Chereads / Saigo No Yami (Versión en Español) / Chapter 5 - El Prodigio Caído

Chapter 5 - El Prodigio Caído

- "Finalmente, Mitsuki se enfrenta a aquel desafío inesperado que pone a prueba sus límites. En una batalla épica contra Gisi, descubre un poder oculto y se enfrenta a la verdad sobre su destino. Pero cuando creía que todo había terminado, una revelación impactante sobre su hermana lo deja sin palabras. ¡No te pierdas el giro inesperado en este capítulo lleno de acción y sorpresas!"-Mitsuki mantenía su usual sonrisa confiada mientras observaba a Gisi, que lo miraba con una mezcla de sorpresa y diversión. A pesar de sus comentarios, que intentaban ponerlo tenso, Mitsuki no se inmutaba en absoluto. Incluso se permitió una ligera risa, lo que solo aumentó la incomodidad de Gisi.—¿Con que quieres pelear conmigo? —preguntó Mitsuki, dejando escapar una risa despreocupada.Gisi lo observó en silencio, los ojos entrecerrados. Esa reacción era completamente inesperada, pero de alguna manera, le agradaba. Parecía que Mitsuki no tomaba en serio nada de esto, y eso, en lugar de incomodarla, parecía retarla aún más.—¿No escuchaste? —respondió Gisi, sonriendo con picardía—. No te hagas muchas ilusiones, no soy tan fácil como aparento.Mitsuki se acomodó ligeramente, poniendo sus manos en los bolsillos con una sonrisa ladeada.—Espero que Allivy no se moleste por golpear a su hija —dijo con tono relajado—. Aunque, si te trajo a ti y no a ella misma, debe ser por algo, ¿no?Gisi soltó una pequeña risa. Claro que entendía el juego de Mitsuki, pero eso no la haría desviar la mirada de la pelea.—Mi madre no puede pelear —respondió Gisi, sin perder la sonrisa.Mitsuki frunció el ceño ligeramente, sin entender del todo la respuesta.—¿Cómo? —dijo, dejando escapar una risa nerviosa—. Desde que la vi, supe que débil no era. Allivy tiene un montón de trucos extraños, ¿por qué no tendría unos para pelear contra mí?Gisi lo miró con una calma casi desconcertante, su tono cambiando a uno un poco más serio.—No es eso —respondió ella, su mirada fija en él—. Ella tiene otros límites, otros tipos de restricciones... En su posición como Celestial, hay cosas que simplemente no puede hacer desde hace un tiempo. Pero todas esas dudas, las dejaremos para más adelante.Mitsuki se quedó en silencio, intentando asimilar las palabras de Gisi, pero su mente seguía dándole vueltas a lo que había dicho. No podía entender por completo, pero lo que sí sabía era que debía mantener la calma. Lo que estaba por venir no iba a ser algo fácil.Finalmente, rompió el silencio con un tono más desafiante.—Esta será mi primera pelea contra una diosa... No me decepciones, Gisi —dijo, su voz más seria, aunque la sonrisa seguía en su rostro.La expresión de Gisi cambió ligeramente, un destello de rabia asomó en sus ojos por un segundo. Sin embargo, mantuvo la calma, dejando que su sonrisa traviesa tomara el control.—No me subestimes —respondió, su tono cargado de desafío—. No se me olvidará luego.El aire se tensó, y la atmósfera de aquel lugar azulado comenzó a volverse densa mientras los dos se preparaban para lo que sin duda sería un enfrentamiento inolvidable.Con un ligero movimiento, Mitsuki se lanzó hacia adelante, sus pies apenas tocando el suelo antes de desaparecer de la vista de Gisi. La velocidad a la que se movió fue tal que la luz de su figura dejó una estela de destellos morados en el aire, apenas perceptibles para los ojos de la celestial. En un parpadeo, apareció detrás de ella, disparando una patada llena de energía concentrada.Gisi, sin embargo, no reaccionó con sorpresa. Con un movimiento rápido, giró sobre sí misma y, usando una de sus esferas de luz flotantes que parecía cristal, desvió el golpe con precisión. La patada de Mitsuki se desvió, pero la onda de choque hizo que el aire a su alrededor se distorsionara, creando una pequeña ráfaga de energía que cortó la distancia por donde pasó.Mitsuki, al notar el impacto fallido, no se detuvo. Con una sonrisa, comenzó a deslizarse por el aire con una agilidad asombrosa, su cuerpo moviéndose como si fuera parte de la misma energía. La batalla se estaba calentando y Mitsuki no iba a dejar que Gisi tomara la delantera.