Chapter 19 - Parte 19

Seong Ho tuvo dos sueños.

En el primero era un bebé. Levantó sus largas pestañas y miró a dos jóvenes frente a él.

—Omma.

Siendo un bebé, pensaba como bebé. Pidiendo, cariño, arrullos, calor.

Su pequeño cuerpo regordete estaba tan frío que su piel parecía quemar ante el tacto del suelo.

También tenía hambre. Tanta que su paladar estaba lleno de saliva y babeaba. De pronto supo que había pasado mucho tiempo desde que había bebido leche materna o desde que había recibido un biberón.

Omma…

Sus ojos se llamaron de lágrimas.

En su sueño no podía entender por qué no estaban en casa, por qué las otras personas que lo cuidaban y jugaban con él no estaban; por qué sus padres tenían rostros tan tristes, furiosos, tan desolados. Solo sabía que se habían marchado y ahora estaban en una pequeña vivienda con olor a mar. Una única maleta estaba detrás de la puerta y el viento nocturno soplaba a través del vacío de la habitación, lo que causaba un ruido tormentoso.

Era muy pequeño para entender que todo se había resumido a cenizas.

—…las identificaciones estarán aquí en dos días. Debemos seguir con el plan hasta-

—El niño sigue llorando —La joven mamá Seong interrumpió el diálogo del joven papá Seong. Miró al bebé delante de ella—. Haz que se calle.

Hasta ese momento Seong Ho no había notado había estado llorando suavemente, exigiendo con movimientos infantiles la atención de los adultos. Cuando vio a papá Seong levantar la mano hacia él, de alguna forma pensó que sería arrullado como antes y una sonrisa mostró sus dos únicos dientes.

La pesada palma no lo recogió, sino cayó con fuerza sobre él.

El bebé lloró y la palma volvió a caer sobre él, seguida de gritos y maldiciones.

La imagen cambió.

Este mismo niño había crecido hasta cumplir tres años.

—¡Omma!

El niño corrió a trompicones por la pequeña choza hasta detenerse delante de la máquina de coser. Mamá Seong levantó su rostro y lo miró sin ánimos. Su expresión se veía demacrada, manchada, ojerosa, dejando atrás más años de juventud de los que naturalmente había perdido.

—Te prohibí hablar coreano, Seong Ho —regañó ella, llevándose una mano a la frente, sus cejas fruncidas—. Te dije que no hables coreano, siempre debes hablar mandarín ¿Cómo es que no olvidas ese maldito idioma?

En la guardería hay un canal de televisión coreano. Aprendí rápido —el niño respondió en coreano, dudando en sí debía decir que en realidad ahí solo había practicado y que había aprendido al escuchar a mamá y papá hablando en coreano por teléfono. Finalmente, negó esta idea y optó por preguntar—: ¿Por qué no puedo hablar coreano? Me gusta coreano y… la tía dijo que nací allí.

—¿Qué tía?

Mamá Seong se levantó con brusquedad, provocando que mesa de costura se tambaleara y la silla cayera hacia atrás.

La tía que jugaba conmigo en la casa grande… —el niño instintivamente retrocedió, temiendo por la mirada de su madre—… la tía que decía cosas bonitas, la que me enseñó a decir "Omma".

—¡Ya no! —La sangre subió a la cabeza de Mamá Seong y la hizo gritar— ¡Vivimos en Jiangsu, debes hablar mandarín!

Pero, omma…

—¡Cállate y obedece! —Mamá Seong tiró al niño del cabello— ¡No quiero escuchar coreano! ¡No quiero escuchar que eres coreano! ¡Si te preguntan, di que eres chino y olvida coreano! ¿Entiendes?

Mamá, déjame, me duele… —el niño soltó el dibujo por el que había corrido hacia su madre. Entre lágrimas dijo en mandarín—. No lo volveré a hacer, mamá, perdón, perdóname.

Cuando estuvo satisfecha, la mujer tiró la cabeza del niño y se dio la vuelta, pisando la hoja coloreada en el suelo.

—También te prohíbo que me molestes mientras trabajo. Suficiente tengo con tener que soportar a ese bastardo y con trabajar para tener que alimentarte.

El niño bajó la cabeza y asintió en voz baja.

—Sí… mamá.

El primer sueño siguió su curso, mostrando en cámara rápida la vida que había llevando Seong Ho en su mundo real.

Esto a primera vista lo descolocó, pero mientras nadaba en las profundidades de su mente, pudo recordar.

En realidad, sus padres habían sido un matrimonio coreano de clase media alta que originalmente residía en Corea, pero que se habían trasladado a China tras huir de la guerra civil que estalló en el centro del país en los años 2000.

