Chapter 14 - Parte 14

Jeon Yu sintió una nube cálida cayendo sobre su cuerpo frío. Levantó la cabeza y vio el cielo gris detrás de la ventana cambiando sus colores, aclarando lentamente.

En otoño, el clima era realmente extraño. Por la noche había viento frío y nubes negras, por la mañana el cálido brillo anunciaba un sol que pronto resplandecería. Sin embargo, Jeon Yu no pensó esto en absoluto. Ver nacer un nuevo día y sentir los rayos filtrando su cuerpo le dejaban una sensación incomprensible. Si hubiese querido calcular cuánto tiempo había pasado, sentía había sido hacía una eternidad.

Las cosas habían ocurrido tan rápido y tan lento que era como si no hubiesen ocurrido en primer lugar. Por supuesto, el flujo del tiempo no había cambiado y viendo el cielo se podría decir eran alrededor de las cinco de la mañana. La causa y el efecto también seguían siendo fieles así mismos, dejándolo en el mismo lugar en el que se había desmayado.

En la madrugada, después de ser recogidos por Luo Bingwen, había tenido la intención de reconfortar al moribundo de alguna manera. Esto no había salido tan bien. No solo no había sido de ayuda, sino que cuando vio a la persona llamada Luo Bingwen cortar la camisa manchada de sangre, revelando la gravedad de las heridas, se desplomó en una esquina y comenzó a llorar desesperadamente.

Ver a una persona morir lentamente era una experiencia demasiado desgarradora.

Incluso ahora, viendo el pecho vendado y acostado en la cama, no podía evitar sentir un peso incrustado y punzando dolorosamente en su corazón. Se sentía angustiado por la promesa que le había hecho de no llamar a la policía y por haber insistido a un desconocido en no llevarlo al hospital. Temía que si aquella persona moría, su vida caería sobre él, sobre la inconsciencia de no actuar cuando debía. Al mismo tiempo, también le preocupaba su situación actual. No conocía al beta llamado Luo Bingwen, pero había corrido y había subido a su camioneta, siendo llevado a una posada de aspecto pobre en medio de la nada.

Juntó sus manos temblorosas sobre su pecho y sopló aire tibio de sus pulmones. Esto lo hizo lastimarse sus propias heridas, causándole un terrible dolor en la cara.

La mañana cayó sobre su cuerpo húmedo y titilante, pero el escalofrío no abandonó sus huesos. Aunque el clima parecía ser cada vez más cálido, la calidez que lo envolvía no era suficiente para calentarlo. Aún así, ya no tenía la valentía de levantarse e intentar otra cosa por su cuenta.

Su acciones ya lo habían conducido a esta dirección.

Esto último no era una queja con el arrepentimiento de haber salvado una vida, sino un cuestionamiento sobre sus actitudes irresponsables.

Se le vino a la mente las noticias de internet que hablaban de jóvenes maestros siendo objetivos de psicópatas. Al principio Jeon Yu no había creído en las tonterías de un newtuber que solía inventar dramas con sangre de perro para conseguir seguidores, pero quién sabe… su suerte era realmente mala.

Él no era tan osado como Donghai, ni inteligente como Chi Kai, y definitivamente no era bendecido como su hermano. Su hermano sufrió una desgracia y Rong Wei llegó en el momento justo para salvarlo. Por el contrario, si él no actuaba por sí mismo podría terminar enterrado en el patio de esta persona alta y desconocida.

Él no era Jeon Qi, por eso, Rong Wei no…

¿Por qué no vendría Rong Wei?

Una sensación amarga salpicó en su interior. Su visión se volvió clara como si hubiese estado sumergido bajo el agua y acabara de salir a respirar.

Él no estaba siendo él. De ser él mismo, pensó, no estaría aquí. Su mente tampoco parecía su mente, de serlo, no hubiese llamado a un número desconocido ni hubiese sido llevado por él a quién sabe dónde, arrastrando consigo a un hombre desafortunado al borde de la muerte. Todo esto sin cuestionar la identidad de la otra persona y las intensiones que pudiese guardar. O mejor dicho, sin cuestionar ni una vez las cosas que hacía.

¿Por qué?

Si quería salvar a su salvador, esta no era la manera.

¿Por qué solo se había movido sin pensar?

¿Por qué no había llamado a Rong Wei? Rong Wei era su alfa, así que tratándose de su omega, seguramente Rong Wei hubiera buscado alguna solución para ayudarlo y para ayudar a aquel vagabundo. Entonces, ¿por qué había terminado haciendo algo tan estúpido como entrar a un terreno en medio de la nada, sin plantearse lo demás?