—¡Vamos, Gisi, demuéstrame más! —gritó mientras volvía a desaparecer en un destello de luz morada, moviéndose de nuevo con la misma velocidad. Apareció frente a ella esta vez, esta vez con una serie de rápidos puñetazos dirigidos a las defensas de la celestial.Gisi, consciente de que su oponente no dudaba en atacar con rapidez y precisión, elevó ambas manos hacia el cielo. La energía a su alrededor comenzó a concentrarse, sus esferas de luz formando una barrera protectora que bloqueó cada golpe de Mitsuki. Sin embargo, la velocidad y la fuerza de los ataques eran tales que las esferas comenzaron a agrietarse, emitiendo destellos de luz como si fueran pequeñas estrellas a punto de explotar.Mitsuki aprovechó esa brecha para alejarse momentáneamente. Su respiración era ligera, pero sabía que la diosa frente a él no se rendiría tan fácilmente. Con un leve movimiento de su muñeca, concentró más energía dentro de su cuerpo, creando una nueva distorsión en el aire.—¿No me vas a atacar? —dijo Mitsuki con tono burlón mientras se adelantaba nuevamente, esta vez lanzando un golpe directo hacia la barrera de Gisi.En ese momento, Gisi, con una rapidez impresionante, liberó una explosión de luz cegadora, creando una onda de energía expansiva que intentó empujarlo hacia atrás. Mitsuki, sin embargo, no se dejó atrapar tan fácilmente. Usó su Cluster Repel para generar una esfera de energía compacta alrededor de él, absorbiendo la explosión de energía de Gisi, mientras la proyectaba hacia el aire.El impacto hizo que todo el campo vibrara, pero no pasó mucho tiempo antes de que Mitsuki apareciera de nuevo en el campo de batalla. La expresión de Gisi había cambiado, su rostro se había endurecido por la tensión de la pelea, pero Mitsuki sentía que su oponente aún guardaba más sorpresas.—Definitivamente no estás nada mal —admitió Mitsuki, mientras se preparaba para el siguiente movimiento. —Pero eso no significa que vaya a ganar.Gisi no respondió de inmediato, su mirada estaba fija en él. El entorno a su alrededor comenzó a cambiar, las esferas de luz flotantes comenzaron a girar más rápido, formando un torbellino a su alrededor. La energía aumentaba, y Mitsuki podía sentir cómo la presión comenzaba a apoderarse del ambiente.De repente, Gisi levantó las manos, liberando una gran cantidad de energía que formó una gigantesca esfera de luz celestial, más grande que todas las esferas anteriores. El aire se tornó espeso, vibrante, y una sensación de peligro inminente envolvió a Mitsuki.—¿Esto es todo lo que tienes?, ¿Pelotitas? —dijo Mitsuki, confiado, pero con una ligera chispa de concentración en su mirada.Con una sonrisa desafiante, Gisi lanzó la esfera hacia él, y Mitsuki, sin pensarlo dos veces, activó su habilidad Espejos de Alma. En un destello morado, su cuerpo se distorsionó y, en un parpadeo, Mitsuki se duplicó, creando una ilusión de sí mismo que comenzaba a rodear la esfera de energía.La esfera de Gisi se acercó rápidamente, iluminando todo a su paso, pero los espejos de Mitsuki se hicieron pasar por una serie de ataques. Con cada reflejo, la esfera parecía dividirse, pero no impactaba al verdadero Mitsuki. Finalmente, mientras los reflejos dispersaban la energía, Mitsuki apareció detrás de Gisi, con su cuerpo cargado de energía y una sonrisa de determinación en el rostro.—Creo que ahora, Gisi, puedo decir que quizás lo voy a dar todo. —Murmuró, mientras se preparaba para su siguiente movimiento.La tensión en el aire aumentó, y ambos guerreros sabían que estaban a punto de enseñar más de sus fuerzas. Pero ninguno de los dos parecía dispuesto a rendirse.Allivy estaba en lo que parecía ser su palacio, ubicada en Ectiviland, el aire estaba cargado de una calma desconcertante, emanaba una energía tranquila pero densa. Alaska, de pie frente a Allivy, observaba a la diosa celestial con una mirada curiosa, preguntándose qué pensaba sobre la pelea en curso.Alaska, con su tono habitual, rompió el silencio.—Maestra Allivy... ¿cómo van?Allivy, sin apartar la vista del mirador hacia la ciudad de Ectiviland, le respondió con una sonrisa tranquila, como si todo estuviera bajo control.—Van... demasiado bien.Alaska la miró, buscando alguna pista en su rostro, pero Allivy seguía calmada. La diosa celestial parecía disfrutar del momento, de la situación, como si supiera algo que ella no. Alaska no pudo evitar preguntarse si realmente todo estaba bien, o si Allivy tenía algún otro propósito oculto en mente. No fue hasta que su mirada se posó nuevamente en la figura serena de Allivy, disfrutando de su bebida, que se dio cuenta de que no recibiría más detalles.