Mientras crecía en Jiangsu le habían repetido sobre la persecución de coreanos buscando a coreanos e incluso sobre la xenofobia de los chinos hacía los coreanos. Por esta razón la familia Seong se había asentado en secreto, con la intención de vivir una vida tranquila. Su madre se dedicó a la sastrería y su padre se fue a cuidar los campos de arroz.

Seong Ho era joven por lo que se apegó al carnet de identidad de la República de China y en algún momento simplemente desechó todo lo demás. Por una parte porque temía ser asesinado por un país que lo perseguía, y por otra, porque años más tarde sus padres murieron luego de huir con un dinero robado, lo que lo dejó con una deuda millonaria en su espalda. Esto lo hizo prometer no tendría nada que ver con su país natal en el futuro.

El cuánto al segundo sueño, tal como en el primero, comenzó desde la perspectiva de un bebé.

Pero a diferencia del anterior, este bebé se veía y se llamaba como él, pero no era él.

Siendo este bebé vio sus días llenos de risas, juegos, gateando y corriendo a través de una lujosa mansión.

A lo largo de esta infancia apareció una familia que no eran sus padres originales y que lo abrazaban todo el tiempo. La pareja estaba confirmada por un hombre de apariencia gentil, ojos azules y una mujer alta, de cabello negro. Esta mujer tenía una apariencia seria, pero no malvada. Ella dijo:

—Bai Zhen, malcrías demasiado a tu hijo ¿Qué pasa si es un alfa? No tendrá la suficiente fuerza para liderar a la familia.

La familia estaba el jardín, admirando la belleza de las flores, rodeados de aromas a madera y caléndula.

—Si mi diferenciación es alfa, cuidaré bien a la familia —El otro niño llamado Seong Ho habló y se escondió en el regazo del que sabía lo protegería. Papá omega tenía un aroma que hacía no quisiera alejarse de él, así que el niño lo abrazó con fuerza—. Papá me cría bien ¿verdad, papá?

El hombre sonrió con calidez.

—Mi cachorro no es malcriado en absoluto, incluso ganó una medalla en matemáticas y va muy bien en sus clases de piano.

—¿Ah, sí? —la mujer se sentó junto a ellos y rodeó al joven hombre con uno de sus brazos. El joven apoyó la cabeza en su hombro— Seong Ho, ¿estás diciendo que puedo confiar en ti? ¿Qué en el futuro puedo dejarte la empresa y todas las cosas importantes de nuestra familia?

La mujer, que en el sueño supo este Seong Ho la llamaba Madre Alfa y la amaba mucho, lo miró con una mirada escrupulosa.

—Anyin, no lo asustes —reprendió suavemente Papá omega.

—No lo hago —Mamá alfa rio, se acercó y besó en la frente a su esposo, luego acarició el cabello negro del niño y dijo—. No importa cuál sea tu casta, hijo, confío en que lo harás bien.

El sueño se paralizó, dividiéndose en fragmentos que resultaron en escenarios parecidos y diferentes entre sí. En unos el niño fue obediente y feliz, convirtiéndose en un hombre de alto nivel que caminaba por pasillos importantes. Este Seong Ho avanzó hacia un lugar vestido de negro, mirando a un joven vestido de traje blanco al final del pasillo. El rostro del joven sonriente de pronto se volvió nebuloso.

Un estruendo.

El joven gritó.

Seong Ho estiró la mano y tocó su pecho, la bala había dado directo en su corazón.

Otros fragmentos fueron grises, lejanos, frente a una plataformas onírica que no permitía ver con claridad. Vio guerras, campos de concentración, pobreza, lamentos infinitos. La imagen se cortó y se distorsionó varias veces. Cada vez que intentaba ver lo que pasaba, el sueño se convertiría en él muriendo y un grito desgarrador detrás.

—¡No mueras!

Seong Ho abrió los ojos con dificultad, acostumbrándose lentamente a la luz que entraba desde la ventana.

Vio el techo blanco de una habitación y escuchó la voz de un hombre. Hablaba sobre los cambios de clima, advirtiendo sobre las lluvias torrenciales e incentivando a los conductores a tener cuidado en las vías. Luego se despidió con una canción country.

La música comenzó y terminó. Escuchó el comercial de un champú para alfas y alguien dio la bienvenida al programa de las cinco.

Y entre todo esto, una voz femenina y mecánica resonó en su cabeza.

"Solicitud denegada" Dijo.

—¿Cómo que solicitud denegada? ¡No puedes hacer esto! —Seong Ho escuchó la voz infantil del pequeño Sistema golpeando algo y llorando con mocos— ¡La pantalla esta en negro! ¡No puedo hacer nada! ¡No sé qué hacer! ¡S2, tráelo de vuelta! ¡Seong Ho no esta muerto! ¡Tú puedes sanarlo!

