—Hermano Yu, he querido preguntar…
—No lo sé.
—Pero, hermano Yu, aún no he dicho nada.
Jeon Yu dejó de hacer círculos en su cuaderno y miró al compañero de clase.
—Vas a preguntar sobre mi hermano. No sé, no me interesa y no tengo tiempo para saberlo.
Desde que accidentalmente se había hecho público el asunto de las tres grandes familias, este tipo de preguntas caían sobre el rostro de Jeon Yu.
Los compañeros de clase de Jeon Yu no podían ser llamados personas comunes, después de todo, la Academia de Artes Escénicas Mixta de Ciudad A era un reconocido establecimiento en el que se habían graduado los mejores artistas del siglo, por lo que su taza de aceptación, sus exámenes y mensualidades no podían ser pagados fácilmente. Aún así, estos pequeños hijos no tenían nada que ver con las poderosas familias.
Las grandes familias se remontaban a los linajes antiguos de sangre real y guerrera, haciendo de sus apellidos honor y gloria en cada tiempo, acumulando fortuna y famas enormes.
En el país A, los Seong, Jeon, Rong y Zhou se podían llamar los dueños de la economía. No había nadie que no los conociera, ni nadie que no deseara besarle los pies.
Pese a su inalcanzable pináculo, estos pequeños artistas habían tenido la suerte de compartir estudios con un Jeon, por lo que al inicio del semestre habían intentado amistarse con esta persona de sangre real y crear lazos para el futuro. Si esto salía bien incluso podrían arreglarse el resto de sus vidas. En sus pensamientos esta idea coincidía ¡Hermano Yu, déjame cargar tu bolsa! ¡Hermano Yu, descansa, yo iré por tu almuerzo! ¿Qué cosa te gusta? ¿La lasaña? A mí también. ¿Oh, no te gusta? ¡A mí tampoco! ¡Hermano Yu, tenemos tanto en común, podríamos ser almas gemelas!
Sim embargo, sus planes fracasaron cuando sus esfuerzos no fueron retribuidos. El segundo joven maestro Jeon no era humilde como su hermano mayor, no los trató amablemente ni les invitó un té de canela ¡Era tan diferente, una persona altamente déspota y arrogante!
Aún así, en esta ocasión todavía tenían cara para preguntar sobre este tema.
Ellos podían ser el claro ejemplo de «El fin justifica los medios».
¡Pero cómo no! ¡Incluso podrían bailar la cucaracha en medio de la iglesia si con ello podrían enterarse de algo entre las grandes familias!
Cuando se trataba de estos apellidos, los vídeos en internet naturalmente se volverían tendencia y la fama podría saltarse. Para un pequeño actor, no había nada más importante que conseguir algo de atención. Pero pese a que las noticias estaban plagadas de contenido, la verdad es que nadie confiaba completamente en los medios de comunicación. Incluso extranjeros que no sabían nada de los Jeon y Seong hablaban como si supieran de ello ¡Y la gente pagaba sus visualizaciones, creyendo sus mentiras!
Entre las personas comunes habían millones de fanáticos buscando comer información por todas partes. La primera razón es que era entretenido ver dramas de familias ricas sufriendo por temas que solo afectarían a familias ricas. La segunda razón, era que algunos hijos de este linajes eran tan guapos y buenos que eran famosos.
Un caso de ello, era el heredero de la familia Seong.
El alfa de veintiséis años que había estado en el ojo público desde hacía mucho tiempo. Se volvió un fenómeno hace cinco años cuando recogió las compras de una mujer a la que se le había roto la bolsa en plena calle, bajando del deportivo de lujo, deteniéndose y sonriendo con amplía sonrisa.
Los espectadores habían sido conmovidos y esparcieron sus fotografías por todo Weibo. El usuario @SeongHoNw subió de un millón a dos millones de seguidores en un día, haciendo explotar por primera vez la red. Después vinieron varios lapsos en los que se le vio vestido de blanco participando en donaciones, eventos de caridad, inauguraciones de orfanatos, guarderías, escuelas, casas de acogida, dando conferencias sobre el respeto y la igualdad en las castas.
