La ciudad de Ashwood era un lugar bullicioso y lleno de vida, donde la gente se apresuraba por las calles sin mirar atrás. En medio de todo ese ajetreo, había un chico que parecía invisible. Su nombre era Espía, y vivía solo en un pequeño apartamento en el barrio más pobre de la ciudad. No tenía padres, no tenía familia, y parecía que no tenía a nadie en el mundo que se preocupara por él.Espía era un chico delgado y de ojos oscuros, con el cabello negro y despeinado. Siempre llevaba la misma ropa: un par de pantalones rotos y una camiseta blanca sucia. Nadie le prestaba atención, nadie le hablaba, y nadie parecía notar su presencia. Era como si fuera un fantasma, invisible y sin importancia.Pero lo que la gente no sabía era que Espía no era un chico común y corriente. Tenía un secreto, un poder que lo hacía diferente a todos los demás. Un poder que podría cambiar el curso de la historia.Espía había descubierto su poder por casualidad, cuando tenía 10 años. Estaba sentado en su apartamento, solo y aburrido, cuando de repente sintió una extraña sensación en su interior. Era como si su cuerpo estuviera cargado de electricidad, y de repente, una explosión de energía lo envolvió. La habitación se llenó de una luz blanca brillante, y cuando la luz se desvaneció, Espía se dio cuenta de que podía hacer cosas increíbles.Podía mover objetos con su mente, podía volar, y podía incluso curar heridas con un solo toque. Pero lo más increíble de todo era que podía borrar cosas del mundo. Sí, borrarlas. Con solo cerrar los ojos y concentrarse, podía hacer que cualquier objeto o persona desapareciera para siempre.Al principio, Espía no sabía qué hacer con su poder. Lo usaba para hacer travesuras y jugar con sus amigos imaginarios. Pero con el tiempo, se dio cuenta de que su poder era demasiado grande para ser utilizado de esa manera. Era un poder que podía cambiar el mundo, y Espía sabía que debía usarlo con cuidado.Pero la gente de Ashwood no sabía nada de esto. Para ellos, Espía era solo un chico pobre y solo, un chico que no merecía su atención. Y eso lo hacía sentir cada vez más solo y más enfadado.Un día, mientras caminaba por la calle, Espía se detuvo en una esquina y miró a la gente que pasaba por su lado. Nadie lo miraba, nadie lo veía. Y de repente, una idea le vino a la mente. Una idea que lo hizo sonreír, una idea que lo hizo sentir vivo."Iba a borrar este mundo", se dijo a sí mismo. "Iba a borrar a todos estos personas que me ignoran, que me tratan como si no existiera. Iba a mostrarles mi poder, y iba a hacer que se arrepintieran de haberme ignorado".Y con esa idea en su mente, Espía comenzó a planificar. Comenzó a pensar en cómo podría hacerlo, en cómo podría borrar el mundo sin que nadie se diera cuenta. Y mientras caminaba de regreso a su apartamento, sonrió para sí mismo, sabiendo que pronto iba a cambiar el curso de la historia.