—Quiero ver cómo resulta esto —dijo Allivy en tono relajado—. Ambos son fuertes, y Mitsuki tiene mucho potencial, aunque creo que aún no lo sabe del todo. Es un enfrentamiento interesante.Alaska frunció el ceño, sin saber qué esperar de esa pelea. A pesar de las palabras de Allivy, había algo en su actitud que lo inquietaba. Allivy no parecía tener prisa ni nervios. Al contrario, parecía disfrutar de la lucha como si fuera parte de un juego.Mientras tanto, en el campo dentro de la Prismargia, donde la pelea seguía desarrollándose, Mitsuki no dejaba de observar a Gisi con atención. La energía vibrante dentro de ellos solo aumentaba, y a pesar de la tensión, Mitsuki mantenía una calma inquietante. Su sonrisa confiada mostraba que no tenía miedo de lo que venía, pero su mente estaba concentrada. Sabía que este combate era más complejo de lo que parecía.Por un instante, Mitsuki se permitió pensar en sus habilidades. Esa extraña sensación de poder acumulado dentro de sus ojos, el destello morado en sus pupilas. La energía de su Ojos púrpuras brilló fugazmente, pero inmediatamente se detuvo. Sintió el poder en su interior, sabiendo lo que podría hacer con él, pero en ese momento, la decisión no era tan simple. No quería usar esa habilidad, no quería destruir a Gisi. No quería matarla porque no era una pelea hecha para llegar a eso.—"No lo haré. No debería," pensó, mientras su energía comenzaba a estabilizarse.El resplandor morado en sus ojos desapareció tan rápidamente como apareció. Mitsuki había decidido que no iba a usar todo su poder en esta pelea. Podía sentirlo, estaba en sus manos, pero su sentido de control y moderación prevaleció. Miró a Gisi, manteniendo su postura. No era tiempo de acabar la pelea, no aún.Mientras tanto, Gisi no perdía de vista a Mitsuki. La tensión entre ellos seguía creciendo. Mitsuki se había detenido momentáneamente, lo que le dio a Gisi la oportunidad perfecta para atacar, pero la sorpresa estaba en la calma del chico. Sabía que Mitsuki no se dejaba llevar por impulsos, sino que se estaba guardando algo para un momento más oportuno.Sin embargo, Gisi no se dejó intimidar. Ella, como una Celestial, tenía sus propios recursos. Su energía comenzaba a agitarse mientras se preparaba para la siguiente ofensiva.La batalla continuaba.Con un ligero movimiento, Mitsuki se lanzó hacia adelante, aprovechando un momento de distracción de Gisi. El suelo debajo de él resonó con la fuerza de su velocidad, y a pesar de la calma que trataba de mostrar, el aire a su alrededor comenzó a distorsionarse por la intensidad de su energía. Con su mano derecha extendida hacia adelante, parecía que iba a asestar un golpe directo, pero Gisi no se movió, confiada en que lo evitaría con facilidad.De repente, Mitsuki hizo un giro rápido en el aire, desintegrando cualquier rastro de su presencia hacia la derecha, y apareció justo detrás de Gisi. Los ojos morados de Mitsuki brillaron por un instante, pero no llegó a usar su Ojos púrpuras. En su lugar, lanzó un golpe preciso, dirigido al costado de Gisi, pero ella se deshizo en una ráfaga de luz antes de que lo alcanzara.Gisi se materializó un par de metros más allá, sus ojos brillando con desafío, y su sonrisa no se desvaneció ni un poco.—Eso estuvo muy cerca —comentó, y de inmediato comenzó a formar esferas de energía que giraban a su alrededor.Mitsuki no perdió el tiempo. Aceleró hacia ella una vez más, pero esta vez, Gisi anticipó su movimiento y disparó una serie de flechas de energía luminosa. Mitsuki las esquivó con agilidad, haciendo giros rápidos y saltando de un lado a otro, mientras las flechas chisporroteaban a su alrededor.La velocidad de Mitsuki era impresionante, pero Gisi parecía estar disfrutando de la batalla, su habilidad para manipular la energía la hacía impredecible. Cada vez que Mitsuki intentaba adelantarse, Gisi se desmaterializaba y volvía a aparecer en otra ubicación.Mitsuki respiraba con tranquilidad, pero algo en su interior le decía que debía cambiar su enfoque. De repente, miró a Gisi fijamente, como si pudiera ver más allá de la batalla misma. Recordó que no quería derrotarla con todo su poder, pero la pelea se estaba volviendo más complicada.