Los pájaros estaban cantando y la luz entraba por la ventana del cuarto en el que me encontraba y me daba directamente en la cara, me levanté y me vestí, mi pierna ya está curada, un doctor me dijo que no había sufrido daños graves y que con una noche de descanso y una pomada que me unté, volvería a estar como nueva. Ahora puedo dar fe de sus palabras, no me duele nada, es como si lo que pasó ayer no hubiera sucedido.
Ya despierta fui al comedor del cuartel, todos mis compañeros estaban desayunando y me uní a ellos, charlamos un poco hasta acabar el desayuno, después de eso salimos del edificio en orden, todos formando filas. Ese día nos habían reunido a todos en el medio del campo de entrenamiento, seguramente darían algún aviso.
-TODOS FIRMES- Gritó el sargento encargado de darnos la noticia –nos han llegado informes de que los humanos se están acercando a este campamento, y como medio de protección se os trasladará a todos a otro campamento, tenéis dos horas para preparar vuestro equipaje, no hay nada más que decir muchachos, ha sido un honor ser vuestro instructor, ROMPAN FILAS- después de eso el sargento se acercó a mí y me dijo que fuese a ver a mi hermana, ella me llamaba.
Fui a la carpa de la élite nº15 donde estaba mi hermana y mi equipo -¿qué sucede hermana?- le pregunté curiosa -Vas a venir en nuestro coche, quiero llevarte a un campo de entrenamiento en el que estarás más segura y tendrás la oportunidad de volverte mucho más fuerte- dijo Kita –ok espera que voy a por mis cosas-le dije comenzado a moverme pero me agarró del brazo y dijo –no hará falta, ya está tu equipaje dentro del coche blindado, vamos a salir ahora que tenemos que acabar una misión urgente- dijo ella soltándome, juntas nos dirigimos al vehículo.
-Por cierto,...-dijo ella -¿sabes quién fue el soldado que te salvó ayer?-me preguntó.-En realidad no creo que ese tipo extraño fuera un soldado, no tenía pinta de serlo, además no puedo decir mucho ya que le prometí que no diría nada de él, pero contigo estoy haciendo un excepción porque eres mi hermana- le dije dándole una sonrisa pícara, mientras subíamos al coche ella me insistió en que al menos le dijera como era ese soldado.
Ya estaba dentro del coche, comprobando el equipo que iba en el coche como armas, munición, comida,... -Yira ¿están ahí las herramientas para reparar el coche?- me preguntó Kita entrando en el coche seguida de su hermana Katy, era como una copia monísima y más pequeña de Kita –si está todo listo- dije respondiendo a su pegunta. – ¿y bien?...¿me vas a decir como era ese tipo?, te digo que es para recompensarlo no para matarlo- le preguntó Kita a su hermana que se había sentado a mi lado –nop, es un secreto- le contestó –vengaaaaa, que soy tu hermana queridaaaa- siguió intentando convencerla, yo también quería saber- ¿de qué estáis hablando?- pregunté-pues del tipo que salvó ayer a mi hermanita, resulta que no es un soldado, pero ella no quiere decirme como era- dijo Kita – es que 1. no lo vi bien porque estaba oscuro y 2. no lo puedo decir porque se lo prometí- dijo Katy muy decidida.
A mí me gusta el cotilleo así que también me metí en la conversación – ¿no nos puedes decir ni un poquito?- le pregunté a la niña tratando de convencerla –Nop-me dijo dándome una sonrisa divertida.
El coche arrancó, ya con todos listos nos pusimos en marcha rumbo al campamento en el que se encontraba la princesa, era ahí donde teníamos que entregar la súper droga. Pero mientras tanto, para matar el aburrimiento del viaje le insistimos a Katy que nos dijera algo, la conversación se volvía animada y divertida, al final todas, incluido Kuroshi, el gran héroe de la guerra acabamos tratando de hacer que Katy nos dijese lo más mínimo, realmente no nos interesaba ese chico, pero la conversación era divertida.
