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ZERO, EL ESPADACHÍN QUE SUPERÓ AL TIEMPO - RTostada

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Synopsis
En un mundo arrasado por la guerra los humanos mejorados genéticamente son los que luchan contra sus propias creaciones para poder sobrevivir. Hace tiempo "ellos" eran esclavos, pero se liberaron, aumentaron sus números y se expandieron... haciendo retroceder a la humanidad hasta dejarla confinada en una isla, tratando de resistir su implacable avance. Lo que no saben es que la humanidad tiene ases bajo la manga y los usarán en su contra sin importar las consecuencias... Todo sea por derrotara su más grande creación y a la vez su mayor tormento... animales mejorados que poseen una alta capacidad de raciocinio y habilidades físicas, los furry. Y es en medio de esta cruel guerra que nace Zero, este niño se criará en el lado más oscuro de la sociedad, sufriendo por la guerra. Y siempre que tiene un poco de luz en su vida esta... se apaga. Esta es la historia de un niño marcado por la guerra al que la vida solo le ha castigado. Pero aun se rehúsa a desaparecer en el olvido y para ello necesita... PODER ¿Qué hará Zero con todo ese poder? ¿Destruirá y quemará todo hasta sus bases? ¿Se dejará llevar por la oscuridad de su corazón destruyendo todo y a todos a su paso? ¿O luchará por alcanzar la salvación? Sea cual sea su destino si lo quieres saber debes leer su historia.
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Chapter 1 - Cap 1

Estaba mirando por la ventana, hacía sol y había pocas nubes en el cielo, un buen día, pero aquí estaba yo, en clase de historia escuchando a un abuelete hablarnos sobre cosas que pasaron hace mucho, pero esta clase era importante pues hoy iban a venir unos soldados a nuestro colegio a enseñarnos algo, pero no sabíamos el que.

El hombrecito de lentes y pelo cano continuó con nuestra asignatura- Hace alrededor de 20 años los humanos éramos la especie más poderosa en toda la tierra, pero ese poder nos hizo orgullosos y arrogantes, y solo queríamos más y más para ser los más fuertes, esto generaba guerras en las que nos matábamos los unos a los otros, un sinsentido. Pero fue entonces cuando unos científicos crearon un elixir, una droga que aceleraba el proceso de evolución de las especies, en nosotros no funcionaba, pero lo probaron en animales y con ellos si daba resultados, acababan siendo unas criaturas de forma humanoide, pero aún mantenían muchas de sus características anteriores a la "evolución", ellos serían conocidos como furrys, los que después serían la pesadilla de la humanidad. Pero en ese entonces los gobiernos pensaron que estas nuevas especies evolucionadas serían buenas armas bélicas ya que por ejemplo: un oso pardo al que le fue administrada esta droga, era capaz de aniquilar un escuadrón entero humano solo con su físico ya que su fuerza y resistencia aumentaban en gran medida.

En un primer momento los furrys fueron esclavos de los humanos y las personas que sufrían de racismo y de marginación social dejaron de sufrirlo, pues el racismo tenía unos nuevos objetivos, los furrys, esto crearía grandes tensiones sociales que provocarían que los furrys se revelasen y atacasen una ciudad, en la que se encontraban familias que utilizaron para chantajear a los científicos para que fabricaran más droga evolutiva, y estos lo hicieron, así los furrys aumentarían sus números y comenzaría una guerra de guerrillas en las que los humanos perdían ya que los furrys se refugiaban en los bosques y aprovechando esto masacraban escuadrones enteros de soldados. Ellos eran menos y tenían peores armas, pero aun así consiguieron resistir.

