Estaba cagada de nervios.
Después de lo que paso en la oficina decidí subir rápido con los chicos e irnos. Me sentí totalmente estúpida.
Aparte de lo estúpida, cada vez que recordaba lo de la oficina mi corazón empieza a palpitar con fuerza.
Le conté a los chicos sobre el viaje y todos se emocionaron y me ayudaron hacer mi pequeña maleta (con ropa que las chicas habían hecho), excepto Liz.
Los chicos me pidieron que tomara muchas fotos sobre todo, se veían más emocionados que yo. Aunque la verdad si que estaba muy emocionada, pero la parte del avión no me agradaba mucho.
Tenia un miedo horrible dejar a los chicos solos, en cualquier momento Gilbert podía ir y sacarlos a la fuerza.
Recé tanto para que eso no pasara y si eso llega a pasar quiero estar ahí para no dejarlos solos.
Le encargue a Lydia-nuestra vecina- que si pudiera fuera a checarlos de vez en cuando y muy amable me dijo que si.
Ahorita me está entrando a la empresa con mi mochila en mi espalda.
Decidí colocarme una falda negra y una blusa blanca con unos tacones negros. Lo que más se usaba en ropa formal.
En cuanto entré vi a mi jefe que ya venia hacia donde estaba.
-¿Lista? -pregunta sin ningún atisbo de emoción.
Trago saliva y asiento.
Salimos de la empresa y rápido se coloca sus lentes haciéndolo lucir más guapo de lo que es.
Kayla, ya deja de fantasear con tu jefe.
Aunque debo admitir que me entristeció solo un poco que se pusiera los lentes negro porque no me dejaba admirar ese color de ojos.
Nos acercamos a un coche muy lindo y lujoso, por lo que supongo que también caro.
Igor abre la puerta y me hace un ademan para que entre.
-¿Y tus maletas? -dice confundido.
Siento como mis mejillas se encienden.
-Esta es mi mochila. -señalo mi espalda.
Me ve con el ceño fruncido y asombro a la vez. Entro al coche y siento que ni siquiera me puedo mover, el coche esta demasiado limpio y bonito, siento que si lo toco se va a ensuciar o rayar.
-Buenos días. -saludo al señor que esta en la parte del volante.
-Buenos días, señorita. -me devuelve el saludo con un pequeño asentimiento.
Igor se sube al otro lado, dejando que su chófer maneje a lo que supongo que sera el aeropuerto.
Todo el camino Igor se la llevo hablando por teléfono y yo solo observando por la ventana nerviosa.
Al poco tiempo llegamos.
Fruncí el ceño confundida.
El coche paro cerca de un pequeño avión. ¿Y los boletos? ¿Las demás personas ya estaban adentro?
Hay dos guardias afuera de las escaleras del avión.
-Bienvenido, señor Gólubev. -dijeron como robots al momento de bajarnos del coche.
Mire asombrada al pequeño avión y mi corazón empezó a latir demasiado rápido.
-Vamos, antes de que se haga tarde. -ignoró el saludo de los guardias.
Pero que educación.
-Uhm ...
Igor se volteo a verme y bajo poco sus lentes dejándome ver sus ojos.
-¿Ahora que pasa?
Empecé a jugar con mis manos y baje mi mirada a estas como si fuera lo mas interesante del mundo.
-Nunca me he subido a un avión. -susurré rápido.
-¿Qué?
Levanté mi vista y como siempre don hielo me estaba mirando raro.
-De verdad eres rara. -paso su mano sobre su cabello haciendo que los cabellos rebeldes se fueron hacia atrás.
Quedé embobada con ese gesto.
-Sube, es seguro, no va a pasarte nada.
Me hizo que subiera yo primero y no había nadie más que azafatas y lo que supongo el piloto en la parte de adelante.
-¿Nomas iremos nosotros dos? -me gire para encontrarme a Igor muy pegado a mi.
