El humo se incrementaba en tamaño como colinas en el cielo, oscuras toxicas con los cadáveres de los caballos incinerándose en los alrededores esparciéndose por todos los lugares, galopaban los que seguían aun con vida.
—Ese humo no lo notamos pero al final si estuvo desde el principio, que gracioso que esté pasando —susurro Brent mientras las nubes se elevaban sobre la ciudad; elevándose donde las cenizas de los establos se incrementaban en el ambiente, el comandante sentía el desasosiego desde los huesos hasta la piel, era la primera vez que se sentía confundido, aquella sensación de haber perdido algo.
En la ciudad trece caballos corrían desbocados por el miedo de las llamas, por todas las calles se oían los gritos de las personas asustadas, los animales corrían despavoridos sin rumbo llorando de dolor, otros simplemente tenían la carne prendida en llamas sin poder apagar el fuego en sus lomos, otros fueron prendiendo los comercios, y maderos con sus cuerpos, la carne el pelo de caballo chamuscado dejado en la calles ardientes cuando morían a paso lento hasta desfallecer.
—¡Esto en verdad está pasando!, el desembarco fue planeado desde mucho antes de llegar a tierra , quizás fueran meses antes.
—¿Qué quiere decir comandante? —Bert sostenía su corcel un momento, al ver a los otros caballos corriendo en llamas—. ¡Para wikus detente! —el corcel saltaba muy alterado.
—Ellos ya estuvieron aquí llegaron mucho antes, se infiltraron introdujeron espías en la ciudad, vieron nuestro cuartel, el número de guardias y lo peor de todo —se detuvo un momento para respirar—, saben de los puntos estratégicos y los débiles de la ciudad, las caballerizas fue uno de ellos. —Brent se quedo por un momento paralizado analizando que era lo que debía de hacer pero sus ideas solos eran ambiguas.
Noma que tampoco no sabía qué hacer no concebía alguna palabra pero la piel palidecía como su cien.
—¿Comandante que haremos ahora?, los planes han cambiado radicalmente. —dijo Bert.
—No lo previmos en ningún circunstancia, ya no tenemos una caballería —menciono Mike—, ¿es el ataque final comandante?, no hay otro objetivo importante más que los recursos de la caballería.
La llovizna aumentaba, los empapaba, una confrontación en lluvia es lo peor con las armaduras, las mallas, la capa y la ropa de lona.
Se ha dicho antes que los pueblos libres peleaban casi desnudos y confiaban tanto en su Dios que los sacrificios humanos antes de la batalla representaba tanto que no vestían ropas porque su Dios les protegería de todo mal y que los protegía de la muerte.
Brent incapacitado vociferaba.
—¡Mierda, joder la ciudad no, no va a pasar, la ciudad no va a caer hoy! —Brent apresuro el paso para salir al exterior, al avanzar vio un jinete que llegaba a la ciudad a toda velocidad, era un viejo amigo Saúl que venía sin descanso y sin alimentarse por todo el viaje a paso veloz.
Pero también noto en las costas unas fragatas extrajeras que se asomaban.
—¡Esperad! —grito Brent.
Byork salto del caballo.
—¡Comandante Brent, el puerto está en peligro! —cayó desplomado al suelo desmayándose, en la espalda traía clavado tres flechas que le mancharon toda la espalda de rojo oscuro.
* * *
El puerto lleno de almacenes, los barcos pesqueros aguardaban sin los tripulantes porque ellos esperaban en las posadas y en los bares de la ciudad, las trompetas sonaron al momento que las nubes aumentaban en esa tarde, casi pocos barcos salían de pesca y los marineros como los comerciantes gastaban lo ganado en los burdeles y los bares de la ciudad.
Exaltados salieron a las calles al oír los gritos de la gente, niños, hombres, mujeres, la ciudad se encontraba en conmoción, al reunirse en el cuartel de la guardia roja, los establos quedaban a poco de convertirse en cenizas.
—¡Es fuego! —gritaba una mujer con sus hijos sostenidos en sus manos. En las calles de la ciudad se reunían las personas amontonándose en grupos bulliciosos de curiosos.