La situación siguió empeorando ya que los furrys crecían en poder bélico y en número, ellos ahora sabían usar las armas de fuego y las comprendían, después de eso comenzaron a fabricar su armamento; y sus números no paraban de aumentar, así al cabo de unos años estalló la 1ªG en ella los humanos y los furrys pelearían abiertamente, convirtiéndose en un exterminio. Algunos de nosotros aún soñábamos con poder calmar a los furrys dándoles derechos, ya de aquellas la derrota era clara e inminente para nosotros, así que unos ilusos con ganas de paz trataron de apaciguarles, pero no lo lograron. Acabamos perdiendo, ellos fueron masacrándonos y tomando cada vez más territorio, a la vez también iban aumentando su fuerza armamentística hasta superar la de los humanos.

Nosotros para frenar esa maldita masacre firmamos un tratado de paz en el que les cedíamos la mitad del planeta si la guerra no continuaba, así como perder una gran parte de nuestro poder bélico entre otras cosas más. Con ese injusto documento se consiguió la "paz", pero solo duró un año. Algunos humanos aún continuaban jugando a la guerra y atacaron pueblos furrys y masacraron a familias enteras de esas BESTIAS- dijo esa palabra como si intentase escupir veneno, iba cargada de odio asco y desprecio hacia ellos y prosiguió su relato después de aclararse la garganta- debido a eso los furrys se enfadaron y reclamaron que el gobierno humano hiciese algo al respecto, pero no hicieron nada, de hecho luego se descubrió que los apoyaban en las sombras. Esos animales decidieron continuar con la guerra al ver que el gobierno humano no hacía nada por detener a esos soldados que masacraban a muchos "civiles" furry. Así un día mandaron un pequeño ejército y fácilmente acabaron con los humanos, pero al ver las atrocidades que causaron a su paso esos soldados furrys quisieron devolver el golpe y atacaron una ciudad humana que quedó completamente aniquilada.

Así comenzó la 2ªGF, que sería una continuación de la primera. Los furrys nos superaban tanto en número como en armamento, comenzaron a ganar territorio y a aniquilarnos; todo fue en picado para los humanos hasta la aparición del escuadrón Gamma; este escuadrón era una élite militar a la cual se le proporcionaban drogas que les conferían poderes que los hacían casi DIOSES en el campo de batalla; tenían poderes físicos como pegar puñetazos capaces de crear cráteres, levitar rascacielos, controlar la gravedad en un campo de batalla entero,...

Pero aunque tuviéramos la calidad de unos pocos soldados los furrys tenían la cantidad; las eternas hordas de esos animales hizo que poco a poco la esperanza de la humanidad cayera, el escuadrón Gamma fue debilitándose poco a poco hasta que los miembros fueron cayendo, pero no sin antes hacer una masacre con sus enemigos, cuando uno estaba a punto de morir desataba un gran poder pero a cambio de su vida. El último de ellos murió en un campo de batalla sesgando miles de vidas, algunas de ellas fueron humanas, pero hicieron un gran sacrificio por nosotros, esa fue registrada como la batalla en la que hubo un mayor número de bajas furry, y todo causado por un solo soldado.

Así acabaría la 2ºGF, con nuestra derrota, quedando confinados en esta isla en la que vive lo que queda de la humanidad, atrincherada, defendiéndonos ante esas bestias. Los furrys parecen que no quieren aniquilarnos, pero nos han dejado confinados y día y noche nos vigilan para que no salgamos de ella, se creen que somos sumisos y nos quieren esclavizar, para que cuando se cansen de nosotros nos maten a todos, pero somos fuertes, pelearemos, vengaremos a nuestros caídos y los MATAREMOS A TODOS.- Exclamó el profe- Bueno, ya estáis en la edad para uniros al ejército, pensároslo y uníos a nuestras filas, así vengareis a las familias que murieron a manos de esos ANIMALES, sed los hombres que nos librarán de la tiranía de esas abominaciones. -El profe nos vuelve a "lavar" el cerebro para que nos unamos al ejército, eso es algo muy común hoy en día, nos inculcan desde pequeños que debemos pelear contra ese enemigo que nos ha encerrado aquí, y que aún podemos ganar pese a ser menos, estar menos preparados y tener armas mucho peores. Se nos implanta el odio en nuestros corazones, se nos enseña a odiar, pero aunque diga eso una yo ya tengo decidido que me uniré al ejército para matar a esos ENGENDROS.

