Chereads / El Rey Olvidado / El Lustro de las Ascuas I

El Lustro de las Ascuas I

Al inicio de la época en que los dioses vagaron por la Tierra, ocurrió lo que se conoce como el Lustro de las Ascuas.

Cuando la era olvidada llegó a su fin, el mundo se encontraba sumido en el caos y la oscuridad. Muchos de los que sobrevivieron ya no recordaban lo sucedido, y aquellos que aún lo hacían estaban condenados al silencio. Fue en este tiempo de tinieblas que el fuego surgió como protector contra las pesadillas que acechaban en la oscuridad. Gracias a este fenómeno, la creencia en el fuego floreció, y muchas de las comunidades emergentes depositaron su fe en él, pues el fuego no solo los resguardaba, sino que también les brindaba esperanza. Esta devoción creció con el tiempo, superando a otras religiones.

Entre los sobrevivientes del centro continental, surgió la creencia en Aurelios, un dios antiguo. Se cuentan muchas historias sobre él, pero la más famosa de esta época narra cómo encarnó su poder para guiar a todos los mortales que creyeran en él a través del fuego. No solo los condujo a sobrevivir en las garras de la oscuridad, sino que también creó el gran Faro de Eumenes. El faro, construido con materiales de la era olvidada, se convirtió en el símbolo de la unidad y la resistencia frente a las sombras. Desde allí, Aurelios guió a las tribus hacia el norte, donde fundaron la Catedral del Sol Naciente, el primer templo dedicado a la adoración del sol.

Al final de esta épica travesía, Aurelios unió sus fuerzas con Ashkanrild, el primer Rey Dragón; Ozd, el Alto Espíritu de la Llama Destructiva; y el primer Protector del Corazón de las Arenas. Juntos enfrentaron la oscuridad en una batalla brutal y sangrienta. Su victoria permitió que el sol volviera a brillar sobre el mundo, trayendo luz a un territorio que había estado sumido en las sombras.

En el este del continente, donde se encontraba un vasto desierto y la cadena montañosa más grande de todos, las Montañas de Obsidiana, los habitantes del gran desierto descubrieron un artefacto antiguo de la era olvidada: el Corazón de las Arenas. Tras muchos desafíos, que costaron sangre y muerte, lograron obtener el Corazón. Su líder portó el artefacto y se convirtió en el primer Protector del Corazón de las Arenas, protegiendo a los suyos contra las aberraciones nacidas de la oscuridad.

Mientras tanto, en las Montañas de Obsidiana, sin que nadie comprendiera cómo, apareció el Rey Dragón de las cenizas. Este rey acogió a un pequeño grupo de humanos, quienes formaron el primer culto de adoración a los dragones, conocidos como Los Benditos de la Ceniza, que le juraron su lealtad. Esta nueva orden fue famosa por su ferocidad y su habilidad para manipular las llamas.

En el otro extremo del continente, en lo que hoy conocemos como la Confederación de Aleyar, apareció el primer Contratista Elemental, quien forjaría la Primera Alianza del Fuego, un pacto de unidad entre los pueblos que buscaban poder para protegerse y los espíritus. Esta alianza unió a diferentes asentamientos, creando una red de fuerza militar capaz de desafiar incluso a los Benditos de la Ceniza.

Así, en el Lustro de las Ascuas, cuando el caos y la oscuridad reinaban, estas cuatro facciones, a pesar de sus diferencias, lucharon por la supervivencia y la restauración del mundo. Con la luz del fuego y los dioses que lo acompañaban, comenzaron una guerra para recuperar el sol.