Chapter 34 - Parte 33

—Este no es el camino hacia la mansión.

—Lo sé, señor.

—¿Madre se encuentra en este lugar?

—No, señor.

Seong Ho hizo un sonido con la boca cerrada, finalmente apartando la vista de la oscuridad infinita que se cernía más allá de la ventanilla. Aunque hacía frío, el hombre frente a él estaba cubierto de sudor al punto de notarse un pequeño temblor en sus manos. Lo vio buscar algo en el interior de su chaqueta.

Seong Ho inclinó la cabeza y preguntó casualmente:

—…¿Debo considerar esto como un secuestro?

—Lo- Lo siento, señor.

—¿Lo siento? —Seong Ho sonrió— ¿Esa es una palabra que pueda decirse al mismo tiempo que apuntas un arma a la cabeza?

El hombre no respondió y en cambio preguntó:

—¿Puede- puede seguirme, señor?  

—¿De otra forma, vas a dispararme? —Vio el arma moverse entre su ojo izquierdo y derecho—. Si planeas disparar, apoya la mano derecha en la izquierda y relaja los hombros. Evitarás una lesión.

—No- no juegue conmigo, señor.

No lo hacía, simplemente debía salvar su valor como carne de cañón.

—No lo hago, solo me pregunto que te llevó a cambiar. Recuerdo que habías dicho podía confiar en ti, Tao Kwan.

"¡Puede confiar en mí, señor Seong! Escuché decir al joven maestro que la reunión se pospondría hasta que el señor Seong arreglara las cosas con su madre. Dijo que jodería a los KR y que luego iría a jugar bolos con usted. Mientras tanto ¿no quiere ir por un trago? El Au Palace esta cerca de aquí y…"

Desde que lo había visto tocando la puerta del hospedaje, lo había reconocido como el hombre de aspecto común que había conocido la primera vez que llegó a este mundo. Aunque parecía no tener la personalidad extrovertida original y había cambiado su aspecto casual a uno de traje. Aún si Tao Kwan no había dicho su nombre esta vez y se había presentado como chófer de la familia Seong, se había presentado antes y Seong Ho lo recordaba.

—¿Ah? ¿Usted todavía…?

La pregunta de Tao Kwan fue interrumpida por el motor de varios autos que llegaron uno tras otro. Viniendo desde el norte y el sur, mostrando que habían aparcado en el centro de un túnel.

Medio segundo después las puertas se abrieron y personas armadas rodearon el auto.

¡Pum!

Uno de ellos impactó el arma en el cristal y este estalló.

Seong Ho fue arrojado al suelo. Hizo un movimiento y amortiguó la caída. Al darse la vuelta de repente habían al menos cincuenta hombres armados, apuntando su cabeza.

—Ja, ja.

Se sentó sin afán sobre el asfalto y rió. Por poco había olvidado lo que era ser recibido con este tipo de bienvenidas.

—¿Qué es gracioso?

Un hombre vestido de negro apareció entre los maleantes y preguntó.

El hombre tenía la parte inferior del rostro cubierto como todos los demás, pero el aura que lo rodeaba era totalmente diferente. Los ojos oscuros miraron hacia abajo y los azules hacia arriba.

Seong Ho sintió que algo le resultó familiar y al mismo tiempo le produjo un sentimiento de odio. Sin embargo, no supo decir ninguna de las dos cosas.

Por su parte, Paul pensaba diferente.

El respetado heredero de la gran familia Seong estaba a los pies de un huérfano marginado como él.

Definitivamente la fuerza era el poder que necesitaba para seguir subiendo.

—¿Gracioso? —contestó Seong Ho—. Es gracioso.

—¿El qué?

Seong Ho rió y su risa de hecho no venía del intentar imitar al personaje del libro. Venía del que este tipo de situación en realidad ya la había vivido incluso en su vida anterior. Era absurdo.

Decir que estaba acostumbrado a tener la mala suerte pisándole los pies no era exagerado. Pero, graciosamente, esta vez (que no era él) era a él a quién buscaban.

—No lo entenderías —dijo Seong Ho.

¡Zas!

En un instante movió la cabeza a un lado. Un rastro de algo caliente se deslizó en su mejilla.

Una línea de sangre.

—¿Pudiste esquivarlo? —Ya sea que su intención hubiera sido matarlo o simplemente probarlo, Paul no vaciló—. Aunque ya lo he visto, definitivamente es bueno saber que eres un monstruo.

Si no fuera el caso, el tipo frente a él simplemente estaría muerto hacía mucho tiempo.

—Parece que todavía tienes ojos para ver —dijo Seong Ho.

Paul estuvo en silencio antes de simplemente soltar una carcajada.

—¿Todavía tienes cara para amenazarme?

Un disparo, un movimiento. La bala impactó el concreto.

Seong Ho se alzó de hombros.

—No soy yo quién está disparando ¿debería disculparme?

—Completamente.  

Seong Ho se levantó.

—Paso. Soy demasiado vago.

Caminó uno, dos pasos.

