Después de llevar al abuelo Luo dentro, naturalmente supo debía hablarle sobre Luo Bingwen.
¿Dónde estaba y por qué no había salido a saludar?
Se sabía que la salud de Luo Bingwen no era buena en primer lugar (teniendo siempre un aspecto delgado, pálido y débil), por lo que desafortunadamente era posible suponer un día podría sufrir algún tipo de recaída.
Esta fue la conclusión de Jeon Yu. Debido a todos los movimientos cada vez más bruscos y la fuerza que había ejercido para someter al alfa, este había sufrido algún tipo de descompensación en el camino. Para contrarrestar los efectos de la enfermedad se había inyectado un tipo de sustancia, sin embargo, lo que Jeon Yu no terminaba de entender era por qué la medicina parecía tener un efecto secundario peor que la enfermedad. ¿Era normal desplomarse a causa de una medicina?
Si bien Luo Bingwen parecía padecer una enfermedad que le robaba parte de sus fuerzas, él mismo le restaba importancia mientras seguía con su vida, trabajando y cuidando de otros. Incluso en ese momento, mientras tenía sudor frío sobre la frente y la piel casi azul, lo trató como si fuera nada.
«Solo necesito descansar» había dicho.
Pero si de verdad se trataba de una enfermedad tan grave, ¿entonces por qué…?
Jeon Yu apretó inconscientemente las manos que reposaban sobre las asas de la silla de ruedas, sin atreverse a seguir esa línea de pensamiento.
Por lo que sabía, esta enfermedad era algo que padecía el beta desde que era joven, por lo que era muy probable el abuelo Luo hubiera visto una situación similar en el pasado.
Pensando en ello, no debería ser difícil sincerarse y hablar, sin embargo, Jeon Yu tenía una mente predispuesta a los malos acontecimientos.
Imaginó lo que podría ocurrir en un futuro cercano, donde luego de escuchar estas cosas, el abuelo Luo se exaltaría demasiado, preocupado al punto de hacer alguna demanda insistiendo en que lo llevara a la habitación de su nieto. Luego Luo Bingwen se enojaría y su alteración haría que volviera su malestar. O peor, el abuelo entraría y encontraría a Luo Bingwen respirando con dolor y quejándose como si estuviera a un segundo de morir, entonces el shock fue demasiado grande y el anciano de repente sufrió un ataque al corazón. ¿Y si todo terminaba con el abuelo Luo volteando los ojos hasta volverse blancos y espuma fermentando en su boca? ¿Cómo podría manejar esto? No, no, no, tampoco podía seguir esta línea de pensamiento.
Temiendo su buena suerte, decidió adelantarse y solucionar todo en una frase.
—El señor Luo esta tomando una siesta —dijo.
Las siestas no necesitaban ninguna acotación ni análisis, volviéndola una repuesta corta y contundente que borraría cualquier duda venidera. O eso creyó. Por alguna razón, al momento siguiente, la sonrisa del anciano menguó y la alegría inicial se convirtió en el crujido constante de la silla siendo empujada y el sonido sordo de los pasos de Jeon Yu avanzando lentamente hacia adelante.
Jeon Yu entró en pánico, así que continuó:
—Ayer, bueno, en realidad, anoche el alfa despertó y el señor Luo lo cuidó hasta el amanecer. Ahora esta tomando una siesta para reponer el descanso perdido.
Jeon Yu sonrió con los dientes, queriendo aliviar el repentino mal ambiente y queriendo ocultar su propia inquietud en si Luo Bingwen realmente estaba bien o no. O si el abuelo Luo sufriría un ataque al corazón.
No quería que sufriera un ataque al corazón. No estaba preparado.
—Oh, es así —el abuelo Luo no usó el tono de voz senil con el que usualmente hablaba, sino habló tranquilamente. Él dijo—: Es bueno que duerma, se exige demasiado. ¿Así que ese hombre soltero es un alfa? ¿Y despertó? —luego bajó la cabeza, confundido— ¿Cuándo durmió?
Jeon Yu sintió que la conversación era algo extraña, pero recordar al hombre hizo que su corazón latiera con un sentimiento particular, quizás sintiéndose culpable. Respondió un resumen de lo que había pasado con Li Han. El abuelo Luo escuchó, sus labios frunciéndose casi imperceptiblemente.
—Es una pena lo ocurrido. Ese alfa Li Han, aunque tiene un aspecto intimidante, su corazón es bueno.
