En un mundo envuelto en caos absoluto, los guerreros de Aethoria luchan contra un sabio en una batalla desesperada por la Espada Divina. Esta arma legendaria no solo decidirá el destino de su mundo, sino también el de muchos otros universos que ahora están al borde de la destrucción, Mientras Nevaeh sigue luchando valientemente junto a sus compañeros, la realidad se altera una y otra vez, como si los universos estuvieran intentando resistirse al caos que los consume. Cada batalla no solo deja cicatrices en el espacio y el tiempo, sino también en ellos mismos.
Los paisajes cambian sin previo aviso: un bosque puede convertirse en un desierto, un castillo en ruinas en una ciudad flotante. Incluso las leyes de la física parecen romperse, dejando a Nevaeh y a los suyos en una constante lucha por adaptarse y sobrevivir.
Esta guerra tiene sus raíces, un siglo atrás, cuando la Espada Divina, con su poder para alterar el destino de los universos, fue desenterrada por primera vez. Su resplandor, capaz de iluminar incluso las sombras más profundas, Salió a la luz con inmenso poder. Esta espada no solo es capaz de alterar los infinitos universos, sino que es capaz de crear conceptos y destruirlos a voluntad de quien la porta. Esta espada se llama Drakon. Una vez tiene un portador, no puede tener otro, ya que si cae en diferentes manos, esa persona moriría e inevitablemente volverá a las manos de su portador original hasta que muera.
Dentro de cada reino existe una jerarquía de caballeros y soldados, todos altamente capacitados para defender sus tierras. Esta jerarquía se divide en varias categorías, comenzando con los caballeros comandantes, quienes lideran las fuerzas, y culminando en las jerarquías supremas de cada reino: los Caballeros Sombríos, que representan la élite del reino de Sombrafel; los Soles Crecientes, guardianes máximos de Aethoria; los Anubis de la Infinitud, protectores de los elfos y hadas, quienes, aunque pacíficos por naturaleza, mantienen una defensa preparada para casos de emergencia; y los Guerreros de Acero, los invencibles campeones del pueblo gigante. Cada uno de estos títulos representa no solo un rango, sino también la esencia y el poder del reino al que sirven.
Aethoria, conocido como el Reino de la Luz, es el más poderoso de los cuatro reinos existentes, un bastión de esperanza que se alza frente a todos los infinitos universos. Los 4 reinos son: el Reino de la Luz (Aethoria), el Reino de las Sombras (Sombrafel), el Reino de los Gigantes (Thromgard), y el Reino de los Elfos y hadas (Sylvaris).
El reino de los elfos y hadas es un lugar tranquilo y placentero, pero queda prohibida la entrada a extranjeros, ya que según ellos, así previenen una guerra o ataque enemigo, poseen una magia tan poderosa que la omnisciencia allí es inexistente, de esa forma ellos protegen el reino. Por otro lado, el reino de los gigantes, que está lleno de valientes guerreros listos para sacrificarse por su reino, es un lugar con mucho jaleo, ya que están entrenando todos los días, excepto los sábados y domingos, que tienen descanso. Después está el reino de Sombrafel, que está lleno de caballeros que buscan la paz a su manera. Milenios atrás, fue atacado por el reino de los gigantes y el reino de la luz. Desde ese momento, Sombrafel ha preparado caballeros de alto rango para las guerras. Y por último, tenemos al reino de la luz, un lugar perfecto y lleno de manjares exquisitos y caballeros, sin olvidar la buena bebida que ofrecen. Es un lugar abierto para extranjeros. Cada reino tiene un rey, que es un dios diferente. Cada dios se ocupa de mantener el equilibrio en su reino.