"Solicitud denegada"

A diferencia de la voz chillona del pequeño Sistema, la voz llamada Sistema de Soporte no fluctuó.

"Si el Sistema Programador desea hacer algún cambio, hágalo manualmente o comuníquese con la Central de Order para solicitar un Reparador desde la Torre de Mundos"

—¿Llamar a… Order? —la voz del pequeño Sistema pareció perder el aire.

"Llamando a Order, dirección: Casa del Sistema Mayor ******"

Pequeño Sistema gritó.

—¡Cancela! ¡No llames! ¡No pedí que llamaras! ¡Cancela!

"La llamada ha sido obstruida. Conexión inestable. Por favor, dejar la estrella System Call sobre el ítem para…"

Pequeño Sistema golpeó algo con fuerza y la voz de Sistema de Soporte se apagó.

—¡Waah! —Pequeño Sistema se tiró en un rincón, pensado en todo lo que había salido mal—. Seong Ho no despierta, no puedo arreglar los controles, quizás mis maestros se enteren, me suspendan y me encierren en los confines de la galaxia más remota por haber asesinado a alguien ¡Soy un inútil! ¡Tan miserable! ¡Quería salvar a Seong Ho, jugar y mostrarle mi estrella, pero lo maté… ¡Waaaaah!

Seong Ho repasó la mirada por todas partes. Luego intentó mover uno de sus dedos, pero una alarma sonó en su cabeza.

"Permiso denegado al usuario. Sistema debe reparar los archivos M837372 y E27337 para resolver la corriente de los meridianos que bajó un 2% por debajo del mínimo requerimiento. Carga actual del personaje 78%. Insuficiente"

Pequeño Sistema, que había estado quejándose y llorando, gritó al escuchar la voz del Soporte y se levantó de un salto.

—Seong Ho —llamó con voz ronca y lastimera— ¿Eres tú? ¿Me escuchas? Si me escuchas imagina un cuerpo e imagina que me ves. Es que… no puedo verte ni escuchar tus pensamientos, pero si imaginas…

La habitación volvió al silencio, cortado únicamente por el comercial de una banda de pop.

 —¿Seong Ho?

Sistema bajó la cabeza. El Sistema de Soporte reaccionaba a los cambios en el cuerpo, por eso pensó… Quizás otra vez se trababa de un error.

—Aquí estoy.

Sistema chilló y se escondió detrás de la silla.

De repente, en la pantalla del cuarto de mando, apareció la imagen de un niño de cabello negro y ojos azules.

—¿Eres tú? ¡Eres tú! ¡Estas vivo! ¡Vivo! —Sistema saltó con alegría— ¿Pero, por qué te ves…?

—Dijiste que imaginara un cuerpo, no importa cuál —la imagen mental de Seong Ho se cruzó de brazos y miró al niño de cabello blanco detrás de la silla—. Aunque veo que tu siempre has sido un niño.

—¡No! —Sistema se levantó e infló las mejillas— ¡En poco tiempo voy a cumplir trescientos años! ¡No soy un niño!

—Hmm —Seong Ho evadió la rabieta y fue directo al grano— Dime la situación y explica por qué esto se volvió absurdamente extraño.

Después de soñar una y otra vez con escenarios cada vez más torcidos, las emociones en el rostro imaginario de Seong Ho no cambiaron demasiado. Es decir, solo estaba viendo al Sistema que normalmente gritaba en su cabeza.

—Primero —Pequeño Sistema vaciló, sorbiendo sus mocos—, dejemos claro que fue tu culpa. Yo… te dije que corrieras cuando vi a esos tipos malos y no lo hiciste, y luego esos tipos inyectaron un virus, entonces comenzaste a actuar extraño y los controles de los meridianos se congelaron y entonces tuve que presionar muchos botones; habían botones rojos, amarillos, naranjas, verdes, y también palancas, muchas palancas. El centro de conexión es difícil de manejar, pero se puso peor y entonces… —habló rápidamente y se desinfló—, me quedé ciego.

—¿Mi culpa?

Lo último que Seong Ho recordaba era salir de la posada, llegar a Ciudad B, entrar en una calle de comida rápida y ser atacado en la cabeza. En tal caso, sería culpa del Sistema quién no dejaba de revolotear hablando sobre la emocionante misión.

Seong Ho no habló, pero con su mirada hizo que Sistema entrara en pánico.

—¡Waaah! ¡No sé! ¡No puedo ver! —Sistema gritó y se hizo un ovillo en algún rincón de su mente— ¡La temperatura del cuerpo subió demasiado y la conexión se volvió rara, entonces me asusté y quise ayudar, pero atacaste a todos esos tipos malos! Pensé que íbamos a morir. Quise ayudar, pero no sé que le hice al Panel de Controles ¡Casi morimos! ¡No me presiones!