*Toc, toc* en ese momento se escucharon unos golpecitos en la puerta para luego entrar dos soldados armados a la clase, estaban uniformados y portaban las armas reglamentarias de ejército, así como varias granadas, cargadores, etc. Ellos llevaban una caja blindada entre los dos y la agarraban cada uno por un asa. Cuando hablaron las voces estaban distorsionadas por las máscaras de gas que llevaban puestas.

-Hola niños, como podéis ver somos soldados del ejército y venimos a enseñaros unas cuantas cosas, la primera es que la guerra no está perdida y que toda la sangre que provocaron los furrys la van a pagar cara; lo segundo es que esto que hay dentro de la caja es una súper droga, capaz de dar poderes sobrenaturales a los humanos, esta es nuestra carta de triunfo, es una de las pocas que quedan después de que el científico que las hacía muriera a manos de los furrys, estas drogas solo funcionan en humanos, por eso los furrys no pueden aplicárselas o siquiera recrearlas ya que mataron al que las hacía, jajajajaja,- el soldado que estaba hablando soltó una fuerte carcajada, burlándose de nuestros enemigos, personalmente creo que es una estupidez traer la carta de triunfo de la humanidad a un colegio, pero se ve que el ejército está desesperado por mejorar la moral y reclutar a más soldados, después de coger aire continuó hablando- también venimos a preguntaros cuantos de vosotros se unirán al ejército, la mayoría de la clase levantó la mano, yo no lo hice, soy un vago y eso de levantar el brazo por encima de tu cabeza cansa mucho. Después de eso continuaron hablando sobre otros temas para tratar de animarnos y de convencernos para que nos uniéramos, lo único interesante que dijeron fue que querían crear un nuevo escuadrón Gamma, para aniquilar a todos los furrys, el resto dela charla fue solo un "lavado de cerebro colectivo" nos persuadieron para que nos uniéramos a la vez que alimentaban nuestras ansias de venganza por toda la sangre derramada y por las injusticias que estábamos sufriendo por culpa de los furrys.

Tocó el timbre entonces todos nos dispusimos a marchar de clase para irnos a nuestras casas, muchos salían hablando sobre apuntarse al ejército, pero cuando salí yo las conversaciones bajaron de volumen y comenzaron a murmurar como hacen siempre,

-Miren es Zero, dicen que es un vago que no hace nada y además no le preocupa la situación de la humanidad, me da asco- dijo algún chico de la multitud.

-Escuché que no se quiere apuntar al ejército, es un traidor-

-Despojos como el solo sirven para gastar aire- dijo alguien, después de eso recibí un escupitajo en mi mejilla, me paré un momento y lo limpié, esto es realmente molesto.

-Solo serviría como carne de cañón- dijo una voz de chica, después de tener mi ración diaria de comentarios me fui de allí.

Esos murmullos me seguían por donde pasaba, sonaban a mi alrededor cuando avanzaba por el pasillo, con mi paso lento, tratando de gastar las menores energías posibles, metido en mis pensamientos,... ahora que lo pienso, ¡no me he presentado!, Bueno yo me llamo,... en realidad no tengo nombre, pero todos me llaman Zero ya que eso es lo que mejor me define, además ese nombre me ha acompañado desde bien pequeñito, además si no tengo una motivación que me impulse a hacer algo soy un cero para todo, cero para notas, cero para amigos, cero de todo, de ahí viene mi apodo. Sé que soy muuuuuuy vago pero es que en este mundo en el que me ha tocado vivir hay pocas cosas por las que esforzarse, pero si hay algo que quiero por ello peleo al 100%.