Después de cerca de dos horas de interrogatorio la pequeña Katy cedió, casi montamos allí una fiesta de no ser porque Aruka nos dijo que nos relajáramos o que ella tendría que tomar medidas. Aun me acuerdo de la última fiesta, solo diré que el coche acabó ardiendo y que una docena de coches del ejército humano acabó persiguiéndonos.-Vale pesada, os contaré como iba vestido el que me salvó si dejáis de hacerme preguntas- dijo la pobre Katy ya al borde de un ataque nervioso –aunque no le pude verle bien porque estaba muy oscuro, veía estrellitas debido al dolor de la pierna y me caía lluvia en los ojos, puedo decir 100% segura que llevaba una traje de samurái-dijo Katy recordando todo lo que pudo.
En ese momento me quedé muda, ¿podría ser Zero?, ¿cuantas posibilidades había de encontrar a un tipo vestido de samurái por la jungla? Todas me miraron con caras de preocupación y de apoyo. La primera en hablar fue mi hermana Litz –tu tranqui hermanita, si ese cabrón vuelve a aparecer te juro por mi nombre que te protegeré, ningún psicópata será capaz de quitarme a mi hermana- dijo con una voz que rebosaba determinación, volví a mirar a todas, ahora sus caras eran de seguridad, estaban diciendo me que confiara en ellas –tu confía en nosotras, por algo somos una familia ¿no?- dijo Sasha animándome, todas asintieron. Una lágrima de felicidad salió de mis ojos-chicas,... muchas gracias...- dije, y limpiándome las lágrimas continué –sí, es cierto ahora no es momento de ser débil, debemos acabar la misión- dije decidida- y si todo se tuerce tenemos a este grandullón aquí para hacer el trabajo sucio dijo Arsa señalando a Kuroshi con un pulgar desde el asiento del conductor.
En ese momento se escuchó algo similar a una pequeña explosión, y el coche derrapó hacia la izquierda, todas gritamos y nos caímos contra el suelo, Asra gruñó y fue capaz de estabilizar el coche, redujo la velocidad hasta que nos paramos, entonces fue a revisar que había pasado, todas la acompañamos. Solo Kuroshi se quedó dentro del coche.
Al parecer se pinchó una rueda, pero más bien parecía un navajazo, en ese momento escuchamos a nuestra espalda el ruido de hojas al moverse, nos dimos la vuelta y nos pusimos en posición de pelea cada una sosteniendo su arma. La tensión era enorme, se podía sentir, incluso Kuroshi sintió el peligro y salió del coche callado, llevaba puesto un traje de combate que le protegía las piernas, el pecho lo llevaba al descubierto y en su mano izquierda tenía un sable de gran tamaño, y en la otra una pistola.
Estuvimos inmóviles y en silencio un rato, pero eso duró poco, de pronto se escucharon unos pasos que venían de enfrente de nosotros, pero no veíamos nada, las plantas nos tapaban la vista. Los pasos se fueron acercando y de pronto los matorrales se apartaron y nos dejaron ver a Zero, noté una sensación de presión en mi pecho, como si no pudiese respirar, mis ojos se humedecían y comenzaban a aparecer unas pocas lágrimas.
Me cansé de ir agarrado a la parte trasera de ese coche así que saqué mi katana y pinché uno de los neumáticos traseros, el coche se descontroló un momento, pero luego comenzó a reducir la velocidad, yo aproveché para esconderme en la maleza para que no me viera, pero sin querer me moví un poco para alcanzar mi espada y todas las miradas se dirigieron hacia donde yo estaba, salió del coche un hombre tigre musculoso, tenía un arma en la mano y le faltaba la parte de arriba de la camiseta, so sé quién es ese furry, yo conozco a ese animal, lo reconocería en cualquier parte.
