*Suspiro*
Es curioso cómo algunas cosas pueden despertar nostalgia, haciéndote sentir bien y mal a la vez. A veces ni siquiera es por lo que realmente significan, sino por pequeños detalles, como el tacto de una portada plastificada que te transporta a otro tiempo.
Este mundo me resulta extraño. Se parece tanto al mío, pero a la vez es completamente distinto. Solo la nostalgia y mis recuerdos son lo que me queda de mi lugar de origen.
No, este no es mi mundo; es otro, paralelo quizás. Un día, simplemente me dormí y, cuando desperté, ya estaba aquí, sorprendiéndome por los pequeños cambios.
No es que haya aparecido de la nada. No. Al despertar, descubrí que tenía una identidad completa aquí, una especie de versión paralela de mí mismo. Me encontré en una habitación desconocida, y cuando fui al baño y miré mi reflejo en el espejo, vi un rostro que se parecía mucho al mío... aunque suene extraño. Tenía el mismo nombre, aunque con un apellido diferente, y mi familia era casi idéntica, salvo por pequeños detalles que apenas destacaban.
Al principio, todo fue confuso, especialmente porque este mundo es tecnológicamente más avanzado que el mío, y su geografía e historia son completamente diferentes. Si tuviera que rendir un examen sobre esos temas, probablemente apenas pasaría con la nota mínima. Algunas cosas se parecen, pero otras son incomprensibles.
Todo esto llegó a su punto máximo de agobio hace un mes. A todos nos llegó un aviso, de diferentes maneras, enviado por lo que parecía ser la misma conciencia del universo. Para la mayoría, fue como una pantalla que aparecía en el aire, algo similar a la tecnología de este mundo, solo que sin proyector o nanotecnología. El mensaje estaba en el idioma que mejor comprendieras o con el que te sintieras más cómodo. Para los que no podían ver, el mensaje era una voz; era como si la información estuviera diseñada para que nadie quedara excluido.
La situación era inquietante. Se nos informó que el mundo había llegado a un punto crítico. Gracias a la humanidad —al menos, eso creo, porque no quedó del todo claro— se habían perdido ciertas facultades, y los recursos estaban al borde de agotarse. Pronto, todo lo que pudiéramos usar tendría que ser reciclado. No quedaban más recursos naturales por extraer, ni siquiera de planetas cercanos.
Sin embargo, esa conciencia cósmica nos ofreció una segunda oportunidad. Otro mundo —no sé si literalmente otro planeta o tal vez una dimensión— estaba pasando cerca, y toda la humanidad sería llevada allí para enfrentar una prueba, una oportunidad para sobrevivir en ese nuevo mundo. No era solo para nosotros, sino, más importante aún, para nuestros descendientes.
El anuncio provocó caos, como era de esperar. Literalmente nos dijeron que el fin del mundo estaba cerca, y aunque muchos fueron escépticos, los disturbios no tardaron en aparecer. Sin embargo, una fuerza sobrenatural impidió que esos disturbios causaran daños reales. No se podía destruir nada a gran escala, nadie podía ser herido gravemente, ni cometerse crímenes como violaciones o robos. Todo crimen era detenido o deshecho por esa fuerza cósmica. Fue extraño darnos cuenta de que había algo más allá de nosotros, ya fuera un dios o una inteligencia alienígena. Las tensiones religiosas también aumentaron, con muchos afirmando que era su dios el responsable de todo esto.
No me quejo de esta protección, en cierto modo fue un alivio. Saber que nadie podía incendiar tu casa, robarte o apuñalarte cuando salieras a comprar era tranquilizador. Tampoco había que preocuparse por comida, bebida o enfermedades. Esa misma fuerza cósmica nos proporcionaba todo lo necesario, excepto la inmortalidad; la muerte por vejez seguía siendo inevitable. mala suerte para los que estaban destinados a morir en este mes.
Además de todo esto, la pantalla que nos informó sobre la situación también nos proporcionaba información sobre el nuevo mundo y las reglas que lo regirían. Había tanto que aprender que sentía como si estuviera frente a libros tan gruesos que podrían usarse como armas si golpearas con ellos.
Y aquí estoy, en un mundo desconocido, al borde del apocalipsis y a punto de saltar hacia otro. Lo único que puedo hacer es estudiar sobre lo que me espera. Este no es mi mundo original, y no sé si mis amigos aquí son los mismos que solía conocer. Mi familia y yo mantenemos una distancia, después de todo, me mudé de ciudad hace tiempo. Así que me encerré en casa, leyendo todo lo que pude, tanto sobre la historia de este lugar como sobre las reglas del nuevo.
Parece que el mundo al que vamos será una versión de este mismo, pero en el pasado y mucho más grande. Sin embargo, hay varios aspectos importantes que debemos considerar.