Os contaré un poco de mí, como ya dije me llamo Zero, tengo el pelo castaño, y tengo 14 años. Nací en alguna parte del mundo, ahora conquistado por los furrys, mi padre y mi madre,... pertenecían al escuadrón Gamma, me dijeron que eran muy fuertes, pero solo pude verlos una vez en toda mi vida,...

Cuando nací mis padres ya pertenecían al escuadrón Gamma y tomaban esas drogas, mi madre se vio obligada a pelear aun estando embarazada de mí, me enteré de esto cuando unos soldados hablaban sin saber que los escuchaba. Cuando nací era un niño normal, un bebé pegajoso que aún no abría sus ojitos y que había nacido en un mundo donde reinaba el caos y había derramamientos de sangre todos los días. Cuando tuve conciencia de donde estaba, y de mis acciones me di cuenta de que estaba en un orfanato militar, esto era porque mis padres no podían cuidarme debido a su trabajo. Así fui creciendo y me acabé enterando de que mi madre volvía a estar embarazada, y que iba a tener un hermanito, pero a esa edad no me importaba, en toda mi corta vida no tuve a nadie en el que apoyarme, estaba solo. Pasaron los meses y me enteré de la noticia de que el escuadrón Gamma estaba debilitándose y desapareciendo y que seguramente todos morirían en la guerra. Yo aterrado, aun siendo un niño de no más de 6 años y haciendo una locura propia de un chiquillo me escondí en un camión militar, había escuchado que mi madre y mi padre eran los últimos integrantes de ese famoso escuadrón y que iban a librar una batalla muy dura, y que este camión militar iba para allí. Yo quería verlos, por lo menos una vez en mi vida así que me escondí en ese camión y viajamos al campo de batalla, ahora me doy cuenta de lo peligroso que fue. A medida que nos acercábamos escuchaba explosiones y disparos, entonces una explosión azotó el camión en el que iba escondido. Todos los soldados murieron, pero yo viví solo porque así lo quiso el destino. Aunque estaba herido y sangrando me moví, no sé qué me impulsó, pero caminé hacia los disparos, sonaban explosiones cerca de mí, y el suelo estaba enfangado por la sangre de los soldados, eso me hizo marear, y caí de rodillas al fango, comencé a vomitar todo lo que tenía en el estómago.

El polvo de las explosiones se estaba despejando, y allí en una montaña lejana vi como un hombre que le faltaba un brazo disparaba a los furrys moviéndose a velocidades supersónicas, mientras que con un cuchillo cortaba a los que se acercaban; y una mujer embarazada los hacía explotar con la mirada, esas escena era demasiado para alguien de mi edad, las piernas y los brazos me temblaban y de mis ojos salían lágrimas, pero yo seguí mirando, eran mis padres.

En ese momento veo que un furry tigre le clava un cuchillo en el pecho a mi madre y lo saca para apuñalarla varias veces, mi padre al ver esto se queda en shock y comienza a gritar a pleno pulmón para que luego muera acribillado a balazos, pero no sin antes matar a muchos. Era el fin de mis padres, los vi morir por esas ¡¡¡MALDITAS CRIATURAS!!!

Después de eso lágrimas de impotencia rodaron por mis mejillas, los puños me temblaban de la ira y mi corazón estaba oprimido por una increíble tristeza. Después de eso me marché corriendo a la mayor velocidad que mis piernas podían alcanzar en dirección contraria, corrí durante horas hasta caer desmayado de cansancio sobre el asfalto de la carretera.

