Pain. dolor.
Dos palabras que escritas distintas están, pero que significados iguales tienen.
Y bajo el umbral de una estrella que cae, la luz se extingue, aunque no por completo, sí no que se esconde, cómo sí de la oscuridad tuviera miedo.
Aún así, nadie teme a la oscuridad en realidad.. solamente a lo que en ella se escabulle, esperando, a lo que sea que el mundo tenga para ofrecerle a este algo.
Pero, pese a que el dolor recorriera su cuerpo, no era por una bala pérdida, ni por la llama incandescente del fuego que todo lo consume.
Él, estaba sólo.
Bajando pie por pie a un escalón más bajo en la inmundicia.
Ya que desde que había empezado a bajar fue que podía oír gritos.
Gritos que querían acabar con sus oídos sí es que estos últimos fueran físicos, es decir, corpóreos a la tortura.
Quise hablar, pero nada salía de mí boca, ni tampoco mí garganta se movía.
Apoyándome en una pared, una humeda para ser exactos, hecha por una cantidad de piedras que lucia infinita, estas se encontraban amontonadas unas emcima de otras, sí, decirle pared parecía cumplido antes que otra cosa.
Pero cuando la pared lo abandonó, quedando atrás en el camino, fue que él vio un gran agujero, rodeado de muchos otros en lo que parecía un tipo de cueva.
Cada vez empezó a bajar más rápido.
Algo lo movía a descubrir que era todo esto.
¿Era acaso su curiosidad?
¿O eran sus miedos los que lo movían hacia el mayor de ellos?
— ¡_____!
Cuánto más se acercaba fue que los gritos se volvían cada vez más intensos.
Y sin previo aviso, un pie mal colocado lo hizo rodar los pocos escalones qué quedaban por bajar.
El suelo pronto tocó, y el dolor recorrió su cuerpo.
Viendo el cielo,
—.. Eso duele.
Soltó mientras trataba de levantarse, ya que este algo seguía llamándolo intensamente con esos gritos.
El sentido normal sería evitar los gritos, pero esto no había podido dejarlo dormir, tenía que saber qué era lo que se encontraba ahí.
Y cuándo asomó su cabeza por este agujero la vista no hizo más que...
—.. ¿Sa..?
Lo que estaba gritando era ni más ni menos que una niña. Y no cualquier niña, esta era ni más ni menos que...
—¡SAKURA!—Extendió su brazo automáticamente al ver a quién se suponía que debía proteger.
Algo.. algo entraba y salía de Sakura.
Él se sentía totalmente asqueado, decir que iba a vomitar en cualquier momento era ciertamente correcto.
Y cuándo se levantó para intentar hacer algo fue qué..
—¿A dónde planeabas ir, mocoso?
Una voz interrumpió todo.
Ojos oscuros, postura encorbada, un bastón de madera tan antigua como el mundo, vestimenta tradicional y una sonrisa tan diabólica como la del diablo mismo.
Estas palabras jamás saldrían de su cabeza.
Ya que pronto el dolor que sufriría haría todo para hacerlo cerrar sus ojos.
....
-------Han pasado 10 años de eso.
Después de eso, nadie me salvó, a nadie le preocupé.
Mí cuerpo sobrevivió.
Pero pienso que lo poco de mí se fungió con la nada misma, y quedó reducido a un cero en la infinidad.
Sí a un niño le quitas a sus padres, su corazón, y todo lo demás, nada más le queda.
Por eso sólo mí cuerpo se salvó.
Es fácil de entender sí lo piensas.
En otras palabras, para que yo sobreviviera...
Mí corazón murió.
-------Estoy soñando, eso quiero creer.
De repente, algo ilumina mís ojos.
—Demasiada luz—Pienso.
Cuánto más pasaban los segundos, entendí que era la luz que de afuera entraba, pero mis ojos aún no se acostumbraban a ella.
Finalmente, puedo ver el techo, y es un foco, uno que reconozco perfectamente.
