Bella estuvo en el limbo por cuatro largos meses.
Se quedaba en la cama despierta por horas hasta el amanecer, mirando hacia la ventana con ojos vacíos. Comía poco y siempre en silencio.
En la escuela yo iba con ella a cada clase, la acompañaba a comer en la cafetería. Bella no quería sentarse en la mesa grande con Jessica, Mike y los demás así que nos sentábamos en una de las pocas mesas pequeñas más alejadas de la multitud.
Debía insistir en que comiera e incluso recurrí a amenazarla con llevarla a la enfermería para que le dieran una inyección de vitaminas si seguía saltándose las comidas. Respiré aliviada al ver que el miedo a las agujas aún persistía en su mente y cuerpo, al menos algo en ella no había cambiado.
Por cuatro largos meses Charlie iba y volvía del trabajo sin socializar.
Algunas noches Bella nos despertaba a ambos gritando en pesadillas, pálida y sudorosa.
No mejoraba, aunque nos quedáramos a dormir con ella. Un día la vi a Bella tomando jarabe para la tos antes de ir a dormir.
Esa noche fue silenciosa y pacífica pero mi hermana despertó con ojos cansados y estuvo en un estado aún peor que antes por lo que decidí esconder el medicamento y de paso todos los medicamentos que había en la casa.
Papá estaba preocupado por otras cosas, como, por ejemplo, si Bella saltara de la ventana o si se cortara con las cuchillas de afeitar.
Durante el tiempo en que Bella estuvo en ese estado de vivir automático y mecánico no salimos a pescar ni un solo fin de semana. Tampoco nos llegamos a la Reserva para visitar a Billy ni Harry. Yo había forjado una amistad con Jacob por lo que siempre que podía lo llamaba o él me llamaba. Cuando él llamaba siempre preguntaba por Bella.
Podía oír a kilómetros el enamoramiento del chico, algo que siempre me molestaba, pero sabía que no tenía ningún derecho a decirle nada ya que entre nosotros solo éramos amigos y yo tenía la certeza de que, aunque él empezara a prestarme atención nada podría pasar entre nosotros.
No sé en qué momento empecé a tener esos pensamientos, pero me consumía la idea de que me interesara románticamente alguien que no me daba la hora del día en ese sentido. Por lo que rápidamente suprimí esas sensaciones incómodas y simplemente las ignoré.
Todos caminábamos alrededor de Bella como si fuera algo extremadamente frágil, un objeto de cristal fino que solo con un ruido demasiado fuerte se agrietaría.
Cerca del quinto mes desde que los Cullen se fueron de Forks me encontré a mi padre con lágrimas en los ojos frente a él estaba el teléfono y su mirada llena de ansiedad, dolor y resolución se encontró con la mía.
-He decidido mandar a tu hermana con Reneé.
Yo me congelé por unos segundos antes de asentir y extender mi mano sobre su espalda cada vez más delgada debido a la preocupación por el estado de su hija mayor y usé mi habilidad para calmarle.
-Tal vez, si se va lejos de los recuerdos de Edward pueda olvidarlo y salir adelante.
Con voz suave intenté darle más razones para que papá solidificara su elección, ya sea que mandara lejos a Bella o que decidiera dejarla quedarse.
-Llamaré a Reneé en un par de días entonces. A ver qué opina ella -se sonó la nariz y agregó con voz ronca - Ambas deberían irse.
Lo miré de costado y le di una ligera palmada en la cabeza.
-Bella y yo somos hermanas, pero deberías ser consciente de nuestras diferencias fundamentales papá. Mi vida en Forks está armada y en buen camino, ¿por qué me iría?
Al día siguiente Bella casi se cae de la silla cuando papá le dijo que la iba a enviar a Jacksonville. Quiso argumentar que no quería dejar Forks porque aquí tenía amigas y por el instituto, pero yo la corté en seco.
-No has hablado con Jessica en dos meses, Ángela quiso hablarte ayer a la mañana, pero la ignoraste por completo. Y Jane se enojó conmigo por no tener más cuidado porque tomaste las llaves de la camioneta y te fuiste del instituto sin esperarme, en el camino casi la atropellaste.
La cara sin expresión de Bella me enfureció, sus ojos estaban vacíos como si no le importara que casi mata a mi mejor amiga. Mi tono de voz se hizo más fuerte junto con mis sentimientos.