Ya cansado de esconderme me calmé, respiré hondo y comencé a acercarme al coche, puse las manos detrás de mi cabeza, comencé a caminar adoptando una postura despreocupada y atravesé los arbustos que estaban entre mi venganza y yo.
-¡Oh! ¿Pero qué tenemos aquí?, una niña, una traidora, un puñado de... furrys –dije con asco- y un jodido asesino. ¿Qué es esto una reunión de villanos?- dije burlándome de ellos.
-Aquí el único que es un villano eres tú, has asesinado a cientos de furrys y también habrías matado a Yira de no ser porque te detuvimos- dijo una leona que me apuntaba con una escopeta.
-Así que... es eso ¿eh?- dije bajando los brazos y poniéndome serio- ¿yo soy el villano? Después de que vosotros me quitaseis todo lo que tenía-dije comenzando a enfadarme –me quitasteis a mi padre y a mi madre, los vi morir; me quitasteis a la única familia que me quiso cuando yo vivía en la calle y matasteis a Bruno, que era como un hermano para mí,...- acerco mi mano a mi espada, todos se ponen en pose se pelea y de repente Yira me habla.
- Sé que está enfadado, pero nosotros también hemos perdido a alguien por culpa de la guerra. Por ejemplo, yo estoy sola desde que nací, así que, por favor, detente, estoy segura de que ninguno de tus seres queridos te deseaban esto, ninguno habría querido verte convertido en un asesino movido por el odio, por favor, ríndete y ya. Piensa en qué harás después de tu tan ansiada venganza, cuando cumplas esa meta... ¿entonces qué?- dijo mientras comenzaban a salir lágrimas de sus ojos.
Sus palabras me hacían pensar, el recuerdo de todas las personas a las que he visto morir vinieron a mi mente, por primera vez me di cuenta de a todas las personas que he matado para alcanzar mis objetivos, sentía el peso te todos esos pecados en mis hombros, pero...no puedo detenerme ahora -Lo siento- y tras decir eso cerré los ojos para luego abrirlos activando el modo control -pero la SANGRE es lo único que me queda- dije antes ralentizar el tiempo y lanzarme al ataque.
La primera en caer sería Yira, salí disparado hacia a ella usando el corte espacial. Pero justo antes de matarla tuve dudas, algo me dijo que no lo hiciera, sentí algo moverse en mi interior. Pero en ese instante de indecisión una mano naranja me dio un puñetazo en toda la cara, la verdad, estaba tan concentrado que no lo vi venir. Debido al golpe la ralentización temporal se desactivó.
Volé varios metros hacia atrás hasta chocar con el suelo y comenzar a rodar hasta frenar en seco al impactar con la espalda en el tronco de un árbol. Ese golpe fue realmente poderoso, ni siquiera lo vi venir y si fue capaz de hacerme sangrar pese a tener la mejora física eso significa que tengo que ser muy precavido a partir de ahora.
Volviendo a la realidad me levanté apoyándome en mi katana y escupí un poco de sangre mezclada con saliva. Alcé la cabeza y vi que ese condenado tigre aún tenía el puño extendido como diciendo "he sido yo el que te he reventado", me miraba con una cara de orgullo que me ponía enfermo – Tú..., tú..., tú fuiste el que mató a mi madre- le dije con una voz cargada de pura rabia que hizo temblar a todas las chicas.
-¿Ah sí?, pues debió ser una estúpida al meterse en mi camino- dijo provocándome.
-Sí,... la mataste con un puñal, se lo clavaste varias veces en el pecho hasta que cayó muerta- le incriminé a punto de estallar en pura rabia, él abrió los ojos de par en par.
-¿Tu madre pertenecía al escuadrón Gamma?- me preguntó con una voz seria ya sin arrogancia.
