Alice me estaba esperando en el interior de la camioneta. Me subí en el asiento del pasajero y juntas emprendimos el viaje a mi casa.
-Gracias por aceptar llevarme a casa y de paso al cacharro de Bella.
-No te preocupes Mary, hacía mucho que no conducía uno de estos vejestorios-Alice parecía realmente excitada de poder manejar la camioneta.
-Ya no son como los de antes ¿no?
-Ahora son mucho más veloces pero son demasiado frágiles.
Sus palabras me hicieron pensar en la escena de la película donde Edward rescata a Bella de unos tipos desagradables en la calle mientras conduce a toda velocidad y hace maniobras extremadamente complicadas con calma, sin saber que estaba sonriendo.
-Ahora todo se ha vuelto menos durable. Ah, y hablando de durable, creo que será mejor que no aceleres mucho con este auto, después de todo ya tiene sus años.
-¡Entendido!
La conversación pareció estancarse en ese momento, miré hacia la ventana para pensar en algo que decir cuando noté que nos estábamos acercando a casa. En ese momento recordé.
-Ah-la mire con un poco de vergüenza- nunca le agradecía a Edward por haber salvado mi hermana del auto de Tyler. Se expuso a un gran peligro por ella.
Alice estacionó el auto y solo sonrió ligeramente pero la atmósfera tranquila se volvió tensa en segundos. Me sentí algo incómoda por lo que aparté mi vista y noté que no había otro auto cerca.
-Emm, ¿te gustaría pasar a casa? No veo el auto de Edward...
-No te preocupes Mary, ya me vienen a buscar.
-Oh...
El sonido de una bocina fue una confirmación de las palabras de Alice, quien rápidamente se despidió y usó su velocidad inhumana para refugiarse de la lluvia.
Saludé con la mano al auto que se alejaba mientras pensaba para mí misma si esta vidente vampiro había visto algo en sus visiones, ¿Qué otra razón había para que ella usara su súper velocidad frente a una humana con la que solo había tenido contacto por unos minutos?
Justo cuando entré vi a Bella bajando las escaleras.
-Bells, Mike me dijo que te desmayaste en clases y que Edward te trajo, ¿Ya te sientes bien?
-Oh, si- Bella estaba claramente distraída- ¿Condujiste?
-No, por supuesto que no. Alice me trajo, dijo que Edward le había pedido que me diera un aventón, ¿él no te dijo nada?
Los ojos marrones de Bella me evitaron mientras asentía con la cabeza. Me acaricié la frente inhalando profundamente.
-Creo que es hora de una charla Bells. Ven al sillón y cuéntame.
-No hay nada que contar-Inmediatamente, Bella evitó mi intento de conectar con ella y compartir sus sentimientos. Me sentí ligeramente frustrada ante su reacción.
-¿No hay nada que contar? Por favor Bella, desde el momento cero hubo una atracción estúpidamente surrealista entre ustedes. Pero no se hablan y te he visto evitándolo constantemente. Luego él aparece de la nada, te salva la vida pero ni siquiera se saludan en los pasillos o la cafetería. No te he visto darle las gracias tampoco, demonios.
Me frené abruptamente, esto no venía al caso.
-Y hoy de la nada se sientan juntos en la misma mesa, te trae a casa cuando te descompensas por ver sangre y su hermana me trae de la escuela.
-No hay ninguna atracción...-Niega arrugando la cara de forma incómoda y llena de rechazo. Corto sus palabras con un ademán.
-Por favor Bells. Soy tu Hermana. No soy papá ni mamá o un extraño chusma, soy tu hermana melliza. Aunque no seamos súper unidas y nos contemos todo sin secretos, puedes contarme lo que sientes- Suspiré de nuevo- Aunque no me lo contaras lo puedo ver, y no soy la única.
Bella tenía una cara llena de rechazo, frustración y algo más, pero al final me dijo.
-Yo... me siento un poco curiosa sobre él. Nada más.
Se cerró totalmente después de decir esas palabras.
Al ver que no había tenido éxito en mi intento de comunicarnos quise suspirar por enésima vez hoy. Le di un par de palmaditas en el brazo y fui a mi habitación sin olvidar recordarle.
-Bueno, pero para que lo sepas, yo estoy aquí si quieres hablar.
Al día siguiente todo fue en silencio. Desde el desayuno hasta el momento en que llegamos a la escuela no hubo ni una sola palabra. Me sentía cansada mentalmente.
En mi mente, Bella y yo nos íbamos a sentar juntas en el sofá, ella me iba a contar que le atraía Edward Cullen, quizás hasta explicarme cómo fue que terminó llevándola a casa desde la escuela, o cómo la salvó del accidente. Pero nada.
Además de la falta de comunicación entre nosotras, me había empezado a dar cuenta de algo importante. En mis memorias, Edward hacía las veces de un acosador e invasor de propiedad durante la noche viendo a Bella dormir mientras él se quedaba parado al lado de la ventana. O siguiéndola a todas partes, salvo al territorio de los cambia formas lobo.
¿Me sentía cómoda dejando que ese tipo de cosas sucediera? La respuesta me sorprendió a mi misma. No me parecía bien que el vampiro centenario que quería liarse con mi hermana la acosara.
