Espía había estado preparándose durante horas, analizando los datos del intruso y planeando su ataque. Sabía que el hombre, que se hacía llamar "Kael", era un oponente formidable, pero Espía estaba decidido a demostrar quién era el verdadero dueño de su laberinto.
Finalmente, el momento llegó. Kael apareció en la sala principal del laberinto, sonriendo con confianza.
"Espía", dijo Kael. "He estado esperando este momento durante mucho tiempo".
Espía se levantó de su asiento, sus ojos brillando con intensidad.
"Kael", respondió Espía. "Eres un intruso en mi mundo. Es hora de que te vayas".
Kael se rió.
"No creo que pueda hacerlo", dijo. "Este lugar es demasiado interesante. Y además, tengo una cuenta pendiente con ti".
Con un movimiento rápido, Kael sacó una espada de energía de su mano y la lanzó hacia Espía. Espía reaccionó rápidamente, creando un escudo de energía para bloquear el ataque.
La batalla había comenzado.
Los dos oponentes se enfrentaron en una pelea épica, intercambiando golpes y ataques con velocidad y precisión. El laberinto se convirtió en un campo de batalla, con paredes y techos explotando bajo la fuerza de sus ataques.
Espía utilizó todas sus habilidades para intentar derrotar a Kael, pero el hombre parecía tener una respuesta para cada uno de sus movimientos. Kael era rápido y ágil, y su espada de energía parecía capaz de cortar cualquier cosa que se le pusiera por delante.
Pero Espío no se rindió. Utilizó su poder para crear ilusiones y engañosos trucos para intentar confundir a Kael y ganar ventaja. Creó clones de sí mismo que atacaron a Kael desde todos los ángulos, pero Kael los eliminó uno por uno con facilidad.
La batalla continuaba sin cesar, con ambos oponentes intercambiando golpes y ataques sin pausa. El laberinto comenzaba a colapsarse bajo la fuerza de sus ataques, pero ninguno de los dos parecía dispuesto a rendirse.
De repente, Maya apareció en la escena, mirando horrorizada la devastación que causaban los dos oponentes.
"¡Paren! ¡Por favor!", gritó Maya. "¡No pueden seguir así!"
Pero Espío y Kael no la escucharon. Estaban demasiado absortos en su batalla para prestar atención a nada más.
La pelea épica continuaba sin cesar... ¿quién serían el vencedor?