—¡La ciudad esta siendo atacada!
—¡La guardia roja ha caído!
—¡Eso es imposible!
—¡La guardia esta en el puerto!
—¡Ellos estaban en las caballerizas ahora están muertos! —muchos murmuraban ante la desesperación de ese día. Sacaban baldes con agua llevándolos hacia el cuartel de la guardia tratando de apagar el fuego todavía vivo.
El dueño de la carnicería observaba como la gente se reunía entorno al cuartel.
—Eso es cierto, les pagamos el doble con nuestros impuestos y a la señal de ataque desaparecen vaya despilfarro de nuestro dinero.
—Lord Forhos nos ha de salvar den cualquier invasión. —el panadero que cargaba unas carretas de harina llevándoselas a donde ponerlas seguras.
Una mujer dueña de la posada el "Rosal" una mujer robusta.
—No, el Lord es un avaro exentico que se la pasa con sus extravagancias paseándose por la ciudad, no mandaría ni a un soldado aquí.
—¡Que dices bruja!, trágate esa lengua o te la hare tragar —dijo el recogedor de orina que pasaba con sus baldes de la tintorería apostado en frente de ella.
—¡Es una basura!, la guardia roja está más preocupa por el puerto que por su propia casa y nosotros. — El tabernero que se reunió con ellos.
—No se han dado cuenta imbéciles, la guardia es responsable es la única espada de nuestro lado, ellos están al servicio de la gente de la ciudad, es más importante para ellos estar en el puerto que en la ciudad, esto es un ataque del reino del Sur y ellos saben lo que hacen para defendernos.
—¿Por qué anciano? —refuto un sujeto en la calle de enfrente.
—Por el puerto la llegada de las fragatas sin protección es lo peor que se puede hacer, detenerles en este momento es difícil.
—Viejo crédulo ¿Qué puede ser más importante que sus establos? — Ingrid la dueña de la posada giro un momento antes de salir de su establecimiento.
—Es seguro que la ciudad está en grave peligro, por esa razón que la guardia se reunió en el con el señor feudal, no hay otra razón para explicarlo.
Los vecinos de la calle 32 salían a ayudar utilizando lo necesario para salvar y matar a los corceles que agonizaban en las calles, pronto las llamas se extenderían hacia las casas y los mercados en una manera de decir que todos ayudaban a calmar las llamas que se esparcían.
* * *
Armaron unas torres sencillas de madera donde se apostarían los arqueros.
Mike sentado en el suelo probaba el pasto del suelo coloco su mano en la tierra saco unas flores apara respirar su aroma, no sintió nada y se lo puso en la boca pensando que todo esto era una pesadilla clásica suya pues tenía problemas para conciliar el sueño.
Bert se acerco a la vez que pulía las hombreras de su armadura.
—¿Siempre lo haces?, es un poco raro.
—¿Hacer qué?, solo me gusta estar un momento en paz antes de lo que ya sabes, esto apesta, hay un momento de tranquilidad antes de una tormenta y me gusta sentir la escencia de la tierra que nos ha dado la vida y que posiblemente.
—Joder comer pasto en el suelo como una vaca. Una forma de entrar en la normalidad diría. Cada uno tiene sus métodos de llevar las cosas sabes cuál es mi método hacerlo con mi novia de las formas más interesantes que imaginamos —del rsotro de Bert se desprendía una mirada pervertida—, pero eso son cuentos bueno…
—Espera déjalo para después de la misión.
Mike esta vez no le escucho.
—Bueno en esto momentos yo también me siento extraño, además pensando en lo que sucederá, y me pregunte como ¿A qué sabe el pasto?, bueno saber a qué sabe respondería mi pregunta, pero tengo la mente en blanco y solo es eso. —Bert cogió un pedazo de pasto del suelo y se lo puso en los labios—, sentir el sabor de la tierra.
—Vaya tipo que eres, sino te conociera aseguraría que fueras otro, pero saber que eres tu entonces puedo resguardar mis espaldas con calma —sujeto y peino su cabello, lo tenía enmarañado de color rubio, saco otro pedazo de pasto para probar su sabor y continuo limpiando sus botas y se sentó.
