Al día siguiente me desperté muy temprano, todavía estaba oscuro afuera.
Me puse unas calzas térmicas y un vaquero suelto encima. Lo mismo hice con el top, fui desde una musculosa a un suéter grueso.
Estaba medio adormilada, pero me lavé los dientes y la cara antes de bajar y ver a papá bebiendo una gran taza de café. Me miró con asombro.
- ¿Qué haces despierta tan temprano Mary?
No lo miré, apenas si abrí los ojos para ver dónde estaba la cafetera y las tazas.
- ¿No dije que quería ir a pescar? Ayer me dijiste que te gustaría que te acompañe. Así que hoy voy a ver si me gusta.
- ¿En serio quieres ir pescar conmigo?
Le miré de reojo y suspiré ante la felicidad del hombre. Solo íbamos a pescar, pero Charlie parecía haber ganado el premio mayor de algún concurso o algo así, había rejuvenecido diez años con esa sonrisa.
-Pero me voy a dormir en el auto primero, es tan temprano - dije, sin poder contener un bostezo. Era realmente demasiado temprano.
-Claro, claro, no hay problema.
Cuando terminé mi taza fui al baño y volví a mi habitación, tomé un cuaderno de hojas lisas, mi cartuchera y el libro de segunda mano que compré hace años cuando visitamos con Bella y mi madre una librería de segunda mano en Phoenix. La tienda estaba a punto de cerrar por lo que liquidaba toda la mercancía, y a mí me llamó la atención la ilustración de la tapa del libro llamado "Neuromante" de William Gibson por lo que lo compré sin miramientos.
Nunca lo leí, pero si me aburría demasiado en el viaje podría intentar empezarlo.
Salí con papá después de dejarle a Bella una gran nota pegada en la puerta del refrigerador.
Papá y yo vamos a ir a pescar. Volveremos tarde. Cuídate, Mary xo.
El viaje en auto fue corto, Mary sintió que solo había cerrado los ojos, pero cuando despertó el sol ya había salido y estaban en la playa, lejos de Forks.
Papá vio que estaba despierta y me sonrió.
- Qué bueno que despertaste, ven, te voy a presentar a mis amigos de la comisaría- Me empujó fuera del auto frente a dos hombres de su edad, uno delgado con cabello castaño claro y otro más macizo y con el cabello rapado pero una gran barba canosa.
-Mark, Steve, esta es mi hija menor Mary. Mary él es Mark - señaló al hombre delgado quien le sonrió y le tendió la mano.
-Mary, hace años que no te veo, no medías ni la mitad de lo que mides ahora.
Me reí.
-Y este es Steve- el hombre macizo me dio la mano y su agarre fue increíblemente suave.
-Mary, un gusto conocerte al fin. No sabes lo mucho que Charlie habla sobre ti y tu hermana en el trabajo. A veces creo que me voy a quedar sordo.
Me reí de buena gana al escucharlo decir eso, porque significaba que a pesar de que claramente no había superado del todo la ruptura con Reneé, mi padre aún podía encontrar felicidad en otras cosas. Además de que evidenciaba la buena relación con estos dos hombres.
-Bueno, y yo que creía que papá era de los callados en el trabajo.
La charla siguió hasta que nos subimos a un bote grande y zarpamos al mar. No nos alejamos mucho de la costa, pero una vez en el agua estos tres hombres se tornaron serios mientras me explicaban qué carnada y mosca usar para atrapar cuál pez.
No entendí ni retuve nada de los conocimientos que intentaron enseñarme, salvo que en abundaba la pesca de salmón y trucha arcoíris. Pero la pasé bien al relajarme en el bote.
La mayor parte del tiempo Mark y Steve estaban en silencio, momentos que aproveché para mirar las olas y el paisaje del bosque desde el mar. Hermoso.
Tomé mi cuaderno e hice un bosquejo. Nunca aprendí formalmente a pintar, pero me divierto al intentar plasmar lo que veo en el papel, siempre que termino de dibujar siento que lo que hay en el papel es completamente diferente a lo que veo con mis ojos.
Pero me gustó mucho los elogios que recibí de los tres hombres. Eran sinceros y bienintencionados.
- ¿Vas a estudiar arte después del instituto?
Mark me preguntó después de ver mi obra.
-No, me gusta dibujar, pero no me animo a ser artista. Creo que intentaré con diseño gráfico. - La respuesta a su pregunta salió sin pensar y no pude evitar contemplar la posibilidad de realmente estudiar diseño. Había estado tan centrada en Bella y los vampiros que olvidé que yo también tengo que vivir mi vida.
-Todavía tienes tiempo para pensar, te queda un año en el instituto ¿verdad?
- Un año parece tan largo, pero el tiempo se pasa tan rápido.
La voz de Steve resonó.
