El brillo de una manzana de cristal hecha de un hielo perfectamente endurecido como un diamante, sosteniéndolo entre los dedos era hipnótico como la materia se convertía en otra con tan solo desearlo era irreal y a la vez espeluznante.
—Es bonito, ¿Cuánto tiempo tardaría en derretirse? —cayó cerca de sus pies también habían otras tres manzanas sin congelar dos verdes y una roja. Cada vez que Harlan jugaba y los extraños sucesos que le pasaban con hacer que las cosas se congelasen por su cuenta con solo tocarlos con la yema de los dedos, ¿un hecho de brujería?
—¿Qué es eso? —pregunto Myra, que estuvo detrás de él todo el tiempo, llevaba puesto un vestido verde elegante con lentejuelas brillantes, botas negras de cuero fino.
Harlan se sobresalto.
—¿Qué haces aquí, me espías?
Ella con una sonrisa extraña con sus labios violetas.
—Caminaba por esta parte buscando víveres para mi tripulación —en efecto llevaba una canasta de mimbre llena de patatas, arroz, zanahorias y alguna otra legumbre—. A mi tripulación ya no le gusta la carne de pescado y yo misma ya me he hartado y entonces fui a buscar carne de ternera, como veréis tome el camino más corto para llegar al puerto.
—Eso se ve muy pesado —Har se preguntaba si ella vio como él creaba las manzanas de hielo con las manos así de la nada—. Quiero ayudarte, mejor me comprometo a ayudarte hasta el puerto —Har cogió las dos canastas y camino con ella, Myra sonrió y siguieron el camino.
El puerto se asomaba sobre el poniente, los rayos del sol lo sacudían con un brillante rojo, ahí quince barcos de carga esperaban y uno de ellos era el "Beltania" el transporte de Myra y sus subordinados.
—¿Hace cuanto puedes hacer eso? —pregunto Myra y lo hizo de manera rápida y directa.
Har se detuvo al caminar tenía el rostro sonrojado.
—Me viste, solo quiero decirte que no soy un "Eldren", no me juzgues todavía.
—No puedes preocuparte, por eso estoy aquí, soy como tu escape de emergencia en realidad hace mucho tiempo te estaba buscando Harlan, en verdad ya no recuerdo hace cuanto tiempo fue, me refugie con ellos como su líder —señalando hacia el "Beltania"—, ellos pueden utilizar una magia muy similar a la tuya pero en un nivel mucho menor.
—Los "Eldren" son odiados por todos y fueron desterrados del pais, me confundirían con uno de ellos y me echarían o peor.
—Es cierto y es más común de lo que crees —ella se remango el brazo de su vestido y abrió la palma de la mano y coloco sobre ella un roció de agua que recogió de las hojas en el suelo; el pequeño cumulo de agua se congelo como una única esfera de hielo—, es un secreto tuyo como el mío, yo también puedo hacerlo como tú.
—No puede ser verdad —respondió el chico a la vez que se asombraba, pronto estaban al margen del "Beltania"—, ¿es aquí donde vives?
—Conocer lugares interesantes chico es lo que hago. —repuso Myra.
Lo encontró interesante y había olvidado lo que paso algunos instantes atrás, le entrego la canasta de mimbre y se alejo despidiéndose. Al regresar a la posada recordó que estaba solo que Jonas, Robyn y Elis estaban en el campamento; como lo que le sucedía a él que no tenía el valor y la fortaleza de sus hermanos que incluso se sentía que era más débil que todos ellos para unirse al campamento era frustrante tan solo pensarlo.
«Aunque me esfuerce no soy fuerte como ellos, lo que tengo no me hace un Eldren, no practico la magia oscura, no soy eso»; Har camino por el centro de un mercado, el lugar se encontraba lleno de gente muy ilustre y de todas las clases sociales de personas. Un micro mundo donde se encontraba desde piel de oso rojo a bebidas y comidas muy exóticas, al igual que la gente y también se debatían problemas respecto a lo que sucedería en próximos días. Un grupo se enfrentaba en un conflicto de quien podía alzar más fuerte la voz, un hombre subido en una especie de palestra de madera gritaba y elevaba la voz para que todos le escuchasen incomodando a los demas, venia vestido en telas negras con colores de oro y con unas botas de cuero fino negro.
—¡Oíd es el sonido de la desesperación!, el Lord que es nuestro protector no sabe qué hacer.
—Tiene miedo nuestro protector —exclamo otro hombre de la muchedumbre.
—Risenbal ya no existe —replico otro, que se encontraba junto a Harlan.
—¿¡Ahora vosotros a quien vais a seguir!?
—¡Quien nos va a atacar!
—El reino del Sur, sus aliados, tomaran todas nuestras tierras.
El hombre siguió hablando a la gente que le escuchaba atentamente.
—Es momento de implorar el poder de "Dios Invicto", el nos dio la ayuda en el pasado y ahora lo necesitamos. —el sujeto se arrodillo en el suelo colocando la frente en los pies del sujeto en el pedestal una estatua de bronce en dicho lugar.
—Dejad de suplicar, el "Dios Invicto" nos ayudara —toco la frente del sujeto y la marco con tinta roja en un punto, los demás oyentes se arrodillaron como el anterior.