—Joder sabe a mierda Mike. —continuo limpiando a Jerry una espada de brillante color amarillo que le pertenecía a su tío que había muerto años atrás defendiendo la ciudad de los rebeldes "Eldren".
Llegaban las tropas restantes de la guardia roja, alistando los yelmos, armadura, empuñaduras, espadas; la lluvia los alegraba un poco y refrescaba.
—Nos dará una frescura cuando estemos derramando la sangre del enemigo en la tierra.
—¡Les partiremos la cara! ¡Morirán como los perros que son! —el sujeto que gritaba se llamaba Graeval, el más fiero agresivo de los guardias rojos, un sujeto de estatura descomunal, la cara quemada por el sol y cicatrices en los labios, su fuerza era incomparable pero tenía una debilidad el alcohol y una fractura en la pierna derecha lo hacía vulnerable del flanco derecho pero esa fue su única derrota contra Karlo por el titulo de capitán y sucesor de Brent, Aunque Graeval tenía fuerza, pero la agilidad la etnia Karlo que fue su atributo más fuerte que le dio ventaja. Pero en los últimos días casi se convertía en un pandillero, con su grupo de seguidores; Matias, Bronn, Vike, Enserico, Brandon, apostados alabándole con cada broma que decía—. Cuando los acabe coleccionare sus cráneos como trofeos de caza los pondré en una mesa de mi casa y daré tributo para el Dios Sol.
—Yo te ayudare cuando les cortes los cuello —dijo Matias, entre carcajadas pero les trajeron licor y ese grupo comenzó a beber alcohol con unas doncellas jóvenes, pertenecientes a os burdeles del norte de la ciudad.
* * *
Los cargamentos de armas llegaban frente al puerto, el comandante Noma en su tienda esperaba los armamentos que llegaban a los puertos junto con Brent.
—¡Es hora llegaron! —grito Noma, pero por las manos del comandante que le temblaban después de que le sirvió dos vasos de vino y Brent los rechazo. Las manos de Noma temblaban y se derramo un poco de vino en el suelo después lo bebió con premura para calmarse.
—Esperemos a lo que dicten sus intenciones —Brent salió de la tienda limpiándose la nariz con su pañuelo, los pasos en el fango se hundían formando las huellas y a lo lejos observo como encallaban tres fragatas,
Noma también salió detrás de él.
—¿Qué crees es lo que buscan? —pregunto Noma.
—Después de los destrozos y pérdida millonaria de nuestros corceles, no esperaría nada bueno.
—Lo que le hicieron al cuartel, me preocuparía primero por saber que podemos vencer después llevaremos a su comandante a la horca, además debemos de ver y escuchar si acaso hablan nuestro mismo idioma —Continuo Noma.
Las tres fragatas esperaron sin que nadie baje de ellas, solo algunas siluetas de algunas personas ahí vigilando el puerto.
Pronto se oyó una trompeta proveniente de las fragatas atracadas en el puerto, Brent las escucho y dando las ordenes dos filas de veinte guardias se formaron detrás de él, los restantes fueron a hacer un refuerzo en la retaguardia de las tiendas y solamente unos diez jinetes que ahora solo sería un relevo para la primera y segunda línea de defensa en ese sector.
Karlo a la derecha de Brent siempre fue un lugar para el hombre de confianza del comandante.
—Si es el enemigo no sabemos mucho más que ellos de nosotros en cierta forma saben mucho más por quemar nuestras caballerizas y tengo que preguntarles de forma agresiva, lo que buscan será por honor o simplemente son barbaros que buscan saquear ciudades, de cualquier forma lo sabremos cuando nos reunamos.
Bert también se incorporo junto con ellos.
—Tus sueños de llevar a tu padre ante la justicia se retrasaran ¿no lo crees? —Bert pregunto a Karlo.
—No lo quiero matar, solo quiero las respuestas que le saque aunque tenga que torturarle la justicia hará lo dicte que sea su sentencia pero la búsqueda se retrasa.
Bert saco un viejo cuchillo de su bota.