-... Si no fuera por mí que siempre está en gimnasia contigo ¿qué harías? El entrenador ha hablado conmigo sobre tu falta de interés y compromiso en la clase, ¡Han llamado a papá a la escuela por ti! Todo el mundo ve que estás en mal estado y nos siguen preguntando qué pasa - mi respiración se aceleró - El director de la escuela y la enfermera incluso pensaron que podrías haber tenido un aborto y que eso causó depresión.
Bella bajó la cabeza hacia el plato con una expresión de "no entiendes mi dolor" y yo dejé la mesa antes de que dijera algo de lo que me arrepentiría.
Tomé la camioneta y me fui hasta la casa de Jane. Habíamos quedado para vernos y terminar los deberes juntas, tal vez estudiar un poco las dos juntas.
Tirada en la cama de Jane mientras mirábamos una película en el televisor no pude evitar quejarme.
-No entiendo por qué actúa así. Los rompimientos son dolorosos, ya sé, pero actúa como si toda razón de existir hubiera desaparecido.
Jane estaba comiendo papas fritas a los pies de la cama para no ensuciar las sábanas. Asintió sin quitar los ojos de la pantalla.
-Tu hermana sí que es especial. Actúa como un zombi y sin embargo es primera en las evaluaciones.
Suspiré.
-Es de terror, se pasa todo el día con las cosas de la escuela o mirando hacia el vacío. Al principio me daba miedo que se le secaran los ojos por no parpadear.
Cuando se acabó la película Jane le preguntó si no quería quedarse a dormir.
-No hay nadie en casa, así que podemos ponernos ruidosas y ver una película de terror sin problemas.
Jane ama las películas de terror, pero tiene la manía de aumentar el volumen al máximo por lo que su padre le ha prohibido verlas en los días que él está en casa. Jane bromeó con la incertidumbre de la razón, si es por el ruido o porque le da miedo.
-Llamaré a papá, puede que me deje quedarme.
No era la primera vez que huía de quedarme en casa con Bella. Papá también lo había hecho, aunque con culpa. Pero ambos necesitábamos un tiempo de respiro, o la atmósfera deprimente de la casa nos causaría problemas a nosotros también. Aunque siempre que alguno de los dos necesitara un tiempo a solas se aseguraría de que Bella quedara acompañada.
Charlie sonaba algo más relajado en el teléfono y me enteré de que Bella había dicho que invitaría a Jessica a ir al cine en estos días. Yo dudé seriamente de la veracidad de esa invitación, pero al parecer papá podría dormir más cómodo esta noche.
Fue algo perturbador ver cómo Bella volvió a la vida después de ir al cine con Jessica. Fue de conocimiento general que la película que fueron a ver daba mucho miedo y que mi hermana no había podido sentarse quieta en el asiento por el susto que se había dado, pero yo dudaba.
Pero los días se hicieron semanas y de pronto Bella estaba mejor. Comenzó a manejar la camioneta de nuevo, a veces salía sola a hacer las compras y se había vuelto a integrar en el grupo.
Por un mes, pensé que finalmente se había olvidado de Edward, hasta que fuimos de pesca con papá y Harry en la Reserva.
Resulta que Bella había estado yendo a ver a Jacob y se quedaba mucho tiempo en el taller.
Cuando llegué a casa rápidamente telefoneé y le pregunté a Jacob, me dijo que habían tomado en sus manos restaurar un par de motocicletas que ya no funcionaban y a cambio de arreglarlas, se quedaría con una y le enseñaría a Bella a montar.
-Jacob te lo pido, no dejes a Bella sola en una moto, ¡ella odia las motos!
La voz llena de culpabilidad de Jacob fue suficiente para saber que no iba a dejar de intentar enseñarle a mi hermana a manejar las motos. Quise amenazar con decirle a Billy y a Charlie, pero no pude.
Claro, hasta que un fin de semana vimos a Bella con un cortada en su frente.
-Tal vez no deberías estar más tiempo rodeada de herramientas peligrosas.
La cara de mi hermana se transformó en pánico al escuchar a papá.
-Me tropecé con una piedra, ¡ni siquiera fue adentro del taller!
No lo creía, en absoluto.
Jacob contestó con evasivas a mis preguntas. Cada vez. Sentí la distancia crecer entre nosotros.
Esa noche esperé a que papá se hubiera dormido y usé mi habilidad para que no se despertase pronto, sumiéndolo en un sueño profundo.
- ¿Bella?
Susurré mientras abría la puerta. Desde hace meses papá le había sacado el pestillo y la llave estaba escondida para evitar que Bella se quedara encerrada e hiciera alguna locura.
Mi hermana estaba despierta. Como era de esperar.