Sistema se quejó y lloró. Tiempo después, finalmente explicó el problema. Seong Ho escuchó con atención, guardando cada punto en su memoria.

—¿Entonces tienes que reparar los discos espirituales? —decidió centrarse en lo importante y preguntó— ¿Cómo en las novelas de cultivo?

Las novelas de cultivo también estaban de moda estos días y había leído unas cuantas antes de morir. Naturalmente podía entender los términos de meridianos, ki, sectas demoníacas, maestros malvados, aprendices con núcleos de energía súper fuerte y algunos clichés más.

—Las novelas de cultivo y los mundos de cultivo son diferentes —Pequeño Sistema, un poco más calmado, se tocó la frente con las manos y se dejó caer en la silla—. Lo que el Sistema de Soporte quiere es a un Sistema Programador. En los mundos de cultivo todo es magia, brillo y esas cosas, pero este mundo no tiene magia sino números ¡Esto es calculo!  ¡Matemáticas!

Sistema hizo aparecer un cuaderno abierto en sus manos.

—¿Eso es matemática? —Seong Ho solo vio simbología que jamás había visto.

—¿Cuándo dije que eran matemáticas de este mundo? —Sistema se burló.

—¿Entonces tú si las entiendes?

Los hombros del Sistema se encogieron.

—Yo… falté a esa clase.

Cuando Seong Ho pensó en decir algo, escuchó una puerta abriéndose. Salió rápidamente del espacio mental y entreabrió los ojos. Vio la espalda de un joven caminando por la habitación, descargando unas bolsas sobre mesa.

—Ouh… ya regresó —Sistema subió sus rodillas y se abrazó sentado en la silla.

—¿Quién?

Seong Ho cerró los ojos y volvió a la pantalla en el centro de mando.

—No sé, no puedo verlo pero es una de las personas que ha estado cuidando de ti. Se llama Chong Yu y parece ser el chico que entró en el callejón y te ayudó a sobrevivir.

—¿Un conocido del carne de cañón?

—No parece el caso —Sistema pensó y hundió la cabeza entre las rodillas—. El nombre Chong Yu no está en la lista de personajes del libro. Además, solo te llama alfa esto, alfa aquello ¿qué diablos es Alfa? En internet solo dice que…

—Hola, Alfa ¿cómo has estado?

—Aquí va de nuevo —Sistema murmuró. Seong Ho seguía sin entender, a lo que el niño de cabello blanco apuntó—. Llevas tres días en coma y desde entonces ha venido todas las mañanas, tardes y noches a hablar y recitar cosas durante media hora. Dijo que lo hacía porque había visto un video de un doctor en newtube, que aseguraba era bueno para las personas en coma.

—¿Y por qué parece tan terrible? —preguntó Seong Ho al ver la expresión decaída del otro.

Sistema no dijo nada, sino hizo una seña para que escuchara.

—Sé que ayer dije que iba a ayudar a lavar ropa, pero no sabía que la ropa de color no se mezclaba con cloro. También tuve que ver un tutorial de cómo poner a andar la lavadora. En ese momento fue fascinante. La lavadora comenzó a llenarse, pero se llenó demasiado y la ropa cayó al suelo. Cuando la intenté levantarla me cayó jabón en los ojos y me resbalé. Y al final —la voz del joven se sentó junto a la cama—, terminé manchado la ropa del señor Luo.

Sistema tenía los labios apretados, parpadeando y viendo hacía Seong Ho.

—Pero al menos hoy no dejé secar el agua mientras hervía —continuó el joven—. Aunque se volteó cuando quise agarrar la olla y el agua se derramó. Aquí me quemé. En unos días cuando vuelva a la ciudad compraré una tetera.

Seong Ho percibió el aroma del chico y sintió una especie de nostalgia en su pecho.

Soportó el impulso de querer abrir los ojos y mirarlo.

—¿Tú… estás llorando? —la voz del joven de repente tembló.

Sistema también miró con los ojos muy abiertos al niño frente a él. Jamás pensó que podría ver llorando a una roca.

—No soy yo —Seong acomodó su expresión y desvió la mirada—, no tiene nada que ver conmigo.

Al ver que el hombre no había despertado, el joven corrió y buscó algo para limpiarlo. Con voz suave dijo:

—¿Estás teniendo pesadillas? No te preocupes, son solo pesadillas, no es real. Ahora estás bien, ya no estás en la calle, estás aquí y estoy cuidando de ti. También cuidaré de ti en el futuro. No te preocupes, todo estará bien.

—¡Dagh! ¡Que vergonzoso! —Sistema cambió de tema— ¡Parece como si te estuviera proponiendo matrimonio!

—Solo eres un niño.

—¿Niño? ¡Tengo casi trescientos años! ¡Soy mayor que tú!

—Hmm.