Era un di acomune y Karlo pidió la asistencia de un curandero por los terribles dolores de cabeza que presentaba desde hace ya varios días atrás.
—Cada cuando revives los recuerdos de los cuerpos avanzando pudriéndose en el pasto verde, que los gusanos se devoraban tu carne tu piel, los huesos, dime ¿Cómo sigues vivo?, ¿Había alguien detrás de ti? —expuso el curandero que entrevistaba en su tienda personal , este era un hombre anciano de barba gris y cejas pronunciadas hasta las orejas, ciego del ojo derecho; él escribía todo lo que relataba Karlo en unos pergaminos.
—Eso lo he soñado muchas veces, es como si sintiera que no fuera la misma persona, me siento diferente como que este no fuera mi cuerpo, pero mi memoria pertenecería a otra persona, sé que mi cara esta desfigurada pero todo lo de mi ser debería de ser igual pero no lo es. También que he tenido muchas lagunas en mis recuerdos no recuerdo casi nada de mi vida en Risenbal.
—Sientes que el capitán Karlo de la guardia roja murió en batalla y la ¿persona que está aquí es alguien diferente?, es otra persona.
—No recuerdo muchas de las otras cosas en mi vida solo antes del ataque, puedo recordar a mis padres, mis amigos, mis camaradas, el lugar donde nací y otras cosas más, pero estos últimos meses se han convertido en dolores de cabeza y pérdida repentina mi persona de donde me encuentro ahora, de mi pasado, sin mencionar que mi nombre no me suena familiar y además que he olvidado algo importante a alguien importante en mi vida pero no recuerdo su nombre.
—Es como lo ves en ese día pudiste haber muerto pero al contrario el "Dios Invicto" te ha dado otra oportunidad tal vez con una nueva vida, no era tiempo para que rindas cuentas ante él y por eso es la razón que estas aquí ahora te falta cumplir una misión importante comandante, creer que morir y ser otra persona puede hacer cambios con el trauma de una batalla pero lo que sabemos es que estas vivo y todavía no ha llegado la hora de reunirte con tus camaradas, estas aquí para cumplir con las misiones que Dios te ha de encomendar..
—Estas pesadillas me atormentan muy a menudo estos días.
—Lo sentirás por unos días más, pero lo que te daré serán yerbas de "Menir" para calmar la falta de sueño y las pesadillas, pero debes de consumirlas con moderacion. —El curandero tomo de unas valijas unas plantas rojas con raíces negras las puso en un bolsa de tela y se las entrego. Las plantas eran unos fuertes narcóticos para adormecer la cabeza y los músculos, y las otras cosas que le dejo fueron calmantes unas posiciones de los curanderos de la ciudad.
Las primeras luces del amanecer ya habían acabado, podían verse con claridad todo el terreno volviendo al campamento, pero había olvidado algo y regreso para ir al mercado de la ciudad a reunirse con el Lord en persona. Al llegar en el salón principal reunido con los otros comandantes en el mesón central. El Lord siempre vestía de cuero negro brillante, con la barba tupida reluciente.
—Lo he mandado a traer para preguntarle cómo va el entrenamiento de su guardia, han pasado dos semanas desde que le fue otorgado el rango de Comandante —expuso Bronn calculando la respuesta del joven sentado a muy buena distancia en una silla de madera de nogal.
—Estos últimos días ha sido un sacrificio para los reclutas desertaron veinte la anterior semana, me alegro por ellos que decidieron irse por que no tenían lo necesario creo que son afortunados en otra forma de decirlo, pero solo serian las primeras bajas en las filas y consumirían comida.
—¿Es cierto lo que dicen?, de que les pusiste una prueba difícil y que casi la mitad de los novatos se ahogaron.
—Bajo un entrenamiento riguroso se aprende la verdadera ferocidad y la disciplina ayuda a fortalecer el alma y el cuerpo.
Bron sonrió de manera extraña.
—Es verdad es una prueba muy difícil y lo es porque es la primera prueba que atravesé cuando era un recluta en Risenbal en mis primeros años. Era como una carta de presentación de la "Guardia Roja", lo hacían todos los que querían hacerlo, un buen lema "Morir luchando", aquellos que se adaptan sobreviven.¿Murió alguien?
—Un recluta no pudo nadar.
Bronn bebió un trago y pasó el tema.
—Los mensajeros de "Magross", me trajeron malas noticias y eso lo que se dice son malas noticias, solo que me mandaron refuerzos, trescientos soldados y pensaras porque son malas noticias, pero como lo han pensado los sabios de la capital afirman que será una buena ayuda; yo opino lo contario ellos piensan que con estos hombres podremos resistir y esa es la duda que me aqueja cada noche.
—El Lord "Daryl Flegel" ese es su nombre —Karlo dudaba al escuchar ese nombre y Bronn continuo—, el Lord de Magross ha sido considerado como un ermitaño que incluso no acudió a la segunda boda del rey "Kannen" que no se le vio o visto el rostro, nadie lo conoce como luce él en persona y que se mantiene en un profundo misterio, sus relaciones con sus vecinos, bueno es un misterio que el lord de Magross mande ayuda. Porque nunca
entablamos alguna novedad o una relación de amistad incluso no conozco el nombre de su esposa, pero se preocupo por enviarme refuerzos, bueno tal vez luego vaya a agradecerle.
* * *
La noche era tranquila en lo abrupto de la enorme pradera junto al rio. Karlo también seguía sin pegar el sueño, las pesadillas le consumían, se levanto y fue a caminar por las tiendas dirigiéndose hacia los bosque más allá donde nadie le pudiese encontrar, sentado esperando el amanecer los reclutas se alistaban para los entrenamientos del día.
—Hoy será el último entrenamiento de resistencia y mañana será el de esgrima y este entrenamiento será de defensa personal —continuo Karlo, se alineo frente a lo que parecía una línea de meta—. Deberán de correr y encontrar la meta dando la vuelta a la montaña los que lleguen primero aprenderán al amanecer del día de mañana.
La primera línea de competidores empezó con la carrera llegando perderse en las colinas junto a la montaña, al transcurrir de todo el día hasta el atardecer llegaron cuando el sol ya se ponía; Jenya también llego agotada hasta los límites con calambres en las piernas y la espalda. Mucho después el tercer grupo continuo, no habían desfallecimientos nadie abandono, todos no quería quedarse atrás. En otras palabras todos trabajaban en conjunto ayudarse en el camino a no caer o esperando un tiempo para que ninguno se queda rezagado, por más débiles que parecieran sus camaradas siempre había alguien que se quedaba a ayudar a levantarse del suelo; las palabras de Karlo fueron profundas, tales palabras de no dejar a nadie atrás que aun sigue luchando por seguir adelante.