Al levantarme continué corriendo, no podía abrir los ojos del cansancio, pero yo corría, a veces me caía, pero me levantaba y seguía; no sé cuánto tiempo, pero acabé llegando a una ciudad donde robé toda la comida que pude de los escaparates de las tiendas y dentro de varios supermercados, las calles estaban desiertas, los habitantes debieron de huir cuando sonó la alerta de evacuación. Una vez comí re-emprendí mi carrera, buscando una ciudad en la que quedarme, si no me daba prisa los tipos que mataron a mi padre me alcanzarían y me matarían también. Buscaba un lugar alejado de ese campo de batalla, durante ese tiempo intenté suicidarme tirándome de un edificio, en un momento de debilidad lo intenté. Era un día oscuro y lluvioso, no tenía ningún paraguas, solo un chubasquero que robé de una tienda de pesca. Estaba cansado de huir, hacía varias semanas que viajé a pie de ciudad en ciudad, pero ninguna tenía gente, he estado solo, y eso me había acabado pasando factura. Ese día estaba harto, no pude encontrar comida y tenía frío, me encontré cadáveres tirados en las calles, seguramente bombardearon esta ciudad, muchos edificios están derrumbados. Esa escena fue demasiado para mí, ver a una familia con dos niños tirados en la carretera, todos muertos y con varios cuervos encima de ellos. Eso realmente fue demasiado, fui a un callejón a vomitar, sentía mareos y un fuerte dolor de cabeza, esa familia me recordaba a mí, podría haber sido yo con mis padres, pero ese pensamiento trajo de vuelta el recuerdo de la muerte de mis padres. Estaba machacado, el cansancio estaba haciendo mella en mí, no podía aguantarlo más. Subí a un edificio muy alto y después de unos forcejeos con una puerta estaba en el techo del edificio. La lluvia caía en mi cara, me movía hacia delante y me puse en el borde del edificio, la caída era muy grande, seguro que moriría si saltaba, esa idea de una muerte rápida me gustaba, me subía a la cornisa y miré la calle llena de cuerpos, yo sería uno más de ellos. Lágrimas rodaron por mi mejilla, pero se mezclaban con la lluvia, alcé la vista y me quité la capucha del chubasquero, ahí arriba hacía mucho viento, y la lluvia fría me caía en la cara y me empapaba el pelo. Salté, cerré los ojos, sentí como caía, el viento me daba en la cara y la lluvia me acompañaba en la caída, abrí los ojos y vi a cámara lenta como me acercaba al concreto, que daba medio metro, vi todo a cámara lenta, no quiero morir pensé, pero lo hecho, hecho está y apreté los ojos con fuerza. Al momento siguiente sentí un gran dolor que me recorrió todo el cuerpo, me doy cuenta de que no he muerto, es posible que no haya muerto, no siento nada, debo estar tirado en la acera, que mala suerte la mía, pensé y abrí los ojos lentamente, preparándome para verme sangrando por todos lados con los brazos y las piernas rotas, pero me doy cuenta de que vuelvo a estar en la azotea de aquel edificio. Eso sí que era extraño, sentí una gran extrañeza, miré hacia abajo otra vez, no estaba allí mi cuerpo, ¿sería todo una alucinación?, apreté los puños y me volví a tirar, pero con los ojos cerrados, aunque pueda resultar extraño, estaba calmado. Cuando toque el suelo y escuché mi cráneo romperse, abrí los ojos y me di cuenta de que volvía a estar en la azotea de aquel edificio. Puede resultar extraño pero continué suicidándome varias veces más pero siempre volvía a estar en perfectas condiciones, subido en aquella cornisa, no entendía que estaba pasando. Después de un rato, en el que me había quedado mudo de la sorpresa y estupefacto, de pie en la cornisa, me alejo del bordillo y bajo de aquel edificio la sorpresa no me abandonó cuando toqué la calle y fui al sitio donde caí tantas veces, allí no había nada. Aunque la idea de suicidarme ya no me atraía seguí intentándolo de otras muchas formas con cuchillos, veneno para ratas, ahorcamiento,... pero siempre volvía a la vida, en algún momento antes de suicidarme, como un punto de guardado, o el último instante de vida, esa sí que fue un gran sorpresa. Dejando esos extraños sucesos proseguí con mi viaje, aunque traté de suicidarme más veces siempre volvía a la vida. Pasé por varias ciudades, en las que descubrí que también puedo ralentizar el tiempo; esto lo supe cuando un ladrón me disparó y yo por miedo cerré los ojos, pero oír un extraño ruido y vi que la bala no llegaba, abrí los ojos y me sorprendí al ver que la bala se acercaba lentamente y que todo se mov��a más lento, entonces me aparté de la trayectoria y el proyectil pasó de largo, después de eso me fui corriendo. No me había dado cuenta pero esa especie de ralentización del tiempo hacía un ruido al activarse y al desactivarse, y mientras estaba en funcionamiento el mundo se veía más oscuro pero las figuras de las personas y los proyectiles marcados se resaltaban de colores vivos que contrastaban con el fondo oscuro, fue algo realmente extraño, mi primera teoría fue que dios me quería mucho, ahora veo lo estúpido que suena eso.

