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Chapter 2 - Confianza

Las heridas de Asterión estaban casi sanadas y se encontraba sentado en la taberna mientras Laconia estaba de pie a su lado como si fuera su guardaespaldas.

 

-No tienes que estar de pie todo el tiempo sabes.

 

-Me lo repites cada vez que te sientas, no es mi culpa que seas un perezoso.

 

-Guardo energías para la misión.

 

-Si, caminar y hablar te cansan bastante al parecer.

 

-Me lo merezco luego de la bienvenida que acabo de recibir.

 

Luego de la espera finalmente vuelve el empleado del lugar, observa la destrucción atentamente, pero no parece muy sorprendido, levanta su mano derecha y en su dedo anular hay un anillo exactamente igual al del gigante que brilla intensamente mientras hace orbitar pequeños escombros, el hombre reconstruye toda la muralla de piedra quedando exactamente igual que en su estado original.

 

-Tendrá que pagar por el kántharo roto señor.

 

Le informó a Asterión mientras este se levantaba y procedió a subir unas escaleras detrás de la barra junto a Laconia, este miró a los ojos serpentinos de la guerrera y con una sonrisa burlesca le susurró:

-No se dio cuenta que me robé unos tragos de vino.

 

Laconia respondió golpeando ligeramente el brazo de Asterión haciéndolo tambalear.

 

El empleado los dejó en una habitación con solo unas sillas y una mesa de centro con el mapa del laberinto en el cual estaba tachado con una equis un espacio supuestamente blanco entre dos rutas, en la habitación se encontraba sentado un joven fuerte y alto, equipado con casco tracio de visor adornado con una pluma la cual ocultaba su rostro, unas grebas y unos guardabrazos, estos últimos de un bronce limpio y pulido similar a los de los hoplitas que vigilan la ciudad, cargaba una espada sica y una honda como armas, el joven observó con gran interés a Laconia, se quitó el casco, revelando un rostro fino y delgado con una cabellera rizada y dorada que llegaba hasta la nuca además de unos ojos grandes y anaranjados como la miel, el soldado se levantó de su asiento rápidamente para saludarla cordialmente mientras se arrodillaba.

 

-Buenos días señorita Laconia, soy Niko el nuevo tracio de su escuadrón enviado por el mismísimo arconte de la luz, mi bendición viene del favor de Zeus y me especializo en combates cortos, muchísimas gracias por esta oportunidad, prometo no defraudarla mi capitán.

 

Asterión sonrió ligeramente mirando a la mujer.

 

-Otro fan tuyo "señorita Laconia".

 

Mencionó eso soltando una minúscula risa que se aseguró de que Laconia escuchara, ella forjó una mueca de cansancio por tener que explicar la situación quien sabe ya cuántas veces.

-Saludos soldado, agradezco tus palabras y entusiasmo, pero yo no soy el capitán de esta misión esa es tarea del polemarca Asterión a mi lado.

 

Niko levantó la mirada y como una lluvia de escepticismo dudó completamente de esas palabras al ver a ambos sujetos al lado del otro, Laconia es una de las guerreras más fuertes de la polis(1), un genio del combate armado y con un alma casi el triple de grande que el de un heleno promedio gracias a la sangre de Hidra recorriendo su cuerpo que le dota su mítica apariencia, cuatro codos de alto y un cuerpo lleno de duras escamas rojas que funcionaban de armadura natural que complementaba con guardabrazos, grebas y una coraza de bronce enrojecido, incluso su rostro y cuello tienen algunas escamas para proteger zonas vulnerables, también poseía una gruesa cola que funcionaba no solo para mejorar el equilibrio al balancear su negro espadón de obsidiana, sino que también como catalizador para su bendición, junto a unas alas negras rasgadas que a pesar de no servir nada más que para planear algunos metros, ella utilizaba para ocultar fintas o alejarse rápidamente de sus enemigos, además de unos grandes ojos completamente amarillos con unas pupilas verticales que muchos creían le permitía ver en la oscuridad, ella es una máquina de matar con fuerza e inteligencia muy por encima del promedio, por lo que cualquiera se sorprendería de ver que está al servicio de un hombre como Asterión, un tipo delgado, débil y con un alma apenas distinguible que el de un animal cualquiera, con un cabello largo y barba descuidada, más parecido a un vagabundo sin hogar que al capitán de un escuadrón, ni siquiera estaba armado o equipado con absolutamente nada, era indistinguible de un civil cualquiera "¿Por qué la señorita Laconia sigue las ordenes de este sujeto?" se preguntaba Niko al observarlos, pero no cuestionó las ordenes de la mujer y como buen soldado simplemente siguió las ordenes de su superior.