—¿De verdad crees que puedes ganar solo luciéndote? —le preguntó Gisi, notando el cambio en la actitud de Mitsuki. Ella se lanzó hacia él de nuevo, formando una esfera de energía descomunal en sus manos.Mitsuki pensó por un momento, y la energía en sus ojos comenzó a tomar una forma más concentrada. Intuía que si usaba la Desintegración de sus ojos, la pelea terminaría en un instante. Pero no quería eso. Algo dentro de él sentía que necesitaba enfrentarla sin recurrir a la destrucción.—No lo sé —respondió él, con una sonrisa desafiante, y mientras Gisi disparaba su energía, Mitsuki la esquivó con un movimiento rápido y fluido, acercándose a ella.En un instante, Mitsuki ejecutó un giro que desvió la dirección de la esfera de energía, haciendo que esta explotara en una ráfaga controlada que iluminó el aire con destellos de colores brillantes. La energía resonó, pero no afectó a ninguno de los dos de manera significativa. En lugar de lanzarse hacia atrás como Gisi esperaba, Mitsuki se acercó aún más y, aprovechando su rapidez, la tomó por sorpresa.Mitsuki soltó un golpe directo a su abdomen, pero Gisi lo detuvo con su barrera de energía celestial, la cual brillaba en tonos rosados. A pesar de la defensa, el impacto hizo que Gisi retrocediera un par de pasos, y su rostro, aunque sonriente, reflejaba algo de sorpresa por el poder de Mitsuki.—Parece que no me subestimaste tanto como pensaba —dijo Gisi, mientras una chispa de energía brillaba en sus manos.Mitsuki no contestó, ya que estaba concentrado en sus movimientos. Su objetivo no era derrotarla, sino encontrar una forma de igualar su poder y, al mismo tiempo, controlar sus emociones. Sintió la energía fluir por su cuerpo, y el destello en sus ojos se intensificó, pero se forzó a mantener la calma.Con una rápida patada hacia el aire, Mitsuki desapareció momentáneamente, solo para aparecer encima de Gisi en un parpadeo. Sin embargo, Gisi ya estaba lista. En un movimiento rápido, creó un campo de fuerza a su alrededor, rodeándose con esferas de luz pura. Mitsuki pudo ver cómo se preparaba para una contraofensiva.En ese momento, Mitsuki comprendió que la pelea no sería fácil, pero tampoco quería ganar de una manera tan destructiva. No podía usar sus habilidades al máximo si quería evitar dañar a su oponente. Sin embargo, había algo dentro de él que sabía que, tarde o temprano, tendrían que llegar a un acuerdo, y el combate, aunque serio, debía llegar a su fin sin que ninguno de los dos resultara gravemente herido.En ese instante, Mitsuki dejó escapar una sonrisa confiada.—Supongo que ahora viene lo mejor —musitó.Gisi, escuchándolo, se preparó para lo que vendría, sabiendo que la batalla todavía no había alcanzado su clímax.La tensión seguía creciendo.El aire parecía vibrar alrededor de ellos, tanto por la energía que ambos liberaban como por la presión del combate. Los movimientos de Mitsuki y Gisi eran casi imposibles de seguir para un ojo común, cada golpe, cada esquiva, eran una explosión de velocidad y reflejos. Ambos sabían que estaban jugando en la cuerda floja; uno podría ganar en cualquier momento, y las consecuencias de cualquier error serían fatales.Mitsuki se movió de nuevo, sus ojos morados brillando intensamente mientras concentraba energía en sus pupilas. Gisi, al igual que antes, se anticipó a su movimiento, pero esta vez, Mitsuki no atacó directamente. En su lugar, realizó un golpe aparentemente innecesario hacia el lado, un desvío que confundió a Gisi por un momento.Aprovechando esa pequeña vacilación, Mitsuki se giró rápidamente, buscando la apertura. Gisi, sin embargo, fue aún más rápida esta vez. De un salto hacia atrás, se alejó, y con una sonrisa en su rostro, lanzó una serie de dagas de energía celestial hacia Mitsuki. Las dagas eran rápidas, pero él no se quedó atrás. Con un solo movimiento, utilizó su habilidad de Espejo de Alma para hacer que las dagas se reflejaran en un ángulo imposible, desviándolas hacia las paredes de cristal que había en aquella zona de la Prismargia.La batalla se estaba intensificando. Gisi avanzaba y retrocedía con fluidez, como una sombra que nunca se dejaba atrapar. Mitsuki, sin embargo, parecía estar jugando un juego diferente. Cada vez que Gisi intentaba rodearlo, Mitsuki estaba allí, anticipando sus movimientos, adaptándose al ritmo. Sin embargo, ambos comenzaban a mostrar signos de desgaste. La pelea había durado más tiempo del que ninguno de los dos había anticipado, y los sudores fríos comenzaban a caer por sus frentes.Gisi dio un paso hacia adelante, un poco más lento que antes. La concentración en su rostro indicaba que ya no estaba tan segura de que pudiera seguir el ritmo. Mitsuki notó esto inmediatamente y, en lugar de apresurarse a atacar, comenzó a medir sus propios movimientos, buscando esa brecha que sabía que finalmente aparecería.