Chapter 3 - Cap 3

Era por la mañana, un buen día, no pude evitar acordarme de la familia Takashi, mi corazón se encogió de tristeza por un momento debido a aquel doloroso recuerdo que aún no había cicatrizado, pero no le di importancia y seguí caminando en dirección al cuartel del ejército para poder alistarme. Girando por muchas calles, y después de perderme una o dos veces acabé llegando al cuartel general, ya lo veía, debía de estar a menos de dos manzanas, para atajar fui por una calle en la que había poca gente.

Y antes de salir de ella noté un pinchazo en mi espalda y una voz grave en mi oído que decía-eh niñito dame todo lo que lleves encima o te destripo, ayuda a este pobre mendigo, jajaja- se debió de pensar que estaba paralizado por el miedo porque no me movía, se impacientó e intentó darme un puñetazo, pero antes de que me diera activé ralentizar tiempo y me giré para ver su cara de puro terror al verme con los ojos negros y azules brillantes. En ese momento tuve la sensación de estar agarrando algo y haciendo un puño comencé a mover mi brazo en distintas direcciones, arriba izquierda, abajo, abajo derecha, abajo, arriba,... el hombre debió morir al segundo impacto, pero yo continuaba zarandeándolo y viendo como su cuerpo al chocar con los edificios y el suelo creaba cráteres de gran tamaño. Cuando acabé con él no era más que una masa sanguinolenta de la que no se sabría decir que es, asqueado desactivé este poder y proseguí mi viaje después de asegurarme de que nadie me haya visto.

Ya cerca del complejo militar tuve la idea de ponerle nombre a mi nuevo modo, y me pareció bien llamarlo modo control, sé que suena simple pero me daba pereza pensar en otro nombre, así que se queda con modo control. Ya estaba en la entrada del gran complejo militar, ya no podía ni quería dar vuelta atrás. Al entrar vi una recepción enorme y varios soldados armados. Yo fui natural y tras pasar un control de metales en el que tuve que dejar mi katana pude pasar. Pero lo que sí que no voy a hacer nunca es separarme de mi katana y moviéndome sigilosamente fui capaz de recuperarla, solo queda unirme como cadete en prácticas.

Fui hacia un mostrador en el que una recepcionista me atendió y sin sorprenderse por mi atuendo me dijo que si quería unirme al ejército que saliera al patio que en unas horas habría un discurso de apertura y después se enseñaría a cada cadete su lugar para dormir. Le pregunté si hacían pruebas físicas y me dijo que no, que ellos necesitaban a cada hombre que quiera poner su vida en servicio no solo de la patria sino de la humanidad, y tras esas tan practicadas palabras me alejé de la recepcionista y me fui al campo de entrenamiento donde había cerca de 60 personas, yo me alejé y me tumbé a descansar debajo de un árbol hasta que fuese hora del discurso, del cual atendería las primeras palabras y luego descansaría para estar bien atento cuando digan el lugar en el que cada uno dormirá.

Cerré los ojos y me dormí, cundo los abrí ya estaba oscureciendo y cada persona se dirigía a su cama-mierda no sé cuál es la mía- susurré, y un chico que estaba de pie cerca del mismo árbol que yo dijo- vas al barracón 3 fila 2 cama 12, soy Bruno, un gusto y ¿tú eres...?- dijo Bruno-yo... bueno, me llaman Zero y tengo ganas de dormir, así que gracias por decirme-contesté –no pasa nada, no se te veía muy interesado en el discurso, debías estar meditando muy fuerte, jejeje.-comentó feliz.

Si bueno,... la verdad estoy cansado hoy tuve que levantarme de la cama y venir andando, así que mi cupo semanal de ejercicio ya está hecho. Bueno si no te importa me marcho que tengo que descansar- y me di la vuelta para irme pero Bruno me alcanzó y dijo- te acompaño, nuestro barracón y fila es el mismo, mira el lado bueno, seremos compañeros de habitación- dijo con buen humor-si y de otros muchos hombres sudorosos- respondí yo cansado de estar haciendo nada todo el día. Fuimos hablando durante todo el camino, realmente nada importante, solo unas presentaciones entre futuros camaradas.

A la mañana siguiente nos pidieron que nos pusiéramos el uniforme y que saliéramos a comenzar con nuestro entrenamiento, como me daba palo cambiarme de ropa en medio de puro macho me fui con el kimono que llevaba ayer puesto.

