- "Mitsuki, un hombre con un pasado oscuro, se enfrenta a secretos que desconocía sobre sí mismo. Tras un enfrentamiento con los secuaces de Loyd Adams y un encuentro con una misteriosa figura celestial, descubrirá que su destino está más entrelazado con lo que imaginaba. La verdad sobre su familia, sus orígenes y su verdadero propósito comenzará a revelarse." -Las luces neón de la ciudad jugaban con los charcos bajo la lluvia, creando reflejos distorsionados en las calles vacías. Un hombre corría desesperado por un callejón, sus manos temblando mientras sujetaba con fuerza una llave negra adornada con inscripciones extrañas.Al girar una esquina, tropezó y cayó de bruces al suelo, salpicando agua sucia que terminó manchando el abrigo de un joven que estaba parado frente a él.Mitsuki bajó la mirada hacia su ropa empapada y manchada. Suspiró profundamente antes de alzar la vista hacia el hombre que intentaba levantarse."¿Es enserio?" murmuró, sacudiendo su abrigo inútilmente. Luego añadió con una sonrisa irónica: "Maldito viejo, ¿me vas a pagar la tintorería o prefieres seguir arrastrándote?"El hombre retrocedió, con el rostro pálido y la respiración entrecortada. Mitsuki, en cambio, avanzó con calma, sus ojos púrpura brillando con un destello inquietante."Vamos, no lo hagamos más incómodo," dijo Mitsuki, inclinándose un poco hacia el hombre. "Dame esa llave y prometo no arruinarte la noche más de lo que ya está."El hombre negó con la cabeza frenéticamente, escondiendo la llave detrás de su espalda como si fuera lo único que lo mantenía vivo. Mitsuki, exasperado, dejó que sus ojos púrpura destellaran, activando las espirales que hipnotizaban y paralizaban a quien los mirara."Habla," ordenó, con una voz cargada de autoridad. "¿Qué haces corriendo con eso y quién te envió?""L-loy... Loyd Adams," tartamudeó el hombre, con el cuerpo inmovilizado. "Me envió... a una plataforma petrolera cerca en el mar... me dijo que entregara la llave para un experimento.""¿Qué tipo de experimento?" Mitsuki inclinó la cabeza, con curiosidad por su respuesta."Con una niña," confesó el hombre, su voz temblando. "Dijeron que es la clave... que la necesitan..."Mitsuki se quedó en silencio por un momento antes de meter la mano en su abrigo. Sacó un trozo arrugado de periódico, el cual desplegó frente al hombre. En él, se veía la foto de una niña acompañada del titular: "Desaparece niña en extrañas circunstancias"."¿Te refieres a ella?" preguntó Mitsuki, sus ojos estrechándose.El hombre tragó saliva y asintió débilmente.Mitsuki desintegro con la energía púrpura de sus manos el periódico, Su expresión cambió, dejando atrás cualquier rastro de humor."Así que Loyd sigue jugando a ser el rey del infierno," dijo en un tono bajo. "Y ahora cree que puede usar a una niña para sus experimentos. Estás en muy mala compañía, anciano."El hombre, desesperado, intentó cambiar de estrategia. "E-escucha," dijo rápidamente. "No tienes que involucrarte. Si me dejas ir, puedo hablar con ellos. Puedo conseguirte dinero, mucho dinero. ¡Y mujeres! Todo lo que quieras, lo tendrás."Mitsuki arqueó una ceja y soltó una carcajada seca. "¿Dinero sucio? ¿Mujeres?" Repitió con sarcasmo antes de añadir con desdén: "Primero, no soy tan muerto de hambre para aceptar tus billetes manchados. Y segundo, le tengo asco a las relaciones. Así que ahórrate el discurso barato."El hombre quedó mudo, incapaz de responder. Mitsuki levantó una mano, y un aura púrpura comenzó a envolverla mientras la llave flotaba lentamente desde las manos temblorosas del hombre hacia las suyas."Dime algo," dijo Mitsuki mientras observaba la llave. "¿De verdad creías que ese demente te iba a proteger? Porque, spoiler: ni siquiera tendrán tiempo de usar tu cuerpo en tu ataúd."Antes de que el hombre pudiera responder, Mitsuki alzó la mano envuelta en energía y la apuntó hacia él. Un destello púrpura iluminó el callejón, y el cuerpo del hombre comenzó a desintegrarse desde los pies hasta la cabeza, reduciéndose a cenizas en cuestión de segundos.Al final, sólo quedó un pequeño resto de su mano, la cual todavía sujetaba con fuerza la llave. Mitsuki caminó hacia ella, agachándose sin prisa y tomando la llave con delicadeza, sin apartar la vista del trozo de carne quemada que antes había sido el hombre."Muy bien, no olvidaré su cara," murmuró para sí mismo antes de levantarse y seguir su camino. Volteó a aquella mano poco después de avanzar.La plataforma petrolera se erguía solitaria en el mar oscuro, rodeada por la niebla y el ruido constante de las máquinas. Las luces intermitentes de la instalación creaban sombras fantasmales sobre el agua, iluminando la fría estructura metálica que flotaba implacable en el océano. En su centro, una figura se movía con una calma inquietante, como si todo estuviera bajo su control absoluto.Loyd Adams, el cerebro detrás de todo el caos, caminaba con paso seguro entre los operativos armados. Su apariencia era monstruosa, una mezcla de humanidad y algo mucho más siniestro. Su piel grisácea y su mirada vacía no dejaban duda de que se trataba de alguien que había cruzado todos los límites de la moralidad, un psicópata frío y calculador cuyo único placer parecía ser la tortura mental de los demás.A su lado, un capitán de sicarios de rostro cubierto y ojos amarillos lo seguía sin hacer preguntas, dispuesto a cumplir las órdenes de su líder. La celda portátil que transportaban estaba fijada sobre un carrito metálico, y dentro de ella, la niña de cabello rosado y celeste observaba el vacío con una mirada perdida. Sus ojos se movían con lentitud, como si ya estuviera acostumbrada a la idea de ser tratada como un experimento.Loyd se detuvo frente a la celda y sonrió de forma extraña, sus labios curvándose en una mueca de satisfacción que no llegaba a los ojos. El tipo era un ser enfermizo, imposible de entender por completo."