(Narrador). Mitsuki no había dejado de moverse, pero lo hizo más lentamente, casi como si estuviera esperando algo. Gisi, en su impulsividad, lanzó un golpe directo hacia su rostro, buscando sorprenderlo con un ataque rápido. Pero Mitsuki ya había anticipado esto.(Narrador). El Espejo de Alma de Mitsuki brilló con intensidad. En lugar de simplemente esquivar el golpe, Mitsuki lo reflejó de una manera que alteró la trayectoria de la energía, creando una ola de distorsión frente a él. La onda de energía obligó a Gisi a retroceder rápidamente, pero fue demasiado tarde para evitar un pequeño desequilibrio. En su prisa por alejarse de la onda, tropezó ligeramente con una roca flotante cercana.(Narrador). Fue una fracción de segundo, pero esa fracción de segundo fue suficiente para que Mitsuki viera la oportunidad. Con una velocidad imparable, se lanzó hacia adelante, su cuerpo moviéndose en una estela morada. Gisi intentó girar y prepararse para defenderse, pero su reflejo estaba ya distorsionado por el error de su tropiezo.¡Zas!(Narrador). Mitsuki apareció justo frente a ella, y en el mismo instante en que Gisi intentaba reaccionar, un destello de energía morada iluminó sus ojos. La sorpresa fue tan grande que Gisi no tuvo tiempo de bloquear. Un golpe directo al torso de Gisi, no en su forma física, sino en la proyección mental de su defensa, hizo que ella perdiera el control momentáneamente.El golpe fue tan preciso que no hubo explosión ni una onda de choque evidente. Era un golpe con el Espejo de Alma, donde Mitsuki había usado la distorsión para desestabilizarla mentalmente. Aquel instante de confusión fue todo lo que necesitaba.Gisi cayó en la orilla de un lago de la Prismargia, con su cuerpo ligeramente desequilibrado. Un suspiro de sorpresa escapó de sus labios mientras intentaba recuperarse, pero el daño estaba hecho. El golpe no la había dejado completamente fuera de combate, pero la desventaja era evidente. Su respiración se volvía más pesada, y su cuerpo comenzaba a perder la sincronización que había tenido al principio.Mitsuki se quedó de pie, observando a Gisi caer con su mirada fija. Un pequeño remolino de energía comenzó a formarse a su alrededor, pero no lo dejó tomar forma completa. Él se detuvo, observando, sin saber si era el momento adecuado para actuar.—¿Te encuentras bien? —preguntó, sin perder la calma. No quería verla completamente derrotada, pero sabía que no podía seguir dando tregua.Gisi, con una sonrisa fatigada, levantó la vista. Aunque su cuerpo estaba débil, su determinación seguía intacta.—Definitivamente... ya veo por qué mamá te escogió para ser un prodigio, eres alguien increíble... Mitsuki —dijo, con un brillo en sus ojos. Su sonrisa era un poco forzada, pero había una admiración sincera en sus palabras—. Fue un placer.Mitsuki asintió. El peso del combate estaba sobre sus hombros, pero sentía la satisfacción de haber ganado con estrategia, no con pura fuerza bruta. Se agachó y extendió su mano hacia ella, levantándola con cuidado.—Me causaste muchos problemas, Lo siento por la sorpresa, Gisi —dijo, mientras la levantaba—. No quería hacer que terminara así.Gisi aceptó la mano de Mitsuki, sonriendo levemente.—No te preocupes, no esperábamos menos de alguien como tú. Aunque me hubiese gustado ver esas dos habilidades que dicen que tanto caracterizan. —dijo, con una mirada desafiante pero respetuosa. Y con eso, la luz brillante de Prismargia comenzó a envolver su figura, desvaneciéndose lentamente en el ambiente azulado.Mitsuki se quedó allí, mirando la figura de Gisi desaparecer, su respiración más tranquila pero con una sensación extraña de que esa victoria era solo el comienzo de algo mucho mayor.Mitsuki se quedó allí, respirando profundamente mientras miraba hacia donde Gisi desaparecía, aún sin creer lo que acababa de ocurrir. Un pequeño suspiro escapó de sus labios mientras su cuerpo comenzaba a relajarse tras el