En el campo nos esperaba un hombre alto y de piel oscura en la que se marcaban muchas cicatrices que le recorrían la cara y los brazos remangados hasta los codos. Vi que tenía un ojo blanco y el otro de color marrón oscuro, cuando estuvimos cerca suya nos gritó que formáramos filas, nos apresuramos a hacerlas y en los revisó y comenzó a hablar-Vaya, me han traído más bebés, y yo que esperaba jóvenes con el corazón ardiendo en deseos de servir a su país. Estáis muy verdes, vuestro entrenamiento será muy duro y ya os aviso este entrenamiento solo hay 2 formas de pasarlo vivo o muerto, una vez empezado no os podréis retirar de él—En ese momento dejó de hablar al verme con mi kimono, en su cara se formó una sonrisa tensa y con un dedo me dijo que me acercara, yo le hice caso y cuando estuve en su rango de disparo me escupió saliva a la vez que me gritaba- ¿¡QUE COJONES HACE UN PUTO SAMURAI RETRASADO EN EL EJÉRCITO?!, CADETE ¿DONDE CARAJOS ESTÁ SU UNIFORME?- después de lanzar quinientos gapos/s y de limpiarme la cara le dije que me había dormido y que el uniforme era muy feo, que además el mío era más cómodo. El sargento cambiando a una voz grave dijo- cadete... quien te crees que eres para tutearme y faltarme al respecto, que sepas que he matado muchos de esos furrys y a ti te podría hacer picadillo en menos de 2 minutos y—le corté y le dije- inténtalo- en un estallido de ira el sargento sacó su pistola y me apuntó a la cabeza y dijo- escucha hijo esto no es un juego, tienes que estar preparado, porque si no puede pasar esto.- acto seguido disparó una bala, pese a que iba dirigida a mi hombro, lista para no causar daños yo la devolví con la funda de mi katana e hice que le rozara la mejilla al sargento.

Por unos instantes el patio se quedó en silencio pero después el sargento se puso rojo y me gritó directamente en la cara – ¡INEXCUSABLE!, DA 50 VUELTAS, LAS QUIERO AHORA, y mientras tanto, vosotros mierdecillas haced 20.

Todos empezaban a correr pero yo en eso doy 20 vueltas en el mismo sitio girando sobre mí mismo para irme cuando nadie me estaba viendo, el resto del día lo pasé durmiendo. Como castigo a esto estuve toda la noche dando vueltas al campo sin parar. A 1ª hora de la mañana, cuando todos los cadetes despertaban yo estaba ahí en el suelo sudando como un cerdo, aunque obviamente fingido, pues con mis mejoras físicas podría pasarme corriendo un día entero a máxima velocidad. Que mal empiezo mi adiestramiento pensé estaba tumbado mirando el cielo, jadeando fuertemente, en ese veo la sonriente cara de Bruno- jejeje, se pasaron un poquito, pero te lo merecías, te has ganado el respeto de muchos, toda la noche estuvieron hablando de como devolviste esa bala.

El día transcurrió normal, bueno, todo lo normal que podía ir, pasaron las semanas, pasó un mes, luego dos,...

El entrenamiento me estaba yendo bien, el sargento se rindió de intentar hacerme poner el uniforme y quitarme mi katana, ahora voy siempre como samurái. Y, aunque a veces tenga algunos incidentes debido a mi flojera, todo va bien. En el curso de armas me habían mandado desarmar una metralleta y luego montarla, y como era mucho trabajo quitar todos aquellos tornillitos hice de las mías. Alejé mi katana de la metralleta (desarmarla) y después me subí encima de esta y grité -arre-, como un caballo (montar), debido a esto me mandaron dar 20 vueltas al edificio más grande del complejo. Y como ese día estaba vago le saqué una foto a ese edificio, fui a los ordenadores y en uno de ellos abrí un programa de edición de imágenes, en el que inserté la foto del edificio y la hice girar 20 veces. Y ya están mis 20 vueltas.

Me acabaron castigando mandándome correr toda la noche. Entonces decidí no vaguear tanto, pero sí bastante jajajaja.

