—Bien, entonces, ¿por qué no me besas delante de todos para demostrar tu amor ahora? —preguntó con una sonrisa cuando no la vio moverse en absoluto.
—... —La soldado se quedó callada.
¡Que le besara el trasero! Preferiría morir antes de besar sus labios que escondían colmillos en su interior. No importa lo seductores que fueran sus labios y lo atractivo que fuera su rostro, la soldado no iba a aceptar la derrota.
—¡No me digas que eres tímida, cariño! —Sus ojos ya se habían estrechado en sus labios y luego tragó saliva y se mordió los labios. Había pensado que ella aceptaría ya que esperaba un beso hace apenas un momento. ¡Suspiro! Tenía que persuadir más a la chica.
—... ¿tímida? —Todos ellos no podían enlazar a Hazel y la palabra tímida en absoluto.
—¿Qué tal si todos cierran los ojos? ¿Me besarías entonces? —preguntó con una sonrisa burlona en su rostro como si intentara convencerla.
—... —¿Acaso él pensaba que era una bebé de 5 años que caería en un truco tan barato?