combate. Pero su mente seguía activa, procesando todo lo sucedido."Si así es la hija, la madre... debe ser exageradamente fuerte... en verdad tienes muchos misterios, Allivy" pensó mientras observaba a su alrededor, sintiendo la vibrante energía de la Prismargia que aún fluía por el aire. Las cascadas seguían brillando, los islotes flotantes chisporroteaban como si fueran estrellas, y el suelo de cristal parecía susurrar secretos a medida que se iluminaba bajo sus pies.De repente, una extraña luz comenzó a brillar desde arriba, algo que no había notado antes. Era como si un rayo de sol, concentrado y puro, se dirigiera directamente hacia él. La intensidad de su resplandor era tal que, aunque sus ojos se entrecerraban, no podía dejar de mirarlo. La luz parecía envolverlo lentamente, como si lo estuviera llamando hacia ella, secando un poco el sudor que aún cubría su frente."Un poco más y me quedo ciego..." pensó Mitsuki, con una mezcla de confusión y curiosidad.Con una sonrisa torcida, mirando hacia arriba, hizo una broma mientras se acomodaba la camisa con un gesto divertido.—Después de tanto espero que esto sea una limpieza facial o algo así...—bromeó, pero en su tono había algo de admiración. Se frotó los ojos con un par de dedos y, al abrirlos, se dio cuenta de que la luz se estaba intensificando aún más.El ambiente alrededor de él comenzaba a cambiar. Los colores de la Prismargia, tan vivos y vibrantes, comenzaron a transformarse aún más. Lo que antes parecía un paisaje surrealista de cascadas flotantes y cristal de colores, ahora parecía cobrar vida propia. Flores gigantes comenzaban a brotar del suelo a su alrededor, y brillaban con una intensidad que lo envolvía por completo. Los árboles y las plantas emanaban una suave luz que cambiaba con el ritmo del viento, como si la propia naturaleza de este lugar estuviera respirando."Wow... ¿Esto es parte de la misión?" murmuro Mitsuki, todavía sorprendido. Se dio una vuelta, observando cómo el entorno comenzaba a adaptarse a la nueva energía que surgía de la luz.Una sensación extraña se apoderó de él. No era miedo, sino más bien una sensación de curiosidad infinita, como si todo el entorno estuviera dispuesto a revelarle algo profundo. Algo que no podía comprender del todo, pero que intuía. Sin pensarlo demasiado, sintió que su cuerpo empezaba a moverse hacia arriba y al centro de la luz. Fue como si estuviera siendo guiado, y en lugar de resistirse, simplemente se dejó llevar.El campo de energía que lo rodeaba se hacía más denso, como si la misma luz que lo envolvía tuviera una conciencia propia. El suelo bajo sus pies se iluminaba más intensamente, y su respiración se calmó por completo. Cada partícula en el aire parecía tener un propósito, una intención. Mitsuki cerró los ojos por un momento, dejando que la sensación lo envolviera, dejando que sus pensamientos se despejaran.La luz lo rodeó completamente. Sintió cómo su cuerpo comenzaba a flotar, como si el suelo ya no tuviera poder sobre él. No estaba seguro de qué sucedía, pero algo en su interior le decía que debía dejarse fluir. La tensión del combate se desvaneció por completo y fue reemplazada por una profunda sensación de paz. Disfrutó de cada momento, de cada cambio en el aire, de cómo la energía de la Prismargia lo tocaba. Era como si, por fin, su alma pudiera respirar.A pesar de la extraña sensación de ser abducido por la luz, Mitsuki no luchó. No trató de entenderlo. En lugar de eso, simplemente disfrutó de la experiencia, como un espectador dentro de un sueño interdimensional. Todo era demasiado hermoso, demasiado extraño para ser real, pero algo en su ser le decía que debía abrazar ese momento."Quien sabe que esté pasando ahora pero se siente tan bien..." pensó mientras la luz lo rodeaba más y más, dejando atrás la batalla y cualquier preocupación que pudiera tener. El lugar de la Prismargia no solo era un campo de combate. Era un lugar de cambio, de transformación. Algo importante estaba por suceder.De repente, la luz que antes lo envolvía de manera cálida y suave, comenzó a intensificarse de una manera sorprendentemente violenta. La energía lo atrapó con tal fuerza que Mitsuki apenas tuvo tiempo de reaccionar. Fue como si la luz se hubiera transformado en una fuerza imparable, una corriente de energía que lo arrastraba con furia hasta la superficie. Las rocas y la tierra bajo sus pies se desmoronaban mientras la luz lo arrastraba a través una cueva superior, chocando contra paredes y superficies duras en su camino."