Sin responderle activé el ralentizar tiempo y me lancé contra él, cuando estaba a punto de córtale por la mitad, se movió como si la ralentización no le afectase y me dio un espadazo en el costado izquierdo. El tiempo volvió a desacelerarse y salí disparado otra vez contra el mismo árbol. Joder, el minino sí que pega fuerte, y con razón es arrogante, si incluso con mi ralentización temporal es capaz de moverse a esa velocidad, significa que es extremadamente rápido. Mantuve la calma pero antes de poder levantarme otra vez vi que la leona que parecía ser la líder y que Yira se lanzaron contra mí. Pero justo a tiempo activé la ralentización; me di cuenta de que mi katana se me había caído a mitad del camino así que tenía que enfrentarme a ellas con los puños. A la leona le di un gancho ascendente haciéndola levantarse del suelo, después conecté el golpe con una patada circular que le dio en pleno estómago mandándola a estrellarse contra el camión, realmente no me gustó hacer eso, luego agarré a Yira por las muñecas y la lancé contra el camión, pero antes de soltarla le arrebaté el cuchillo que tenía en la mano, se lo lancé a una mujer zorro que me apuntaba con una pistola, ella lo esquivó a gran velocidad pero yo en ese tiempo salté para alcanzar mi katana y luego rodé hacia atrás para evitar un puñetazo del hombre tigre que dejó un cráter en el suelo. En ese tiempo lo levanté y con control lo empujé contra un árbol como él hizo conmigo, lo rompió con la fuerza de mi empuje y luego lo hice estrellarse contra otro que no se rompió, pero sí que se astilló, ese tío es realmente durísimo.
Empezaba a notar el cansancio que producía utilizar todas esas habilidades de manera consecutiva y sin descanso. Estaba agarrando mi katana con una mano, a mi alrededor se había levantado polvo que comenzaba a desaparecer dejándome ver como todos a los que había atacado volvían a levantarse. Parece que voy a pasar un mal rato pensé para mí mismo.
El hombre tigre se acercó a las chicas y pude escuchar lo que decían:
-Marchaos, no sé qué se ha tomado este tipo pero es jodidamente fuerte, yo puedo hacer frente a su velocidad, pero si tengo que protegeros de sus ataques no podré pelear enserio, lo mejor es que os subáis al coche y que vayáis a buscar ayuda, el campamento de la princesa. Está a más o menos a media hora de aquí, si os dais prisa podréis volver con refuerzos antes de que yo acabe con esto -dijo arrogantemente- , lo mantendré ocupado mientras os vais- dijo el tigre sin quitarme la mirada de encima.
-Ya he cambiado la rueda- dijo Kita, ella parecía ansiosa por alejar a su hermanita de ese lugar.
-Normalmente me quedaría a apoyarte, pero si es cierto lo que dices, entonces solo podemos marcharnos lo más pronto posible para volver con refuerzos y desearte suerte contra él-dijo Aruka ordenándole a todos por gestos que subieran al coche- la mercancía que llevamos es importantísima y tenemos que ir a entregarla, pero no dudes, que volveremos con refuerzos, antes de que te des cuenta un jodido ejército va a estar pateándole el culo a ese Zero- dijo dando ánimos al tigre-ah y sobre todo, no mueras viejo, Iory se pondría triste si estiras la pata, así que ahórranos contarle malas noticias- gritó la leona desde el techo del coche a medida que este se alejaba a gran velocidad.