La mitad del tiempo me la pasaba sin hacer nada, pero de vez en cuando (al aburrirme) me metía en peleas. Me preguntareis por qué, lo que pasa es que cuando Bruno me dijo que me había ganado algunos enemigos, resultó ser cierto y me acabaron dando algunas palizas (que por supuesto no me hicieron nada debido a la mejora física), dejaba que me las dieran para que me llevasen a la enfermería y me dejasen dormir; eso fue las primeras veces, pero después conocí a una enfermera muy hermosa y que se portaba muy bien conmigo, se llamaba Yira. Me trataba como un amigo, era alegre, divertida,... pero con otras personas era esquiva y trataba de no entablar conversación, yo creo que no era por timidez, sino porque creo que no le gustaban los hombres,... creo..., bueno, eso da igual, me gustaba pasar tiempo con ella y parece que a ella también le gustaba pasarlo conmigo, así poco a poco comencé a enamorarme, comenzó como una sensación de tranquilidad y de felicidad, y acab�� por convertirse en amor, pero no se lo dije por miedo a que me rechazase y me comenzase a tratar como a otros hombres, así que me lo callé. Oh espera, ella era una mujer alta de pelo blanco y largo (no por la vejez, sino que era natural), me contó que nació con ese color de pelo y de ojos, pues estos eran muy verdes. Era muy bella, pero como ya dije, no le conté lo que sentía. A su vez, mi relación con Bruno fue mejorando y llegamos a convertirnos en algo parecido a mejores amigos.

En general estos meses de adiestramiento han sido muy divertidos, pero no os creáis que anduve haciendo el vago, si quiero cumplir mi objetivo debo hacerme fuerte, en secreto estuve entrenando con mis poderes y mi espada, atendía en las clases que nos enseñaban sobre los furrys, su organización, sus armas,... todo lo que actualmente sabíamos de los furrys.

Aprendí que se parecen a los humanos y que para acabar con nosotros han creado venenos, armas de fuego, explosivos,... es decir son tan inteligentes o más que un humano, esto sumado a sus capacidades físicas los hacen temibles en el campo de batalla. Viven en una sociedad monárquica en la que un rey y una reina gobiernan sobre todos ellos. También nos enseñaron que también tienen élites guerreras preparadas para hacernos frente y que son extremadamente peligrosas. Esas y otras muchas cosas son las que aprendí en estos dos años. Generalmente serían más años de adiestramiento, pero nuestro ejército necesita apoyo inmediato para mantener nuestros pocos territorios que aún controlamos del continente, tenemos que defenderlos para no quedar completamente reducidos a esta isla, por eso estamos hoy aquí, estamos todos en el campo de entrenamiento porque los oficiales van a dar un comunicado importante respecto a esas posiciones continentales.

En una tribuna estaba un sargento de pie, cuando nos callamos comenzó a hablar- Bien, como sabréis, los humanos poseemos en el continente unas importantes zonas de desembarco que hay que proteger a toda costa. Nuestros espías han interceptado cierta información que nos ayudará no solo a defender esos territorios, sino también a ganarles más a esos animales, por eso debéis uniros hoy más que nunca y preparaos para lo que está por venir, recordad que está misión es de vital importancia, y que pase lo que pase, vuestros nombres aparecerán en los libros de historia. Además, no temáis, el ejército está tratando de crear un nuevo escuadrón Gamma, y, pese a que aún no esté completo, mañana se nos enviarán a varios de sus soldados para que nos brinden apoyo, no temáis, nosotros, la humanidad superaremos todos los inconvenientes y volveremos a alzarnos. ¡¡¡¡Pelead por la HUMANIDAD!!!!-.

Del patio surgió un grito que resonó en los cielos, un grito de guerra, una declaración de que habrá sangre. El sargento continuó-para evitar fugas de información saldremos hoy a las 5.00 de la mañana, la oscuridad nos cubrirá en el desembarco, así que sed fuertes y aniquilad a todas las bestias que podáis- acabó de hablar y bajó de la plataforma para ir a descansar, el resto de nosotros hizo lo mismo, nos fuimos a la cama tratando de calmar los nervios y de tratar de conciliar el sueño. Oí a Bruno susurrarme- oye, Zero, no vi a Yira cuando nos marchamos, ¿que crees que esté haciendo?-Bruno si sabía de mis amores por Yira -Seguramente esté recogiendo su material médico, o quizás ya se fue a dormir- le respondí tranquilamente, ya quedándome medio dormido. Escuché la risita de Bruno debido a mis actos y como me dijo-hasta mañana- me quedé callado pero le respondí al cabo de unos minutos-buenas noches Bruno-, en ese momento le oí roncar, maldito Bruno te me has adelantado a dormir. Y me fui a dormir y casi instantáneamente al tocar mi cabeza con la almohada me quedé dormido pese al ruido que había en el barracón provocado por los nervios.