Estoy en una habitación vieja.
No puedo oír a nadie, no puedo ver a nadie, siento muy paralizado mí cuerpo.
—¿Dónde estoy?
Nadie responde.
Estoy sólo.
Pero, aún así..
-------Fuera de la ventana...
El cielo cálido dejando entrever el atardecer es simplemente bello.
Los días pasan, sigo estando sólo, pero finalmente empecé a comprender.
Ya podía recordar lo que había sucedido en los últimos días.
Ahora mismo, no era más que un accidentado en una cama.
No fui salvado, sólo curado, estaba en mí cuarto con mí cuerpo cubierto en vendas, todo lo que alguna vez deseé murió.
Sí entendía la situación, pero aún me costaba aceptarlo, el hecho de que estaba sólo.
Creo que lo entendí rápido.
¿Y cómo no podría?
Los recuerdos no paraban de golpearlo, gritándole que era de lo peor que existía, por lo que entenderlo no fue para nada difícil.
-------Y después de eso.
Ese hombre llegó, justo cuando empezaba a aterrorizarme la situación en la que estaba.
Un día de esos, me había quitado por mí propia cuenta los vendajes, había recuperado el control de mí cuerpo y ahora podía comer lo que sea que estuviera en la mesita al lado de su cama al despertar.
Kimono empolvado y una calva arrugada.
El hombre, era más grande que yo en altura, pero un adulto normal podría superarlo, no había forma para mentir sobre su vejez.
—Shinji.
Tenía un rostro serio, uno que le hacía sentir incómodo.
Creí que nunca podría escuchar una voz tan horrible, sin nada bueno en ella.
—Te lo preguntaré directamente, ¿Qué prefieres? ¿Ir al agujero allí abajo, o vivir bajo mí apellido jurando el jamás decir ni una palabra de lo que viste?
Ese hombre estaba diciendo que me mataría.
No le pregunté nada, no sabía sí teníamos parentesco alguno realmente, pero tampoco quería saber.
... Parecía un monstruo con rostro humano, y lo era ciertamente según lo poco que recordaba.
Pero daba lo mismo, porque él no quería morir, así que tendría que ir a por la segunda opción.
Decidí ir con él.
—Ya veo, hiciste una buena elección. Entonces prepárate rápidamente, porque imagino que tienes hambre.
Y cuándo estaban por irse, el anciano se volteó y dijo.
—Oh. Casi lo olvido. Tengo algo qué decirte antes de irnos. ¿Te parece bien?
Él no se sentía cómodo con este hombre, pero asintió.
—Para resumir, soy un Hechicero—Dice en un tono serio, pero sin esa malicia que parecía siempre acompañarlo.
Ahora que lo pienso, era un niño en ese entonces, pero los ecos en su cabeza le revelaban datos que confirmaban esas palabras.
Yo creí en esas palabras, porqué tenían con qué fundamentarse.
Cómo resultado, asentí.
—Sí.
Supongo que lo dije mientras trataba de no mirarlo a los ojos.
Desde entonces me convertí en su hijo, aunque de todas formas lo llamaba señor.
Sinceramente, no recordaba con exactitud que había dicho en aquél entonces.
Pero su "padre" no dejó de recordarselo cuando podía, año tras año.
De memoria podía saberse la secuencia.
Así que para mí nuevo "padre", Matou Zouken, este día no fue más que otro desperdicio.
Supongo qué..
Era extraño pensar en el señor como un hechicero, y aunque algo en mí quisiera decir algo como "Yo también seré un hechicero", en el fondo, sabía que nada bueno podría salir de ello. Tal cómo sí...
Lo hubiera vivido antes.
NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO NO SOY UN HECHICERO.
Y así, me convertí en el hijo de quién fue.. mí abuelo, o eso creo que pasó, eso quiero creer.
Como también, no tardé en adoptar un apellido demasiado familiar para mí, y este era el apellido:
Matou.