Estos poderes fueron algo que me cambió la vida, pero igualmente seguía en una situación horrible, en la que me encontraba vagando de ciudad en ciudad, este proceso duró cerca de 2 meses, en los que después de viajar mucho, acabé llegando a una ciudad en dios sabe dónde. También hay que decir que algunos tramos del camino los hice en buses o en coches del ejército tratando de alejarme lo máximo posible de... esas cosas y de lo que ahora era la tumba de mis padres. Alguna que otra vez trataron de secuestrarme o robarme, pero siempre me salvaba, de una manera o de otra. Pero un día nublado, mientras caminaba por una ciudad a la que había llegado un tipo me dio un puñetazo y me arrastró a un callejón. Cuando desperté el tipo me estaba apuntando con una pistola, me levanté tratando de sorprenderlo, pero rápidamente me disparó y morí, cuando me di cuenta volvía a estar en aquel sitio como si no hubiera pasado nada, a toda velocidad me moví y pude evitar la bala, entonces aprovechando la incredulidad del secuestrador me tiré encima suya y comencé a golpearlo, pero acabó dándome un golpe en la cabeza con la pistola, del golpe caí al suelo, él se levantó y me disparó en la cabeza, volví a morir.

Volvía a estar en aquel callejón, con el tipo aquel mirándome, volví a hacer lo mismo que antes, esquivé la primera bala y me tiré encima suya y lo golpeé más fuerte, y cuando iba a darme el golpe con la pistola reaccioné a tiempo para esquivarla y poder cogerla rápidamente, el tipo no se esperaba eso, su cara de sorpresa es todo un poema, ahora las tornas habían cambiado, estaba apuntándole yo con la pistola a la cabeza, sentía cansancio, al parecer revivir me va cansando poco a poco. El secuestrador se levantó rápidamente y pude ver que tenía una navaja en su mano. Estaba aterrado, ese tipo me iba a matar a cuchilladas, en ese momento recordé la muerte de mi madre. Cerré los ojos con fuerza y apreté el gatillo, el disparo resonó por todo el callejón como un bocinazo. Cuando abrí los ojos vi que mis manos me temblaban y que ese tipo estaba muerto y a su alrededor había un charco de sangre, estaba muerto, y él no podía revivir. Aterrado por lo que acababa de hacer solté la pistola, las manos me temblaban furiosamente, los oídos me pitaban. Me agarré la cabeza y comencé a gritar, mi primer asesinato realmente me afectó mucho, las piernas me temblaron y acabé por caer de rodillas.

Cuando me tranquilicé vi que el cuerpo de ese tipo seguía allí, con una mueca de dolor en su cara, yo pegué un grito de terror y sacando fuerzas de dios sabe donde comencé a correr lejos de allí, no quería tener nada que ver con eso, y acabé huyendo. Solo espero que no me busquen, los días siguientes tuve muchas pesadillas y los remordimientos eran muy fuertes. Todas las noches me levantaba gritando empapado de sangre. La pasé realmente mal los días siguientes, pero el tiempo lo cura todo, y acabé por comprender que era o él o yo, "en este mundo es comer o ser comido". La histeria inicial acabó por desaparecer y yo continué con mi vida como si nada hubiese pasado. Me enteré de que los furrys estaban ganando mucho terreno y que pronto todas esas ciudades serían arrasadas por ellos, la humanidad iba a perder esta guerra por la supervivencia.