5 am, suenan todos los despertadores, yo y Bruno nos despertamos bien, pero no puedo decir lo mismo del resto, parece que el alma se les haya escapado por la boca al escuchar el despertador, seguramente la mayoría se quedó despierta debido a los nervios; cojones, aún somos niños de 16-17 que se ven obligados a ir a la guerra por defender a la humanidad, todo esa responsabilidad es demasiado para nosotros, aún encima con el añadido de que esta misión es de gran importancia, lo extraño sería que hubiesen dormido. En unos 20 minutos ya estábamos embarcando en los botes que nos llevarían hasta nuestra zona de desembarco. Nos dijeron que el ataque comenzaría a las 2 de la tarde porque tendríamos mejor visión en el campo de batalla y que posiblemente pillemos a los furrys comiendo.

Por una vez en todo el tiempo que llevo aquí me puse el traje de militar ya que me dijeron que me lo ponía o que no iba a la batalla, y pues no me quedó más opción, pero que quede claro que llevo mi catana atada a un lado de mi mochila y que el kimono va debajo de toda esta ropa de militar que me quitaré nada más pisar la playa.

Estaba revisando lo que llevaba en mi mochila, agua, raciones de comida en lata, botas, chicle para los nervios, y... ¿una carta? Desdoblé la nota y vi que solo había dos palabras escritas a toda prisa "Lo siento", la caligrafía era claramente de Yira, ahora que lo pienso, no la vi en el embarcadero, ¿habrá huido? Quizás eso sea lo mejor. Bruno vio mi nota y solo supo darme una sonrisa amarga y una mirada de apoyo que me transmitía algo similar a "yo aún sigo aquí, tranquilo". De cierta forma me relajó e hizo que el sonido tenso que se había creado en el barco fuese de alguna manera menos tenso. Pasé el resto del viaje en silencio, dentro de mis pensamientos, eso fue hasta que chocamos, cuando me fijé ya estábamos en la playa y los de delante de mí ya estaban bajándose del bote, yo y Bruno les seguimos. Delante de todos nosotros iba un capitán que nos guiaba a nuestro sitio, pasamos delante del hospital de guerra, no vi a Yira, pero si a montones de personas sangrando, sin miembros,... una escena muy truculenta que pocos de mis compañeros pudieron aguantar y que tuvieron que irse a una orilla del camino para vomitar. A lo lejos se escuchaban explosiones y disparos, toda la escena en general ponía los pelos de punta, pero yo cuando me alisté sabía a lo que venía y ahora no voy a dar marcha atrás. Debían de ser cerca de las 12 de la mañana cuando por fin llegamos a una gran explanada, en medio de ella había múltiples estructuras defensivas y trincheras bien hechas, no simplemente un agujero en la tierra. El suelo estaba hecho de piedra y las cajas de munición, el alambre de espino y otros muchos objetos estaban colocados de manera ordenada, listos para ser utilizados en cualquier momento. Delante nuestra había una gran explanada antes de que empezara una frondosa jungla en la que la vegetación no dejaba ver mucho más allá de unos pocos metros. A nuestra izquierda había una torre alta plagada de metralletas y con un cañón antiaéreo en el techo. También había múltiples cañones por aquí y por allá, repartidos por toda la costa.

Esperamos, el tiempo pasaba, se hacía interminable la espera. Era la 1 cuando unos cuantos intentaron huir a los botes, pero los capitanes los vieron y los mataron a todos, después de eso se llevaron los cuerpos rápidamente y nos dieron un discurso que pretendía darnos ánimos, pero que no tuvo mucho efecto debido a la situación de tensión actual. Me di cuenta de algo, las explosiones y los disparos que antes e escuchaban en la distancia ahora no se oía nada, el desconcierto de todos acabó por sumirnos en un silencio absoluto.

Eran las 2 cuando de la jungla se vieron luces, no, eran disparos, todos estábamos estáticos, pero cuando el cuerpo de alguien chocó contra el suelo todo comenzó a moverse, se oían órdenes por aquí y por allá, soldados corriendo de un lado a otro. Y en medio de ese caos cuando los disparos de la jungla menguaron nos mandaron a todos avanzar, algunos se quedaron en la trinchera pero les dispararon, y entonces todos cargamos hacia adelante, no había otra dirección. No sabíamos a donde disparar, la jungla no nos dejaba ver nada, pero disparábamos.