Un solo dedo es el símbolo de la vida, la existencia y la propagación, una bendición primero otorgada a los diminutos seres que poblaron los océanos antes de la historia. Dos dedos simbolizan el mutualismo, el intercambio y el crecimiento, bendición para los primeros que entendieron que la cooperación los vuelve más fuertes ante la adversidad. Tres dedos simbolizan el instinto, las emociones y la capacidad de determinar la existencia de uno mismo, otorgado a las bestias más fuertes y resilientes que decidieron abandonar el mar en busca de nuevos horizontes. Cuatro dedos representan la inteligencia, el entendimiento de la realidad, el poder de crear lenguaje, arte y civilizaciones, otorgado a las razas que anhelaban más que el simple sabor de la carne y capaces de controlar su propio destino.
Cinco dedos; solo pueden existir cinco especies con esta bendición, representan el poder, la fuerza y la divinidad para cambiar la existencia misma, la capacidad de manejar la fracción del poder de un dios, la bendición que nos separa a nosotros los Helenos de las bestias, lo que nos otorgó el derecho a reclamar este mundo y el que nos obliga a competir contra la naturaleza misma, el favor de los dioses, cinco dedos para cinco grandes razas.
Autor sin nombre – Quinientos Veinticuatro Años después de Helena
Asterión despertó de su profundo sueño con su pelo largo y barba desaliñada cubriendo la totalidad de su cara, no estaba durmiendo en su cama, se había caído en una pila de notas, cartas y mapas de un laberinto, sin embargo siguió durmiendo como si nada hasta que el sol chocó contra su pálido rostro y sus grises ojos.
-Maldición, hoy va a ser un día muy largo.
El joven de casi cuatro codos(1) de alto se levantó cansado y aletargado, se puso su túnica blanca, unas sandalias y se llevó una hoja casi al fondo de la pila de papiros de donde dormía, esta tenía un sello brillante de un carnero que parecía emitir una tenue luz propia. Asterión salió de su casa, el sol apenas se levantaba por el este y no había mucha gente alrededor, caminó unas cuadras hasta entrar a una taberna que ocupaba por lo menos un tercio de una calle cercana al mar. En la taberna solo había un empleado con algunos kántharos(2) y algunos borrachos que aún estaban repartidos en las esquinas, el más grande de todos aún bebía y parecía molestar con su presencia al empleado, que evitaba la mirada.
-Buenos días Asterión, cada vez llegas más temprano.
Asterión solo levanto su mano y caminó hasta la barra, no solo separaba a clientes de los tragos, sí no que también de un enorme mapa que cubría casi toda la pared con un laberinto gigante, lleno de notas detalladas en varias partes, pero incompleto en otras, al recostar sus delgados brazos sobre el mesón el joven que estaba limpiando tomó una pluma y un papiro.
-Veo que hoy estas tu solo ¿Que exploración planea para su equipo hoy, Polemarca?
Asterión saco de su manga el pergamino con el sello brillante del carnero, el rostro del administrador que parecía tranquilo se puso considerablemente más serio.
-Informaré para que preparen sus suministros inmediatamente.
El joven se marchó a paso rápido, salió de la taberna y desapareció de la vista de todos, Asterión se sentó a esperar en el mesón colocando el pergamino sobre la mesa y relajándose mientras trataba de no caerse dormido de nuevo, mientras tanto el gigante borracho recostado en la otra esquina no podía dejar de mirar el brillante papiro con el carnero, se acercó de a poco hasta observar el sello y no pudo creer lo que sus ojos estaban viendo.
-¿E-es el sello del Arconte de la luz?
Asterión solo lo observaba al gigante mientras tomaba el papiro y lo ocultaba bajo su manga para tratar en vano de no tentar tanto su suerte con el mastodonte.
-¿Como puede una pequeña mierda como tu tener algo así, sabes siquiera cuánto vale eso?
El borracho puso sus grandes puños sobre la mesa y miro al muchacho firmemente a los ojos, este último no estaba interesado en un interrogatorio ni una discusión por lo que simplemente agarro los kántharos que estaba limpiando el empleado y sirvió vino para ambos.
-Ten, cuando vuelva de esta exploración tendré para regalar a todos en el bar.
Asterión buscaba evitar un conflicto tratando de ser amable, pero en el fondo sabía que ya había cometido un error, este pergamino contenía un sello de altísimo grado y cualquiera podría tomarlo de sus manos y llevarlo a otro lugar, ya sea para completar la tarea ellos mismos y robarse la recompensa o simplemente robarse los suministros que se entregan para realizarla, de todas formas misiones fallidas ocurren todos los días y tampoco es que a los lideres les importe mucho quien completó el encargo mientras se haga, aunque, solo maniacos o estúpidos robarían algo tan importante que fue firmado por un Arconte y se arriesgaría a una pelea contra otro heleno, uno como el que tiene frente a sus ojos; el borracho acepto el trago de todas formas.