—¿También lo piensa?
Jeon Yu se sobresaltó al notar había pensado en voz alta.
El abuelo Luo rió.
—Y tú, joven omega, ¿qué haces aquí?
—¿Yo? —Jeon Yu no pudo evitar sorprenderse. Hasta ahora el abuelo Luo nunca había mostrado ser un beta dominante, y aún si lo era, ser capaz de percibir feromonas a una edad tan avanzada, era simplemente…— Yo, como le dije, señor Luo, estoy trabajando aquí.
—No —el anciano sonrió, hablando como si fuera obvio—, tú no trabajas aquí. Mengmeng no dejaría que un omega como tú trabajara aquí. Seguramente te acogió ¿o me equivoco?
—¿Mengmeng?
—Mi hijo alfa mayor. Es un tirano del trabajo, pero solo en sí mismo. Por eso dije que Mengmeng nunca tendría a un omega trabajando aquí. Él es muy recto, a veces demasiado para su propio bien. Y bien, ¿dónde esta?
—¿Quién?
—Mi hijo.
—Él, bueno, él… —La información que Jeon Yu acababa de recibir era confusa, y si se pensaba, también imposible. Aún si el nombre de Luo Bingwen era Luo Mengmeng, lo demás no tenía sentido—. Él, bueno, el señor Luo esta durmiendo.
—¿A esta hora? —el anciano ladeó la cabeza en dirección a una de las numerosas ventanas— Pero aún no se pone el sol, por qué… oh, es verdad, dijiste estaba tomando una siesta. Lo siento, mi memoria es mala y en ocasiones olvido cosas.
Llegaron a la cocina y Jeon Yu preparó té. El abuelo Luo no pudo saber que esta era la primera vez que Jeon Yu preparaba té con éxito, pero pudo ver el entusiasmo con el que el omega sirvió una taza para un anciano como él.
—Es manzanilla con un poco de miel —Cuando estuvo a una temperatura segura para el anciano, Jeon Yu puso la taza tibia sobre el par de manos arrugadas y suaves. Escuchó un «Gracias» y sonrió triunfal. Luego continuó con la conversación— ¿Y aparte de su hijo alfa, cuántos hijos tiene?
Aunque era imposible para un alfa fingir ser un beta, todavía estaba la posibilidad de que fuera un familiar. Bueno, sinceramente se preguntó porque estaba insistiendo en "desmentir" estas cosas cuando todo estaba expuesto por simple lógica «Ahg, no sé, me estoy volviendo loco».
—Tengo dos hijos. El mayor es Luo Mengmeng y la menor Luo Mingue. Luo Mingue es beta y ahora esta en edad de casarse ¿Puedes creerlo? Dije que estoy buscando un marido para mi hija, pero mi hijo se niega y dice que su hermana debe conseguir el amor por su cuenta, que soy solo viejas costumbres —el abuelo Luo se echó a reír hasta toser—. Por supuesto que lo sé, que de verdad no lo digo en serio, no le voy a imponer un casamiento a ninguno de mis hijos, pero ver la expresión refunfuñada de ese tirano local es muy divertido. ¡Oh, que bien sabe este té!
—Gracias. Entonces… —Jeon Yu apretó la taza en sus manos, debatiéndose si era lo suficientemente estúpido como para preguntar. Finalmente tomó un sorbo de té y dijo— ¿Luo Bingwen… quién es? Usted a veces lo llama "Bocchan", pero parece usar el apellido Luo.
Jeon Yu era consciente el abuelo Luo sufría un deterioro mental y que era casi seguro las cosas que decía no fueran del todo ciertas, pero aún así, la conversación había llegado al punto de generarle cierta inquietud perturbadora. Sintió que si no preguntaba, probablemente pasaría la noche con los ojos mirando el techo especulando hasta el amanecer.
—No sé a qué Luo te refieres, quizás escuchaste eso en otra familia Luo, pero no puedo confundir a Bocchan con esa persona. Bocchan es extranjero del país J, su apellido era, eh… —pasaron segundos antes de que pudiera recordarlo— Ishikawa. Haruto Ishikawa. Estudió con Mengmeng en la escuela secundaria. Ambos van a aplicar a la misma universidad. Viene aquí a menudo.
Jeon Yu escuchó con atención y siguió preguntando.
—¿No vive aquí?
El abuelo Luo comenzó a reír como si eso hubiera sido un chiste. Quizás lo era. Jeon Yu no tenía idea.