¿Ves esa cara, pequeña?" murmuró, acercándose al cristal, mirando a la niña con una intensidad casi enfermiza. "Eres especial. Vas a ser el centro de todo. Lo que te hagan... lo harás por una buena causa. ¿Sabes lo que es la verdadera importancia, cariño? Ser clave en algo grandioso..."Loyd hizo una pausa, dejando que la niña asimilara sus palabras. No esperaba respuesta, claro, no la necesitaba. Para él, lo único relevante era el control, el miedo, la humillación."Pero no te preocupes," continuó con tono dulce pero cortante. "Vas a ser recordada. Todos te recordarán. Y después de todo este sacrificio, te prometo... habrá una recompensa. Al menos en el otro lado."El capitán sicario hizo una señal para que la celda fuera movida hacia el laboratorio, y Loyd no apartó su mirada de la niña ni por un segundo. Cuando la celda comenzó a ser arrastrada hacia el lugar, sus ojos se clavaron en ella con la frialdad de un depredador acechando a su presa."Vamos, preciosa, que lo bueno está por venir," dijo, casi susurrando, mientras caminaba lentamente detrás del carrito, disfrutando cada segundo de la desesperación que sabía que estaba sembrando en la niña.A medida que avanzaba, su rostro se transformaba en una máscara de satisfacción, como si su propia presencia fuera lo único que importara, como si los demás no fueran más que simples peones en su juego macabro. Los sicarios a su alrededor, aunque temerosos de él, no se atrevían a cuestionar sus órdenes, sabían que en ese infierno de acero y concreto, Loyd Adams era el único rey.La celda fue colocada dentro del laboratorio, un espacio frío, donde las paredes estaban cubiertas de pantallas y monitores. Loyd observaba con calma mientras la niña era asegurada en una mesa de operaciones, sin siquiera un atisbo de compasión en su rostro."Preparen todo," ordenó, como si estuviera dirigiendo una simple tarea. "Necesitamos que esta niña se convierta en el centro de todo lo que vamos a lograr. Y si tenemos que quebrarla... pues, será divertido."Con una sonrisa torcida, Loyd observó cómo sus sicarios se ponían a trabajar, mientras él permanecía a un lado, observando el sufrimiento que iba a desencadenar. Sabía que no había marcha atrás. No para él. No para la niña.Sale a fumar un cigarro a las vistas del mar, mostrando la ciudad neón de Tokyo al fondo.Loyd Adams observaba, impaciente, el horizonte desde la plataforma petrolera. El mar rugía violentamente, golpeando las enormes estructuras metálicas que la mantenían a flote. A pesar del viento y la lluvia, él se mantenía firme, su mente enfocada en el único objetivo que lo ocupaba en ese momento: obtener la llave. Era lo único que faltaba para llevar a cabo el experimento final con la niña.Estaba convencido de que con ella en sus manos, las posibilidades serían infinitas. Su plan era claro: extraer la energía de la niña hasta matarla. Necesitaban hacerle un análisis completo, entender la fuente de su poder y luego, si todo salía como esperaba, utilizar esa energía para fortalecer a los suyos. No importaba si la niña moría en el proceso; su sacrificio sería el catalizador de algo mucho más grande.Mientras esperaba la llegada de la llave, Loyd se dirigió nuevamente al laboratorio. La sala estaba iluminada solo por las luces frías de los equipos, donde los científicos se encontraban concentrados en las últimas pruebas. Sobre una mesa metálica, la niña yacía inmovilizada, su cuerpo débil pero aún lleno de esa energía latente que todos esperaban usar.Uno de los científicos observó cuidadosamente la niña mientras otro se acercaba, asegurándose de que todo estuviera listo para la extracción."Señor, hemos notado algo extraño en la niña," comentó uno de los especialistas mientras examinaba las pantallas."¿Qué has encontrado?" preguntó Loyd, con una ligera sonrisa en su rostro, aún confiado de que todo estaba bajo control."Es su estela," respondió el científico. "En su hombro derecho, hay una marca peculiar, pero al examinarla más de cerca, nos dimos cuenta de que no es una estela común. Es como si la marca tuviera una... estructura interna."Loyd se acercó rápidamente a la mesa, mirando la pequeña marca en el hombro de la niña. Era una estela con una forma irregular, algo que no se veía frecuentemente. "No perdamos el tiempo con detalles. Prepárenla para el procedimiento."Pero el científico insistió, señalando los rayos X que mostraban más de lo que aparentaba. "Al hacer las radiografías, encontramos algo dentro de la marca. Parece una gema... celeste." El científico vaciló por un momento, claramente consciente de la importancia de lo que estaba diciendo. "Es una gema incrustada en su estela. Esta piedra es algo fuera de lo común, probablemente muy valiosa."Loyd observó los rayos X con creciente interés. La gema celeste brillaba