Chapter 22 - Parte 22

La Zona W era un distrito famoso por sus hermosas estructuras vistas como riscos de cristal y por ser un lugar en el que era común encontrar todo tipo de celebridades viviendo el lado humano de su vida. Por eso, cuando un auto de lujo estacionó y un joven con apariencia de modelo bajó, no causó revuelto entre los transeúntes.

Debido a la temporada cada vez más fría y al gris claro que caía como una capa de pintura sobre el cielo, era necesario cubrirse con atuendos largos y bufandas. Sin embargo, antes de despedir al chófer sacó unas gafas de sol y las usó.

El joven de piel clara y corte elegante, caminó hacia la entrada del Centro Tecnológico Nixiu, acercándose a las grandes puertas dobles, ignorando al grupo de personas reunidas allí.  

—¡Hey, no te adelantes!

Jeon Yu escuchó una voz infantil gritando. El grupo de personas parecía concentradas en sus propios asuntos y los vigilantes no parecían de mal humor. Naturalmente siguió caminando.

—¡Hey, tú, la jirafa con gafas de sol y patas largas!

Esta vez sintió que la voz gritó en su espalda. Al darse la vuelta, vio a un niño apuntándolo con el dedo, mirándolo con una expresión enfurruñada.

—¿Qué pasa?  —preguntó Jeon Yu.

Simplemente estaba intentando ir hacia una puerta ¿por qué este niño lo había llamado y le había dicho… cómo?

—Pasa que tienes que hacer la fila —el niño gruñó, poniendo las manos a los lados de su cuerpo. Una postura algo extraña—. No puedes hacer la entrevista antes que ninguno de nosotros. Tienes que esperar tu turno.

El niño, al igual que todos los adultos, había estado esperando el orden de llegada para entrar al interior del recinto y presentar la prueba, sin embargo, esta persona había corrido directo allí ¿Se creía tan importante? ¿Un superhéroe, quizá? ¡Él mismo podría considerarse un súper genio que había saltado varios grados escolares y había logrado llegar a este lugar tan deslumbrante con su trabajo! ¿Te crees especial solo por verte genial y caminar de forma genial? ¡Si te ves muy genial, pero actúas como villano! ¡Haré justicia!

Jeon Yu miró de arriba a bajo al niño, intentando procesar la queja. Por un lado, sintió su orgullo un poco herido. Una vez ya le habían dicho pez globo y lo había entendido. En aquella ocasión se veía tan feo e hinchado que ni siquiera había sido reconocido como él mismo, pero ahora ¿Jirafa? ¿Patas largas?

En alfas y betas, ser llamado piernas largas sería incluso un halagado, pero en omegas no. Más que resultar ofensivo lastimaba el ego de su casta. Era como si le dijeran a un alfa que era lindo y tenía un aspecto delgado como omega. Su orgullo alfa quedaría destruido, porque ¿Qué alfa no quería verse fuerte e intimidante y qué omega no quería verse como un pequeño tesoro?

Aunque, Jeon Yu tampoco era demasiado alto; quizás un poco al tratarse de un omega, pero solo medía 1. 80 cm.

Bueno, sí era alto, pero no demasiado alto.

Bueno, a quién le importaba si era alto, era una consecuencia de tener un padre alfa dominante.

«Pero tu hermano no es tan alto y tiene un aspecto inocente y hermoso»

Jeon Yu escuchó su subconsciente y se enojó «Es porque él se parece a papá omega y yo a padre alfa».

Terminó discutiendo en su mente, enojándose consigo mismo.

—¿Qué entrevista? —dijo finalmente. La respuesta no le importaba, pero sí seguía pensando en aquella dirección, realmente estaría furioso de la nada.

—Ahora te haces el tonto —el niño rechistó, cambiando su postura, levantando los brazos empuñándolos al cielo—, tan típico de los alfas ¿no puedes ser un poco más original?

—¿Yo?

Espera.

Ser confundido con beta era posible, pero ¿alfa? ¿en qué parte?

¿Y qué pasa con esa postura? ¿No te duelen los brazos?

Debajo de las gafas de sol, la expresión del omega se estaba volviendo algo fea. Por supuesto, el niño no lo notó.

—Sí, tú. Los alfas y la gente rica cree que puede hacer lo que quiera solo porque sí y no, tienen que aprender a respetar ¿Tu mamá no te lo ha dicho? Aunque seas un villano debes saber que es de mala educación bla, bla, bla.