¿Dónde había quedado su consciencia?

Siendo víctima del terror y la incertidumbre, la aparición de una camioneta desgastada deteniéndose a un lado del camino y de un hombre alto socorriéndolos en el desierto, había sido como ver a un ángel en medio de la oscuridad. Ahora en cambio, el pánico inicial se había desvanecido y el ángel había perdido sus alas, convirtiéndose en un simple mortal, uno de aquellos que podrían albergar intenciones ocultas y siniestras. 

Su consciencia antes parecía no existir, pero ahora estaba pesando cada vez más en su corazón.

Aun si dejaba de lado el malestar que le generaba la ausencia de Rong Wei, una parte de él se sentía avergonzada delante de Luo Bingwen.

Es decir, si realmente se equivocaba y Luo Bingwen era solo un buen samaritano, significaba que esta persona había salido en medio de la noche a causa de la llamada de un desconocido que había gritado desesperadamente por ayuda. ¿Cómo podía saber el beta, en realidad no era alguien buscando hacerle daño? Desde esta perspectiva, el que Luo Bingwen hubiese dejado de lado sus propias inquietudes y hubiese decidido rescatarlos de aquella autopista solitaria, tomaba cada vez más valor.

Después de asegurarle que el alfa estaba fuera de peligro, Luo Bingwen se mostró amable y comprensivo. Insistió en que las heridas del alfa estaban bajo control y que solo dormía profundamente. También le explicó que en aquel momento cortó la llamada porque en realidad no conocía a este alfa. Esta persona solo se había hospedado un día y había sido insistente por la tarde. También lo alentó a tomar un baño, diciendo que él trataría las heridas de su rostro, incluso le ofreció un poco de té. Jeon Yu simplemente se negó. Entre palabra y palabra, Luo Bingwen terminó diciendo que vivía y trabajaba en el lugar al que los había traído. La construcción era una posada de aspecto viejo y pobre llamada MM, ubicada a las afueras de Ciudad B. También mencionó era un beta recesivo, lo que insinuaba que Jeon Yu no debía temer a sus inexistentes feromonas.

Jeon Yu confirmó la casta de Luo Bingwen debido al tipo de omega que era. Sabiendo una verdad, una parte de él se sintió aliviada e intentaba creer lo demás. Se sentía agradecido por eso, pero si solo agradecía entonces no sería sincero. Esto no era suficiente para calmar los pensamientos agitados que tenía.

Jeon Yu estaba acostumbrado a ser perseguido por el tipo de gente que siempre intentaba aprovecharse de su apellido. Se preguntaba cuántas veces había visto sonrisas y palabras amables con fecha de vencimiento, de esas que cuando llegaba el día se caían a pedazos. Debido a esto, aún se preguntaba cómo había podido ir y venir empujado por algo que se sentía similar a un instinto animal. Si hubiese pensado por un momento con la cabeza, ahora mismo estaría durmiendo en su habitación luego de volver de la salida con Donghai.

Obviamente, no estaría atentando contra su seguridad… otra vez.

La figura de un hombre alto y delgado entró a la habitación.

Jeon Yu volvió a su posición inicial con la cabeza gacha, abrazando sus piernas y apretando los dedos en sus antebrazos en un acto inconsciente por liberar su ansiedad. No quería encontrarse con aquellos ojos verdes y ver una luz doble.

Si se tratara de un psicópata…

Si se tratara de alguien que había planeado esto de principio a fin…

En ese caso…

—La sangre siempre es engañosa, pero sus heridas no son tan profundas ni tan graves como parecen —el hombre de nombre Luo Bingwen se giró y miró al omega acurrucado con la espalda en la pared. Tiró los algodones rojos y los guantes quirúrgicos al bote de basura, tenía una mirada tranquila. Mientras hablaba se desinfectó las manos y se limpió la nariz con un pañuelo—. Además, se trata de un alfa dominante. Los alfas dominantes son más fuertes y resistentes que un alfa, por lo que incluso los hematomas y el corte en su pierna sanarán en poco tiempo.

Jeon Yu volvió la mirada hacia Luo Bingwen, su expresión desconfiada e hinchada se contrajo en una mueca.

¡Estaba pensando en sí esta persona era un asesino o no! ¡Estaba pensando en si se había vuelto loco!

¡No estaba de humor para bromas!

¡Por supuesto que sabía el significado dominante!

Las características dominantes en alfas hacía de sus cuerpos más fuertes y capaces que el promedio, cuya particularidad residía en la calidad de sus feromonas que podían someter a cualquier casta, incluso si se trataba de un alfa no dominante.