débilmente, encajada en la marca de la niña, algo tan inesperado que le hizo fruncir el ceño. "¿Cuánto vale eso?" preguntó, su voz fría."Una fortuna," respondió el científico, con la mirada fija en la imagen. "Es un material raro. Si la extracción es exitosa, podríamos conseguir una suma considerable por ella."Loyd sonrió, su expresión tomando un matiz aún más sádico. La niña no solo serviría como fuente de energía, sino que esa gema podría ser la clave para mucho más. "Perfecto. Esto acaba de volverse mucho más interesante. Asegúrense de que todo esté listo para proceder con la extracción. Esa gema... es la cereza en el pastel."Con un último vistazo a la niña, Loyd dio la orden de continuar los preparativos para el experimento. Aunque su objetivo principal seguía siendo extraer la energía de la niña hasta matarla, ahora había algo más en juego. Si todo salía bien, esa gema celeste podría ser la clave para su propio enriquecimiento.La plataforma petrolera vibraba inquietante bajo el peso de algo que no se podía explicar. Los gritos de los trabajadores y los ecos de golpes resonaban a través de los pasillos metálicos, mezclándose con el sonido ensordecedor de las olas que golpeaban la estructura. Nadie entendía qué estaba pasando. Los sistemas de comunicación fallaban, y las luces parpadeaban de manera errática, sumiendo todo en una atmósfera aún más tensa."¿Qué demonios está ocurriendo?" murmuró uno de los científicos mientras miraba su monitor, donde las lecturas de energía se disparaban sin razón aparente. La incertidumbre se apoderó de todos en la plataforma.De repente, un estruendo estremeció las paredes metálicas. Un impacto que resonó a través de toda la estructura. La entrada al laboratorio fue destruida de un solo golpe, una explosión de energía pura que dobló las puertas y las lanzó hacia atrás como si fueran papel.La luz principal parpadeó y se apagó por completo, sumiendo el lugar en la oscuridad, salvo por el tenue resplandor de las luces de emergencia.En medio de la oscuridad, una figura emergió, envuelta en una energía púrpura brillante. Mitsuki estaba allí, su presencia opresiva llenando el espacio. Su rostro era tranquilo, pero sus ojos reflejaban una clara intención de destrucción."Tan bajo cayeron como para usar una niña de 9 años a su conveniencia?" dijo Mitsuki, con voz baja y cargada de desprecio, mientras avanzaba sin prisa hacia el centro del laboratorio, donde los científicos y los sicarios aún intentaban reagruparse."¿Creían que podían hacer sus experimentos a espaldas de alguien como yo?" murmuró para sí mismo, con una sonrisa fría en el rostro. "Y aún más, ¿creen que esa niña será su salvación?"La atmósfera se volvía más densa a cada paso. Mitsuki estaba decidido a arrasar con todo, no solo para liberar a la niña, sino para hacerles pagar a los responsables por lo que habían hecho.De repente, una voz grave y calmada se escuchó desde la oscuridad:"Mitsuki Sorano..."Mitsuki se detuvo en seco, extrañado por el nombre que había escuchado. Por un momento, frunció el ceño, y luego, con una ligera sonrisa, respondió:"Vaya, ¿y tú quién eres? ¿Un fanático de mi trabajo? Qué raro, siempre quise conocer a alguien que supiera mi nombre... Aunque, si soy honesto, lo que me extraña es que tú lo sepas."La figura de Loyd Adams apareció en las sombras, una silueta imponente que irradiaba una energía palpable. Mitsuki lo observó con detenimiento, sintiendo una presencia que le resultaba inquietante."¿Loyd Adams, cierto?" dijo Mitsuki, aún sin tomarlo demasiado en serio. "¿Y este es tu gran laboratorio? Qué decepción, no me esperaba algo tan... sombrío."Loyd sonrió con una expresión fría y calculadora. "No subestimes lo que está en juego, Mitsuki. Aquí no es solo una cuestión de vida o muerte... Es algo mucho más grande."Mitsuki arqueó una ceja. "Eso suena a discurso de villano. ¿Seguro que no tienes una capa negra escondida por ahí? Si no me lo dices, lo adivino yo mismo..."Mitsuki miró hacia la niña, que estaba allí, atrapada, con los ojos abiertos pero vacíos de emoción. Algo le llamó la atención: una marca en su hombro, una estela que brillaba débilmente en colores celestes."No me había fijado en eso antes", murmuró Mitsuki, acercándose lentamente. Con su mirada fija en la estela, pudo notar algo más: en el interior de la marca había algo raro. Un pequeño destello, una gema celeste incrustada, que emitía un resplandor peculiar."¿Eso es una gema?" dijo Mitsuki, sin quitarle la vista. "Interesante... no solo la niña es el experimento, ¿verdad?"Loyd se adelantó, su rostro serio y calculador. "Esa gema es más valiosa que todo lo que imaginas. La niña... es la clave, y esa gema, si se extrae correctamente, nos dará más poder del que cualquier ser humano podría soñar."Mitsuki sonrió levemente, mostrando una expresión de curiosidad y diversión. "No me sorprendería. Siempre he tenido un gusto por las cosas raras. Y esa gema... huele a dinero. ¿Qué pasa si te la quito antes de que la uses para tu juguete?"Loyd lo miró fijamente, sin una pizca de duda. "Si te atreves, serás el siguiente experimento."Mitsuki se rió, su energía púrpura comenzando a fluir a su alrededor. "¿Un experimento? Me has hecho reír, pero también me has dado una buena idea. Quizás sí lo haga, ¿quién sabe? Aunque... primero tengo que ver qué tan bien resistes la