—¿Qué organización es esta? —dio una vuelta mientras observaba a su alrededor como si fuera nada— ¿Hei Niao? ¿LPT? ¿Cuchillos de la muerte? ¿Elevadores del círculo Jin? —luego hizo una pausa— ¿O Killing Red?

Luego de leer la novela entregada por el Sistema, en realidad Seong Ho había podido recordar algunos nombres que habían sido mencionados por Tao Kwan,  quién llevaba unos minutos desmayado en el suelo.

Tanto en la novela como en este mundo se decía que dichos títulos pertenecían a bandas criminales que habían tenido tratos con el verdadero Seong Ho.

Si esto era verdad o no, era el momento de descubrirlo.  

—Estas jodido.

Cuando Paul levantó el arma, Seong empujó el brazo de Paul, tirándolo hacía abajo. Rápidamente sacó un arma que había robado hace un momento y simplemente lo apuntó.

—¿En qué… ahg?

La frase original era «¿En qué momento pasó?» pero Seong Ho acababa de dispararle en el hombro.

—Se mueven, lo mato —citó Seong Ho.

Además del sonido del disparo y del gruñido del hombre, ninguna otra persona  pudo hacer nada contra eso.

—¿Por qué no diaparan, bastardos? —gruñó Paul, sujetando su brazo, manchando su otra mano de sangre.

Seong Ho contestó pacientemente:

—Si esta vez no me drogaste, deberías entenderlo.

Los únicos alfas dominantes habían sido ellos dos. Las feromonas de Seong Ho volaban como cuchillos y todos caían al suelo por la asfixia.

Seong Ho sonrió sin sonreír.

—No pensaba ser de esta manera, pero recordé porqué estoy enojado.

**

—… ¿Una semana?

Jeon Yu escuchó la voz lenta y cortada de Li Han y asintió.

—Si. El señor Luo dijo que había salido de la ciudad para recibir tratamiento. El abuelo Luo se quedó en casa de Tian Su-, digo, del familiar del señor Luo.

Mientras hablaba, Jeon Yu sopló los fideos y los dirigió a la boca de Li Han. Li Han comió obedientemente.

—¿Te duele? —Jeon Yu no pudo evitar mirar la herida en la mejilla blanca de Li Han y sentirse mal por ello—. Otra vez, lo siento. Anoche llegué de mala manera y me dormí al punto de no escuchar que querías ir al baño. Y pensar que te caíste al intentar ir por tu cuenta.… Lo siento, ah, por alguna razón siempre termino disculpándome contigo en vez de hacer las cosas bien.

—No duele. Chong Yu curó. Ya no duele.

—Y no solo eso, incluso tienes un moretón nuevo…

—No duele.

—¿De verdad?

—Si.

—Bueno.

Jeon Yu no tenía cara para Li Han y tampoco podía dejarlo simplemente a un lado. Eso le hacía difícil las cosas. Quería hablarle, pero tenía vergüenza de sí mismo. ¿Cómo es que era tan inútil?

—¿Li Han, no te gusta la salsa de tomate? —Li Han lo estaba mirando fijamente y solo pudo encontrar esta razón para ello—¿No es muy buena? Lo siento ¿qué estoy preguntando? Sé que no lo es, en realidad, es horrible. No sé para que traje todo esto si cocino horrible —Sacó su teléfono y tecleó— ¿Quieres comer pizza o quizás comida criolla? ¿Sopa? ¿Mariscos? Solo dime y haré que lo traigan para tí.

—Chong Yu —Li Han puso su temblorosa y débil mano sobre la pantalla rota del chico—. La salsa de - tomate  que hizo – Chong Yu – es buena. Me gusta.

Quizás se debía al vergonzoso sueño que había tenido o al dolor de cabeza producto de la resaca, Jeon Yu no pudo responder. El nudo que de momento se formó en su garganta fue la causa.

—¿Quieres que encienda la televisión? Quiero encender la televisión.

Jeon Yu preguntó y no preguntó.

—¿Te gusta este programa? Es un clásico.

—Hmm.

El programa no le interesaba, pero Jeon Yu quería decir algo para aliviar el ambiente.

Aunque sinceramente todo estaba bastante bien.

Li han se había sentado con su ayuda en el otro extremo del sofá y tenía la mirada tranquila que solía tener.

Todo debería estar bastante bien, si no fuera por las veinte o treinta llamadas perdidas de su padre Nang Ye, por supuesto.

Después del anuncio del TSJ había estado evadiéndolo. Papá Nang había dicho «Ve al juicio», Jeon Yu había dicho «No» y ahora Papá Nang estaba muy enojado.

Incluso, Rong Wei lo había llamado esta mañana…

«Este desgraciado sinvergüenza»

Solo lo había llamado para convencerlo de asistir.

—Es para ayudar a tu hermano, Xiao Yu. Es tu familia.

«Y aun sabiéndolo terminé aceptando»

«Soy tan patético»

—¿Qué te… molesta?

Jeon Yu se sobresaltó.

