El amor llega cuando menos lo esperas; y lo que antes creía que sería una simple atracción física, pude darme cuenta que era más que eso; era algo que iba más allá de la apariencia.
Un amor y un lazo inquebrantable, se ha ido formando entre los dos; un amor que crece con el pasar de los años, y nos hace ver la vida de una manera maravillosa.
A pesar de no ser una relación perfecta, el amor y el respeto nunca ha faltado. Hemos tenido nuestras altas y bajas, pero siempre luchamos por defender nuestro amor. Nos entendemos, nos complementamos, y nos amamos con la misma intensidad de antes.
Tres años luego de casarnos, tuvimos una hermosa hija, muy inteligente, estudiosa, y dulce. Adoración con su padre, y con su abuela. Ninguno quiere cuentas con ella. A veces se pelean el uno con el otro, con tal de ayudarla a hacer sus tareas, o con brindarle lo que necesite.
Nuestra familia promete ir creciendo mucho más, ya que en este momento estoy esperando un segundo bebé. Dylan ha sido un hombre y padre ejemplar; dedicado a nosotras, cariñoso, respetuoso, responsable, dulce; tiene tantas cualidades y defectos, que me hacen amarlo cada día que pasa más. Todo lo que conozco de él, sea bueno o malo, lo hace ver increíblemente perfecto ante mis ojos.
Mi trabajo, ese sueño por el que tantos años luché, también ha sido una de tantas bendiciones que he tenido en la vida. Estuvimos un año dedicándonos solo al Hotel y a progresar, cuando decidimos darnos una oportunidad como pareja, de tener una familia juntos. El Hotel nos consumía mucho tiempo, y durante ese periodo, fue cuando pudimos tomar esa decisión tan importante en nuestras vidas, de la cual no me arrepiento.
Mi madre ha arreglado sus diferencias con Dylan, ahora son como uña y mugre. Conoció a un hombre especial, pero aún no ha estado seguro de si darle una oportunidad. Ha querido ser primero abuela, antes que mujer. A pesar de tratar de darle un empujoncito, no ha servido de mucho. Es adulta y es mi mamá, y por más que quiera, no puedo obligarla a que le dé una oportunidad, pero sé que tarde o temprano, aceptará a ese hombre en su vida y podrán salir adelante.
De Adrien no supe nada; desde que dejé el trabajo en su Hotel, perdí comunicación por completo y fue lo mejor.
Por otro parte, de mi amiga Susi, hablamos y nos encontramos algunos meses. Encontró un mejor trabajo y una pareja que la trata muy bien. Al igual que yo, está embarazada, pero será su primer bebé. A ambas la vida nos ha bendecido con dos hombres maravillosos y especiales.
Me saqué la lotería al haber conocido a mi esposo. No me arrepiento de haber tomado la decisión de casarme con él. Día tras día, agradezco a Dios de haberme permitido conocerlo. Sin importar que al conocerlo, él sufría de su condición, y que al igual que yo, tenía sus prioridades y sus situaciones; el amor fue mucho más fuerte que la distancia y el tiempo.
Los sacrificios que hicimos por la felicidad de ambos, no fueron en vano, y en nosotros queda esa satisfacción de haber luchado por lo nuestro; y de haber sobrepasado todos esos obstáculos y pruebas que la vida nos puso en el camino.