—Uno, dos, tres, probando. Seong Ho ¿me escuchas?
Una pequeña voz robótica chilló, haciéndose cada vez más fuerte en su cabeza. Seong Ho escuchó el ruido y maldijo ser molestado otra vez. Pese a que era una persona de carácter sosegado, su horario en la fábrica consistía en diesiocho horas de trabajo forzado a temperaturas bajo cero, por lo que naturalmente no podía estar de buen humor cuando alguien interrumpía su descanso. Además, ¿desde cuando ese niño llamado Hu sabía dónde vivía y gritaba tan fuerte?
Somnoliento, y con algunas pensamientos flotando, quiso rodar por la cama. Sintió un dolor punzar en varias zonas de su cuerpo, pero lo ignoró para seguir durmiendo.
—Hola, hola ¡HOLAAA! ¿estás ahí? —la voz infantil siguió agitándose una y otra vez cerca de él— ¡Hola! Hola, Seong Ho, Seong… Oh, ya no importa.
—No grites, estoy despierto —regañó, intentando acomodar su postura de sueño.
El niño se sorprendió y rápidamente chilló con voz mecánica.
—Hola, Seong Ho, bienvenido al mundo… ¡Mierda, eso no importa, el vagabundo de allá se robó tus zapatos!
—¿Vagabundo? —Seong Ho levantó la frente de golpe y miró una figura delgada alejándose en medio de la oscuridad— ¿Por qué estoy en la calle?
—¡Idiota, ve y recupera tus zapatos!
El grito hizo dolerle el cráneo. Se tomó la parte trasera de la cabeza con una mano, quejándose.
—Oh, mi… Cállate o me estallará la cabeza.
¿No se suponía que estaba en su pequeña habitación durmiendo tranquilamente? ¿Cómo había terminado en este lugar?
Miró a la derecha y a la izquierda, buscando alguna pista que le ayudara a recordar. Estaba en medio de un callejón. Un callejón estrecho, oscuro y sucio como los que estaban cerca de la calle donde vivía, pero no era uno por el que hubiese caminado antes. Ignoró por un momento el dolor de cabeza y el gruñido involuntario que quiso salir desde el interior de su garganta.
—¿El señor Park nos obligó a beber hasta tarde otra vez? Oh, mi, ese explotador ¿A quién le importa las reuniones de trabajo? Se supone tenía que completar mis horas extras. No recuerdo nada. Mi cabeza duele, oh, oh ¿Me caí mientras subía los escalones?
Mientras pensaba, su ceño se frunció. Aunque no podía estar seguro, solo había una persona que podía hacer que un tipo como él terminara en una situación como esa. Y ese era el supervisor Park. Después de la última reforma administrativa, se habían producido cambios en el manejo de la empresa donde al menos la mitad de los trabajadores habían sido despedidos y otros pendían de un hilo.
Por supuesto, uno de ellos era el supervisor Park.
Para enmendar sus errores y mantener su puesto de tirano con sueldo, había optado por una táctica diferente. Cada fin de mes, el señor Park solía llevar al Departamento de Carga y Refrigeración a cenas de trabajo donde los obligaba a beber hasta más no poder.
El señor Park tenía asuntos pendientes con Seong Ho, por lo que también era arrastrado cada vez y no estaba feliz con ello.
Al levantarse se sintió mareado, sus piernas se doblaron y cayó nuevamente al suelo. Tras intentarlo varias veces y tambalearse varias veces finalmente volvió a caer en lo que había creído era su cama. Los cartones y bolsas de basura no eran cómodos ni olían agradable como su pequeña habitación, pero su estado llegaba a tal grado que más que cansado, se sentía golpeado, enfermo. Le dolía cada fibra del cuerpo como si se desgarrara.
Sintió que la parte detrás de su cabeza se humedeció con algo caliente.
—¿Sangre? —al mirar, no pudo evitar murmurar— ¿Me rompí la cabeza? Mierda, cuánto costarán unas curitas.
La voz infantil, que había estado en silencio, de pronto llamó.
—Seong Ho…
El dolor de cabeza había hecho que olvidara por un momento a Yao Hu.
No preguntó cómo un niño pequeño había llegado a un callejón oscuro, pero supuso que después de haber presenciado a un adulto ebrio siendo robado por un adulto oportunista, el niño estaría asustado así que intentó calmarlo.
—Los zapatos no son caros y tienen años de uso, puedo conseguir otro par en una tienda de segunda mano —Seong Ho hizo un desdén con la mano. Al notar la sangre, se limpió la palma con el abrigo blanco y volvió a perderse en sus pensamientos—. El problema es volver a casa y luego ir a la fabrica ¿en qué parte de la ciudad estoy? Diablos, ¿tendré que ir en taxi? ¿cuánto cuesta eso? ¿no podré llegar caminando si corro desde ahora? Oh, mi, ¿dónde dejé mi celular? Bueno, eso después, primero, ¿Xiao Hu, dónde están tus padres? ¿por qué un niño está en un lugar como… este?