—Este es Rain —señalando el cuchillo—, muchas veces me salvo de situaciones difíciles y me dio una ventaja me ayudo algunas veces y otras solo me dejo tirado pero en la mayoría de las veces me ha salvado la vida —la limpio con su ropa para darle brillo y se la entrego—, cuando esto acabe será algo interesante creo que me comprare unas tierras y me volveré granjero o criador de vacas o algo así quien sabe, cuida este cuchillo.
—He olvidaste a tu novia.
—No lo es pronto será mi esposa, creo que no lo mencione porque ya tengo a todos astiado repitiéndolo que ya estaremos casados.
—Tienes mucho optimismo, quieres darme ese regalo para ser como tú. —dijo Karlo.
—Bueno la vida me sonríe en estos momentos y creo que es bueno compartirlo con mis camaradas.
Karlo se quedo sin palabras pero comprendía las buenas intensiones de Bert.
—En cierta forma lo sé es de buena fortuna —dijo Karlo—. Además que nunca hemos cedido ante nadie y como tal vez sea tu última campaña ¿No lo crees?,
—Bert el granjero suena bien.
—Este amuleto es de buena fortuna y lo llevare conmigo para acabar con esta trifulca en buenos términos Bert. —Karlo lo tomo y lo guardo en su bota derecha.
—Este amuleto es de buena fortuna y lo llevare conmigo para acabar con esta trifulca en buenos términos Bert. —Karlo lo tomo y lo guardo en su bota derecha.
—Elisa, ya tiene tres años, siempre la regaño porque camina descalza, bueno dibuja muy bien ¿No lo creen?, de seguro será una mujer muy talentosa. Emma me dijo que lo llevara conmigo que sería un amuleto de la suerte por eso me lo pongo cerca de mi corazón. —mostro el dibujo una vez más el dibujo con un gesto de alegría lo beso y lo guardo debajo de su armadura.
—Wow que aburrido pero lo entiendo. —dijo Bert.
—Deja de bromas, es algo importante —Karlo se levanto y les dijo—: es hora de prepararnos, esos barcos no se mueven están ahí quietos por mucho tiempo, no sabemos que pasara están perdidos tal vez naufragaron —lo dijo con gesto de broma.
—Karlo dijiste en el cuartel que podría tratarse de una invasión y solo vemos tres fragatas encalladas con sesenta hombres, no podrían ni llegar a las puertas sin perder a casi toda su fuerza. —Bert asomándose hacia la costa.
—Es posible que me haya equivocado, pero es demasiado extraño el porqué no salen a saludarnos, es extraño desde lo que veas. —Karlo atento a las señales en las fragatas.
Mike alarmado pronuncio.
—¡Los barcos se mueven! ¡Las personas de ahí están desembarcando! —señalándoles.
Desembarcaron tres sujetos que parecían ser los líderes de cada tripulación, vestidos en pieles de bestias, los yelmos eran de los más extraños llevaban sujetados cuernos de animales, los tres poseían armas; como un hacha que sobrepasaba la altura de una persona normal. Brent nunca había visto algo igual algo así sería imposible de manejar en una batalla, el otro sujeto llevaba una maza con espinas y en la región posterior de su cabeza plana y el ultimo traía dos armas extranjeras, "Jennax" dos cuchillas con forma inclinada hacia adelante y la otra inclinada hacia atrás esas armas son poco conocidas, son de origen de las tierras de "Growel", quienes aprenden este estilo de pelea con las "Jennax" son de entrenamiento duro no puedes salir como guerrero en este arte sin haber vencido a tus camaradas pues no hay poseedor de estas armas, las puedes ganar una vez que hayas enfrentado a diez de sus camaradas y solo saliendo con vida las obtendrias, para heredar las Jennax debes de matar a tus camaradas en una pelea de todos contra todos. Además quien enfrente a un guerrero "Jennax" tendrá en mente que su estilo de pelea es muy diferente e impredecible por no precisar en la protección sino en la forma agresiva de ataque sin medir las consecuencias, las espadas son cortas y de distinto alcance y dirección. El ataque no es directo como una espada convencional sino impredecible como los movimientos deben de ser calculados para sobrevivir.
