantaban el nado y los otros que no sabían que hacer porque temían por sus vidas al volver a ingresar al agua de regreso era un paso de valentía.
—Son tortugas muertas nadan como vacas.
—Son estorbos vuelvan a casa a ser granjeros y cuidar animales. —gritaban los primeros en llegar a la orilla dispuestos a retornar.
Karlo en el borde del inicio se encogía en hombros.
—¡Comandante!
—¡Ellos están muriendo!
—¡Seguid adelante! —repuso Karlo con seriedad
El grupo restante se encontraba de igual forma alarmada por lo que decía su comandante. Pronto había resistencia de opiniones dividiéndose en bandos.
—¡No le importamos!
—Es un carnicero que nos llevara a la muerte.
—¡Esta es la prueba! ¡Los que se vayan no son guerreros no entrenaran más!, pero los que se queden serán leales al Lord. En la guerra son las decisiones que nos hacen seres humanos, la guerra es una decisión para nosotros son decisiones pesadas de elegir, nuestras propias vidas y la de un compañero. Una batalla no se puede librar solo y esta es en equipo, podemos salvar nuestras vidas pero también debemos de considerar la vida de un compañero, son guerreros los que sobreviven y los verdaderos héroes son los que no abandonan a un compañero en la batalla, el verdadero poder está en el grupo ordenado un grupo ordenado con valentía y compañerismo, ¡Esa es la decisión de morir como un cobarde o morir como un grupo de valientes camaradas!. Las decisiones que tomen tendrán muchas repercusiones pero la verdadera solución la tendrán en sus vivencias con sus camaradas. ¡Porque los que dejan morir a sus camaradas sin razón, ellos son la peor escoria que existe!, esto es la verdad nadie muere solo.
El grupo entero, los que esperaban en el punto de inicio como los que llegaron al otro lado saltaron al rio a buscar a los que no ponían mantenerse nadando. Jenya con los brazos adoloridos con un dolor incesante en el pecho solo pudo ayudar a un recluta a salir hasta la orilla.
Como lo dijo solo hubo una persona que no pudo aguantar y término muerta, y otros fueron dados de baja por que quedaron inconscientes; muchos de ellos hablaban de cómo empezó la primera prueba, ese día acabo muy rápido; otros vomitaron, tenían calambres en el cuerpo, incluso la piel se les puso roja y adolorida, otros se tiraron al suelo tratando de recuperar el aliento, las extremidades les acalambraban.
* * *
La sombra ya les cubría un tiempo después, las hogueras ya se encendían para calentarse, Karlo se encontraba en su tienda, cenaba un estofado de cordero con patatas un poco de vino y frutas, cuando acabo de cenar salió a inspeccionar las tiendas, llegando a la primera hoguera llameante, cinco reclutas charlaban entre ellos Jenya se encontraba en ese grupo con el rostro pálido y cortado por las plantas de la orilla del rio, con los ojos tintados de rojo recuperaba el calor cerca de la hoguera.
—Comandante —los reclutas se levantaron, Jenya cubierta en pieles que le habían prestado también le saludo.
—¿Comandante que prueba nos espera mañana? —repuso otro recluta.