Después de unos días de la graduación me despedí de papá y Bella que estaba bastante distraída, y me fui a Seattle con Jane.
No me entretuve con el posible drama que podría estar viviendo mi hermana ya que ahora tenía mis propios dramas para preocuparme. Además, no importa qué tan renuente estaba a reconocerlo, pero Edward y el resto de los vampiros Cullen se habían portado muy bien con Bella.
El departamento en el que viviríamos necesitaba una buena limpieza profunda por lo que ambas fuimos listas para acondicionarlo además de hacer un inventario en todo lo que fuera elementos de primera necesidad, como higiene personal, comida y ropa de cama.
Mientras estábamos ocupándonos de ello, la pareja que me contrató como niñera me llamó para preguntarme si no podía empezar antes y yo estaba muy feliz, así que Jane quedó sola la mayor parte del día mientras yo cuidaba al niño, llamado Jordan.
El niño de apenas cinco años de edad resultó ser un verdadero angelito conmigo, nos ponemos a pintar o lo hago cantar algunas canciones infantiles, le doy de comer y hasta lo llevo al parque donde están sus amiguitos del preescolar. De noche se duerme antes de que lleguen los padres.
Unas semanas después, en mi primer día libre, Jane y yo cocinamos pasta y bebimos unas botellas de cerveza que habían sido olvidadas por el padre de Jane de hace unos meses.
Ahí es cuando las cosas se pusieron raras.
ADVERTENCIA: contenido +18 más adelante.
En medio de las risas y los chistes Jane se apoyó en mi hombro y me dio una sonrisa borracha, le respondí con una igual y de algún modo terminamos besándonos.
Los labios suaves eran aplastados debido a nuestra inexperiencia y la torpeza de nuestros movimientos influenciados por el alcohol.
No sé quién fue primero, pero entre la bruma del alcohol y la sensación desconocida de euforia, me encontré con el pecho delicado de Jane en mi boca, el suave tacto de la piel, la rugosidad de su pezón era demasiado clara en mi lengua mientras que el resto de mis sentidos estaban embotados.
De pronto una corriente eléctrica me pasó por la espalda y la humedad de la lengua de jane hizo que mi muñeca estuviera en fuego.
En algún momento nuestras bocas volvieron a encontrarse, mis manos viajaron por la espalda de Jane hasta el borde de los shorts. La mano de Jane agarró la mía y la guio hasta su entrepierna y la atrapó con sus muslos mientras que su otra mano me sostenía por la nuca, atrapando mi cara cerca de la suya, nuestras lenguas danzando en el aire y frotándose como dos caracoles.
EL calor de su parte más íntima me quemaba. Moví los dedos y la vi retorcerse mientras soltaba un gemido lloroso. De pronto no pude parar. Hice un poco de fuerza y encontré su pequeño secreto oculto bajo capas de ropa y presioné suavemente, moviendo mis dedos entre sus temblorosos muslos.
Solté un grito cuando la mano de Jane se metió en mis pantalones y me frotó sobre mi ropa interior. Mis caderas se empujaron contra sus dedos que se movían como ondas, su mano no dejó mi cuello y ambas estábamos persiguiendo el calor y el deseo que poco apoco se convertía en placer.
Los dedos de Jane apretaron demasiado y por instinto ante el dolor le palmeé la mano lejos.
-Lo sssiento Marrry... serhé mashcuidadosha.
Los besos de volvieron suaves de nuevo y esta vez los dedos de Jane hicieron contacto directo con mi piel íntima. La calidez del objeto extraño en mi entrepierna era demasiado, mis piernas se cerraron con fuerza, pero el movimiento de frotamiento no paró en ningún momento. Por un momento el pensamiento de que el sentimiento de humedad en mi ropa interior era muy extraño se pasó por mi cabeza, pero pronto me distraje.
Una sensación electrizante se disparó desde mi zona íntima a lo largo de mis piernas y mi espalda, me hizo tener espasmos por unos momentos antes de que una ola de cansancio y saciedad me golpeara. Caí a la alfombra, quedándome sin fuerzas y respirando agitadamente.