presión."La plataforma petrolera estaba en caos, los metales crujían bajo los impactos. Mitsuki y Loyd se encontraban cara a cara, la tensión palpable entre ellos. La niña, observando desde un rincón, no podía evitar emocionarse por lo que veía.Mitsuki fue el primero en moverse, lanzándose hacia adelante con un giro de su cuerpo, lanzando un puñetazo directo al rostro de Loyd. El golpe fue brutal, pero Loyd bloqueó a duras penas con su brazo, retrocediendo apenas unos pasos.Loyd, con su figura imponente, trató de contraatacar con un gancho de derecha, pero Mitsuki esquivó el golpe y respondió con una patada giratoria en el costado de Loyd, enviándolo hacia una columna de metal. La niña gritó emocionada, saltando en su lugar. "¡Mitsuki, eres increíble!"Mitsuki, aún en movimiento, levantó una ceja y miró a la niña. "¡Ya basta con eso! No soy ningún superhéroe." Su tono de voz no podía ocultar la incomodidad que le causaba que la niña lo viera de esa manera. Aun así, sus movimientos no disminuyeron.Loyd rugió de ira, alzando una gran barra metálica que había despegado del suelo. Con una velocidad impresionante, la lanzó hacia Mitsuki. Este, sin inmutarse, saltó hacia un lado, utilizando el escombro como impulso para seguir atacando.En el aire, Mitsuki aprovechó la proximidad del suelo y rodó hacia adelante, girando para golpear a Loyd en la mandíbula con una rodilla. El golpe resonó, y Loyd tambaleó, pero rápidamente se repuso y trató de sujetarlo por el cuello, intentando apretar con su fuerza bruta."¡No eres tan fuerte como crees!" gritó Loyd, apretando mientras intentaba inmovilizarlo. Pero Mitsuki, sin perder la calma, utilizó su agilidad para liberarse, tomando la pierna de Loyd y girando hacia atrás. El gran hombre cayó de espaldas, el sonido metálico de su impacto reverberando a través de la plataforma.La niña observaba, ojos brillando con admiración. "¡Es tan rápido y fuerte!"Mitsuki, dándose cuenta de la mirada de la niña, soltó una risa nerviosa mientras se preparaba para el siguiente movimiento. "¡Ya basta con eso! No soy tu maldito héroe, ¿ok?"A pesar de sus palabras, continuó avanzando, aprovechando la caída de Loyd para darle una patada en el costado, enviándolo nuevamente contra las paredes de metal. Pero en ese instante, Loyd, furioso, se levantó con un rugido, lanzándose hacia Mitsuki con una furia inhumana.Mitsuki esquivó su ataque, pero no esperó el siguiente: un golpe directo a la cara. El impacto fue fuerte, pero Mitsuki, con la rapidez de un rayo, dio un paso atrás y, en un movimiento fluido, levantó un trozo de metal cercano y lo lanzó contra Loyd. El escombro se estrelló contra su pecho, derrapando hacia atrás, lo suficiente para dejarlo vulnerable.La niña gritó de nuevo, esta vez en un tono más emocionado: "¡No puedo creerlo, lo está destruyendo!"Mitsuki, un poco avergonzado, volvió a lanzar un rápido comentario, "¡No soy tu puto héroe! Solo estoy aquí para hacer mi trabajo, ¿entendido?"La niña rió, pero su entusiasmo no disminuyó.Loyd, aún sin rendirse, sacó de su chaqueta una pistola de energía, apuntando hacia Mitsuki. Pero antes de que pudiera disparar, Mitsuki, con un movimiento perfecto, desarmó al capitán, haciendo que la pistola volara por los aires. Luego, con una ráfaga de movimientos rápidos, comenzó a golpearlo una y otra vez, su cuerpo moviéndose con gran destreza.El último golpe fue un rodillazo directo en el abdomen de Loyd, quien cayó de rodillas, sin poder soportar el dolor. Mitsuki, sin perder el ritmo, aprovechó el momento para lanzar un último puñetazo al rostro de Loyd, dejándolo completamente fuera de combate.Mientras la plataforma temblaba bajo sus pies, Mitsuki respiró hondo, observando a la niña desde lejos."¿Ya estás feliz, niña?" dijo con una mueca mientras limpiaba su puño. "Lo hice solo para terminar con esto rápido, ¿ok?"La niña saltó de alegría, aplaudiendo. "¡Eres increíble, Mitsuki! ¡¡Eres mi superhéroe!!"Mitsuki, avergonzado y frotándose la nuca, suspiró. "¡Ya te dije que no soy un maldito héroe! ¡Deja de decir eso!"Mitsuki se acercó a la celda de metal donde la niña yacía, aún atada a una camilla improvisada. Sus ojos brillaban con una mezcla de preocupación y curiosidad. La niña, aunque asustada, no dejaba de observarlo, como si viera algo más allá de un simple salvador. Mientras Mitsuki avanzaba, quitó los escombros que bloqueaban el acceso."¿Estás bien?", preguntó Mitsuki, su voz suave pero firme. Aunque sus palabras intentaban ser tranquilizadoras, la tensión en su rostro dejaba claro que aún había más en juego.La niña, mirando al joven con una mezcla de temor y admiración, asintió lentamente, aunque sus manos temblaban. "S-sí... Pero... ¿qué va a pasar conmigo?"Mitsuki suspiró. Sabía que no podía prometerle nada, pero aún quedaba algo que necesitaba obtener de ella. La gema en su hombro."Necesito algo de ti", dijo Mitsuki, acercándose mientras observaba con detenimiento la marca que brillaba en su piel. "¿Puedo terminar de extraer la gema que tienes allí?"La niña, tocando la pequeña marca en su hombro, miró la gema con una mezcla de confusión y resignación. "Eso... eso me hace diferente, ¿verdad? Siempre me dijeron que era especial por eso..."Mitsuki la miró fijamente, comprendiendo que lo único que la niña pensaba era en cómo esa gema la hacía diferente. Sin más