Días después un soldado pudo enviarme con otros niños a una de las pocas ciudades humanas a las que la guerra aún no había llegado, me dijo que allí podríamos vivir mejor, yo acepté, no es como si tuviera algún lugar al que volver. Lo único malo es que no podría robar nada de las tiendas, pero prefiero eso a tener que estar huyendo de los furrys día y noche.

Pasó una semana desde que llegamos a la ciudad. Un día en un callejón de la ciudad yo estaba rebuscando en la basura por comida, ahora que no podía coger cosas gratis de la tiendas me vi obligado a comer lo que encontrara en la basura, pero un viejo me vio por allí y me habló- ¿oye hijo que haces aquí?-no respondí-¿estás perdido?-no contesté-¿dónde están tus padre?- MUERTOS dije con odio en mi voz al recordar su muerte, y sin saber por qué me moví a toda velocidad para atacar a ese viejo, el hambre y la ira es una mala combinación; cegado por el odio producido por los recuerdos de mis padres, pero el cansancio hizo mella en mí, mis piernas fallaron y caí de rodillas, para después desmayarme debido a todos los días de estrés y hambre que había pasado.

No sé cuánto tiempo estuve durmiendo, pero al levantarme me encontraba en una camilla de hospital y tenía a mi lado uno de esos aparatos de donde cuelgan bolsitas de líquidos extraños, estaba conectado a mi brazo a través de un cable transparente que dejaba ver un líquido también transparente que acababa en mi brazo.

Cuando me fijé en donde estaba me di cuenta de que esto no era un hospital, estaba en una habitación con decoración japonesa. Había adornos en las paredes y un espejo delante de mí, a mi lado había una puerta corredera que estaba abierta, podía ver un jardín con hierba muy verde y en el medio un estanque con agua cristalina. Estaba desorientado y quería irme de allí, me levanté con dificultad, pero las piernas no pudieron sostenerme y me caí de rodillas. Haciendo acopio de mis pocas fuerzas me levanté y me apoyé en ese aparato de hospital que estaba a mi lado, para después salir andando (como podía) de la habitación, la escena debía de ser muy extraña. Pero cuando estaba cerca de la puerta corredera me encontré de frente con ese viejo del callejón, yo me tensé, pero el dolor me hizo caer, el rápidamente me devolvió a la cama y me habló con su voz grave y rasgada por la edad- Sé que estás nervioso y que tienes miedo, además no sabes dónde estás y que todo esto es extraño pero te pido que te relajes y te quedes aquí tumbado, luego responderé a tus preguntas, pero a cambio tú también responderás a las mías. Sin más opción le dije que vale, además estaba muy débil como para salir a la calle, aunque sea inmortal sigo sintiendo dolor y sé que no podría dar más de dos pasos sin acabar cayéndome.

Después de un rato, dentro de la casa de estilo japonés comenzamos a hablar un poco de todo: de donde venía, quien era,... por supuesto me guardé algunas cosas como quienes eran mis padres, que les sucedió y mis poderes.

Yo le pregunté dónde estábamos y me dijo que en una ciudad grande y me dijo el nombre pero era uno muy extraño... y pos no me acuerdo de él, también me contó que esa era su casa, me dijo que era un maestro de artes marciales especializado en el arte de la espada, y la razón por la que estaba ahí era que le di pena y que vio algo en mí, esa parte no la entendí muy bien pero lo que me dejó descolocado fue cuando me preguntó si quería que él me entrenara para sobrevivir en este mundo cruel. Se me debió de quedar una cara de retrasado muy graciosa pues el viejo comenzó a reír fuertemente mientras yo no salía de mi sorpresa. Sé que una espada en este mundo en el que triunfan las armas de fuego solo sirve para untar mantequilla o para la depilación, una espada es bastante inútil hoy en día.