-Haha, gracias por el trago pequeñito.
El gigante se sentó al lado de Asterión; traía un enorme garrote de casi su mismo tamaño; como de unos cuatro codos de altura, dejó su arma del lado contrario y empezó a beber del cántaro.
-Esta exquisito fíjate, no niego que sabes de vino, pero no puedo dejar de preguntarme ¿Cómo un debilucho como tu pudo obtener una misión del mismísimo arconte?
El borracho acercó el anillo marrón de su dedo anular hacia Asterión.
-Ni siquiera brilla en lo más mínimo ¿Un hombre con un alma tan pequeña encargado de una exploración del más alto rango, estas seguro de poder realizarla o solo quieres robarte un par de cosas?
Asterión tomó un trago y luego exclamó.
-Solo soy el polemarca, no necesito tener una gran bendición para hacer mi trabajo.
-Aah, entonces tu solo llevas la carga como un burro y tus compañeros hacen todo el resto ¿Verdad? sabes que aquí no nos gustan los cobardes.
Asterión bebió toda la copa, necesitaba hacer tiempo hasta que llegara el empleado.
-Voy por más vino.
El gigante dio un apretón fuerte al hombro de Asterión para que este no pudiera levantarse.
-Mira muchacho te lo haré sencillo, entrégame el pergamino y sal de aquí, yo me encargare de esta misión.
Su agarre se hizo más intenso, buscando intimidar al hombre, pero Asterión no bajo su mirada, incluso ante el dolor.
-Bueno, quizás tendré que romper algo, así no tendremos más cargas inútiles como tú en el laberin-.
Apenas menciono la palabra "inútil" Asterión tomó su decisión, agarró con fuerza el kántharo de su mano y lo estrelló en el rostro del gigante, destruyendo la jarra y llenando de esquirlas su nariz, labios y ojo izquierdo. Asterión se liberó del agarre y corrió al centro de la taberna buscando a alguien en el lugar, pero no había ningún empleado, solo borrachos tirados por el lugar por lo que intento escapar, sin embargo, el anillo del gigante se ilumino intensamente y se formó un círculo de rocas alrededor de su dedo que parecían nacer del mismo anillo como si este fuera un pequeño Saturno, en ese momento un muro de piedra cubrió la puerta y ventana del lugar, encerrándolos a todos en la taberna. El anillo marrón perdió su brillo y por lo tanto la capacidad de crear otro favor como el anterior por un tiempo, el gigante agarró su garrote y corrió abalanzándose sobre Asterión, este esquivó el garrote por la izquierda, dio vuelta una mesa y se colocó detrás de ella, el gigante levantó su mano y desde la punta de sus cinco dedos brotaron pequeñas piedras que formaban una roca cada vez más grande y densa, la cual agarró y lanzó con una fuerza destructora, la roca destruyo la mesa obligando a Asterión a salir de su improvisado escondite lanzando una silla de madera contra el enorme Heleno la cual rompió de un puñetazo, en ese momento el polemarca corrió hasta el gigante llevando una pierna desprendida de la mesa, con la cual golpeo la entrepierna del borracho, sin embargo este último antes de caer por el dolor logró balancear su arma y golpear a Asterión con el garrote, lanzándolo contra el muro creado por el sujeto, ambos se retorcieron del dolor en el suelo durante un rato antes de volver al combate.
-Un anillo de su calidad debería recuperarse en un ciclo de una clepsidra(3), ya debe ir por la mitad.
Asterión pensaba, debía escapar o terminar el combate lo más rápido posible, tenía el brazo izquierdo roto junto a algunas costillas, por lo que optó por la segunda opción, levanto el brazo derecho y gritó.
-¡EH, GORDO ESTÚPIDO ¿CUANTO TIEMPO MÁS VAS A RETORCERTE COMO UN CERDO EMBARRADO?!
El gigante ofendido corrió hacia el joven y con todas sus fuerzas balanceo el garrote a dos manos en dirección a la cabeza, pero Asterión logro esquivar corriendo por debajo del arma y chocando su cuerpo contra la pierna izquierda del gigante, haciéndolo perder el equilibrio, golpeando el muro con el garrote y su cuerpo, derribando su propia creación, el gigante quedó tumbado y aturdido pero Asterión tampoco estaba muy compuesto, trataba de recuperar el aire luego de recibir un rodillazo en casi toda el área de su torso, de nuevo ambos se levantaron lentamente entre el polvo y los escombros, se miraron por unos momentos pensando su siguiente movimiento y el anillo del gigante volvió a brillar, generando sus propios anillos de piedra de nuevo.
-Mierda.