Brent y Noma tomaron la marcha para recibir a los invitados parados ahí enfrente de ellos, dejando huellas hechas por sus botas en la arena húmeda avanzando hacia lo que no conocían, los extraños les esperaban a que llegasen los anfitriones hasta ellos.
Brent cuando se acerco saco su espada y la arrojo a la arena en señal de que iba desarmado, Noma hizo lo mismo tiro su arco y flechas y una daga negra con impresiones brillantes doradas.
Brent se recogió la cabellera canosa con las manos para mostrar su rostro.
—¿Alguien de vosotros habla mi idioma? —Brent pregunto cortésmente.
El Jennax hablo de inmediato.
—Solo yo hablo vuestro idioma, como veras mi acento hace notar que soy de una de las villas en "owenground", mi niñez y juventud la pase ahí por esas razones puedo comunicarme muy bien con ustedes, pero por circunstancias no venturosas me llevaron al Mar y seria una historia muy larga para contaros en este momento y debo decir que otras tierras me acogieron y me dieron otro sentido a mi vida, y ahora soy el que dirige como una especie de capitán para estos hombres a ambos lados de mi persona y también como un traductor.
El Jennax de cejas espesas y robustez estaba tan tranquilo y continuo dirigiéndose hacia ellos.
—El de lado de la derecha el de la maza se llama "Odarion el grande" el comanda a 700 hombres.
—Vaya número. —dijo Brent.
—Y que lo es —continuo—. El de la izquierda es Harman que comanda a 900 hombres ——Harman se inclino como una especie de reverencia—, y mi nombres es Xaros Traleniss comando a 500 valientes guerreros. Mis camaradas no hablan el idioma común y por esa razón yo estoy interactuando con vosotros.
Noma de improviso se sobresalto.
—No comprendemos lo que quiere decir Xaros. —dijo Noma.
Brent en lo político no era bueno pero sin previo aviso Noma empezó. Sin las razones elocuentes recordó algo que decía su maestro muchos años atrás, que un general un soldado común sabio sabe ganar las batallas sin pelear o participar en ellas si las posibilidades existen, esa es la verdadera victoria. No quería exponer la vida de la guardia roja entera, ellos eran importantes para él, pero si la guerra es parte de la vida de una nación, huecos de dudas gestaban en su cabeza.
—¿De dónde vienen? —pregunto Brent y se detuvo a escuchar la respuesta.
—¿Has oído del Clan "Jennax comandante"?
—Si escuche de ellos, oí acerca del clan, que su regla e incluso que también que tiene una sentencia de muerte a cualquiera que enseñe su esgrima a ejércitos extranjeros alguien así es condenado a muerte, son pocos los conocedores de su esgrima.
—Que solo los hombres que pasan la prueba de muerte pueden ser otorgados las espadas. Solo unas cuarenta personas posen tales atributos.
—Si eso lo que escuche, también entonces cuarenta personas buscan tu cabeza
—"Danza de Kali" así lo denominan y es por ellos que no debo regresar a mi villa, digamos que ahora son cien guerreros que conocen la técnica de esgrima.
—¿Ya veo?, los motivos son prudentes para esa situación.
—Todos mis subordinados saben la técnica la danza de Kali, incluso hay más hombres con mejor talento que no pertenecen al clan Jennax que dominan la técnica es por eso que mi cabeza tiene un precio ahora. En cierta forma le debo mi lealtad a un gobernador más diligente y piadoso al que sigo ahora.
—¿Qué gobernante? —pregunto Brent.
—Sí, todos nosotros seguimos al líder de entre todos mortales, que rige no como un líder por herencia sino por proclamación popular de las distintas regiones de los pueblos, de las tribus más allá del mar —tosió y continuo—: La monarquía siempre ha sido dirigida por reyes codiciosos, y no es lo mío no es lo que conviene a las personas, nuestros pueblos son pobres pacíficos, nunca hacemos una guerra solo por codicia y apropiarnos de lo que no nos pertenece, solo que ahora tenemos miedo, mucho miedo de lo que se avecina. —dijo Xarox seriamente.