¿Cómo este hijo bendecido por Dios podía ser el mismo que había intentado abusar del omega mayor de los Jeon, quién además era el prometido del heredero de los Rong?
En el momento de la noticia muchos creyeron se trataba de algún complot, entonces un video de un usuario desconocido se registró en Weibo. El video de dos minutos mostró la imagen del alfa Seong acorralando a un sollozante omega en un rincón. La escena terminó cuando el heredero de los Rong pateó la puerta y golpeó a Seong, protegiendo al hijo mayor Jeon después.
Las dudas hicieron temblar y los fanáticos negaron ¡Debía ser un video editado, un montaje! De pronto aparecieron las familias Jeon y Rong demandando y hablando al respecto.
¡Desde entonces han pasado cinco días y el alfa Seong ha desaparecido!
¡Nadie sabe nada!
¡Dónde está el giro argumental! ¡Dónde termina el drama de familias ricas!
Los fanáticos comen semillas de melón y pagan monedas virtuales por saber.
El compañero de clase, que ya había sido abolido, se limpió el orgullo y sonrió de vuelta.
—Hermano Yu, al menos debes saber un poco… solo un poco. Yo, eh, estoy tan preocupado por el hermano Qi.
La campana llevaba un minuto de haber sonado y Jeon Yu terminaba de guardar sus cosas. Se colgó la mochila en el hombro y se levantó.
—Quítate.
Ni su voz, ni su rostro, ni su postura tenía la palabra amabilidad.
La sonrisa en el rostro del otro se tensó y dio un paso a un lado.
—Si no tienes vida, al menos no estorbes en la de las demás —el omega habló palabras por palabra, mirándolo fríamente.
—Que también pases buen día, hermano Yu —la sonrisa siguió tensa, pero sus palabras fueron suaves.
Jeon Yu miró con aburrimiento a este compañero y se fue.
En ese instante, la sonrisa se borró. La vena en su frente saltando de ira.
¡Un maldito omega daba ordenes y callaba información importante solo por nacer con buen apellido! ¡Ni siquiera tenía un talento deslumbrante, cómo es que caminaba como si el mundo girara a su alrededor! ¡Ahg, diablos! ¡A quien le importaban los seguidores de Weibo!
A la hora del almuerzo, Jeon Yu se sentó en una esquina solitaria del comedor universitario y pensó en la vida.
Si no aprobaba el próximo examen sería expulsado de la carrera. Si no ideaba un plan de rescate para las inversiones a las que había apostado, perdería todo el dinero ahorrado que tenía. Estaba claro sus padres no le darían la mano ni lo apoyarían si algo salía mal, pero tampoco es como si hubiese pensado seriamente en pedirles ayuda. Creía en el dicho «No se pierden esperanzas cuando no las hay».
Una acreditación a ello, sería lo que había ocurrido por la mañana.
—¿Dónde estabas?
Su padre omega había preguntado sin despegar la vista del periódico, cuando vio la figura de su hijo menor entrando.
—Anoche salí y un alfa intentó violarme, luego otro me defendió pero era dominante así que entré en celo. Por suerte no pasó nada, pero sufrí y dormí en el auto en medio de la calle.
La voz del joven omega había sonado ronca y cansada. Llevaba dos abrigos entre sus manos, uno marrón rodeando a uno de aspecto sucio, apretándolos sin saberlo.
—Parece que te divertiste —su padre omega siguió leyendo el período hasta que pareció recordar algo—. El médico dijo que tu hermano sufrió estrés postraumático, lo llevaremos unos días a isla N este fin de semana ¿podrás ocuparte de todo mientras no estamos, verdad?
Las llaves que Jeon Yu iba a dejar en el reposa llaves, cayeron de sus dedos. El sonido quebró y ajustó algo en su semblante.
—Estaré bien —las recogió y acomodó—, siempre estoy bien.
Pero si lo veía de otra forma, las cosas la noche anterior no habían salido tan mal.