Esto lo había visto de primera mano cuando su padre alfa había sufrido un atentado. Con solo exudar sus feromonas había hecho al otro alfa soltar la daga y caer al suelo, o cuando había ido a una demostración militar de la madre de Zhou Donghai, y había visto la forma imparable en la que luchaba. También conocía el carácter serio que envolvía al señor Rong, y el temor que generaba. Incluso una vez había cruzado saludos con la señora Seong, y pese a su vejez, había sentido la pesadez de su mirada. Todos ellos eran alfas dominantes ¿Cómo, entonces, no podría saber este tipo de cosas?

Pero eso no tenía nada que ver con un tipo de superhéroe que sanaba rápidamente gracias a un don mágico ¡Él mismo era un omega dominante! La única diferencia que había entre él y un omega promedio era su capacidad para resistir las feromonas de un alfa promedio, pero más allá de eso ¿dónde estaba su plus de sanación milagrosa? ¡Dónde!

Si hablaba sinceramente, sentía que le dolía cada parte del cuerpo, que la textura de la mascarilla le quemaba la piel, que tenía la nariz rota y sus ojos estaban tan hinchados que apenas podía mantenerlos abiertos. Y si él mismo era dominante ¡Cómo podría este hombre mentir con descaro de esta forma! ¡Qué se suponía que intentaba decirle!

—Eso no significa nada —llevado por su estado ambivalente, Jeon Yu solo pudo sentirse miserable y a punto de llorar—. Él aún podría… ¿Y si mejor llamamos a la policía y vamos al hospital?

Solo… vamos.

Como joven maestro había sido enseñado a respetar las promesas, por lo que había resistido hasta ahora. Pero si dicho acto atentaba contra la vida del otro ¿qué sentido tenía? Antes estaba muy desesperado para reflexionar sobre ello, ahora también estaba desesperado pero prefería buscar una solución segura antes que lidiar con la culpa de su muerte.

—Imposible.

—¿Qué? —Jeon Yu soltó los brazos, sus nervios disparándose.

—Quiero decir —Luo Bingwen arrugó la nariz y  se limpió con un pañuelo—, ya lo intenté, pero los números están bloqueados. Quise dirigirme a un hospital, pero hubo problemas en el camino. Supuse que por eso me llamaste.

—Oh —Jeon Yu ajustó en un segundo sus cejas—. Conque sigue siendo así.

En el momento que él mismo llamó, recordaba haber colgado tras escuchar la voz clara de la operadora ¿Cómo es que ahora estaba bloqueado?

Luo Bingwen tomó los utensilios médicos e insistió una vez más en limpiar las heridas en el rostro de Jeon Yu.

—No es necesario —dijo y dejó ir un suspiro agotado. Intentó ordenar su mente y alejar el dolor de cabeza—, solo cuida del alfa.

Aun si le dolía a horrores, no podía quitarse la mascarilla. Dejando de lado que sentía podría incluso desmayarse del dolor, imaginaba lo que pasaría si ese tal Luo Bingwen reconocía su identidad.

Si se revelaba que el segundo joven maestro de la gran familia Jeon había terminado en una situación como esta, no faltaría quienes lo señalarían y quiénes rebajarían y despreciarían aún más su posición. Y como cereza del pastel, al ser un estudiante de actuación en una reconocida academia de artes, si sufría más polémicas tendría más problemas en su estudio al punto de que encontrarían la excusa perfecta para finalmente expulsarlo. Y aun si se graduaba, su futuro se vería truncado al no poder encontrar empleo.

¿Quién querría contratar a un segundo hijo, que además de ser opacado por una luz brillante, era vertido en problemas ilegales de perros? Él más que nadie conocía la doble moral de los televidentes, por lo que todos sus esfuerzos por perseguir sus sueños se volverían como agua que pasa entre los dedos y no puede ser sostenida.

Jeon Yu podía escuchar el sonsonete de algunos pájaros cantores que avisaban sobre un amanecer y podía ver la expresión seria de Luo Bingwen, pero en su tribulación el ruido solo hacía eco en su cabeza.

Los pensamiento eran particularmente desordenados y extremos, cayendo sobre su cabeza y haciéndolo correr en círculos.

Luo Bingwen miró la expresión perdida del omega y frunció el ceño, luego con un movimiento rápido arrancó la mascarilla y quitó la gorra de la cabeza del joven.

Jeon Yu se sobresaltó y cubrió el rostro hinchado con las manos, lastimándose en el proceso.

—¡No veas, no veas! —gritó y giró la cara lejos del hombre.

Todo estaba acabado.