Y por lo tanto, su nombre era...
Matou Shinji.
Cuando dije mí nombre supe que algo estaba mal, que no estaba bien, pero me callé, ya que no quería estar en el Agujero.
. . .Estoy soñando.
Unos días después de salir de esa vieja habitación, la situación ha cambiado.
Ya que ahora cada que camina por los pasillos puede oír la voz de la niña que también vive ahí con ellos, como también la voz del señor Matou insultando, sé que algo anda mal pero no diré nada, no puedo.
Los gritos de la niña lo perturban.
Pronto, no lo dejarán dormir por mucho tiempo.
Porque justo cuando pase esa etapa, nuevamente los gritos volverán, puede oírlos en cualquier momento, por esta misma razón ha pedido que le compren algo llamado Walkman.
Pasando por los pasillos, ve una puerta vieja de dónde vienen todos los males de su mundo.
-------No puede ignorar esos gritos, pero tampoco puede hacer nada por ella
Él...
...Es totalmente inútil...
Así que en una noche más, trata de dormir; atormentado por los gritos de una niña pequeña que no lo dejan en paz.
Esperando que alguien la salve a esa pequeña niña, para poder dejar de oír esos gritos que tanto le dañan su salud mental-------
Oigo un sonido.
Es uno normal para sus oídos, ahora que lo pienso.
Puedo oírlo, es un pesado, algo viejo y oxidado sonido, deducir la puerta se abre es la deducción correcta en este caso en específico.
Luz es la que ilumina la osucridad en la que estaba la habitación.
—Uh...
Mí mente, despertando de lo que podía describirse como un sueño...
—Nii-san, ¿estás despierto?—Preguntó la señorita de suave voz y cabello morado.
Siento la brisa fría, cómo también el sonido de ventanas siendo abiertas .
—...
Él no le dice nada, es más, ni siquiera le da un vistazo a Sakura, simplemente la ignora.
Tal y cómo viene siendo desde que entró a ese maldito agujero por primera vez.
—Buenos días, Nii-san—Sakura no tiene ninguna expresión, su rostro sólo denota algo así que podría calificarse como seriedad-incomiddd.
—Ya ha amanecido, Nii-san. Aún tienes algo de tiempo, pero el abuelo se molestará sí se entera que no has ido a la escuela.
Dejando un plato con comida sobre la mesita de luz...
—...
Él aún permanece en silencio, viendo que ella le había hecho un desayuno occidental a diferencia de otros días, aunque no se sentía molesto por ello.
—No hay problemas con que me vaya temprano a la escuela, ¿Verdad Nii-san?
Con un silencio permanente, su único gesto es uno que hace con una mano en algo así como un ademán dando a entender que sí puede.
La señorita entonces pone una sonrisa y sus ojos parecen brillar por un segundo, o eso él puede notar.
Ella irá a ver al conserje falso, él lo sabe, los ha visto en algunos días, oye los rumores que corren por Fuyuki, pero no dirá nada al señor Matou, ya que quizás esa sea la única alegría de la chica.
Pero también, hay una parte de sí mismo que la odia, razón por la cuál ni siquiera le habla, jamás lo ha hecho, sabe que en el momento que hable podría herirla.
Y él no quiere eso, pero a su vez lo necesita, tal como un impulso que le dice que haga cosas horribles, uno que hasta ahora ha podido controlar.
Sin importar lo que pensaba, la chica de cabello morado se marchó en silencio viendo que él se había puesto pensativo.
—...
No digo nada, no necesito hacerlo, por lo que procedo a comer el desayuno que me ha dejado Sakura mientras escucho música en mí viejo Walkman.
Los huevos fritos están bastante ricos, lo mismo con las salchichas cocinadas, e igual el jugo de naranja, podría decir que es un desayuno perfecto sí no fuera por el hecho de que un desayuno es mejor sí lo compartes con otros, o eso me gustaría desear.
Por que por supuesto, estoy sólo.