¡¿Esto no era algo inofensivo?! ¡¿Ahora qué?!" gritó Mitsuki, intentando resistir el tirón de la energía. Cada vez que intentaba frenar su avance, la luz lo empujaba con más fuerza, como si tuviera vida propia, arrastrándolo a través de la cueva con una velocidad y violencia inusitada. La superficie de la cueva pasó volando ante sus ojos mientras la energía lo llevaba, empujándolo hacia la salida con una brutalidad que le hizo perder el aliento.Finalmente, con un estallido de luz, fue lanzado violentamente de ahí, atravesando la entrada y saliendo disparado hacia la superficie.Cuando finalmente aterrizó, se quedó tendido en el suelo, respirando agitadamente, con los ojos fijos en el cielo, con raspones por todo el cuerpo y repleto de tierra. Pero no tuvo ni un momento para procesarlo. Apenas se incorporó, vio una figura familiar acercándose rápidamente.Alaska apareció de repente frente a él, su expresión mezcla de sorpresa y arrepentimiento. No estaba sola. A su lado, Allivy parecía igual de sorprendida, pero con una mano en la cara, como si intentara ocultar una expresión de incomodidad.—¡Mitsuki! —exclamó Alaska, con un tono que mostraba claramente que algo había salido muy mal. Parecía a punto de llorar de frustración.Mitsuki, todavía con la respiración agitada, se levantó con dificultad, dejando escapar una mezcla de exasperación y enfado.—¡¿Qué putas fue eso?! ¡Comí tierra! —gritó, mirando enojado a Alaska. —¡¿Qué mierda te pasó con esa técnica?! Me arrastraste por todo el maldito lugar como si fuera un topo!Alaska dio un paso atrás, con los ojos llenos de disculpas, pero su expresión era casi cómica, como si quisiera llorar ante lo mal que había salido todo.—Yo... lo siento... no sabía que la luz iba a... hacer eso... —balbuceó, claramente avergonzada, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.Allivy, que hasta ese momento se había quedado en silencio, se adelantó para intervenir. Con una sonrisa amable, se acercó a Mitsuki, que aún estaba frotándose la cabeza por el dolor de la caída.—Mitsuki, relájate. No fue intención de Alaska hacerte daño. —dijo Allivy mientras limpiaba la tierra y las heridas superficiales en la ropa de Mitsuki. —A veces las técnicas tienen... imprevistos. Ella no lo controló bien.Mitsuki la miró con escepticismo, pero no pudo evitar relajarse un poco cuando Allivy le ofreció una mirada tranquilizadora. La cura de las heridas parecía ser rápida y eficaz, como si tuviera un toque que aliviaba cualquier dolor.—¿imprevistos dices? —dijo, arqueando una ceja mientras la luz de la técnica comenzaba a disiparse. —¡¿Imprevistos?! Si eso me hubiese arrastrado un segundo más, me habría convertido en pasta!Allivy rió suavemente y asintió con simpatía. —Sí, a veces estas cosas tienen su... forma particular de sorprendernos. Pero lo importante es que cumpliste tu misión, ¿o no?Mitsuki resopló, pero su enojo se fue disipando poco a poco. —Bueno, sí... pero todo fue una locura. —dijo, agachando la cabeza con una sonrisa irónica.Alaska, aliviada de que Mitsuki no estuviera realmente enfadado, dio un paso hacia él, sonrojándose un poco mientras se disculpaba una vez más.—Te prometo que no volverá a suceder... —dijo, casi avergonzada, pero aún con una sonrisa preocupada en su rostro.Mitsuki suspiró y se frotó la cabeza. —Lo que sea, Alaska... Solo no hagas que me arrastre como una maldita cuerda otra vez, porfavorAlaska asintió rápidamente, aliviada, mientras Allivy solo sonreía ante la escena. La tensión finalmente se disipó, y la atmósfera volvió a relajarse, aunque los ecos de la inesperada tormenta de energía quedaban flotando en el aire.Allivy, con una sonrisa amplia y brillando de entusiasmo, sacó una pequeña medalla de su túnica. Era una medalla celeste, con un diseño sencillo pero adorable: una pequeña carita feliz. Con una mirada juguetona, la sostuvo frente a Mitsuki y, en un movimiento casi teatral, le prendió la medalla en el centro de su camisa negra con líneas moradas.