Sentía que me adormecía y mis ojos estaban casi totalmente cerrados, pero aún podía sentir a Jane moverse a mi lado, sentía los débiles gemidos retumbar en mis oídos. Pero no podía mirar porque el sueño me invadió y caí en el olvido.
FIN +18
Me desperté con náuseas y dolor de cabeza. El martilleo en mi frente se hacía más fuerte, casi inaguantable cuando me intenté levantar.
Miré mi cuerpo desnudo y el cuerpo de Jane enredado en el mío-
...
Unos largos segundos después, sentí mi corazón latir increíblemente rápido y mi cabeza mareada por la resaca no cooperaba.
Ayer, Jane la había tocado de forma tan sensual y ella había hecho lo mismo con el cuerpo de su amiga. Los recuerdos de lamer, chupar y acariciar llenaron su mente y un ligero calor apareció entre sus muslos.
Miré la cara dormida de Jane con atención y quise moverme para tocar su rostro, con un estado de ánimo algo excitado.
Pero todo acabó pronto.
El deseo de vomitar y el malestar por el alcohol se presentaron en todo su esplendor cuando me moví, y no tuve más remedio que tambalearme al baño antes de soltar una bocanada de vómito.
El olor y el sabor del vómito en mi boca eran tan desagradables que me produjo arcadas. Tiré de la cadena rápidamente y me hice buches con el enjuague bucal, con tan mala pata que el olor a alcohol del líquido me hizo dar una arcada y tragué un poco.
Tosiendo fuertemente, sentí la mano cálida de Jane en mi espalda dándome palmaditas para relajar mi tensa espalda.
- ¿Resaca?
-Si... tos, tos -Respiré profundo antes de girarme y ver a Jane desnuda frente a mí. No lo esperaba y no pude evitar mirarla de abajo arriba antes de darme cuenta de que yo también estaba desnuda.
Mi cara se calentó y quise cubrirme, pero la temblorosa figura de mi amiga se pegó a mi piel, abrazándome.
-Mary a-a mi... me gustas...
No esperaba una confesión amorosa de parte de Jane en absoluto, pero no había rechazo en mí al escuchar esas palabras. Me sonrojé aún más y al notar sus manos temblorosas en mi espalda, la abracé sin pensarlo.
-Yo...
-No hace falta que me digas nada ahora - Me interrumpió, enterrando su cabeza en mi cuello - A mí me gustas y quería confesar mis sentimientos, pero no hace falta que te sientas obligada...
-Jane - La voz de mi amiga estaba cambiando a sollozos por lo que la detuve - te iba a decir que a mí también me gustas mucho, no sé si al grado que tú gustas de mí, pero realmente me gustas, y.… lo que hicimos ayer también.
Al final bajé mucho mi voz, pero no importaba porque Jane escuchó claramente. También me di cuenta de que esas palabras eran reales, me había sentido muy cómoda ayer y no sentía ningún rechazo por Jane. Era mi mejor amiga y ya vivíamos juntas, sabía de su pequeño ritual de comer un bombón de chocolate antes de ir a dormir y ella conocía mi aversión a dormir sin ducharme antes.
No tengo experiencia en cosas románticas, pero, creo que esto es un buen inicio. Quién sabe.
Jane y yo empezamos a salir desde ese día. Yo iba a cuidar de Jordan desde la mañana hasta la tarde y volvía a hacer la cena mientras Jane se concentraba en preparar el material que podrí necesitar para su año en la universidad. Por la noche dormíamos en una misma cama y con el pasar de los días nos habíamos acostumbrado a la dinámica de convivencia como una pareja de muchos años.
La vida era extrañamente cómoda, nunca pensé que sería así. Parecía... demasiado pacífica. Asumí que era porque tanto Jane como yo éramos nuevas en este tema y nuestras personalidades eran bastante suaves y compatibles.
Todo iba muy bien hasta que nos llegó una carta de mi hermana.
Bella se iba a casar.