 

-Entendido, saludos polemarca, un gusto conocerlo.

 

-Saludos Niko, soy Asterión el polemarca de esta "media" falange, veo que ya sabes sobre nuestra bestiaria Laconia, el arconte te recomendó así que espero grandes cosas de ti.

 

Ambos se dieron un débil apretón de manos, Niko seguía sin estar convencido de este polemarca, pero no tenía más opción que confiar en la decisión de Laconia. Asterión procedió a explicar el plan en el mapa del centro.

 

-La ruta del laberinto hacia la isla de Scíathos ha sido bloqueada por un nido de myrmekes que cavaron numerosos túneles en la zona, el campamento en medio de la ruta está a punto de ser derrumbado por lo que nuestro objetivo es proteger el lugar y salvar a los sobrevivientes mientras el arconte ubicado en la isla se dirige a destruir el nido, también llevaremos comida al lugar, en la habitación de al lado están los suministros, tú y Laconia llevaran los sacos, eso es todo por ahora, vamos.

 

-¡Ey espera! ¿Solo somos nosotros tres? No formamos ni siquiera una falange ¿no tienen otros dos compañeros? lucharemos contra cientos de esas bestias solo nosotros y quizás los pocos soldados que quedan del campamento.

 

Exclamó Niko con una acertada opinión, normalmente las falanges se componen de cinco integrantes que cubren las debilidades de cada uno dentro del laberinto y quien sabe cuánto tiempo tendrán que defender el lugar. Pero Laconia simplemente lo miró a los ojos y dijo con voz de mando:

 

-No cuestiones de las órdenes del polemarca tracio.

 

Niko no tuvo más opción que confiar en la persona que respeta y junto a la guerrera cargaron los dos pesados sacos, uno lleno de pan, queso, jamones y agua, el otro llevaba montones de vasijas cerradas.

-¿Qué llevamos en este saco?

 

Preguntó Niko desconcertado pensando que el inepto de Asterión olvidó informarle a su equipo.

 

-Si te lo digo el plan no va a funcionar, solo te digo que no se te ocurra acercarlo al fuego.

 

Niko no podía creer la situación, pero al ver que Laconia tomó el saco de alimentos y caminó fuera de la habitación junto a Asterión el hombre simplemente tomó el saco y salió con ellos, bajaron hacia la entrada de la taberna y salieron del lugar.

 

Caminaron por las calles de la ciudad, el sol golpeaba con toda su fuerza la gran polis de Helena, fundada y nombrada en honor al primer ser humano en nacer con cinco dedos, las manos de un dios, la reina con su fuerza destruyó a los abusivos centauros que masacraron y esclavizaron humanos durante casi quinientos años, elevando a hombres y mujeres que ya nunca más se llamarían a si mismo humanos si no helenos, en honor a la heroína más grande de su historia. La ciudad estaba construida en una enorme meseta frente al mar y se encontraba rodeada de varias atalayas de piedra y mármol que se erigían hasta los ciento cincuenta y un codos de altura, la polis estaba llena de templos que se elevan por sobre las casas de adobe, con calles anchas y repletas de mercados. En el centro se encuentra la acrópolis donde viven los arcontes y la descendencia de Helena además del Partenón, el templo más grande de todos donde están las estatuas de los cinco dioses helénicos.

