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Chapter 3 - Nieve y un pequeño accidente

El lunes a la mañana el clima estaba muy frío, pero después de la primer clase una capa de nieve cubrió el exterior, causando furor entre los estudiantes. 

Como residente de una ciudad donde la nieve se veía solo en televisión, fui parte del grupo de adolescentes enloquecidos por la nieve, hasta que varias bolas impactaron en mi cara y las manos se me entumecieron hasta el dolor que hui de la blanca y engañosa nieve hacia el interior del edificio. 

-¿Qué tal la primera experiencia con la nieve?- preguntó Eric que apareció lleno de nieve, Jane fue muy considerada y me dio un pañuelo de algodón para mis manos, que se habían enrojecido por la nieve derretida.

-No es como en las películas, duele, es frío y húmedo.

Con un puchero, sacudí mis piernas. Mi cálido pantalón de jersey se había empapado y ahora sentía que la piel en contacto con la tela ardía de frío. Eric se rio mostrándome su ropa también empapada.

El viaje a la cafetería tomó mucho tiempo ya que Eric y yo nos vimos envueltos en medio de una guerra de nieve mientras que Jane fue muy astuta y rápida como una gacela y consiguió huir de los atacantes antes de quedar convertida en un blanco de fuego cruzado.

En la cafetería había comida caliente, así que hicimos la cola y conseguimos una gran porción. 

Sentándome cerca de Bella noté que no tenía nada salvo un botella de refresco de la que tomaba sorbitos a cada momento. 

-¿Bella no tienes hambre?

-Dijo que se sentía algo mareada- Mike respondió por Bella, quien estaba en su propio mundo y lo ignoró por completo. Me preocupé un poco así que le toqué la frente con el dorso de mi mano que ya había recuperado la temperatura de un ser humano normal.

-¿Te resfriaste? 

-No, solo no tengo hambre y me siento algo mareada, prefiero no comer nada.

Los ojos esquivos de Bella me recordaron algo y miré de reojo hacia la mesa de los vampiros. Efectivamente, allí estaba Edward Cullen, sus ojos mirando a Bella de vez en cuando. 

Dignos de ser los vampiros creados por Meyer, se ven como si estuvieran filmando una escena en la nieve, todos apuestos y estilizados si se ignoraban esas ojeras como pandas. Suspiré para mis adentros, en las películas no los mostraban con ojeras púrpuras parecidas a maquillaje artístico pero al mismo tiempo me sentía aliviada, así que el comportamiento Bella es porque el vampiro volvió al instituto.

Jessica rápidamente notó a su "rival" unilateralmente reconocido actuando extraño.

-Edward Cullen te está mirando.

-No mires. ¿Parece enojado?

-No, ¿Debería verse enojado?

-Creo que no le agrado.

Al escuchar esas palabras Jessica hizo una mueca. 

Mientras tanto Mike propuso hacer una guerra de nieve y estaba intentando reclutar a todo el mundo, pero tanto Bella como yo nos negamos. En mi caso, sentía que necesitaba algún tipo de equipo protector para disfrutar realmente de una guerra de nieve. Del estilo impermeable y cálido.

La guerra de nieve no tuvo oportunidad de ocurrir. En el momento en que se levantaron para salir del edificio vieron el aguacero lavando los rastros de nieve formando capas de hielo.

-Que lástima- dijo Jane en voz alta, aunque su cara no mostraba pena en lo absoluto. Me reí y fui a la clase de Literatura junto a ella, tratando de esquivar los pequeños espejos de hielo que causaron que más de un estudiante cayera sobre sus propias nalgas con muecas de dolor.

En la clase de gimnasia Bella estuvo totalmente distraída. Solo cuado salimos y vio que no llovía ni caía nieve sus ojos recuperaron un poco de foco. 

-Bella! Casi chocas ¿estás bien?

Después de hacer una maniobra peligrosa como dar marcha atrás sin mirar si había algo en el camino y casi chocar de lleno con un pequeño auto, Mary no pudo evitarlo y preguntó en un tono medio tembloroso. 

-No... si... lo siento, ya está bien.

Claramente frustrada con algo, Bella finalmente nos llevó a salvo a casa, aunque yo cociné esa noche para evitar que el estado distraído de su hermana los envenenara a los tres, o peor, se lastimara cocinando.

