Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Nuevamente, oscuridad.
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Pasa el tiempo, y de nuevo, oscuridad.
¿Qué es el tiempo? El tiempo es oscuridad. No, el tiempo es horror, fin, final; pero también es comienzo, es inicio.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Nuevamente, oscuridad.
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La oscuridad es todo lo que me rodea, pero aún desconozco qué es. El tiempo me rodea también, pero el tiempo no puede ser tocado.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Oscuridad.
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Algo más. Algo que no sé qué es, pero es algo.
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Vibraciones. Sentía algo, algo suave, algo casi intangible, pero lo sentía. ¿Cómo lo sentía? No lo sé, pero sentía algo más.
…
Las vibraciones eran erráticas. Sin embargo, después de tanto tiempo, comencé a entender. Las vibraciones tenían un significado. Eran enviadas por cosas desconocidas, transmitidas en patrones con significado, como mis pensamientos.
…
Tiempo.
…
Ahora esos patrones comenzaron a tener un significado vago, pero un significado al fin.
Aunque erráticas, pude sentir que las vibraciones tenían una intención detrás, una que aún me era desconocida. No conozco ni el origen ni el propósito. Me resulta imposible comunicarme, imposible... ¿Qué son? Imposible es algo que, sin importar qué sea, nunca sucederá. Pero, ¿comunicarme?
…
Después de un momento, entendí que me estaba perdiendo en mis pensamientos.
Algo pasaba. Cuanto más pasaba el tiempo, más pensamientos atravesaban mi mente, más información, más hambre de conocimiento. ¿Hambre? ¿Qué es el hambre? Es querer, desear algo que es esencial. Pero el conocimiento no es esencial para mí… ¿es acaso lo esencial lo que nunca se puede tener?
…
En ese instante, nuevamente sentí vibraciones, pero ahora más fuertes, mucho más intensas. Nada que ver con las que sentía antes, esas que, aunque erráticas, guardaban una sensación de propósito.
Junto con la gran vibración, algo cambió en mi entorno. Ya no había solo oscuridad. Ahora había luz. ¿Qué es la luz? Parece ser lo opuesto a la oscuridad, pero no lo es del todo. La luz y la oscuridad parecen estar conectadas, como si una fuera parte de la otra, como si, en su contradicción, se complementaran.
…
¿Qué son esos opuestos?
Antes de seguir con mis pensamientos, la oscuridad regresó. Y en ese regreso, ya no fui capaz de pensar. Fue extraño, pero también acogedor, como un abrazo que me arrastra en su quietud.
La oscuridad o tal vez el tiempo, en su retorno, me engullía, algo más parecía haber cambiado en mí.