 

La "falange" de tres integrantes caminó hasta la falda de la meseta de la acrópolis en donde estaba una enorme entrada de piedra, adornada con estatuas de los grandes exploradores del laberinto.

 

-¿Cómo es que construimos esto sin las bendiciones? No puedo imaginar la cantidad de esfuerzo que se necesitó para esto.

 

Conversaba Niko con Asterión mientras descendían las enormes escaleras hacia el laberinto.

 

-Bueno, supongo que los seres vivos llegan a cualquier extremo para sobrevivir, aunque no me imagino vivir bajo la tierra como un myrmeke.

 

Durante el camino varios grupos iban juntos al inicio, pero lentamente fueron tomando rutas distintas, algunos buscaban minerales abandonados, otros estaban atentos a túneles de myrmekes para destruirlos y la mayoría buscaba el camino hacia otra isla.

 

El laberinto es una enorme red subterránea de enormes caminos de piedra bajo el mar que conecta cada isla del territorio, según historiadores, existe hace más de tres mil años y los helenos vivían mayormente en lugares amplios de estos túneles antes de ser bendecidos por los dioses, las murallas están repletas de dibujos que retratan la vida de todas las especies del mundo, aún no se sabe cómo fue construido.

 

Finalmente el grupo quedó completamente solo, iluminados solo por pequeñas esferas de fuego creadas por Laconia, Asterión siempre se quedaba perdido observando las cinceladas de las paredes, mientras tanto Niko se acercó a Laconia para hablar en silencio.

 

-Bestiaria Laconia, oí que usted no perdió un solo combate en el gymnastike2, que en su primera misión diezmó a varios minotauros como si hubiera nacido en el campo de batalla, por esto mismo quería preguntarle ¿Por qué motivo sigue las ordenes de ese hombre que ni siquiera posee una bendición? fue abandonado por los dioses, es una carga.

 

Laconia siguió caminando sin siquiera girar su rostro hacia Niko, por dentro sentía algo de rabia por estos comentarios, pero entendía perfectamente las dudas del resto hacia Asterión.

 

-No niego mis habilidades de combate, ni mi capacidad estratégica, pero ese hombre es algo especial.

 

-¿Qué podría ser más especial que una guerrera inteligente y talentosa que comparte sangre algunos de los seres más fuertes del mundo?

 

Niko mencionó esto mientras apuntaba a Asterión y junto a Laconia observaban como caminaba atrás de ambos mirando las paredes somnoliento y bostezando sin ninguna preocupación.

 

-Niko, si hay algo que he aprendido de ese hombre, es de no subestimar a los débiles, yo serví a varios polemarcas a tu edad y ninguno de ellos tenía un deseo de ganar tan grande como lo tiene Asterión.

 

-¿De qué sirven esos deseos sin la capacidad para realizarlos?

 

-La capacidad de realizar algo solo es fuerza Niko, el deseo de Asterión vale más que la fuerza.

 

-No lo entiendo.

 

-Ya lo veras, también te equivocaste en algo, yo si perdí un combate en el gymnastike.

Niko inclino la cabeza preguntándose como, ya que nunca había escuchado si quiera que alguien se equiparara a Laconia en el pasado además de la élites de la polis de Helena, sin embargo no tuvo mucho tiempo para pensar cuando cientos de pisadas a gran velocidad resonaron por el laberinto.

 

-Quietos, myrmekes, creo que unos treinta.

 

Dijo Laconia mientras tomaba su espadón, la ruta era lo suficientemente ancha para que pasarán cinco carretas sin problemas, por lo que Asterión caminó hasta una pared junto al grupo para no tener que cubrir sus espaldas, Niko estaba nervioso por el ruido de tantas patas sobre la piedra oscura, no era su primera misión y no dudaba de las habilidades de Laconia, pero él sabía sobre el nefasto Asterión, un heleno sin ninguna bendición, era el equivalente a un niño en el campo de batalla y es mucho más reconfortante luchar con tres compañeros que junto a uno solo mientras proteges carga y una "carga".