Cuando el camión se perdió de vista el hombre tigre comenzó a hablar- jejeje, lo siento chicas, pero no sé si ganaré esta batalla, es una apuesta 50/50- dijo en voz baja, pero aun así lo oí.- ¡Eh chaval!, ¿cómo te llamas?- me preguntó alzando la voz -me conocen como Zero, aunque realmente no tengo un nombre- le dije estrechando los ojos y colocándome en pose de pelea.-Yo soy Kuroshi y entre los furrys soy un héroe por matar a los últimos miembros de los Gamma con un puñal- me dijo serio, y yo le contesté -sí,... lo sé... ese día te vi, estaba cerca de un camión del ejército que estaba ardiendo cuando te vi acabar... con la vida de... ¡MIS PADRES!- tras gritar esas últimas palabras me lancé hacia él activando la ralentización y el control a la vez. Usé corte espacial, pero logró evadirlo con un poco de dificultad, me puse detrás de él y di una voltereta en el aire, me giré para darle un corte en vertical que le habría abierto la cabeza si no se hubiese agachado a tiempo, el aprovechó eso y saltó, dándome una larga serie de golpes, solo con su fuerza me mantenía en el aire, yo aún no soltaba mi katana y cuando se cansó de golpearme se preparó para darme un sablazo y acabar con mi vida, agarró su espada como si fuese un bate de béisbol, yo justo en ese momento activé la ralentización temporal para ver pasar el filo del arma justo por debajo de mi pecho.
Mi muerte habría sido instantánea si semejante golpe me hubiera dado, el tigre no se esperó que yo esquivase ese ataque y debido a eso el no sería capaz de evitar mi próximo ataque o de contraatacar, aún estaba reduciendo la velocidad de su ataque anterior cuando yo, activé control haciendo que este golpe vaya con aún más fuerza, para que sufra por todas las muertes que ha causado-¡¡¡SIENTE TUS PECADOS!!!- le grité, y un segundo después le hice un corte en el pecho, pero él me dio un rodillazo para alejarme, pero de su pecho brotó sangre, se podía ver un corte muy profundo desde el hombro derecho al izquierdo del que salía sangre en abundancia.
Vi como ese hombre tigre caía de rodillas al suelo, tocándose con su mano izquierda su herida, apartó la vista de su mano con sangre, me miró fijamente y con un gruñido se puso de pie, yo estaba arrodillado, con la katana en la mano, levantándome cuando de repente me di cuenta de que tenía mi barbilla apoyada en su rodilla y su codo me aplastaba la cabeza -mierda, no activé de nuevo la ralentización- pensé y luego de que me reventara la cabeza morí. Pude oír mi cráneo ceder y mi mandíbula junto con mis dientes romperse ante la monstruosa fuerza de está enemigo, y morí.
Volví al momento en el que vi al tigre levantarse, activé la ralentización temporal y pude esquivar la rodilla y el codo que formaban una prensadora mortal. Apreté la katana e hice un corte ascendente en diagonal, le di, pero de repente sentí en mi costado izquierdo, un puñetazo, podía ver al tigre dándome un derechazo clavándolo en mis costillas, lo próximo que supe es que mi corazón fue perforado y que mi cráneo se rompió al chocar contra un árbol, he muerto.
Vi al tigre levantarse, ralenticé el tiempo, y pude esquivar otra vez su ataque. Rodé hacia atrás, el tigre parecía sorprendido, pero en ese momento activé control y lo conecté con su cuerpo, cerré el puño como si estuviera agarrando algo y comencé a mover mi brazo, haciendo que el cuerpo del tigre comenzara a chocar contra el suelo, árboles y piedras. Haciéndolo volar de un lado a otro. En ese ataque el campo de batalla quedó destruido. Del cielo cayó el cuerpo del tigre haciendo un sonido seco al chocar contra el suelo.