—¡Y ahí lo tienes! —exclamó Allivy con un tono animado y algo infantil, mientras sus ojos brillaban con satisfacción. —¡Reclutado el segundo prodigio!Alaska, no queriendo quedarse atrás, se unió a la celebración, levantando las manos con una sonrisa tan grande que parecía que iba a saltar de felicidad. Sus movimientos eran gráciles y llenos de emoción, como si estuviera celebrando una victoria escolar. Era casi como si ambas, a pesar de la seriedad del momento, fueran dos niñas jugando a tener un gran logro.—¡Sí, ya lo tenemos! ¡Lo logramos! —dijo Alaska, su voz llena de entusiasmo, mientras daba un pequeño salto y chocaba las manos con Allivy en un gesto festivo.Mitsuki, parado entre ellas, se quedó en silencio por un segundo, completamente rojo. Su rostro mostraba una mezcla de incomodidad y confusión. No esperaba que el "reclutamiento" fuera tan... extraño.—¿Qué rayos hacen? —dijo, la vergüenza claramente marcando su tono.El calor en sus mejillas aumentó, y sus ojos se entrecerraron ligeramente. No estaba acostumbrado a esta clase de entusiasmo juvenil, mucho menos cuando la celebraban de una manera tan... efusiva."¿Realmente tienen miles de años?" pensó Mitsuki, mirando con incredulidad a las dos mujeres que lo rodeaban. A pesar de sus poderes impresionantes y su conocimiento aparentemente profundo, en esos momentos actuaban como dos niñas traviesas jugando a un juego.Alaska, al ver la expresión de Mitsuki, se echó a reír, y su risa era ligera y contagiosa, como la de una niña que acaba de recibir su premio favorito.—¡Lo siento, Mitsuki! Solo es que, bueno... ¡es una gran noticia para nosotras! —dijo, tratando de calmarse, pero sus ojos seguían brillando con emoción.Allivy también se rió suavemente, aún con una sonrisa juguetona en su rostro.—Sí, sí... No es todos los días que encontramos a un prodigio y se une a nuestra causa. —dijo, riendo entre dientes. —Así que ya sabes, ¡te estamos celebrando con todo lo que tenemos!Mitsuki no pudo evitar una pequeña sonrisa, a pesar de sentirse un poco incómodo con el momento. Era difícil no ser contagiado por su entusiasmo, y aunque su cara seguía ligeramente sonrojada, no pudo evitar sentirse un poco halagado.—¿Prodigio, eh? —murmuró en voz baja, con un suspiro. —Supongo que a poca gente se le podrá llamar así.Allivy, viendo su sonrisa tímida, dejó escapar una risa más suave y le dio una palmadita en la espalda.—¡Claro que sí! Y con esa muestra, ¡estás oficialmente incorporado!Alaska, por su parte, no dejó de hacer saltitos alrededor de ellos, como si el simple hecho de tener a Mitsuki en su "equipo" fuera el mayor logro de su vida.Mitsuki, mientras tanto, pensó con una sonrisa irónica: "¿Cómo terminé aquí? Hace pocos días estaba viviendo en techos de edificios ajenos"Y aunque la vergüenza seguía marcando su rostro, en el fondo sentía que tal vez este puesto podría ser más interesante de lo que había imaginado.Mitsuki, con el cansancio comenzando a tomarle, se dejó caer hacia atrás, acostándose sobre el pasto de la padrera. Un suspiro escapó de sus labios mientras miraba al cielo celeste, más al fondo la figura de la isla flotante de Ectiviland, comenzando a relajarse por fin tras la agitada pelea.Pero de repente, algo cruzó por su mente y se incorporó rápidamente, mirando fijamente a Allivy.—Espera... Dijiste "segundo prodigio"? —dijo, un poco confundido, mientras se frotaba la cabeza. —¿No soy el fundador?Allivy, sin mostrar ninguna duda, sonrió de forma confiada y cruzó los brazos, como si ya hubiera anticipado la pregunta.—No, no lo eres. —respondió con una sonrisa traviesa.Mitsuki frunció el ceño, sintiendo una oleada de sorpresa y confusión recorrerlo. Pero antes de que pudiera decir algo más, Alaska, que estaba todavía emocionada por la situación con su energía imparable, se detuvo repentinamente y, con una sonrisa amplia, le soltó la bomba.—¡Es tu hermana, Elisa! —dijo con una risa traviesa en sus labios.Mitsuki, completamente atónito, se quedó en silencio por un momento, procesando lo que acababa de oír. Su mirada se perdió por un instante, y luego, sin poder evitarlo, dejó escapar un grito de incredulidad.—¿¡QUÉ!? ¡¿QUÉ MI HERMANA QUÉ!? —gritó, levantándose rápidamente, sin creer lo que acababa de escuchar. La sorpresa en su rostro era total, como si su mente no pudiera comprender lo que le estaban diciendo.Alaska y Allivy no pudieron contener la risa al ver su reacción. Pero la tensión en el aire era palpable, y Mitsuki, por más que intentara procesarlo, aún no podía comprender la magnitud de lo que acababa de descubrir.