*Estelle*
Gabe me siguió escaleras arriba hacia nuestro dormitorio. Los dos estábamos agotados, física y emocionalmente. Me enfadaba que dudara de mí, pero lo comprendía. Si pensaba que estaba interesado en otra persona, me dolería. Además, a Isolda se le daba bien meterse en la piel de la gente. Parecía capaz de saber en qué era más insegura una persona y utilizarlo en su contra. Me lo había hecho a mí y le había roto la nariz.
El hecho de que Gabe se sintiera inseguro sobre nuestra relación me molestaba. Mirándolo, nunca adivinarías que pudiera sentirse inseguro por algo. Gabe era impresionante a la vista, y su voz profunda era prácticamente hipnótica. Dominaba sin esfuerzo todas las habitaciones en las que entraba. Era inteligente y carismático. Inseguro era la última palabra que usaría para describirlo.
Por lo que sabía de la infancia de Gabe, no se le animaba a expresar sus emociones. No había forma de saber cuánto había estado ocultando.