Ya se había quitado los lentes y bajo un poco la cabeza para verme a los ojos debido a que el era muy alto.
-Es privado, Kayla.
No puedo creer que hasta mi nombre salga bonito de su boca.
¿Privado? ¿Este chico caga dinero?
Igor me invita a sentarme al lado de una ventanilla y obedezco.
Había bastante espacio como para dos personas, pero agradecí que Igor se sentara a mi lado.
-¿Estás lista?
Asentí no muy convencida.
Se acercó mucho a mí, invadiendo mi espacio personal. Se acerco mucho a mi rostro y pensé que me iba a besar hasta que escucho un "click".
-El cinturón. -dice con una sonrisa y se aleja acomodándose en su asiento.
Cierro mis ojos sintiéndome aun más imbécil, es un chico con clase y elegancia. ¿Por qué querría besarte?
-Abre la ventanilla.
Con esfuerzo la abro y los nervios comienzan más fuertes que antes.
Siento como el avión empieza a mover and aprieto mis manos y mis ojos.
Hola, Dios, soy yo de nuevo.
Mi corazón se acelera más -si es que eso es posible.- y empieza a elevarse haciendo que pegue un grito.
-¡Igor me quiero bajar! - me aferro a su brazo mientras aprieto los ojos.
Es la primera vez que lo llamo por su nombre y la verdad no me importa porque estoy cagada del miedo.
-Por favor, tengo miedo. -siento un nudo en mi garganta.
Sigo apretando el brazo de Igor mientras cierro los ojos con fuerza.
-Abre los ojos y mira por la ventanilla. -ordena tranquilo.
Niego aferrándome más cuando se mueve un poco brusco el avión y ahogo un grito.
-No puedo, quiero bajarme.
Me voy a morir. Si pensaba que el elevador era una de las peores sensaciones estaba totalmente equivocada., El avión gana ... y por mucho.
-Abre los ojos. -lo repite pero ahora con voz autoritaria.
Poco a poco voy abriendo mis ojos y lo primero que ven mis ojos son sus ojos. Esta vez no parece estarse burlando de mi.
Hace un pequeño movimiento con la cabeza apuntando a la ventanilla.
Muy despacio giro mi cabeza y me toca apreciar lo bonito que se ve. Hay nubes, estamos pasando por las nubes, miro un poco más para abajo y todo se ve diminuto. Rápido levanto la vista.
-Saliste un poco miedosa, Kayla. -esta vez dice burlón.
Ruedo los ojos y suelto rápidamente.
-No vuelvas a rodar los ojos. -ordena serio.
Dicho eso, se quita el cinturón y se levanta.
¡¿Se puede quitar el cinturón ?!
Saco mi teléfono y empiezo a tomar fotos para los chicos.
Pasamos un buen rato en el avión, Igor al parecer había ido al baño.
La verdad tuve que cerrar la ventanilla porque empezaba a marearme, Igor no volvió a sentarse a mi lado, se sentó en otro asiento.
Pasaron una cuantas horas hasta que sentí como el avión empezaba a bajar.
Otra tortura, aunque no se sintió tan feo como el inicio.
-Llegamos.
Igor deja que baje primero y uno de los guardias me dan la mano para ayudarme a bajar y le agradezco. Claramente llegamos a un espacio muy grande donde a lo lejos se miraban aviones.
Delante a nosotros se encuentran un coche negro con el que supongo que es el chófer.
-Bienvenidos. -nos dice esté abriendo la puerta con rostro serio.
Igor, como se esta haciendo costumbre lo ignora y entra.
-Gracias. -le sonrió y entro.
-No tienes porque ser amable. -rueda los ojos.
-Es educación. -ruedo los ojos devuelta.
Siento como su mirada se oscurece y trago saliva.
-¿Qué te dije de rodar los ojos?
Siento como un escalofrío corre por todo mi cuerpo y simplemente me encojo de hombros y miro por la ventanilla.