Fue lo único que pudo murmurar Asterión, en ese momento el gigante enterró sus dedos en la tierra y con una fuerza hercúlea levanto una enorme piedra de casi su mismo tamaño, el suelo sin embargo apenas tenía pequeñas marcas y erosiones, como si el tipo hubiera reemplazado inmediatamente las piedras de la tierra mientras desenterraba esta roca de la nada, la cual lanzo contra Asterión durante el mismo movimiento con el que la desenterró y sin perder nada de momento, como si pesara lo mismo o incluso menos que la roca de su lanzamiento anterior, Asterión solo pudo cubrirse con el brazo y saltar hacia atrás, la piedra se destruyó contra su cuerpo y lo lanzó violentamente por la calle. Ya no podía seguir peleando y apenas estaba consiente, el gigante estaba adolorido y confundido, pero fue victorioso.
-HAHAHA ¿Por qué no usaste tu bendición pedazo de imbécil, te crees tan bueno maldito presumido?
Asterión pensó en todas las palizas que sufrió y como siempre terminan en lo mismo, todos los seres vivos que nacen con cinco dedos en sus manos reciben una bendición, una capacidad de transformar la materia en función al brillo y tamaño de su alma, ricos y pobres, tontos e iluminados, hombres y mujeres, todos y cada uno de los Helenos son capaces de utilizar sus bendiciones desde nacimiento, todos excepto el pobre Asterión, un verdadero defecto de la naturaleza, un falso Heleno, una bestia más que un hombre, un augurio de mala suerte y demás insultos que ha recibido en su corta existencia, por lo que Asterión ya lo sabía, ya sabía que nunca podría haber ganado ese combate y antes se hubiera rendido ante la frustración de su debilidad, pero ahora está bien, porque en el momento que el frio de las piedras en su espalda empezó a ser vencido por el calor que sentía aproximándose por su cuerpo, él supo que el combate ya estaba terminado. El gigante se acercó lentamente y al extender su brazo sobre el cuerpo de Asterión un espadón negro de pura obsidiana cortó su mano, el anillo que tenía el gigante convirtió casi al instante el trozo cortado de carne en una roca tosca y erosionada manteniendo apenas su forma de mano original, el borracho gritó de dolor y cuando levanto su muñeca cortada con la otra mano para ver el daño ya tenía la hoja negra apuntando su cuello.
-¿Vive o muere?
Pregunto la alta y atlética mujer que empuñaba el espadón a dos manos y con rojas escamas que adornaban todo su cuerpo como una armadura natural, miró con sus ojos amarillos y pupilas verticales a Asterión, que simplemente levantó su mano y oculto su pulgar con sus otros dedos, con lo cual inmediatamente la guerrera quitó el arma del cuello del gigante, ocultó sus alas y lo golpeó en el mentón, dejándolo inconsciente, su espada brilló al rojo vivo y cauterizó el corte del hombre ya derribado.
-Gracias Laconia.
Mencionó suavemente en el suelo el polemarca, la mujer lo levantó lentamente del piso y lo llevó apoyándolo en su hombro dentro de la taberna, una cálida luz brotaba de ella que tenuemente, como el movimiento del sol sobre el horizonte sanaba las heridas de Asterión.
-¿Como es que eres tan desafortunado?
-Bueno, los dioses no me bendijeron con nada más que mucho sueño y varios sueños al parecer.
-Y aun así sigues aquí... La próxima vez que recibas una misión del tonto de la luz me quedaré contigo.
-No te preocupes por tonterías.
Al pronunciar esas palabras la reptiliana cola y ala de Laconia abrazó a Asterión con un profundo cariño, ella sentó al polemarca y tomó el papiro bajo su manga.
-¿Viene el resto?
-Solo el nuevo, los otros dos dudo que aparezcan.
-Es suficiente.
Ambos toman un trago de vino y observan la destrucción, los borrachos durmiendo en el suelo no se movieron un milímetro, de un modo milagroso ninguno resulto herido y roncan como si nada hubiera pasado, Laconia suelta una pequeña risa.
-Hasta los borrachos están más bendecidos que tú.
Laconia menciona lo último con un tono ligeramente sarcástico y Asterión finalmente sonríe un poco.
-Jeje, solo dame tiempo, ya verán de lo que es capaz un pobre y débil hombre con algo de cabeza.
Polemarca: El cerebro de las falanges y usualmente el líder de estos grupos, encargados de administrar los recursos y elegir rutas en el laberinto, en combates dan las órdenes y organizan las estrategias, especializan sus bendiciones en apoyar a sus aliados o entorpecer al enemigo, suelen ser bendecidos por Aura o Antrífide.
Codo(1): Unidad de medida, un codo igual a 0,463 metros.
Kántharo(2): Vasija de barro.
Clepsidra(3): Reloj de agua, un ciclo de clepsidra igual a un minuto.