Estaba agotado, esa técnica gasta demasiada energía, pero su efectividad es indiscutible. Caí de rodillas, agotado, veía algo borroso, pero agité la cabeza y apoyándome en mi katana a modo de bastón conseguí levantarme. En mi cara había una sonrisa de triunfo que se desvaneció al ver levantarse el cuerpo de Kuroshi, estaba muy herido, y en su cara se podía ver el dolor que estaba sufriendo en ese momento, pero solo fue cuestión de tiempo que se pusiese de pie. Me preparé por si me atacaba de repente, pero en vez de eso, comenzó a hablarme –en toda mi vida he matado a muchos humanos, pero tú... eres el primero que me ha obligado a alcanzar mis límites, en honor a eso te contaré algo- hizo una pausa para coger aire- es cierto que yo maté a tus padres, pero a cambio le salvé la vida a tu hermano. Cuando tu madre murió estaba embarazada, yo apunté al pecho para no dañar a esa vida, aun pura que crecía dentro de ella. Salvé a tu hermano y lo cuidé como si fuese mi propio hijo, durante meses evadí mi responsabilidad como soldado por cuidar de él, pero un día el rey me visitó y me propuso que el adoptara a ese niño mientras yo hacía mi trabajo. Siempre le estaré agradecido por ello, es por eso, que no puedo morir aquí- dijo tensando sus músculos -tengo que ver una vez más a ese niño que crie, por eso,...- agarra su espada más fuerte -¡¡¡¡TENGO QUE SOBREVIVIR!!!!- después de decir eso apareció detrás de mí, y pese a que tenía la ralentización activada no fui capaz de reaccionar a tiempo.
Pude ver la punta de su sable sobresalir de mi pecho, y en un movimiento rápido me levantó en el aire, sacó su espada de mí, me partió a la mitad con un solo corte, y de un puñetazo me voló la cabeza..., he vuelto a morir, muerto.
¡¡¡¡TENGO QUE SOBREVIVIR!!!!- de manera instintiva activé ralentización y rodé, evitando que me empalase de nuevo, de un giro rápido con mi katana pude partir su sable a la mitad, pero eso me costó caro, el lindo gatito me dio una patada que me levantó del suelo, y lo conectó con un puñetazo que me mandó a volar, pero antes de que chocara contra algo clavé mi espada en el suelo deteniendo la fuerza del golpe que aún me empujaba hacia atrás, hasta quedarme quieto.
Intenté mover el brazo izquierdo, pero sentí un latigazo de dolor en mi hombro que llegó a mi cerebro como si fuese un hilo al rojo vivo, ese cabrón me dislocó el hombro izquierdo, por suerte soy diestro y aún puedo usar mi katana, pero ahora no tendrá la misma fuerza que a dos manos, esto se resume en cuatro palabras: estoy aún más jodido.
Él alzó la voz y me dijo -Eres duro, no sé cómo pudiste esquivar ese ataque. En él puse toda mi velocidad para que no me vieras, pero aun así lo esquivaste, y además lograste romper mi espada, eres alguien increíble Zero- me dijo el héroe furry, yo le respondí -este poder me lo ha dado todo el sufrimiento que he pasado para llegar hasta aquí..., en un principio era para proteger- jadeo fuertemente e inspiro hondo -pero... VOSOTROS MATASTEIS A MIS PROTEGIDOS- grité lanzándome esta vez yo contra él, ruedo y me coloco cerca de él, puedo ver con la ralentización que está preparándose para darme un buen puntapié, pero lo esquivo moviéndome a un lado, le hago un barrido de pies que hace que se caiga de espaldas, estoy listo para ensartarlo, pero en el momento que se choca contra el suelo da un manotazo que desvía la hoja de mi espada, clavándosela en el hombro derecho para evitar heridas fatales, después de eso rápidamente saco mi katana de su cuerpo y doy un salto hacia atrás para evitar cualquier contraataque.
Cuando toco el suelo, él está encima de mí a punto de darme un puñetazo en la cabeza pero lo esquivo pasando por debajo del brazo, corto los músculos de su brazo izquierdo. Nos alejamos el uno del otro. Él tiene una herida en el pecho, otra en el hombro, otra en el brazo y otros muchos cortes repartidos por todo el cuerpo. La sangre cubre casi completamente todo aquel pelaje que ates era naranja, volviéndolo rojo.
Yo no estoy mucho mejor, la cabeza me sangra y debido a eso un ojo no lo puedo abrir, hay un río de sangre corriendo por mi cara, tengo el hombro izquierdo dislocado y moratones por todo el cuerpo y algún que otro hueso roto, realmente no vamos a aguantar mucho más, ya deben haber pasado cerca de 45 minutos, sus refuerzos deben estar a punto de llegar, si no acabo con esto ahora, esto se convertirá en un problema muy gordo.