 

-Tranquilo Niko, quédate aquí protegiendo las cosas, Laconia ¿Puedes con todos?

 

-¿De verdad me preguntas eso?

 

-Nunca estoy totalmente seguro.

 

Niko se tragó el nerviosismo con rabia por las palabras que escuchó.

 

-¿Vas a dejar que luche contra treinta de esas cosas sola, si sabes siquiera lo que son? Son armaduras vivientes, con bendiciones puedes matar varias, pero si te superan en número a menos que prepares un favor divino enorme en conjunto o una trampa no puedes ganar solo, hay que luchar juntos.

 

-Guarda tus fuerzas Niko, esta es solo la primera batalla y necesito tus bendiciones, estas cosas son monstruos, pero por ahora confía en nuestra bestiaria, nosotros tendremos que trabajar bastante después.

 

Niko lo piensa un momento, pero sale al combate de todas formas.

 

-Yo sé que tú eres un desdichado sin ninguna bendición Asterión, si quieres que te protejan vuelve por donde viniste.

 

Niko abandono los suministros con Asterión y mientras su espada se llenaba lentamente de relámpagos, caminaba al lado de Laconia, ella lo golpeo con todas sus fuerzas en el estómago, noqueándolo y lanzándolo devuelta con Asterión el cual detuvo su golpe contra la pared.

 

-Te advertí que obedecieras a tu polemarca niño, no me mires en menos.

 

El espadón de Laconia se calentó hasta parecer que iba a derretirse con un solo grado más y el anillo rojo de su mano derecha se llenó de ascuas que orbitaban la mano completa de la mujer mitad Hidra hasta que apareció una horda de myrmekes, criaturas de torso humanoide y piernas de hormiga, su exoesqueleto carmesí era tremendamente resistente, con garras de cuatro dedos llenas de sangre roja y azul indicando que masacraron animales y otras colonias de myrmekes por igual, solo iban equipados con escudos y lanzas hechos de los huesos de sus semejantes y sus hocicos con tenazas se comunicaba con sonidos parecidos a la punta de una pluma contra madera, al momento de que sus ojos insectiles chocaron contra la fiera mirada de Laconia todos intentaron formar una cóncava a su alrededor, sin embargo al momento de acumularse al llegar, el anillo de la guerrera se iluminó hasta su cenit.

 

- Σιδηρουργείο -

 

Como si fuera un sol en miniatura el anillo formó una intensa esfera de fuego que con un corte horizontal de su espadón se transformó en una corona de fuego que carbonizó la primera fila de myrmekes sin mucho esfuerzo, la ráfaga de fuego siguió su curso, pero las demás hormigas corrieron por el techo y las paredes para evitar la oleada, aun así, fue un espectáculo impresionante, muy pocos guerreros son capaces de eliminar diez myrmekes con un solo favor.

 

-¡ESPERABA UN FAVOR MÁS GRANDE, HEFESTO!

 

Al pronunciar esas palabras llamas salieron desde sus alas y tres myrmekes se lanzaron al ataque por arriba y ambos lados, Laconia salto para interceptar al myrmeke que se lanzó desde el techo, cortándolo junto a su lanza, los dos myrmekes restantes chocaron entre sí y la bestiaria lanzó una bola de fuego a estos, los cuales prendieron en llamas y corrieron de forma aleatoria sufriendo una lenta muerte por las llamas.

 

-Diecisiete.