Sin saberlo, había estado mirando con el ceño fruncido a Li Han.

En realidad no había querido mirarlo de esta forma, en realidad había tenido la mirada perdida y los pensamientos volando, pero las cosas resultaban así.

—No es molesto, sigo resfriado.  

Más tarde, Jeon Yu atendió el llamado del timbre.

—¿Tienes curiosidad? —Jeon Yu sonrió al ver a Li Han asomando la cabeza desde el sofá.

—Hmm.

Al ver que el omega cerraba la puerta tras él, los ojos del alfa se suavizaron.

—Es para ti ¿quieres probarlo? Es ropa —Jeon Yu habló mientras ayudaba a levantar a Li Han y lo llevaba a la habitación—. Sé que el Señor Luo te regaló parte de su ropa, pero creo que este es más tu estilo. Además esta ropa será tuya, de nadie más.

Aunque había dicho "tu estilo" de hecho el estilo con el que lo había visto la primera vez no era algo como esto. Era ropa extravagante, que en su percepción, no coincidía con la personalidad del alfa.

Desde que se había preguntado por primera vez sobre la identidad del otro, había intentado encontrarla a través de algo como esto. La gabardina tenía un tejido único que lo había hecho pensar en que sería algún tipo de diseño limitado o incluso único.

Si ese era el caso, entonces podría encontrar a su comprador.

Sin embargo, las cosas no habían resultado como esperaba. La investigación que había hecho decía que la tela era importada, de buena calidad; pero por la técnica de costura se podía saber había sido tejida por un diseñador inexperto, uno que ni siquiera tenía su propia firma.

Jeon Yu ayudó a ajustar la camisa negra y el pantalón de vestir, pensando que este estilo casual, oscuro y minimalista le quedaban mucho mejor.

Seong Ho observó en silencio su reflejo en el espejo. Solo él sabía que este tipo de ropa era la que siempre había querido comprar. Lamentablemente el estilo old money tenía un precio muy elevado y apenas podía permitirse ropa de segunda mano en su anterior mundo.

—…Gracias.

Seong Ho sonrió mientras miraba al omega. Las suaves feromonas del otro flotaban en el aire como un pequeño gato. El gato movía la cola nerviosamente y no sabía qué hacer. Parecía preguntarse si le gustaba el regalo a la otra persona o si había cometido un error.

Seong Ho fingió sus manos temblorosas y lentamente levantó una prenda hasta llevarla a su nariz. La tela era suave y tenía el aroma olvidado de la ropa nueva.

—¿Gastaste mucho dinero en esto? —Un pensamientos hizo que bajara las manos y cayera en la realidad— ¿Cómo lo compraste? ¿Cómo conseguiste el dinero?

La demanda salió perfectamente de sus labios.

—¿Qué?

—Prometiste que…

—¡No, no hice algo como eso!

Jeon Yu gritó, su rostro rojo de vergüenza. 

Se supone que era el segundo joven maestro de la gran familia Jeon.

Pero pese a ser el segundo hijo, podría considerarse como uno de los omegas con el estatus más elevado incluso por encima de muchos alfas. Esto era suficiente para saber que nunca lo habían tildado tantas veces de prostituto como lo hacía esta gente.

—¡No es eso! ¡No lo conseguí de esa manera!

Jeon Yu sintió que la resaca le haría estallar la cabeza ¡Además por qué había bebido tanto! ¡A quién diablos le importa si solo reprobó la audición y ahora debía abandonar la carrera! ¡A quién le importa si solo tiene que ir al juicio por actuar como un estúpido sin respeto por si mismo! ¡Esta harto! ¡Harto!

Jeon Yu no quería explotar toda su frustración con Li Han así que dijo ir a podar el jardín. Antes de salir le recordó que si necesitaba algo debía llamarlo al número sobre la mesita (que era su número celular) y luego se fue.

Seong Ho se levantó de la cama y dio varias vueltas en un mismo lugar.

Aunque le había gustado este regalo, definitivamente debían devolverlo y debía hacerlo jurar por su vida que no volvería a trabajar de la forma en la que lo hacía ¡Estaba mal!

«Chong Yu no tiene ropa nueva»

Seong Ho reflexionó sobre esto. Todos los días solía ver a Chong Yu usar la misma ropa una y otra vez, pero a pesar de ello, el joven había preferido comprar ropa para él y no para él mismo.

Seong Ho miró la ropa y había veneno en sus ojos.

Todavía se sentía culpable por haber robado a un chico que en realidad estaba sobreviviendo, al punto de vender su dignidad… todavía pensaba en si aquel tipo que lo atacó en el antro era un empleador que se había vuelto agresivo.

Seong Ho se culpaba y estaba muy enojado cada vez que pensaba en ello.

«Tengo que volver al apellido Seong»

Aún si no tuviera que salvar el Porcentaje de Valor del S2, quería conseguir el puesto de heredero porque con ello obtendría mucho dinero.

…Dinero con el que podría ayudar a estás personas a conseguir una mejor calidad de vida.