*Estelle*
En el pueblo reinaba la calma desde hacía unos días. Parecía que el malestar inicial tras el castigo de Isolda empezaba a calmarse. Me ponía nerviosa salir sola durante unos días. El recuerdo de la revuelta en la feria de artesanía y el doloroso moratón en las costillas me hacían recelar de aventurarme demasiado lejos de Gabe o Val.
Pero Val me había invitado a visitar a Lucky en su casa y no podía dejar pasar la oportunidad. Estaba muy emocionada por su embarazo y quería hacerle un millón de preguntas. Intenté ser educada, pero sé que ella se dio cuenta de lo ansiosa que estaba. Fue muy amable y se rió cuando Val me pidió que parara. Me dio vergüenza. No pretendía meterme en lo personal, sólo estaba fascinada. No estaba preparada para tener un hijo a corto plazo, pero sabía que quería tenerlo algún día.