—Aunque no me importaría, no creo que la familia Ishikawa quisiera regalarme a uno de sus hijos —de repente, la risa se estancó y hubo un silencio— ¿Dijiste Luo Bingwen?
—Si —Jeon Yu asintió— ¿El abuelo Luo sabe quién es?
Otro silencio.
—¿Quién eres tú?
—¿Ah?
—¿Dónde esta Shuyi'er?
—¿Quién?
—Shuyi'er. Hace un momento estaba jugando una partida de damas con ella y de repente estoy aquí y estás tú ¿Cómo hiciste eso? ¿Eres mago?
Jeon Yu se quedó en silencio, de pronto pretendiendo ser una piedra.
Esto era algo nuevo y extraño.
—Aunque no pareces un secuestrador —continuó el anciano, su tono de voz ahora perdido, travieso— ¿Eres soltero? Tengo una hija amable, inteligente, trabajadora y muy hermosa que esta en edad de casarse. Ella es beta y se llama Luo Mingue ¿también eres beta? Si lo eres, te haré mi yerno; y si eres omega, te haré mi nuera. También tengo un hijo alfa ¿Puedes verlo? Soy beta y tengo un hijo alfa, por cierto, ¿dónde esta ese cretino? Le dije que no podía escaparse cuando hay visita.
—Bueno… —incómodo, Jeon Yu ya no supo qué responder.
En la madrugada Luo Bingwen finalmente salió de la habitación. Dio una vuelta por la zona residencial, encendiendo las luces de la calle y cerrando algunas persianas que se dejaban abiertas para dejar entrar la claridad durante el día. Al dirigirse a la parte trasera encontró a lo lejos, en el patio, la sombra del omega caminando lentamente.
Por la posición de manos parecía hablaba por teléfono mientras la otra abrazaba su cuerpo, enterrada en el bolsillo de su abrigo.
Debido a la distancia y al viento nocturno que soplaba con un leve silbido, no pudo escuchar lo que decía el omega. Aún así, parecía estar bastante concentrado en la conversación, después de todo, no pareció notar cuando se encendieron las luces del exterior ni el tiempo que Luo Bingwen estuvo de pie en la entrada, observándolo. No fue hasta que el propio Jeon Yu decidió volver que saltó sobre sí mismo y dejó caer su celular.
—Ay, Dios mío, casi muero del susto —Jeon Yu lo recogió entre un montón de hojas secas y lo volvió a su oreja—. Entonces es todo, Alessandro, una vez estés en el país me contactas, y no, no voy a ir a ninguna fiesta.
—Boh, nunca digas nunca, porque-
—Non mi importa. Buonanotte.
—¡Oye, espera! ¡Vincen…!
Colgar.
Jeon Yu suspiró exasperado y guardó el móvil. En cierto modo lo que acababa de pasar era como escuchar un chiste barato. Pensar que entre todas las personas fuera Alessandro quien le dijera filosofía rebuscaba, y que esa filosofía le tocaría un nervio, era tan absurdo como él pidiéndole un favor. Pero aquí estaban: a pesar de que jamás lo hubiera creído, acababa de convertir a ese bastardo mujeriego en una de las personas a las que confiaría la recuperación de Li Han.
Jeon Yu negó con la cabeza «Esto es… simplemente ridículo».
Luo Bingwen, por su parte, notó la actitud del omega un tanto diferente. Todavía no escuchó la conversación, pero los gestos de Chong Yu por unos segundos no fueron normales. La sensación fue como si hubiera visto una luz oscura alumbrando su rostro y al segundo siguiente esta luz desapareciera sin dejar rastro.
—¿Tú…? —Luo Bingwen quiso preguntar, pero terminó alargando el «Tú» como un pequeño eco entre ambos—. Estas resfriado y todavía sales así en la noche.
Al final dijo cualquier cosa y no lo que quería. En realidad no valía la pena preguntar sobre un sueño lúcido, mucho menos sobre una alucinación.
Jeon Yu dijo que gracias a la medicina la fiebre había bajado, que estaba bien. También quiso preguntar por la salud del otro, pero de repente las palabras del anciano se enredaron en su mente y se sintió perturbado, como si lo profundo de su ser algo estuviera diciendo que había caído en una trampa y debía escapar.
Inconscientemente dio un paso atrás, una acción que sorprendió a ambos. Luego apretó el borde del abrigó y entró rápidamente.