- ¿Que sucede Mary?
Me senté a los pies de su cama, de cara a la puerta de la habitación. Tardé unos segundos en pensar qué preguntar, pero lo que salió de mis labios en contra de mi voluntad fue lo siguiente.
- ¿Estás saliendo con Jacob ahora?
Silencio.
-No estamos saliendo, solo somos amigos y yo le ayudo aquí y allá en el taller, me distrae de mis pensamientos.
-Sé lo de las motos - la miré y miré a su frente que ahora tenía una bandita - y sé cómo te caíste.
Los ojos de Bela fueron a la puerta, claramente con miedo de que Papá apareciera de sorpresa.
-Papá no sabe. Aún no le digo nada. Pero Bella, hermana, quiero que tengas cuidado. En todo.
La confusión era visible en la cara de Bella.
-No quiero que te lastimes por probar esa estúpida moto, y tampoco quiero que le des esperanzas a Jacob.
- ¿Qué esperanzas?
Puse los ojos en blanco.
-Vamos Bells, el chico siempre estuvo atraído a ti. Ahora que no tienes novio y pasas días con él, debe pensar que tiene la oportunidad. Es mejor que prevenir que curar.
-No hay nada que prevenir Mary, Jacob y yo somos solo amigos.
La cara de Bella cambió y se tapó con la colcha.
-Estoy cansada y quiero dormir. Buenas noches.
Quería seguir hablando, no era lo que esperaba, no quería que terminara así, pero Bella ya había cerrado los ojos y sabía lo obstinada que podía ser, así que no tuve más remedio que irme.
En la casa de Jane.
Angela había venido a nuestra pequeña pijamada esta vez. Siendo una de las personas más tranquilas del grupo, habíamos logrado hacer un trío bastante unido entre nosotras.
Comiendo un gran bocado de malvavisco con chocolate dije con furia.
-Ese Jacob está ocultando cosas, pensé que éramos amigos, pero no -alargué la o con frustración - Mi hermana le está dando esperanzas y él se ha rendido totalmente.
Dije, con voz ronca al final.
-Lo peor de todo es que Bella lo está usando como un si fuera una droga. No un chico.
Angela me pasó un pañuelo y junto con Jane me abrazaron.
- Nunca esperé que te enamoraras de un chico más joven.
Negué con la cabeza.
-No estoy enamorada, creo que es más como... ¿posesividad?
-Eso suena horrible Mary - Jane frunció los labios para no sonreír.
Angela en cambio soltó una risotada, pero la consoló rápidamente.
-Creo que es normal, es alguien familiar y de pronto te oculta cosas además de que es alguien a quien quieres y sabes que hay una posibilidad de que tu hermana esté jugando con sus sentimientos.
Jane y yo miramos atentamente a Angela que seguía analizando mis sentimientos hasta que la aludida se dio cuenta que la observábamos.
-... ¿Qué?
- Creo que podrías ser una buena psicóloga- dije sonándome la nariz.
-O consejera adolescente.
- Ya veremos, estoy esperando que me llegue la carta. ¿Ustedes se postularon en alguna universidad?
Jane asintió.
-Quiero ir a la universidad de Seattle y estudiar contaduría.
- ¿Y tú Mary?
-Quería estudiar dibujo, pero decidí diseño gráfico, tiene una salida bastante buena. En Seattle hay unos buenos cursos de un par de años y no son tan caros como esperaba así que estoy pensando en cómo hacer para ir hasta Seattle todos los días.
-Mi padre tiene un apartamento de dos habitaciones allí ¿Por qué no te quedas conmigo? Sería más cómodo que vivir con un extraño o viajar todos los días.
-Tiene razón, Mary deberías pensarlo.
- ¿Es en serio? Me encantaría. Podemos hablar de la renta - corté las palabras que estaban a punto de salir de la boca de Jane - porque si no pago no tiene sentido que vaya a estar de mantenida.
La noche se hizo profunda y nos acostamos, Jane tenía una cama matrimonial y un colchón inflable. Angela pidió dormir en el colchón en el piso porque se movía mucho durante el sueño.
Jane y yo nos quedamos en la cama, no era la primera vez que nos quedábamos a dormir juntas.
Soñé algo extraño esa noche.
Un suave toque en mi cara, como una pluma haciéndome cosquillas, yendo desde mi mejilla hasta mis labios y siguiendo por mi cuello.
La sensación se volvió muy ligera al llegar a mi hombro. Lentamente el sueño dejó de ser tan vívido y me sumí en la oscuridad.