1) El periodo histórico y el ciclo tecnológico: Este mundo se encuentra en la era de los caballeros, por asi decirlo, lo que significa que las batallas se libran principalmente con espadas, arcos y flechas. Aunque en algunas regiones también podrían existir armas de pólvora, el progreso tecnológico tiene límites. Lo más peculiar es que el mundo parece estar atrapado en un bucle temporal. Avanza desde una época hasta otra, alcanzando ciertos niveles tecnológicos, pero nunca los supera. Aunque puede haber desarrollo dentro de esos límites, la tecnología no progresa más allá de cierto punto. Los grandes imperios y ciudades pueden conservar su tecnología avanzada, pero en otras zonas, las reglas del mundo hacen que retrocedan a una era más primitiva.
2) Las reglas del mundo: En este lugar, hay ciertas leyes diferentes a las que rigen esta mundo. Por ejemplo, hay una ley universal para los objetos, materiales y tecnologías: "cuanto más único es algo, más especial y poderoso se vuelve". Por ejemplo, si alguien fabrica un arma excepcional, mientras esta siga siendo única, el mundo la reconocerá como algo especial, otorgándole beneficios como mayor durabilidad o efectividad. Sin embargo, si esa arma se comienza a producir en masa, los efectos positivos se disipan y pueden surgir contramedidas naturales para contrarrestarla. La singularidad es clave para mantener el poder de cualquier cosa en este mundo.
3) Un sistema casi como de videojuego: Al ser transportados, podremos ver nuestro estado físico, mental y espiritual. Esto nos permitirá comprender mejor nuestra situación y saber en qué imperio o región del mundo sería conveniente ser asignados. Cada lugar tiene sus propios beneficios y desventajas. Además, este mundo sigue un sistema de clases y razas, aunque no como las razas de fantasía tradicionales(Elfos, orcos). Aquí, la "raza" no es tan mágico y suele referirse a la región, civilización, bioma de nacimiento, lo cual influye en las habilidades y características que poseemos, aunque también es un misterio para mí si existen razas distintas a la humana. En cuanto a las clases, estas representan nuestro rol en la sociedad, algo similar a un sistema de castas, pero más flexible. Puedes empezar como agricultor, panadero, soldado, marinero o incluso noble o rey. Hay clases más comunes, pero con esfuerzo y especialización, podrías desarrollar variantes únicas, como un "leñador de ombúes" o algo más específico.
4) Técnicas, habilidades y rangos: Cada persona, raza o clase puede poseer técnicas o habilidades natas o adquiridas. Estas varían en su potencia y efectividad, y se clasifican en diferentes rangos. Algunas habilidades son simples, como mejorar una postura para aplicar más fuerza, mientras que otras pueden ser extraordinarias, como realizar un corte a distancia que cause daño a varios metros.
Los niveles de las habilidades son los siguientes:
>Básico/Común/Normal: Es el nivel más bajo, prácticamente no se diferencia de realizar una acción común en la mayoria de los casos.
>Cobre: El primer nivel estándar, que la mayoría puede alcanzar tras un año de práctica constante.
>Plata: El segundo nivel estándar, que requiere más esfuerzo. Las personas con habilidades de este nivel son altamente valoradas en la sociedad, y suelen ser buscadas por ejércitos y negocios. La mayoría podría alcanzar este nivel tras cinco años de entrenamiento.
>Oro: El tercer nivel estándar, considerado la cúspide para la mayoría de las personas. Aquellos que lo alcanzan son maestros en su oficio, y son buscados por la élite. Alcanzarlo suele requerir una década de dedicación.
>Diamante: El cuarto nivel estándar, extremadamente raro. Es el pico de la habilidad humana normal. Muy pocos logran llegar a este punto, y se necesitarían al menos 20 años de perfeccionamiento para alcanzarlo. En varias ocasiones suele saltarse directamente al siguiente nivel sin pasar por este rango.
>Heroico: Este nivel ya está fuera de lo común. Los héroes son seres especiales, bendecidos por la suerte o por el propio mundo. Las habilidades en este nivel dan un salto significativo en calidad, y no siempre se puede llegar aquí solo con entrenamiento. Se requiere algo más, como suerte o una circunstancia extraordinaria.
>Legendario: Supera al heroico. habilidades de los héroes cuyas leyendas permanecen en el mundo incluso después de su muerte, y su poder sigue influyendo en la realidad.
>Mítico: El nivel más alto más allá de la normalidad. Las habilidades en este rango están a la altura de los antiguos héroes míticos, capaces de realizar hazañas asombrosas, como Heracles o Sun Wukong.
Luego están los niveles casi inalcanzables:
>Semi-divino y Divino: Tal como sugieren sus nombres, estas habilidades están reservadas para seres que rozan la divinidad, como dioses que deciden caminar entre los mortales.
Aquí hay un ejemplo de una habilidad, "Golpe Miliciano", perteneciente a la clase "Milicia". Esta clase es una de las más básicas en el combate, pues representa el paso de un campesino común a tomar las armas para defender su tierra. Es fácil de obtener en comparación con otras. La habilidad "Golpe Miliciano" consiste en aumentar el poder de un ataque cuerpo a cuerpo con armas simples, como palos, luceros del alba, espadas, lanzas (si se usan para golpear en lugar de perforar), hachas, y similares. Armas complejas como los nunchakus no funcionarán, ya que una milicia no tendría acceso a ellas. El efecto de la habilidad se desarrolla de la siguiente manera:
Común: +1% de fuerza en el golpe.
