No hay cosa más extraña y sorprendente que la vida. No nacimos con un manual; y por ende, tenemos que hacer lo mejor con lo que se nos entregó, sea para bien; o sea para mal. Lo más grande que se nos regalo desde que llegamos al mundo, son nuestros sueños y la habilidad de dar y recibir amor; a través de mi paso por la vida, he aprendido grandes lecciones sobre ambos regalos.
Desde que tengo uso de razón, me ha gustado ayudar al prójimo. Se me inculcó de niña la filosofía de que debo tratar a los demás de la manera que me gustaría que me trataran a mí; y por ende, trato a todos con los que interactuo con respeto y dedicación.
Desde muy niña siempre soñaba con ser una mucama del hotel "Beverly Wilshire"; quizás, el que me escuche hablar este sueño piense: "¿quién rayos quiere ser una mucama?" y realmente es un pensamiento válido. Ser una mucama es un trabajo fuerte, pero la satisfacción de hacer un buen trabajo, acompañado por el agradecimiento de los huéspedes, son recompensa suficiente.
Para cumplir ese sueño primero necesito sentar las bases económicas; tendría que viajar y comenzar una vida nueva cerca del hotel.
Sacándole provecho a la dedicación y simpatía que he desarrollado desde niña; me he dedicado a ser ayudante a domicilio de personas con dificultades físicas y hasta he sido niñera de ves en cuando. Durante todo el tiempo que he estado trabajando para acumular capital he conocido a todo tipo de personas; unas que se dejan querer y otras que son gruñonas y cascarrabias por naturaleza. A todos los he tratado con el respeto y el profesionalismo que se han merecido. Realmente me pude haber encariñado de uno que otro, pero todo de una forma platónica; así como se encariña alguien de su mentor o consejero. Todo esto me trae al tema del amor. Él y yo nunca hemos sido grandes amigos, o al menos, yo no me he dado a la tarea de querer formar amistad con él.
Mi sueño es uno complejo, luego de hacer varias investigaciones; he descubierto que mi trabajo de ensueño es uno muy competitivo y muy complicado, por eso no puedo darme el lujo de tener vínculos cercanos con nadie. No es que no crea en el amor, sino que tengo que tener los ojos bien abiertos y la vista bien enfocada en mi norte y darle espacio sería arriesgar el no poder cumplir eso que tanto quiero.
Realmente ahora que lo pienso, me gustaría algún día conocer a alguien especial, alguien que se tome el tiempo de entender mi sueño y que comparta mi visión del futuro; no alguien que crea en el amor a primera vista y se ciegue fácilmente por el.
Seguiré luchando por este sueño que he cargado toda la vida; hay un viejo refrán que dice " la fortuna favorece al atrevido", estoy completamente segura que la vida me premiará de una gran manera, si sigo persiguiendo mi sueño.
*DISPONIBLE EN FÍSICO*