Después de dar vueltas sobre sus pies, se dio cuenta que estaba solo.
—Ejem, ¿quién es Xiao Hu?
Seong Ho escuchó claramente la voz infantil preguntado con interés. Incluso sintió la vibración en su cabeza, pero no pudo verlo.
—Niño travieso, burlarse de los mayores no está bien, así que espero que salgas a la cuenta de tres. Uno, dos…
—¡Aquí, viejo! Estoy en tu mente —La cabeza de Seong Ho sufrió un espasmo—. Pero no me llamo Xiao Hu, ni soy un niño. Soy un sistema ¡Me llamo Sistema!
—¿Sistema? —repitió— ¿Me volví loco?
—Si, bueno, como antes leías este tipo de novelas es normal que pienses en la trasmi… ¡Oye, no, cómo es que…!
—¿O sufrí un accidente? —Seong Ho habló con el rostro congestionado—. Si tengo dolor de cabeza por un tumor entonces debe ser cáncer terminal ¿cuándo voy a morir? No, antes de morir tengo que hablar con esa persona y…
—¡Deja de decir tonterías! —la pequeña voz se impacientó y gritó.
—¿No moriré?
—Ya estás muerto, hmmp.
El niño carraspeó y con eso su frente vibró y dolió dos veces, de pronto la voz volviéndose otra vez entusiasta.
—Hola, Seong Ho ¡Bienvenido! Has trasmigrado al mundo de la novela «Un loto blanco recorre el camino del amor y la fama» donde yo, el maravilloso y aclamado Sistema, te apoyaré para sobrevivir en la piel del carne de cañón que tiene tu mismo nombre.
Seong Ho levantó sus ojos azules.
—¿De qué hablas?
—¡El usuario se ha convertido en el hijo heredero de una de las cuatro grandes familias multimillonarias! La misión es pasar inadvertido con la personalidad del Seong Ho original, seducir románticamente al protagonista y llevar al éxito a la compañía llamada Geeshan ¡Tan genial!
El Sistema estaba muy feliz. Para cualquier usuario, esta hubiese sido un oportunidad hacia su nueva vida soñada. Sin embargo, ¿por qué este huésped parecía volverse cada vez mas lamentable?
—Entonces, no fue un sueño.
Recordó vagamente el brillo de un candelabro y el agarre de la mujer alrededor de su cuello.
Sistema escuchó las palabras del huésped, pero pensó haber escuchado mal así que preguntó.
—¿Qué sueño?
El viento frío golpeó su rostro adolorido y entumeció la herida en su cabeza. No supo cómo responder así que preguntó de vuelta.
—¿Cómo morí?
—Un accidente, un suceso tan lamentable —la voz mecánica negó, luego palmeó y dijo—, pero no importa, ya estamos aquí y la nueva vida nos espera.
—Oh —la voz de Seong Ho se apagó unos instantes— ¿Y que le pasó a mi computadora?
—Como no tenías familiares, tus vecinos intentaron vender en subasta el ordenador. Como nadie quiso comprarlo, fue arrojado a la basura.
—Oh.
Al escuchar la noticia, la mirada de Seong Ho cayó al suelo y así junto a su rostro pálido y lleno de moretones, su alma se volvió aún más lamentable.
El ordenador era un dinosaurio cuadrado que había sobrevivido a la nueva era gracias a un puñado de adaptaciones y un milagro. Podía entender si alguien quería tirarlo. Sin embargo, los libros que guardaba dicho ordenador eran otro tema. Pese a que no tenía dinero suficiente para comprar libros físicos, había ahorrado para comprarlas sus novelas web favoritas.
Seong Ho recordó los rostros de sus vecinos y los maldijo. Si él se había convertido en un fantasma y ellos eran el objetivo de su venganza, que así sea.
—¿No tienes más preguntas? —El sistema comenzó a impacientarse.
Seong Ho con una expresión sombría negó.
—¿No? —Sistema chilló, haciendo que su cráneo se sintiera como una máquina de afeitar—. Se supone que los trasmigrantes tienen miles de dudas y también lloran y suben a árboles para intentar volver a su mundo anterior ¡Se supone que estuve esperando hasta dormirme tres veces porque tengo que explicar la trama para que puedas seguirla, pero hmmp, ya no importa! ¡Eres el peor!
Sistema se fue a un rincón de su cerebro a llorar y quejarse.