Estaba embobada viendo el paisaje que tiene Florida, Igor no habló en todo el camino y yo venia concentrada admirando todo, es muy lindo.
Hotel el coche estaciono enfrente de un grande y hermoso.
El chófer me abrió la puerta y le agradecí haciendo que me diera una cálida sonrisa.
Igor venia a mi lado y el chófer bajaba nuestros equipajes.
-Yo puedo agarrar mi mochila.
-No, déjalo que haga su trabajo. -lo mire con el ceño fruncido y me ignoro caminando a la recepcionista.
Claramente no era a la única que ponía nerviosa porque la recepcionista de tan solo verlo se puso roja y empezó a agarrarse el cabello de forma coqueta.
Ruedo los ojos.
Oh, recordando. ¿Qué tendrá Igor con que ruede los ojos?
¿Tan fea me veo rodando los ojos?
-Vamos.
Igor avanza y lo sigo rápido ya que mis piernas son mucho más cortas que las suyas. Nos detenemos enfrente de un elevador y siento que hoy no es mi día.
-Otro miedo que enfrentar, señorita Larson.-suelto un suspiro.
Las puertas se abren y salen unos chicos, después entramos nosotros y unos señores de tercera edad.
-Laura, no puedes seguir haciendo eso, entiende que ya somos muy mayores y enfermos. -la voz de él se escucha cansada.
Al parecer él señor venia regañando a su esposa.
-Pero es que yo quería. -ella se escuchaba triste.
-Pero al menos avísame ¿sí?
Me daba un poco de ternura ver como él la regañaba pero a la vez se preocupaba.
-Señorita. -el señor me habla.- ¿Verdad que cuando sales le avisas a tu esposo para que no quedé preocupado ?.
Apunta a Igor.
Me quedo como piedra y la señora espera mi respuesta mientras que él señor me guiña el ojo haciéndome entender que le siguiera a la mentira.
-Claro, hasta para ir al baño. -río un poco haciendo reír a los señores.
-Perdóname, mi amor.
La señora abraza a su esposo y yo estoy que muero de ternura hasta que siento la mirada penetrante de Igor.
Las puertas se abren haciendo que los señores separen y se bajen en este piso. Ni siquiera sentí el elevador por venir prestándole atención a los esposos.
Metiche.
-Muchas gracias, señorita. -él señor se despide con su mano y yo hago lo mismo con una sonrisa en mi rostro.
Las puertas se cierran y quedamos Igor y yo solos.
Las puertas de el elevador se vuelven abrir dejando ver un pasillo largo.
-Ven, te llevaré a tu habitación.
Sigo a Igor y llegamos a una puerta, la abre y me quedo asombrada al ver el interior.
Hay una gran cama para mi. Un baño para mi.
Joder.
Veo por la ventana y veo lo que creí nunca ver.
El mar.
Me acerco casi corriendo a la gran ventana admirando como las olas chocan en la orilla.
-¡¿Es el mar?! -grito entusiasmada.
-Si...
-¡Estoy en el mar! ¿Podemos ir? -la emoción me esta ganando y me gire a verlo.
-Primero ocupamos ir las juntas y después te puedo acompañar a que conozcas el mar. ¿De verdad nunca habías conocido el mar? -su rostro solo demostraba incredibilidad.
Me emocionaba saber que iría a conocer el mar hoy.
¡Hoy!
-No, nunca había venido. -me vuelvo a ver el mar.
De verdad que es una vista hermosa, el sol, el mar, la arena.
Me ponía un poco triste saber que voy a conocer el mar pero mis hermanos no, entonces una de mis motivaciones será trabajar mas duro para enseñarles a mis hermanos la maravillosa vista que da el mar.
Saque mi celular y empecé a tomarle muchas fotos para enseñárselas a mis hermanos.
-Sigues siendo rara, Larson.