Este pensamiento me puso en una encrucijada. Yo sabía de la "historia de amor" entre Bella y Edward gracias a las memorias de mi vida pasada pero eso no significaba que en la realidad las cosas realmente sucedieran como yo sabía. Por ejemplo, las interacciones entre el vampiro y mi hermana eran muchas más de las que recordaba, aunque espaciadas en el tiempo.
¿Acaso mis memorias eran defectuosas? Sentí que era un llamado de atención.
El viaje a la playa fue... Interesante. No me había dado cuenta de cuánto extrañaba la luz del sol. O el sentimiento de calor en mi piel, aunque no tanto como Bella, que parecía una adicta en abstinencia.
Pero el sol fue una gran atractivo, lo interesante fue ver cómo Mike estaba empedernido en mostrar afección hacia Bella mientras Jessica intentaba por todos los medios intervenir en cada momento que pudiera y mostrarse a Mike.
Miré a Bella con duda. Sospeché por primera vez que mi hermana podría tener una especie de encanto en ella que activaba de forma inconsciente. Por eso todos varios chicos a su alrededor estaban tan enamorados de ella. Después de todo yo también tenía una extraña habilidad.
Las playas de La Push no eran lugares ideales para tomar sol. El viento del mar era demasiado frío y la pequeña franja de arena no era agradable para acostarse, ni que hablar de las rocas que componían gran parte de la playa.
Pero el paisaje quita el aliento.
El agua oscura en el horizonte, el sonido de las olas, el aroma a sal...
Me desligué del grupo y caminé por la playa, explorándola. Bella y yo habíamos venido muchas veces a la playa cuando éramos jóvenes, pero los recuerdos estaban desdibujados en mi mente.
Todo a mis ojos parecía novedoso. Tenía la idea de sentarme y hacer un bosquejo, pero no tenía ni una pieza de papel conmigo.
Solo pude conservar en mi cerebro el cambiante color del agua bajo los rayos del sol, el movimiento de la arena al ser arrastrada por el agua. Entré en un estado de contemplación, mi mente tomando todo sin retener nada, relajada y pacífica.
Hasta que un viento frío me sacó de mi inmersión. Mirando la grandes nubes que habían cubierto el cielo en algún momento, decidí volver al lugar donde todos se habían reunido solo para encontrar a Tyler, Laurent y Bella sentados junto a un par de extraños.
-Hola.
Mi saludo seco me valió las miradas de casi todos los presentes. Vi a Bella hablando con un joven de pelo largo, parecía atípicamente relajada al hablar con un extraño.
-¿Maribell?
Alcé la ceja ante la obvia familiaridad de este chico. No quería ser desconsideraba pero no lo recordaba de nada.
-Mary, es Jacob, el hermano de Rebecca.
Un par de memorias resurgieron en mi mente, una propia de Mary Swan, la otra de una vida pasada. No pude evitar mirar al joven de cara inocente con algo de pena y complejidad.
-Oh, Jacob. Sí, recuerdo a Rebecca, ¿Cómo anda?
Mmm, un poco áspero, pero Jacob sonrió mientras hacía un ademán hacia Bella.
-Bien, justo le decía que Rachel ganó una beca y Rebecca se casó y ahora vive en Hawái.
-Felicidades. Deben estar muy orgullosos de ellas.
-Si. Ah, déjame presentarte, este es Sam, el mayor de nosotros.
-Buenas Sam.
Saludé y me senté en un leño.
-Como estaba diciendo...- Laurent empezó a hablar a Bella, al parecer la habían interrumpido para presentarme-... es una pena que Cullen no haya podido venir, al parecer nadie los invitó.
Sam se enderezó ante la mención del nombre Cullen.
-¿Están hablando de la familia del doctor?- Su cara llena de seriedad y tensión- Ellos no vienen aquí.
La conversación pareció estancarse brevemente. Bella y Jacob se levantaron y caminaron juntos alejándose de la fogata. Laurent y Tyler estaban en su propio mundillo, por lo que solo quedamos Sam y yo hablando.
-Bueno Sam, ¿Cómo es que lo Cullen no vienen aquí? ¿Tienen prohibida la entrada?
Sam se quedó en silencio, arrojando palitos al fuego como si no me hubiera oído. Qué decepción, esperaba poder escuchar las historias de cómo los Quileutes llegaron a un tratado con los Cullen.
Cuando el resto del grupo volvió a la hoguera el cielo estaba cubierto de nubes oscuras y algo amenazantes, anunciando la llegada de una tormenta.
-Mary, ¿Dónde está Bella?
Mike se me acercó preguntando y escaneando la multitud.
-Ah, está hablando con un viejo amigo, no se dónde se habrán ido...-No había terminado de hablar pero Mike ya me había dado la espalda y trotaba hacia las playas de arena buscando Bella, con una muy molesta Jessica siguiéndole el paso.
-Bueno, nosotros también nos vamos.
Sam como portavoz del grupo de jóvenes de la Reserva se despidió de todos, pero la mirada que me dirigió fue algo difícil de describir. Había una buena cantidad de sospecha, mezclada con muchas otras emociones imposibles de distinguir en tan poco tiempo.
Le di un saludo con la mano y algunos de los más jóvenes me lo devolvieron.