—¿Miedo de que? —pregunto Brent de nuevo—, cruzar el mar es un riesgo en estos días pero de tomar tierras y asesinar inocentes pero ¿Tienen miedo de qué?
—Lo veras cuando pasen unos meses de unas cruentas batallas, si las predicciones del oráculo se cumplen será un año del Dios de la Sangre.
—¿Batallas?, pero esta reunión es para solventar algunas dudas y conocernos mejor, no siempre se conoce gente del otro lado del mundo.
—A veces una batalla soluciona muchas diferencias amigo y calma el mar agitado si las respuestas no son bien recibidas de ambas partes —saco de su bolsa una planta extraña de color azul y la mastico—, quiérase o no eso es lo que queda tras una buena discusión muy larga tal vez de años un tiempo que no tenemos —dijo Xarox luego le ofreció la planta a Brent.
—Es una planta extravagante —tomo un pedazo de las hojas para masticarlas—, no quiero ser impaciente ni descortés pero debo de preguntar de nuevo —los tres sujetos le observaron—, ¿Qué es lo que buscan? —Brent masticando las hojas verdes de propiedades medicinales.
—Comandante, si puedo decirte los planes de nuestro líder "Nodor" sería algo interesante pero como muchos no son como tú que pareces ser la persona más diligente y con la que se puede racionalizar algunas dudas de naciones y como es debido nadie nos entendería, más claro casi toda la población de esta ciudad nos acusaría de mentirosos y mostrarles las pruebas fehacientes de los hechos es que por supuesto las tenemos serian rápidamente destruidas e retorcidas a las quejas de los veedores.
—¿Qué es lo que tienen? —Pregunto Brent y Xarox giro hacia sus camaradas—. ¿Cuántos son?
Harman le respondió en su idioma hacia Xarox para traducirlo.
—Dice Harman que tres vivos, son feos como bestias y peligrosos. —tradujo Xarox.
—Si me habláis con más preguntas no llegaremos a ningún lado Xarox —respondió a Brent—. Como lo dije antes, podría explicártelo todo y aun así no me creerías por completo y que ya no tenemos mucho tiempo, solo te diré unas cuantas palabras el terror no está en la tierra si no de donde viene, del Mar hablando con certeza. En realidad en otras circunstancias podríamos ser amigos pero los cursos rigen a las medidas de mi pueblo.
—Que el terror viene del Mar, vaya Xarox , quiero preguntar más acerca de lo que dijiste.
—Las guerras entre los hombres creo que han de acabar pronto, o tal vez ya no existan más personas y nos extinguiremos. La paz que ha gobernado por tantos siglos ha acabado, los dos reinos tanto como el del norte y de del Sur van a caer dentro de muy poco, podría decirte que el día de hoy empieza, es apenas el amanecer del fin todo. Mi señor como
guerrero como los que me siguen son creyentes para salvar a muchos, la vida de millones es en mejor medida algo para sus hijos dejarles vivir en algo de tierra.
—Salvar a muchos atacando y asesinando sin piedad a otros pueblos, eso no es lo que no entiendo.
—A veces es necesario sacrificar a unos cuantos para salvar muchas vidas, para salvar la vida de las personas inocentes es necesario sacrificar a estos.
—Te refieres a la gente de la ciudad —Brent no comprendía nada, cada palabra que emitía Xarox se salía de la lógica normal tales cosas fueran solo palabras al azar sin sentido—. Debo de decir una última cosa puedes entrar a la ciudad con mi permiso, te daría alojamiento, una cena para tus hombres, además que la ciudad os entregaría un tributo de oro, plata y pieles —Brent señalándoles con las manos para que ingresen hacia las puertas de la ciudad.
—Es tarde, para nosotros y también para ustedes —Xarox suspiro—, me encomendaron una segunda tarea muy importante y no puedo hacer otra cosa más que atravesar la ciudad de inmediato.
—Me temo que no hay otra opción. —replico otro.
—Comandante tome a sus hombres para resguardar lo que pase.