Cobre: +5%.
Plata: +10%.
Oro: +15%.
Diamante: +20%.
Heroico: +40%.
Legendario: x2 fuerza.
Mítico: x3 fuerza.
Semi-divino: x5 fuerza.
Divino: x10 fuerza.
Este es solo un ejemplo, y además es una de las habilidades más simples y comunes, nada impresionante. Como mencioné antes, las habilidades pueden variar por muchos factores. Las personas también se categorizan en distintos estratos según las habilidades que dominen. Generalmente, los niveles se dividen de la siguiente manera:
Común (Común-Cobre),
Élite/Experto (Plata-Oro),
Campeón/Maestro (Oro-Diamante),
Héroe y Leyenda.
Más allá de eso, hay tan pocos individuos que alcanzan niveles superiores, que no tienen una denominación específica, pero se les reconoce por el mismo título de su habilidad: Mito, Semi-divino o Divino.
5) En este mundo, realmente existen dioses, aunque no queda claro si son ancianos con barbas viviendo en reinos celestiales o entidades sin forma en los confines del cosmos. Lo que sí está claro es que pueden influir en lo que ocurre en el planeta, aunque lo hacen muy raramente. Las guerras santas en este mundo son auténticas guerras por los dioses.
6) Además de los dioses, existe el poder de la fe, que tiene un impacto real. Los sacerdotes pueden usar la fe como si fuera magia, lo que les permite sanar a los enfermos o bendecir personas, objetos y lugares, entre otras cosas.
7) Al ingresar a este mundo, podremos elegir una clase y ganaremos una habilidad propia de dicha clase. Esta clase tendrá un nivel que puede elevarse hasta 100. Si eres especialmente hábil en algo en tu mundo original, probablemente obtendrás una habilidad relacionada al ser transportado, y la calidad de esta dependerá de tu experiencia previa. Si no, recibirás una habilidad de calidad aleatoria dentro de un cierto margen. También podemos cambiar de clase, pero solo conservaremos la habilidad si hemos alcanzado el nivel máximo (100) en esa clase. Si se cambia antes de alcanzar ese nivel, la habilidad se perderá. Una vez alcanzado el nivel 100, se puede aumentar en 1 el nivel de una habilidad relacionada.
8) Al llegar, deberás elegir a qué zona pertenecer, lo que determinará tu punto de inicio en el mundo según lo que elijas: "Vive tu aventura" o "Funda tu imperio". Estas dos opciones influirán mucho en tu nueva vida. La primera te proporcionará varios recursos y/o herramientas útiles para empezar en la clase que elijas, mientras que la segunda te dará elementos y súbditos para comenzar tu campamento y expandirte. Aunque una elección te dé ventajas en una área, podrás cambiar de rumbo libremente más adelante. Cada opción ofrece un paquete inicial específico que facilita el inicio en la dirección que elijas.
9) La mayoría de quienes elijan "Vive tu aventura" comenzarán en las ciudades del imperio al que pertenezcan. En estas ciudades, habrá zonas designadas, como ciertos edificios, donde se podrán acceder a beneficios del mundo moderno, como productos de higiene, algunas comidas, artículos específicos del futuro e incluso medios audiovisuales. Sin embargo, solo los recién llegados al mundo podrán usarlos; los nativos y los hijos de estos recién llegados no tendrán acceso.
10) El mundo tiene su propia gente, incluida la realeza. Por lo tanto, la nobleza de este mundo no podrá tomar el lugar de la realeza nativa, pero podría recibir beneficios particulares.
Hay muchas más cosas que podríamos explorar, pero ya me siento mareado con tanta información y clases de historia. Recordaré más detalles cuando llegue el momento adecuado. Ahora no puedo hacer mucho más que observar la cuenta regresiva, idéntica para todas las personas de este mundo. El tiempo se acerca a cero, faltan solo unos minutos. Estoy nervioso.
Volví a mirar la revista en mis manos, una sobre criaturas de terror. No pude evitar recordar las que tenía cuando era niño en mi mundo original. Creo que tenía las ediciones de Drácula y Frankenstein. Muy buenas, aunque con el contenido semi-erótico y gore de algunas páginas, ahora pienso que no eran realmente para niños, sino más bien para preadolescentes. Qué nostalgia. Quizás pueda hacer algo para pasar estos últimos minutos en este mundo desconocido.
Me acerqué al escritorio de mi cuarto y tomé un lápiz real, algo difícil de encontrar en este mundo, donde todo es tan futurista y el trabajo digital es lo común.
"A ver, ¿cómo era la portada de Drácula?" Me pregunté mientras golpeaba el lápiz contra mi barbilla.
No soy bueno dibujando y tampoco tengo mucho papel adecuado, pero como el fin del mundo se acerca, no creo que haya problema en rayar este viejo escritorio de madera.
"Veamos... una montaña con un castillo a la derecha, la luna llena en grande a la izquierda, abajo a la derecha un camino que atraviesa un bosque, y en la esquina inferior izquierda un pueblo con casas antiguas. En el cielo nocturno, unos murciélagos volando..."
*pop*
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