palabras, le ofreció una mirada tranquilizadora. "No te preocupes. Sólo quiero la gema. No quiero hacerte daño, pero debo quitarla para que esto termine."La niña, aún sin comprender completamente la gravedad de la situación, asentó sin decir nada más. "Está bien... si eso me ayuda a salir de aquí."Con un suspiro, Mitsuki se acercó un poco más y comenzó a desatar las correas que mantenían inmovilizada a la niña. A pesar de su miedo, ella no protestó, solo observaba cómo el joven se movía con rapidez y precisión.Mitsuki, con delicadeza, tocó la marca en su hombro. La gema brilló débilmente en su lugar. Con un toque de su poder, comenzó a desprenderla. La niña, sin hacer más que mirar, apretó sus labios, sintiendo una ligera incomodidad mientras la gema se despegaba."No te preocupes, no durará mucho," dijo Mitsuki en tono calmado mientras retiraba la gema, observándola fijamente. Era pequeña, de un celeste brillante, y parecía vibrar levemente en su mano."Eso fue... eso fue todo?" preguntó la niña, sorprendida por lo rápido que sucedió. Mitsuki la miró con una pequeña sonrisa irónica, sin decir palabra, mientras recogía la gema con cuidado."Sí, eso fue todo. Ahora, si te parece bien, volvamos a resolver este desastre," dijo con una calma que apenas camuflaba su incomodidad por la situación.La niña, ahora más tranquila pero aún con dudas, asintió lentamente. "Gracias," murmuró, observando la gema que Mitsuki sostenía en sus manos. "Pero... ¿qué va a pasar ahora?"Mitsuki, con la gema entre sus dedos, la observó un momento antes de responder: "Eso depende de cómo termine esto. Pero no te preocupes, no dejaré que esos tipos se salgan con la suya. Vamos."Mitsuki y la misteriosa niña se sentaron sobre unos escombros en medio de los restos del laboratorio. La plataforma seguía resonando con los ecos de los combates a su alrededor, pero por un momento, todo parecía haberse calmado. Mitsuki la observa notando que parecía más tranquila, pero aún tenía una expresión de incertidumbre."¿Cómo te llamas?" preguntó Mitsuki mientras se acomodaba en un pedazo de metal roto, lanzando una mirada a la gema celeste que aún sostenía en su mano. Ella lo miró con algo de timidez. "Me llamo Aura...""¿Aura?" repitió Mitsuki, considerando el nombre. "Un nombre interesante. ¿Y tus padres? ¿Dónde están?"Aura bajó la cabeza, su expresión se tornó triste. "No... no tengo padres. Vivía en un orfanato. Nadie me quería... nadie quería estar cerca de mí por... por lo que puedo hacer."Mitsuki frunció el ceño, sintiendo una extraña compasión por ella. "¿Qué puedes hacer exactamente? ¿Cuál es tu habilidad?"Aura parecía dudar por un momento, pero al final, con una mezcla de vergüenza y resignación, suspiró. "Cada vez que estornudo... la gente alrededor mío, se cae o incluso... sale volando. Es como un impulso gigante. No puedo controlarlo bien, así que..." Aura bajó la mirada, con las manos nerviosas entrelazadas.Mitsuki la miró fijamente, una leve sonrisa se formó en su rostro mientras la procesaba. No podía evitar soltar una risa entrecortada. "¿En serio? ¿Eso es todo lo que puedes hacer? ¿Un estornudo gigante? ¿Qué clase de habilidad es esa? ¿Es una especie de energía explosiva?"Aura lo miró confundida, pero un poco avergonzada por la reacción. "¿No... no te parece útil?"Mitsuki se frotó la nuca, su risa disminuyó mientras trataba de comprender. "Útil... Bueno, ¿quién no querría ver a la gente volando por ahí cada vez que estornudas? Es como tener un ataque de viento sin querer. Pero... no creo que esos tipos estuvieran buscando eso."Aura, aún algo desconcertada, frunció el ceño. "¿Es que mi habilidad no vale nada?""No es eso," dijo Mitsuki, levantando las manos en señal de disculpa. "Es solo que... no entiendo qué tipo de genios piensan que pueden aprovechar algo como eso. ¿Quién carajo necesita un ejército de estornudos humanos?"Aura se quedó en silencio por un momento, sin saber si estaba más confundida o aliviada por la reacción de Mitsuki. Sin embargo, la mirada divertida de él la hizo sentir un poco menos sola.Mitsuki, viendo que ella seguía pensativa, dejó escapar una pequeña risa. "Supongo que tú y yo seríamos el equipo perfecto. Yo te lanzo a la gente con mis habilidades, y tú... bueno, los tumbarías con un estornudo. Es un combo explosivo, ¿no?"Aura lo miró con una ligera sonrisa, aunque aún algo avergonzada por su habilidad. "¿Así que piensas que es... gracioso?""Bueno, es... curioso. Es la primera vez que escucho algo como eso. Pero seguro que tienes algo más bajo la manga, ¿no?"Aura se encogió de hombros, sintiéndose un poco más aliviada por la actitud relajada de Mitsuki. "No realmente. Siempre he estado sola. Nadie ha podido enseñarme a controlarlo bien."Mitsuki asintió, ahora con una expresión más seria. "Eso va a cambiar. Nadie más te va a hacer sentir menos por algo que no puedes controlar. Si lo deseas, puedo ayudarte. No soy un maestro, pero sé lo que es estar solo."Aura levantó la mirada, viéndolo por primera vez con una mezcla de confianza y esperanza. "Gracias..."Mitsuki sonrió con una ligera mueca. "De nada, pequeña. Ahora, vámonos, tienes que volver a tu orfanato.Aura, al escuchar las palabras de Mitsuki, se quedó en silencio. Los escombros crujían bajo sus pies mientras él la guiaba hacia la salida. Sin embargo, ella no pudo evitar sentirse un