—Malo, malo. Hmmp, yo quería ayudar, pero ya no. El anfitrión resultó un idiota… Hmmp.
¿Esta era la forma en la que se comportaba normalmente un Sistema de juego? Seong Ho había leído novelas de trasmigración, por lo que no pudo evitar preguntarse.
Si no fuera por la voz robótica, diría que era un niño de la edad y temperamento de Yao Hu.
—Pequeño Sistema, creo que me has entendido mal. Dije que no quería saber porque estoy muriendo de miedo ¿cómo puedo trasmigrar a otro mundo y en el cuerpo de un villano? No puedo ser tan desafortunado ¡Ni siquiera recuerdo este tipo de novela!
Seong Ho solo pudo apretar los dientes al sentir que su propia actuación era demasiado mala. En realidad, la cabeza le dolía tanto como para si quiera reaccionar ¿Había muerto? ¿Cómo había muerto? ¿Qué pasaría con sus cosas en el mundo real? Y los ahorros que había guardado debajo del colchón ¿los había guardado para nada? Diablos, la cabeza seguía sangrándole.
Sistema miró el rostro lamentable del anfitrión y se sintió conmovido. El miedo del anfitrión por el futuro podía ser tan grande que su rostro se veía tan pálido como si se fuese a desmayar.
Sistema se sonó la nariz.
—No recuerdas la trama porque no la leíste en el otro mundo. El proceso de trasmigración fue apresurado así que tampoco pude descargar los recuerdos del original, pero te diré la información necesaria. El cuerpo ocupado pertenece a Seong Ho, el ex novio del protagonista y el primero en la línea de sucesión de la familia Seong. Sabes, deberías agradecerme, se supone que en tu vida anterior no tenías mucho dinero pero ahora tendrás mucho. La familia Seong es una de las cuatro grandes familias del país A y se estima que solo tus recursos tienen muchos ceros. Aunque en este lado de la trama la empresa ha ido en descenso por las acciones del original, estoy seguro que con mi ayuda podremos…
De pronto, su tez era cada vez peor.
—¿De cuánto dinero estamos hablando?
—A diez minutos de este lugar hay una gigantesca mansión a tu nombre, a treinta una urbanización. También tienes un par de centros comerciales, siete hoteles, una cadena de restaurantes, las villas del área W y un 20% de todas las acciones de Geeshan Company ¡De todos los carne de cañón eres el más favorecido! —Sistema había olvidado su llanto y ahora hablaba alegremente— ¿Ves lo bueno que soy? Trabajé muy duro.
Sistema pensó que el anfitrión saltaría de felicidad y le daría las gracias con la frente en el suelo, pero no. Cada vez que hablaba, el huésped parecía caer en depresión, por lo que habló y habló de sus ganancias con la intención de que el otro sintiera algo.
—No sigas —interrumpió Seong Ho con sombra en los ojos. Si continuaba escuchando quizás podría morir en este instante. No, en realidad, por alguna razón sentía que ya estaba muriendo en este instante.
Sistema también comprendió que algo andaba mal.
—Por cierto, ¿qué haces en este callejón de mala muerte? Se supone que debías despertar en la villa de la cabeza de la familia y estarías allí hasta mañana por la tarde.
—Me echaron.
Seong Ho respondió sinceramente.
—Oh —Sistema soltó un ruido—. No pensé que resultaría así pero teniendo en cuenta la personalidad de la vieja y lo que pasó ayer, pudo ser. Como sea, te daré la dirección de la mansión. Si sigues la línea derecha al final del callejón…
El hombre se levantó y se apoyó en la pared, inclinándose en sentido contrario.
—Oye, ¿no sabes? La derecha es hacia allá —La voz chilló y chilló
—Iré a buscar esos zapatos ¿deben ser de marca, no? Podemos venderlos y así apañarnos algunos días.
Sistema no entendió.
—Bueno, olvidando la misofobia del Seong Ho original, realmente no es problema. Bueno, mientras nadie te reconozca —de repente Sistema entendió algo, se congeló y balbuceó varias cosas—. Se-Seong Ho, ¿te echaron, del tipo "echar solo por hoy" o del tipo "castigar por unos días"?
—Me exiliaron.
Sistema soltó una carcajada e insistió en saber la verdad. Cuando vio el rostro negro del huésped, gritó y gritó hasta que Seong Ho casi sufre un derrame cerebral, luego lloró a moco tendido y maldijo con pataletas al estúpido anfitrión.
—¡Solo llevas una hora en este mundo! ¡Solo me fui diez minutos! —Sistema sollozó— ¡Mi trabajo, uuuh, mis noches sin dormir!
El sufrimiento del pequeño sistema sobrepasó al del mismísimo huésped.