Pero al final decidí quedarme con él, eso era mejor que nada, además, ¡me iba a entrenar gratis! Eso es algo de lo que le estaré agradecido toda la vida. Pero claro, el quedarme y el entrenamiento no eran completamente gratis, tenía que ayudar a hacer tareas de la casa como limpiar, hacer las camas, etc.

Algo similar a un criado, pero a cambio podía comer y tenía un techo bajo el que dormir y un entrenamiento de defensa personal. Obviamente eso es muchísimo mejor que enfrentarse a criminales en las calles por la supervivencia. No me apetece estar muriendo doscientos trillones de veces siempre que me tope con alguien que lleve una pipa.

Fuera de ese tema... el "viejito" con la espada parecía un verdadero demonio y pegaba tan fuerte como si te atropellase un camión (que ya experimenté esa sensación, y no es agradable) debido a eso alguna que otra vez salía con algunos huesos partidos, pero todo sanaba. Y romperse uno o dos realmente valía la pena, mis entrenamientos daban sus frutos y realmente compensaba.

El viejo se llamaba Takashi y tenía una esposa, Elisabeth y una hija de mi edad que se llamaba Charlotte. Creo que pasé tres o cuatro años con ellos ayudándoles en la casa y entrenando en el dojo familiar con Takashi, el me enseñó un estilo de lucha especial de su familia. Este estilo se basaba en la velocidad que el espadachín tenía para desenvainar su espada, consistía en matar a tu enemigo de un solo corte rápido y preciso, para eso se utilizaban unas katanas especiales, más finas y delgadas que las convencionales además la funda se engrasaba por dentro para que la espada se deslizase a mayor velocidad y el golpe fuese devastador, aunque hacer esto disminuía la precisión, por eso este estilo es tan difícil de aprender y dominar, pero si lo consigues este arte se vuelve realmente poderoso, prueba de eso es el propio Takashi, él era capaz de partir un árbol a la mitad de un solo espadazo y sin destrozar la espada en el proceso. Durante ese tiempo aprendí ese estilo de espada, lo dominé y lo desarrollé, alcancé "rápidamente" (dos años) el nivel de Takashi y hoy en día ya lo he superado con creces. Por aquel entonces estaba muy orgulloso porque había creado una habilidad que se complementaba perfectamente con ese estilo, era muy simple, había que dar un espadazo rápido, potente y preciso a la vez que me movía a una gran velocidad. Al principio fue muy complicado de dominar (parecía casi imposible), pues la técnica perdía mucha precisión y los cortes no eran tan profundos como estando estático, además la espada se dañaría mucho más rápido, pero en unos meses la pude perfeccionar y conseguí una técnica especial, la llamé corte espacial. Para que os hagáis una idea es como en las películas de samuráis en las que el protagonista de repente aparece en detrás del enemigo de espaldas a él; hay un momento de silencio y entonces el enemigo tiene un corte en el pecho. Pues mi técnica es algo parecido, solo que en vez de un corte, rebana en dos todo lo que corte. Esta técnica no la puede realizar Takashi ya que para que salga bien yo debo utilizar mi ralentización del tiempo y estar completamente concentrado.

La otra técnica que creé es similar al corte espacial solo que una cadena de estos. Es como miles de cortes de un área más pequeña a altas velocidades, a esta técnica la llamé El Divisor (similar a lo que hace atomic samurái en OMP, mezclado con Sonic de esa misma serie). Son unas técnicas rápidas y devastadoras para cualquiera..., sea humano o... furry...

El tiempo pasó y desearía que no lo hubiera hecho por lo que pasó aquel día de pesadilla...

Desearía que todo se hubiera quedado en mis momentos felices con la familia Takashi. Entrenamiento, limpieza,... una vida sencilla... pero al parecer... TODO se acaba.