A la mañana siguiente, amaneció blanco. Los árboles, los techos de las casas, los autos y el bosque a lo lejos estaba cubierto con una gruesa capa de nieve formando un fuerte contraste con la carretera oscura. 

Frío.

Dolor abdominal.

Cuando me incorporé en la cama, una sensación desagradable de algo fluyendo hacia abajo y mojando mi ropa interior me hizo gemir. Arrebatando el pequeño neceser siempre sobre mi mesa de noche me abalancé al baño sin pensar en si Bella o incluso papá estaban dentro.

Afortunadamente, la sangre no había traspasado a la tela de mis pantalones de dormir, por lo que solo tuve que poner en remojo la ropa interior ensangrentada y después de una ducha caliente, un tampón y ropa cálida ya estaba lista para el día.

Cuando bajé las escaleras vi a mi hermana engullendo un cuenco de cereales con mucha energía 

-Pensé que ibas a estar algo deprimida por la nieve, parece que me equivoqué- Dije sonriendo mientras me calentaba agua para hacerme un té. No tenía mucha hambre y ya podía sentir retorcijones en la parte baja del estómago. Mirando una manzana de hace más de una semana, la pelé y la comí con desgana.

La cara de Bella se ruborizó al escucharme pero con la excusa de la comida en la boca no respondió a mi comentario. 

Al salir de casa no me olvidé de mirar las ruedas de la camioneta y sonreí al ver que tenían puestas cadenas. Ah, mi corazón se siente cálido. Pero al girarme, vi a Bella casi caerse de espaldas al resbalar con el hielo y corrí a ayudarla, rápidamente cayendo en una situación muy similar a la de mi hermana. Después de un tiempo nos subimos a la camioneta y partimos a la escuela. 

El viaje fue extremadamente tenso. Cuando se apagó el moto no pude evitar inhalar profundamente.

-Llegamos.

No pude evitarlo. Bella condujo extremadamente lento y yo podía ver que más de una vez se perdía en sus pensamientos. En ese momento sentí un poco de rencor contra Edward, la fuente más probable de la distracción potencialmente mortal de mi hermana.

-Me sorprende lo fácil que fue conducir sobre hielo.

-Mira las ruedas, estoy segura que papá se levantó temprano para poner las cadenas.

-¿uh?

Bella usó el costado de la camioneta como pasamanos y miró las ruedas traseras con las cadenas entrelazadas con una expresión llena de muchas emociones, casi parecía que iba a llorar y no pude evitar sonreír mientras caminaba lentamente, a veces incluso deslizándome hacia mi salón.

De repente un chirrido atravesó el aire. Seguido de un grito de horror.

Mi corazón bombeó con fuerza y me giré bruscamente solo para ver un vehículo grande y oscuro patinando, directamente hacia mi hermana. 

Miedo. 

Mi cuerpo reaccionó antes de mi mente, levanté la mano y grité el nombre de mi hermana, quise correr hacia ella pero me resbalé en el hielo y caí sentada.

Sentí un ardor en la palma de mi mano, un cosquilleo electrificante que pareció explotar de repente cuando perdí de vista la figura de Bella. El vehículo oscuro golpeó la camioneta roja y pareció voltearse justo donde estaba parada Bella.

Sentí como si todo a mi alrededor hubiera enmudecido. No podía procesar nada, no podía moverme. Al ver a cientos de personas de repente moverse hacia los autos, yo también me moví, ignorando el dolor en mi cuerpo debido a la caída. 

Finalmente, la vi, estaba bien, intacta. Salvo por estar tirada en el suelo. Estaba discutiendo con Edward.

Empujé mi camino entre la multitud y alcancé a oír parte de su discución.

-...allí, lejos. Estabas al lado de tu coche. 

-No es cierto.

-Te vi.

-Bella, confía en mi.

-Me debes una explicación.

Una ira tremenda brotó de mí al oír la terquedad de la boca de Bella. Parecía que no era consiente de que le habían salvado la vida en lo absoluto. Finalmente, llegué al lado de Bella y la miré de arriba abajo.

-¿Estás bien? ¿Dónde te golpeaste? ¿Te sientes mareada?

-No...

-A un lado, ¡permitan pasar a los EMT!

Me moví fuera del paso. Edward rechazó asistencia médica pero al ver que Bella también la rechazaba les dijo que se había golpeado la cabeza.

