Chereads / boy in the shadows / Chapter 3 - Capítulo 3: Un Día Normal en la Escuela

Chapter 3 - Capítulo 3: Un Día Normal en la Escuela

Espía se despertó temprano, como siempre, y se preparó para ir a la escuela. Se vistió con su uniforme escolar, se cepilló el cabello y se lavó la cara. Mientras se preparaba, pensó en cómo sería su día en la escuela. Sabía que sería igual que cualquier otro día, con sus compañeros de clase ignorándolo y sus profesores sin prestarle atención.

Al llegar a la escuela, Espía se dirigió a su casillero para dejar su mochila y sacar sus libros. Mientras caminaba por el pasillo, escuchó a sus compañeros de clase hablando y riendo entre sí. Se sintió como siempre, invisible.

En su primera clase, Espía se sentó en su asiento habitual, en la parte de atrás del salón. Su profesora de matemáticas, la señorita Johnson, comenzó a explicar una ecuación compleja. Espía la escuchó atentamente, pero sabía que no importaba. La señorita Johnson nunca lo llamaba para responder a preguntas, y sus compañeros de clase nunca se daban cuenta de que estaba allí.

Mientras la señorita Johnson hablaba, Espía se distrajo pensando en su plan para borrar el mundo. Se preguntó si sería capaz de hacerlo, si tendría el valor suficiente para llevarlo a cabo. Se imaginó a sí mismo como un dios, con el poder de crear y destruir.

En el recreo, Espía se sentó solo en un banco, observando a sus compañeros de clase mientras jugaban y se divertían. Se sintió como un espectador, alguien que estaba fuera de la escena, mirando hacia adentro. Un grupo de chicos pasó por su lado, riendo y empujándose entre sí. Uno de ellos, un chico llamado Jake, se detuvo y miró a Espía.

"Hey, ¿qué pasa, Espía?", dijo Jake, con una sonrisa burlona. "¿Por qué siempre estás solo?"

Espía no respondió. Sabía que no importaba lo que dijera, Jake no lo escucharía. Jake se encogió de hombros y se alejó, dejando a Espía solo de nuevo.

El resto del día fue igual. Espía asistió a sus clases, hizo sus tareas y se sentó solo en el comedor durante el almuerzo. Pero cuando sonó la campana que indicaba el final del día escolar, Espía se sintió diferente. Se sintió como si algo estuviera a punto de cambiar.

Mientras salía de la escuela, Espía notó que la gente lo ignoraba como siempre. Pero esta vez, no se sintió invisible. Se sintió como si estuviera observando a todos, estudiándolos, esperando el momento perfecto para actuar.

Y entonces, lo vio. Un chico llamado Alex, que siempre se burlaba de él, se acercó a él y le dijo: "Hey, Espía, ¿qué pasa? ¿Por qué siempre estás tan callado?"

Espía sonrió para sí mismo. Sabía que este era el momento. Sacó su teléfono y llamó a un número. La voz al otro lado del teléfono respondió: "¿Sí?"

"Comienza el juego", dijo Espía, con una sonrisa.

Y con eso, todo cambió. La gente a su alrededor comenzó a actuar de manera extraña, como si estuvieran bajo algún tipo de control. Alex, el chico que se había burlado de él, se detuvo en seco y miró a Espía con una expresión de terror en su rostro.

"¿Qué está sucediendo?", gritó Alex.

Espía se rió. "El juego ha comenzado", dijo. "Y tú eres el primer jugador".