-Eso es cierto Mary, mi hijo va a empezar el instituto el año que viene, no sé cuándo pasó tan rápido el tiempo, pareciera que ayer había empezado la primaria.
El día pasó lentamente entre la pesca y la charla. Solo volvimos cuando los contenedores de Mark, Steve y Charlie estaban llenos, aún había luz del sol en el cielo.
En el camino Charlie me preguntó si había disfrutado de la pesca.
- ¿Te gustaría venir de nuevo?
-Me encantaría, pero no creo que tenga talento para pescar, no puedo recordar todos los nombres que me enseñaron. Pero si no les molesta que esté de polizón, entonces encantada.
- ¡Cómo nos va a molestar! -Negó la cabeza con una sonrisa sin sacar los ojos de la carretera - Pero no pospongas planes con tus amigas solo por venir con viejos como nosotros.
-No lo haré, no te preocupes papá.
No me dormí en el viaje de regreso a casa, así que después de una charla simplemente disfruté del paisaje y la música en la radio.
Cuando llegamos a casa todo estaba en silencio. La camioneta roja aún estaba allí, así que no era que Bella hubiera salido. Tomé el pescado mientras papá abría la puerta.
-Bella, cariño ¿Estás ahí?
Si estaba, pero la vi nerviosa al saludarnos. Fruncí las cejas mientras guardaba el pescado en el freezer que estaba a reventar, ¿Qué había pasado?
- ¿Qué tal ha ido el día? - sus voces se oyeron amortiguadas.
-Muy bien, muchos peces picaron, tu hermana los está guardando.
-Oh genial, voy a sacar algo de pescado antes que se congele, Billy trajo algo de pescado frito de Henry Clearwater esta tarde.
-Es mi favorito.
Papá y yo nos fuimos a refrescar y cambiar la ropa llena de olor a mar y pescado antes de bajar. Con el pescado que trajo Billy, la cena estuvo hecha en un periquete y todos nos pusimos a comer.
Yo degusté lentamente el pescado antes de asentir.
-Es bueno ¿verdad?
Papá esbozó una sonrisa a sabiendas, realmente bueno, no contesté, solo asentí mientras me llenaba la boca con otro bocado.
La deliciosidad de la cena no pudo enmascarar la actitud nerviosa y ansiosa de Bella que parecía de a ratos profundamente contemplativa.
- ¿Qué has hecho hoy Bells? - Papá le preguntó, sacando a Bella de sus pensamientos.
-Oh, a la tarde me la pasé en la casa ordenando un poco y a la mañana fui a la casa de los Cullen. -La última parte de la oración había sido clara pero papá aclaró.
- ¿La casa del Doctor Cullen?
-Tengo una especie de... cita, con Edward Cullen hoy y él quería presentarme a sus padres...
Charlie se congeló a medio levantar el tenedor, su cara se puso morada y yo me ahogué con el agua que estaba tomando.
El sonido de mi tos hizo que papá se moviera mecánicamente mientras me palmeaba suavemente la espalda. Ambos miramos a Bella, Charlie con una cara rígida y yo con los ojos llorosos y las mejillas rojas por la tos.
-¿Están bien?
-Estás saliendo con Edward Cullen
La fuerte voz de papá nos asustó a ambas. Pero Bella aún fue valiente.
-Pensé que te gustaban los Cullen.
- Pero es demasiado maduro para ti, es demasiado mayor...
- ¡Vamos al mismo año del instituto papá!
Se hizo el silencio por unos segundos y el gesto enojado de Charlie cambió a confundido.
- ¿Quién es este Edwin? ¿Son novios?
Alcé la ceja con diversión y burla al escuchar a papá cambiar a propósito el nombre del vampiro. Quería reírme, pero el show era demasiado entretenido.
-Edward - mi hermana hizo hincapié en la pronunciación - Es el más joven de todos, de pelo cobrizo. Y, es algo así, recién estamos empezando.
-Me habías dicho que no te atraía ningún chico.
-No pensé que tendríamos una oportunidad.
Charlie la miró con sospecha, pero lentamente empezó a comer nuevamente.
- ¿Y a dónde van a ir?
-A jugar beisbol.
Hice una cara de sorpresa, pero un mal presentimiento se adueñó de mí. ¿Pasaría algo en este juego de Beisbol? Intenté recordar, pero salvo por la incomodidad y el sutil pánico no encontraba una memoria sobre este juego. ¿Estaba siendo paranoica? No lo creía.
Mi atención volvió a la charla, pero ya no pude sentir el sabor de la comida.
-... no seas como un inquisidor. Vamos a jugar con su familia, bueno, yo voy a mirar la mayor parte del tiempo.
-Realmente te debe gustar este chico.
La cara de Bella leía que no solo le gustaba, sino que estaba enamorada.