 

Mientras aún está en el aire cuatro myrmekes buscan interceptarla en su caída, pero se impulsa con sus alas hacia atrás, mientras cae sobre el abdomen de un myrmeke que buscaba atacar a Niko y Asterión, apuñalándolo sin piedad, los cuatro myrmekes lanzaron un aluvión de estocadas con sus lanzas, pero al defenderse Laconia con su espadón destruyo sus primitivas armas y cercenó el torso de una hormiga, aprovechando este impulso montó su cadáver, cortando la cabeza de otro myrmeke, los dos restantes se abalanzaron intentando aplastarla con sus escudos, Laconia corto a través de uno matándolo al instante, pero el otro consiguió golpearla derribándola boca abajo, tres guerreros saltaron inmediatamente para rematarla pero la guerrera saltó hacia uno de ellos que logro atravesar la mano de la mestiza, esta desvió el arma de su rostro y con su mano perforada destruyó la lanza y agarrando la cabeza de la hormiga invocó una flama desde su mano, aniquilando a la criatura.

 

-Doce.

 

Esta vez seis myrmekes, tres por tierra y tres cayendo desde el techo buscaron emboscar a Laconia, pero el anillo volvió a brillar con intensidad y la guerrera solo esperó a que se acercaran lo suficiente.

 

- Σφυρί -

 

Al pronunciar esas palabras surgió una explosión de fuego que fue desde los pies de Laconia hasta el techo de veinte codos de altura del laberinto, cinco de los myrmekes fueron carbonizados, pero uno alcanzo a apuñalar a la mujer en su estómago por entre su armadura y en una zona sin escamas antes de perecer por las llamas, Laconia sintió un dolor intenso, pero simplemente se quitó la lanza, cauterizó su propia herida con esta misma y la lanzó hacia la cabeza de una hormiga que se dirigía hacia Asterión, destruyéndola completamente.

 

-Cinco.

 

Los cinco myrmekes restantes decidieron lanzar sus lanzas desde todas direcciones y luego cargaron hacia Laconia, quien se cubrió de tres lanzas con sus alas y una con su espada, sin embargo la restante impactó entre su hombro y su pecho; otra zona sin escamas, dejándola sin brazo izquierdo para el resto del combate. Laconia lanzó un fuerte corte de fuego que no tenía la potencia para atravesar los escudos así que lo usó para destruir las piernas de un myrmeke derribándolo, luego corrió hacia otra hormiga y de una apuñalada destrozó el escudo junto a su usuario, rápidamente quitó la espada del cadáver y la lanzó hacia la cabeza de otro guerrero, matándolo al instante, luego desde su boca salió una llamarada que calcinó otra hormiga, finalmente la última impacto con toda su fuerza contra la hibrida, quien soportó el impacto con su único brazo funcional e impulsándose con su cola saltó y desgarró el cuello del último myrmeke en combate usando sus dientes afilados.

 

-Cero.

 

Sin embargo, el myrmeke sin piernas se arrastró rápidamente durante el resto del combate, Laconia ya no tenía fuerzas y al estar a punto de ser destajada por la espalda, la hormiga recibió una puñalada en su cuello por la espada sica perteneciente Niko que Asterión tomó prestada mientras este estaba fuera del combate, enterrando la espada en la boca del insecto.

 

- ¿Se encuentra bien mi reina? Se te olvido uno.

 

Le hablo Asterión con un tono sarcástico mientras le quitaba la lanza del hombro y le traía comida.

 

-Mejor que nunca y podía encargarme del último.

 

Dijo Laconia con una sonrisa de satisfacción en su rostro, Asterión la llevo junto a Niko aún noqueado y se dispusieron a comer algunas de sus provisiones mientras la guerrera sanaba sus heridas.

 

-Gracias Laconia, yo y Niko nos encargaremos del resto.

 

 

-Maldición, ya era hora ¿Hoy tampoco vas a contarme el plan verdad?

 

Le hablo Laconia con un tono sarcástico mientras golpeaba a Asterión en el hombro.

 

-Quizás.

 

 

Bestiario/a: El brazo más fuerte de las falanges y los guerreros más fuertes y destructivos de estos grupos, se especializan en combatir múltiples enemigos con armas y favores con el mayor alcance posible, suelen ser bendecidos por Hefesto o Hércules.

 

Polis(1): Ciudad.

 

Gymnastike(2): Educación física de fuerza, resistencia y preparación para la guerra.