poco triste."Entonces... ¿me llevarás de vuelta al orfanato?" preguntó, con una pequeña, triste sonrisa. Su voz sonaba apagada, como si ya hubiera perdido la esperanza de encontrar un lugar donde pertenecer.Mitsuki la miró con algo de sorpresa, pero su tono se suavizó. "Sí... al menos allí estarás a salvo. No es el mejor lugar, pero..." Intentó buscar las palabras correctas, pero al final se encogió de hombros. "Es lo mejor por ahora."Aura miró al suelo, su cabello desordenado cayendo sobre su rostro. "Nadie me quiere ahí. Siempre me miran raro, me apartan. Nadie quiere estar cerca de mí por... por mi habilidad."Mitsuki, al ver la tristeza en su rostro, frunció el ceño. "Oye, ya te dije que eso va a cambiar. Te lo prometo. Si quieres, podemos encontrar uno mejor. No te voy a dejar ahí sola."Aura asintió en silencio, agradecida por sus palabras, aunque no podía evitar sentir un nudo en el pecho. Quería creerlo, pero la soledad había sido una constante en su vida.De repente, un fuerte viento sopló alrededor, haciendo que ambos miraran hacia el cielo. Sin previo aviso, una figura descendió rápidamente entre las sombras de los escombros. Una mujer, imponente y con una presencia casi celestial, aterrizó frente a ellos con un fuerte impacto. Su apariencia era angelical: cabello largo y plateado, alas doradas que brillaban como el sol, y ojos fríos llenos de furia.Aura retrocedió, asustada, mientras Mitsuki se ponía de inmediato en guardia.La mujer no perdió tiempo. "¡Tú!" gritó, señalando a Mitsuki con furia. "¡Eres uno de esos secuaces de Loyd! ¿Qué quieres con la niña?"Mitsuki frunció el ceño al ver la actitud de la mujer, desconcertado por su aparición. "¿Qué diablos estás diciendo? No soy de los suyos."Pero la mujer no le dio oportunidad a hablar. Con un rápido movimiento de su mano, lanzó una ráfaga de energía que Mitsuki apenas pudo esquivar al saltar hacia un lado."¡No me engañarás! ¡Te llevaré a Loyd!" exclamó, avanzando hacia él con velocidad sobrehumana, sus alas extendiéndose en un gesto de amenaza.Mitsuki se adelantó, poniéndose en una postura defensiva mientras se preparaba para responder al ataque. "¿Te crees que me impresionarás con ese estilo angelical? ¡Yo también tengo mis trucos!"Aura, por su parte, observaba la escena sin entender del todo lo que estaba pasando. "¿Quién es ella?""Una sorpresa desagradable", dijo Mitsuki con una sonrisa burlona mientras esquivaba otro ataque. "Parece que no todos están tan felices con nuestra visita."La mujer angelical continuó atacando sin cesar, pero Mitsuki logró esquivar la mayoría de los golpes, moviéndose con rapidez y agilidad. Sin embargo, la presión de su energía era innegable."¡No me hagas perder el tiempo!" La mujer angelical rugió mientras desplegaba más energía. Mitsuki, usando sus reflejos al límite, decidió contraatacar."Lo siento, pero no tengo tiempo para jugar," dijo Mitsuki con una sonrisa desafiante. Sin embargo, él también sabía que esta pelea sería más complicada de lo que había anticipado. Ella observó con detenimiento la mano de Mitsuki, donde la gema celeste brillaba intensamente. Sus ojos se estrecharon con desconfianza, y su rostro se endureció."Esas... ¡esas son las gemas que buscaba mi maestra!" exclamó, señalando la piedra. "¡Tú la robaste!"Mitsuki frunció el ceño, desconcertado por la acusación, pero sin perder su actitud confiada. "¿Qué diablos estás diciendo? No tengo idea de qué estás hablando, pero no tengo tiempo para tus paranoias."La mujer angelical avanzó un paso más, su energía comenzando a brillar de manera más intensa, iluminando el oscuro laberinto de escombros que los rodeaba. "¡Esa gema no te pertenece! ¡No permitiré que te quedes con ella!"En ese momento, Mitsuki adoptó una postura defensiva, preparado para enfrentarse a la mujer que claramente no estaba dispuesta a escuchar razones. Pero antes de que pudiera dar el primer paso, una voz inesperada interrumpió."¡Alaska, basta!" La voz resonó con firmeza, y desde las sombras apareció una figura celestial que se adelantó con paso decidido. Era una mujer con una presencia serena pero autoritaria. Su cabello medio y celeste se movía con el viento, y sus ojos celestes brillaban con una intensidad que dejaba claro que no era alguien a quien ignorar.Alaska se detuvo al instante, girando hacia la nueva llegada, visiblemente sorprendida. "¿Qué? ¿Por qué lo detienes, Maestra Allivy? ¡Este tipo está con Loyd!"Allivy la miró, su rostro inexpresivo. "No lo sé... pero algo no cuadra. Relájate, Alaska."Alaska no pudo evitar soltar un resoplido de frustración, pero finalmente dio un paso atrás, aún con la mirada fija en Mitsuki. "¡No me olvido de ti!""Créeme que no lo harás" dijo Mitsuki, con un tono burlón y tranquilo, todo eso mientras observa con intriga a la nueva llegada. Pero lo que más le llamó la atención fue la expresión que Allivy dirigió hacia él: una mezcla de sorpresa y confusión. Como si algo, o alguien, le resultara familiar.Allivy no pudo evitar examinar a Mitsuki con más detenimiento, sintiendo una extraña conexión, pero antes de que pudiera procesar sus pensamientos, algo la detuvo. "No puede ser..." murmuró, casi para sí misma, pero suficiente para que Mitsuki lo oyera.La mujer parpadeó, como si estuviera tratando de aclarar algo en su mente. Entonces, su mirada se suavizó, pero aún había