Es decir, pudo haber terminado mucho peor.
El alfa no había abusado de sus feromonas y tampoco lo había obligado, sino al contrario, lo había ayudado a protegerse de sí mismo.
Para cuando los supresores de emergencia habían hecho efecto y se había sentido capaz de abrir los ojos, había visto los cristales del auto cubiertos de llovizna y al alfa recostado en el tronco de un árbol a dos metros de él. El hombre tenía inclinada la cabeza levemente hacia adelante, el cabello oscuro y húmedo desordenado sobre la frente, el rostro blanco y perfilado, el ceño fruncido, ojos cerrados. La mandíbula tensionada y las manos apretándose la una con la otra.
Bajo los efectos de la depresión, alcohol, feromonas y quién sabe qué más, no lo había pensado. Pero al mediodía podía pensar claramente. Los alfas eran el tipo de escoria que se enorgullecía de "no perder oportunidades" de "dar lo que correspondía" de "tocar lo que el cuerpo omega le pidió tocar".
Pero no este alfa.
Este alfa no solo lo había defendido entre una multitud que guardó silencio, sino que no lo tocó cuando pudo hacerlo. Incluso forzando a su propio instinto dominante a dar marcha atrás.
Le pareció increíble y también dio gracias en su corazón.
Este tipo de alfa no era común ¿cómo se llamaba? ¿qué tipo de persona era y por qué estaba en esas condiciones?
Lo que había en la gabardina blanca era polvo y sangre. No llevaba zapatos.
Quizás, lo que había dicho aquel hombre era cierto y no recordaba nada, pero de ser así no lo había visto actuando como una persona perdida de sí mismo.
¿Estaría mintiendo?
—Yuyu —un omega de aspecto delicado y cabello teñido de morado, dejó su bandeja frente a Jeon Yu y se sentó—, no has comido nada ¿haces dieta?
Jeon Yu levantó la vista durante dos segundos y al bajar la mirada le pareció gracioso. En realidad no estaba comiendo por pensar en un hombre que bien podría ser un mendigo, un loco o un prófugo de la justicia.
—¿Estás riendo? —La actitud positiva con la que había llegado Zhou Donghai sufrió un espasmo, luego gritó triplicando su emoción— ¡Quién es! ¡Habla! ¡Cómo pasó!
—¿Quién es qué? —Jeon Yu desinfló su sonrisa y tomó los cubiertos— ¿No puedo sonreír?
—¡No puedes! —Zhou Donghai dijo— O sea, si puedes, claro que puedes pero no lo haces. Eres como un tipo ¡Uhhh! Y no ¡Wiii!
Jeon Yu estuvo aturdido viendo las burlas extrañas de Donghai, luego soltó un pequeña sonrisa y negó con la cabeza.
Zhou Donghai podría considerarse como un amigo de la infancia de Jeon Yu. Ambos tenían cosas en común y habían crecido uno cerca del otro. Ambos eran jóvenes maestros, segundos hermanos, omegas y habían decidido estudiar en la Academia de Artes Escénicas Mixta. Zhou Donghai había iniciado estudiando actuación, pero también le gustaba cantar y bailar así que se había registrado en un nuevo bloque de formación de grupos de ídolos. A causa del largo entrenamiento de danza contemporánea que Zhou Donghai tenía hoy, era la única persona a la que Jeon Yu no había invitado de fiesta.
—Yuyu, vamos de compras más tarde —Zhou Donghai comió la mitad de su comida, bebió té de jengibre y habló.
—No quiero.
Su intención no era sonar altanero, simplemente no quería.
—Pero, Yuyu, esta vez es algo importante.
—Para ti comprar ropa siempre es importante.
A Jeon Yu también le gustaba comprar ropa, pero Zhou Donghai era un caso aparte.
—Comprar ropa es importante —Donghai aclaró y chilló—, pero ahora es importantísimo, creo que me voy a casar ¿eso es importante, no?
Jeon Yu se atoró mientras comía. Su mirada en la liebre libre tenía muchas preguntas.
—Si, bueno, quizás si sea importante.