-Ha sido un placer pelear contigo, ¡ja! ¿Qué estoy diciendo?, púdrete en el infierno jodido asesino de padres- digo con odio para luego activar control y la ralentización temporal y lanzarme hacia él.
En una explosión de velocidad aparezco en su espalda, llevo mis habilidades y mi cuerpo al límite, pero al menos soy capaz de hacer que ese jodido tigre no me vea venir, sin darle tiempo a reaccionar grito- EL DIVISOR... ¡MAGNO! -veo una mirada de sorpresa en su cara, pero ya es demasiado tarde, mi ataque ya ha empezado, y él está en el medio. Comienzo a hacer cortes a altas velocidades y a la vez hago que no pueda esquivarlos lo mantengo inmovilizado con control. Aumento la velocidad de los cortes y la fuerza que hay detrás de ellos, la sangre flota, veo mi espada pasar sobre la carne una y otra vez, los ataques son cada vez más poderosos, abro la carne, fracturo huesos y la sangre queda suspendida en el aire, ya noto el cansancio de la técnica, pero antes de que acabe aparezco encima de él y utilizando control sobre mí mismo, aumento mi velocidad de caída y mi potencia.
Impacto sobre el cuerpo de Kuroshi y mi katana atraviesa su pecho, empalándolo contra el suelo. De un movimiento rápido retiro mi espada de su pecho y doy unos pasos hacia atrás. He levantado mucho polvo, pero está comenzando a disiparse.
Apenas puedo mantenerme en pie, veo como el cuerpo de Kuroshi sangra por todos los cortes que le he provocado, no he querido amputarlo para que le den un entierro digno. Pero cuando me fijo más detenidamente me doy cuenta de que su pecho aun sube y baja.
-Joder,... viejo,... tu sí que eres duro de roer,... eres la primera persona que ha sido capaz de matarme en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo varias veces y sin utilizar puñaladas traperas-hago una pausa y jadeo pesadamente- y pese a recibir EL DIVISOR MAGNO, aun has sobrevivido, realmente me sorprendes, pero,...- comencé a caminar hacia él- lamentablemente tengo que matarte o te volverás un problema demasiado grande para mí- me puse a su lado y con gran esfuerzo agarré mi espada y comencé a levantarla lentamente, el cansancio comenzaba a hacer mella en mí. Pero antes de que pudiera levantarla por encima de mi cabeza escuché muy cerca el sonido de muchos motores de coche que se acercaban a toda velocidad.
-Mierda, mierda, mierda-.
Son sus refuerzos, maldije mi mala suerte. Si no quiero que me atrapen tendré que huir sin matar a este tipo; asegurarme de que muera definitivamente me llevará bastante tiempo, y justo ahora eso es lo que más me falta. Aunque no quiero dejar medio muerta a mi presa me veo obligado a escapar pensé -bueno, parece que es tu día de suerte condenado furry, vivirás un días más- después de esas palabras me fui corriendo hacia en el bosque sin mirar atrás puse tierra de por medio entre yo y esos soldados. Ya a una distancia decente, mi objetivo principal era encontrar un sitio en el que cobijarme para curarme las heridas y descansar.
Y tras una pequeña parada continué corriendo. Muchas veces tropiezo y me caigo de bruces contra el suelo, pero me levanto y sigo corriendo, a una velocidad de mierda digna del rey de los vagos, pero a fin de cuentas corriendo.
Debí de pasar una hora entera moviéndome hasta que la mezcla del cansancio, las heridas, el dolor y otras muchas cosas acabaron por hacerme colapsar en medio de aquel bosque. Todo se volvió negro y cedí al cansancio. -Al menos pude vencer a ese jodido furry- y tras esas palabras, fui presa del sueño.