una mezcla de emociones contradictorias en su rostro. "¿Quién eres tú?" preguntó, más para sí misma que para Mitsuki. Parecía que algo le hacía falta para entender por completo lo que estaba viendo.La tensión en el aire era palpable mientras ambos se observaban. Mitsuki se cruzó de brazos, ligeramente molesto por la falta de claridad, pero su mirada no dejaba de ser curiosa. "No tengo idea de qué estás buscando, pero si no vas a pelear, ¿por qué no nos dejamos de rodeos?"En ese momento, Allivy dio un paso hacia adelante, enfocándose nuevamente en la situación. Sus ojos se fijaron brevemente en la niña, Aura, y luego regresaron a Mitsuki. La incertidumbre seguía marcando su expresión, pero algo en su interior parecía haberse movido."Aura..." comenzó a decir Allivy, mirando a la niña con algo de preocupación, como si su presencia y la situación en la que se encontraba fueran algo más profundo de lo que parecía a simple vista. Pero antes de que pudiera continuar, Mitsuki la interrumpió."¿Sabes algo de esta gema o qué?" preguntó, apuntando hacia la mano que sostenía la gema celeste.Allivy parpadeó y, por un momento, el silencio llenó el aire. Algo estaba pasando, algo que Mitsuki no entendía, pero que Allivy parecía saber. Sin embargo, Allivy se limitó a mantener su distancia, una mezcla de confusión y resolutividad en su rostro."Te lo explicaré después", dijo finalmente, mirando a Mitsuki de manera decidida. "Pero ahora, te sugiero que no hagas nada que te haga arrepentirte."Mitsuki, visiblemente molesto, frunció el ceño mientras se cruzaba de brazos. "Ya déjate de tonterías. ¿Quién eres y qué diablos fue eso?" Su paciencia estaba a punto de agotarse, y la confusión en su rostro era evidente.Allivy, aunque mantenía su expresión calmada, parecía experimentar un pequeño cambio en su actitud. Sonrió brevemente, una sonrisa que no era completamente amistosa, pero sí algo satisfactoria. Luego, sin perder el control, susurró algo a Alaska, quien la miró, sorprendida.Alaska, antes llena de hostilidad, cambió de inmediato su expresión. La sorpresa se convirtió en una mezcla de confusión y comprensión. Bajó la guardia y, aunque aún desconfiada, relajó su postura. Unos momentos de silencio pasaron, y la tensión en el aire disminuyó, aunque no desapareció por completo.Allivy se volvió hacia Mitsuki, con una mirada que combinaba autoridad y algo de simpatía. "Vinimos por lo que pasaba con la niña y por la gema... pero, creo que terminamos ganando hoy," dijo, sin mostrar signos de arrepentimiento, sino más bien un tono de logro.Mitsuki observó a la mujer, atónito. "¿Ganando hoy? ¿Qué rayos estás diciendo? Yo pensaba que Loyd era un loco, pero ustedes compiten en ese aspecto," murmuró para sí mismo, claramente más confundido que nunca.Allivy no pareció ofenderse por su tono. De hecho, estaba más tranquila que antes, como si todo estuviera bajo control. Su mirada se suavizó al ver la frustración en el rostro de Mitsuki, pero sin dejar de mostrar una curiosidad genuina."Dime, Mitsuki," dijo finalmente, su voz más suave y directa, "¿qué haces aquí?"Mitsuki se detuvo por un momento. La pregunta lo desconcertó. "¿Qué?" replicó rápidamente, casi irritado. "¿Cómo diablos todos saben quién soy de la nada? Pensaba que este trabajo de cazarrecompensas sería más... por las sombras. Algo menos... obvio."Allivy sonrió ligeramente al ver su reacción. "El mundo está más conectado de lo que crees." respondió, sin perder la compostura.Mitsuki resopló y giró la cabeza, mirando a Aura y luego a la gema. Estaba claro que había algo mucho más grande en juego que simplemente una misión. Pero, con esa mujer frente a él, y el extraño giro de los acontecimientos, no podía evitar sentir que algo lo estaba eludiendo. Algo importante.Mitsuki, todavía molesto por la situación, frunció el ceño ante las palabras de Allivy. "No, te equivocas," respondió, sin mostrar mucho interés. "Tienes mucho por saber. No estarás persiguiendo a Loyd buscando a alguien más, ¿verdad? Podría ser a tu hermana, Elisa..."En ese momento, las palabras de Allivy hicieron que todo el aire a su alrededor pareciera volverse más espeso. Mitsuki, que hasta ese entonces había mantenido una actitud confiada y desafiante, quedó completamente paralizado. Su rostro palideció por un segundo, como si hubiera recibido un golpe directo al corazón. El cambio fue instantáneo; su postura se volvió rígida, y un extraño temblor recorrió su cuerpo.Sus ojos, normalmente tan controlados, ahora mostraban algo diferente: shock. Confusión. Nerviosismo. Era como si el suelo bajo sus pies se desmoronara lentamente."Elisa... ¿qué sabes de ella?" murmuró, apenas capaz de controlar el temblor en su voz. No era la típica respuesta desafiante o arrogante de Mitsuki. Esta vez, algo mucho más profundo había sido tocado dentro de él.Allivy observó su reacción con una mirada calculadora, como si ya hubiera anticipado ese tipo de respuesta. La sonrisa en sus labios era sutil, pero estaba ahí, sabiendo perfectamente que había golpeado un punto sensible."Eso que tienes ahí, Mitsuki," continuó Allivy, señalando la gema celeste con su mirada, "y la forma en la que te comportas, no es coincidencia. Todo está conectado. Lo que pasa con esa niña, lo que te ocurre a ti, y lo que tu hermana busca... Es más grande de lo que crees."Mitsuki, aún