Pude ver la vergüenza en la cara de mi hermana al ser transportada a la ambulancia, quise tomar su mano y darle consuelo, pero Bella se soltó y cerró los ojos como si no pudiera soportar la humillación. Así que me quedé quieta, mirando mis dedos enrojecidos mientras mi pecho pesaba con resentimiento ante la falta de importancia que Bella parecía darle a su vida. 

Papá Charlie llegó justo cuando estaban por subir la camilla a la ambulancia; su expresión extremadamente aterrada al ver a su hija acostada con un collarín.

-¡Bella!

-Estoy bien Charl... papá.

Miré de reojo a Bella y no pude evitar sentir ira y resentimiento ante sus actitudes. Con miedo de no poder controlarme fui a informarle a nuestro padre que no la había chocado el auto y solo tenía un golpe en la cabeza.

Me subí al auto patrulla y fui al hospital para quedarme con Bella. Tuve que escuchar al pobre Tyler, el conductor del auto que casi choca a Bella, disculparse una y otra vez mientras retiraban el vidrio de su cara ensangrentada.

Estaba sentada en una de las sillas afuera de la sala donde los estaban atendiendo, mirando mis dedos en un estado de confusión. Ella sabía que esto pasaría en algún momento. Era parte de la trama de la historia. Pero jamás se imaginó que ella, una conocedora del futuro, fuera a sufrir tanto miedo. 

Temblando ante el recuerdo del terror que la inundó, no pudo evitar abrazarse a si misma. 

Una mano fría se posó en su hombro. Al levantar los ojos, una cara digna de las pinturas de los ángeles apareció ante ella llevando una bata blanca, cabellos dorados bien peinados y ojos como oro sobre unas densas ojeras moradas.

Parpadeé lentamente.

-¿Mary Swan? Soy el doctor Cullen, ¿Te encuentras herida en alguna parte?

Me enderecé lentamente y el Dr. Cullen retiró su mano, milagrosamente, sentí todo el pánico abandonarme.

-Estoy bien, solo un poco... asustada. Mi hermana está adentro, e hicieron unos estudios. 

-Bella Swan. Tengo los resultados aquí.

Me permitieron acompañarlo adentro, pero la escena de Bella discutiendo irrazonablemente con los Cullen me dio vergüenza ajena. Y cuando vi el resentimiento en los ojos de Bella decidí esperar afuera.

-Necesito ir a hablar con papá, Bella cuando termines de hablar con Edward, ven y volvamos a casa.-Miré a Edward- Gracias por apartar a mi hermana del peligro, no dudes en pedir si necesitas algo.

Fui hasta la entrada del hospital. Al parecer se había amontonado demasiada gente y las enfermeras habían terminado llamando a seguridad para hacer que la multitud desalojara el espacio.

Cuando papá Charlie me vio corrió hacia mi. Le tomé la mano y le di unas palmaditas hablando en voz suave, con una sonrisa.

-Está todo bien papá, Bella está bien. Está hablando con Edward y el Dr. Cullen pero en un momento viene. 

Un extraño sentimiento fluyó por mis manos hacia las manos de papá Charlie, pero al ver su cara preocupada aflojarse y sus temblorosas manos volverse firmes lo ignoré, seguí consolando a los amigos que venían y preguntaban por Bella. Aunque tuve que decir que Tyler no se veía bien, pero al no saber qué tan mal estaba solo dije que aún estaban curándolo. 

Poco después salió Bella, con una cara mortificada ante las atenciones de papá, Eric, Mike, Jessica y Angela. Jane a mi lado me dio suaves palmaditas en el brazo mientras me abrazaba de costado. 

Una vez en el auto, se hizo un silencio tenso hasta que papá Charlie informó que Renée sabía del accidente. Por lo que ni bien llegamos a casa Bella y Yo llamamos juntas a una Renée en crisis quien lloró y gritó a todo pulmón.

-...Vuelve a casa, es tan peligroso el hielo y la nieve... 

-Me quiero quedar en Forks mamá, además la casa está vacía, tu estás en Florida con Phil y no quiero cambiarme en mitad del año de nuevo, ¡tengo amigas aquí!

Wow, la artillería pesada. 

Una hora después, Bella colgó la llamada y se fue a dormir. 

Yo hice una sopa de sobre en taza y me senté con el aún aterrado papá Charlie sin hablar, solo palmeando su hombro de vez en cuando en un intento de calmarle. 

Con cada palmadita, sentía una pequeña corriente de calor fluir hacia él.