Jeon Yu miró al niño quejarse y dar pisotones al suelo «Bien, diré que entendí, de todas formas no vengo a postular como programador, ni siquiera sé programar una lavadora… Espera ¿Cómo es que esto tiene qué ver conmigo? ¿Ya terminaste? Han pasado veinte minutos ¿por qué ahora me cuentas tu vida? ¿De verdad no te duelen los brazos y la espalda? ¿No tienes sed?».

—…y así fue como me dijeron que tenía poderes de súper inteligencia y me trajeron aquí. Mi hermano dijo que esto es como una escuela para superhéroes súper inteligentes y todo eso ¡Primero voy a programar videojuegos y después voy a salvar el mundo!

Jeon Yu miró al niño con cierto tipo de lástima.

—Lan Yuankai.

—¡Me llamaron! —el niño saltó y rápidamente se despidió de Jeon Yu con una sonrisa— ¡Ya sabes, no te saltes la fila! ¡Adiós, villano!

Jeon Yu «¿Villano?».

Cuando el niño hablador desapareció, se adelantó hacía las puertas.

—¿Entrevista?

Los guardias levantaron la cabeza y vieron a un joven de gafas de sol, gabardina oscura, con el cabello perfectamente arreglado y una leve capa de maquillaje.

Para ellos era común ver bellezas, pero el aspecto de este joven era simplemente deslumbrante.

«Que guapo»

«¿Un postulante?»

—Vine a ver al Presidente.

Los guardias llevaban despiertos desde muy temprano, por lo que esta declaración los tomó desprevenidos. Iban a comentar sobre el protocolo y demás acuerdos, pero segundos después lo reconocieron.

—Es el cuñado del Presidente Rong —dijeron y se disculparon—. Bienvenido, segundo joven maestro Jeon.

Al inclinar la cabeza, uno de los vigilantes sintió frío en su corazón y todo lo que había pensado se esfumó de su mente. De pronto el joven ya no le pareció atractivo en lo absoluto.

El segundo vigilante siguió siendo amable y se ofreció a guiar a Jeon Yu, hablando por él en el recibidor y guiándolo hasta el ascensor.

—Gracias —Jeon Yu fue cortés y agradeció.

El vigilante le dedicó un gesto respetuoso y volvió a su lugar.

El nivel en el que se encontraba la oficina del Presidente del CTN era el último, por lo que Jeon Yu permaneció en silencio durante varios segundos, escuchando el pitido que indicaba el número de pisos junto a una melodía de fondo.

En ese reducido espacio, se quitó las gafas de sol y reflexionó sobre sus acciones.

Cuando se trataba de Rong Wei, Jeon Yu se sentía perdido y desolado, como si estuviera caminando a ciegas por una pendiente. Sentía la brisa golpeando su rostro y la tierra temblar bajo sus pies, pero confiaba en que la otra persona no soltaría su mano y lo dejaría caer.

Aunque los demás lo veían como la sombra de su hermano, Rong Wei lo había elegido antes que a Jeon Qi y le había confesado su amor en primer lugar, algo a lo que Jeon Yu se aferraba desesperadamente.

También sabía que al principio su decisión había sido impulsiva, pero se había convencido de que era una buena idea. No, en realidad sabía que venir de la manera en que lo hizo era todo lo contrario a una buena idea, pero estaba cansado de esperar.

Había venido para conversar con Rong Wei, compartir puntos de vista y llegar a un acuerdo, a diferencia del caos de la última vez. Quizás debido a que había sido una llamada en un momento en el que Rong Wei estaba ocupado, el alfa no había podido comprender su desesperación. Quizás, incluso él no había intentado entender el verdadero plan de Rong Wei.

El ascensor se abrió y el rostro de un distraído alfa apareció frente a él, deteniéndose tan cerca que por un momento su mente se quedó en blanco al sentir la calidez del cuerpo deteniéndose frente a él. La fragancia que percibió fue la de un perfume de alta gama, que a penas dejaba ir su característica feromona con aroma a lavanda.

Rong Wei había estado esperando el ascensor, por lo que cuando vio al omega se sorprendió y colgó el teléfono.

Jeon Yu sintió como su respiración abandonaba su pecho. De pronto todos los celos y la ira que había sentido después de haber escuchado aquello en la radio, habían desaparecido de su mente, encontrando calma y miedo al mismo tiempo.

Calma porque estaba allí, miedo de que en el futuro ya no estuviera. O peor, miedo de que su presencia solo fue un fantasma ocultando palabras que no quería oír, palabras a las que no estaba preparado.