en shock, no podía apartar la mirada de Allivy. Cada palabra que ella decía parecía calar más hondo en él. Lo que había comenzado como una misión aparentemente simple se estaba convirtiendo en algo que ni siquiera él podía entender. Y lo peor, sentía como si estuviera perdido dentro de su propio pasado, como si se le escapara algo crucial.Allivy, con una sonrisa calmada, miró a Mitsuki mientras se mantenía suspendida en el aire. Al ver la confusión en su rostro, decidió no esperar más y, antes de sentarse, miró a Alaska que seguía revisando entre los escombros del laboratorio."Alaska, busca eso en mi palacio", le dijo con una voz suave pero firme.Alaska asintió en silencio y, sin más, desapareció en un destello de energía celeste, dejando a Mitsuki aún más desconcertado.Luego, Allivy, con una calma sorprendente, formó un pequeño banquillo flotante de energía celeste a su alrededor, y se sentó con una elegancia que parecía natural. El aire a su alrededor brillaba levemente, y la luz celeste daba a la escena un tono surrealista.Mitsuki, aún intentando procesar todo lo que sucedía, la miró fijamente, incapaz de entender por qué estaba aquí ni qué estaba pasando. Allivy, observando sus ojos llenos de dudas, comenzó a hablar con una claridad que hacía que el peso de sus palabras resonara profundamente."Mi nombre es Allivy", dijo con una calma infinita, "soy la diosa de Elyria, el Cielo."Mitsuki se quedó mudo por un instante, sin saber si debía reír o escapar de todo eso. "¿Qué?" fue lo único que salió de su boca, mientras negaba ligeramente con la cabeza, como si no pudiera procesarlo."Sé quién eres, Mitsuki Sorano. Sé muy bien quiénes son tus padres y tus hermanos", continuó Allivy sin vacilar.Esas palabras hicieron que Mitsuki reaccionara de inmediato, su mente se llenó de confusión y, de alguna manera, de temor. "Eso no puede ser... No los he visto en años. Solo me queda mi hermano, pero ni él sabe nada de ellos... Nadie lo sabe", dijo con incredulidad, aún luchando por creer en lo que estaba escuchando.Allivy lo miró fijamente, como si hubiera anticipado esa reacción. "Es natural que no lo creas. El tiempo que has pasado sin saberlo tiene un propósito mayor. Tus padres... y tu hermana... han estado buscando algo mucho más grande, algo que solo tú puedes comprender."El aire alrededor de Mitsuki parecía volverse más denso a medida que esas palabras lo atravesaban. Pensó en su hermano, el único con quien aún mantenía contacto. Pero esa mención de su hermana... Elisa, una figura difusa en su memoria, era lo que más lo desconcertaba."No sé de qué hablas... Mi hermano no ha mencionado nada de eso. Nadie sabe nada... ¿Por qué nadie me lo dijo antes?" insistió, un tanto frustrado, mientras su corazón latía más rápido, sin saber si quería creer o rechazar lo que Allivy le decía.Allivy suspiró, un suspiro lleno de comprensión. "Lo que te ha pasado, Mitsuki, va mucho más allá de lo que imaginas. Todo está por ser revelado. Pero, por ahora, solo debes saber que todo lo que haces tiene un propósito."Mitsuki, aún incapaz de entender, mantuvo su mirada fija en ella, buscando alguna pista, algo que le permitiera comprender esta extraña situación. Sin embargo, la respuesta no era algo que pudiera obtener tan fácilmente.Allivy se quedó en silencio un momento antes de cambiar el tema. "Ahora, vamos a resolver lo que ocurre aquí y la razón por la que estamos involucrados. Pero lo que te espera en el futuro, Mitsuki... no es algo que puedas prever aún."Mitsuki un poco asustado piensa: "¿Será real todo lo que me dice? No entiendo por qué, pero de alguna manera me transmite confianza y tranquilidad... Esta mujer... ¿qué significa todo esto?"Justo en ese momento, Alaska regresó, irrumpiendo en la escena con una nueva presencia en sus manos. Parecía haber ido a algún lugar, aunque Mitsuki no había notado su ausencia. Sin decir una palabra, Alaska sacó algo de entre sus pertenencias: un cuadro pequeño, de tamaño justo para ser manejado con una sola mano. Lo giró frente a Mitsuki sin prisa, como si se tratara de un momento esperado.Mitsuki miró la imagen con desconcierto, al principio sin comprender de qué se trataba. Era una selfie. En la foto, Allivy sonreía de forma cálida, mientras Mitsuki, con solo dos años, estaba a su lado. En la imagen también aparecían sus padres, que a pesar de no ser tan jóvenes, lucían frescos y llenos de vida, y al fondo, su hermana mayor, a quien no veía desde hacía años, junto a su hermano. La escena parecía tomada en un día soleado, en lo que era claramente un recuerdo familiar.Mitsuki no pudo más que quedarse allí, inmóvil, mirando el cuadro en shock. ¿Qué... qué es esto? pensó, su mente estallando de preguntas mientras sus ojos se fijaban en la foto, tratando de encontrar una explicación. La figura de Allivy en la foto, en medio de su familia, lo desconcertaba aún más."¿Cómo...?" Murmuró Mitsuki, sin poder encontrar palabras.Allivy no respondió de inmediato. Solo observó a Mitsuki, quien se encontraba completamente atónito, y entonces dejó que el silencio llenara el espacio entre ellos.Alaska, con una mirada significativa, dejó que la imagen hablara por sí misma. Mitsuki, con la mente hecha un torbellino, no sabía cómo procesar la información. ¿Realmente era esa su familia? ¿Y por qué Allivy estaba en la foto con ellos?