Por lo que camina hacia lo que se supone que es su hogar.
Lentamente, deja de oír ruido, son solamente las calles vacías y él.
—Oh. Es cierto, en Miyama estuvieron muriendo personas.
Como sí fuera algo normal, se pronuncia al respecto, entendiendo ahora la razón del toque de queda.
—Fugas de gas e incendios.. esto debe ser obra de aquello. Con qué ya empezó incluso antes de lo esperado.
Nuevamente se pronuncia al respecto, mirando a un poste de luz, solitario, le recuerda a él mismo.
Pero..
—Es mejor, sin nadie a mis alrededores nada ni nadie puede herirse, es decir, nadie será arrojado al. . . ¿Qué?..Yo..
NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR
Su cabeza duele, tanto que con sus manos se la agarra, cayendo al suelo con una rodilla hincada.
—¡Agh! ¡¿Qué me está pasando?!
NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR NO DEBÍ MIRAR
Cayendo al suelo, ve como su Walkman se encuentra a unos metros de él.
Pero aunque quiera moverse, los gritos no paran, esas palabras se repiten, y la imagen de una.. cueva, lo atormenta.
—Qué.. ¡Qué significa esto!
Quiere saberlo, pero su cabeza está que explota, sus sentidos se han puesto al más alto nivel, todo su cuerpo duele, y por último, los gritos no se detienen.
—¡Alguien . . . Ayúdeme! ¡Por favor!
Extendió su mano hacia su Walkman y los gritos consumen su mente.
Aunque él pidiera ayuda.. Nadie vendría.
Eso estaba claro.
Pero antes de ser consumido por completo, él hizo un último esfuerzo.
Arrastrándose con sus manos por el suelo, extendió su mano derecha hacia su Walkman.
Y finalmente.. logró tocar dicho objeto con sus manos, poniéndolo sobre su cabeza sin perder ningún segundo, activando el interruptor en forma de botón, dando "cuerda" a una de las canciones en su Walkman.
"Disilussion", así se llamaba la canción.
Por lo que cuando esta empezó a sonar, todo se detuvo, los gritos, el dolor, todo aquello que lo hacía sufrir desapareció, tal cómo si nunca hubiera estado ahí.
Respirando de manera errática, se puso de rodillas, y tomó sus cosas.
—Yo.. yo..
No sabía cómo hablar, es más, ni siquiera sabía qué decir en una situación tan confusa y compleja como esa.
En momentos como ese, tenía que buscar algún lugar para pensar. Así que, empezó a correr aferrándose a su Walkman, un regalo, proveniente de alguien a quién ya no podía recordar en lo absoluto, cómo si nunca hubiera existido para empezar.
Sin idea de a dónde iba, no le importaba, podía ir a su "casa", podía terminar en el maldito interior de Japón, ¡No le importaba!
Sólo quería salir de ahí, atormentado por lo que parecían recuerdos, aunque él quisiera negar ese hecho.
Por lo que tarde o temprano, empezó a notar que sus pies lo habían llevado a su propio hogar.
En dónde se encontró a Shirou caminando por la calle, imaginó que había traído de vuelta a Sakura debido a esto de los casos raros de asesinato en Miyama.
—Shinji—Saluda Emiya, a lo que él se saca temporalmente los auriculares para poder escucharlo mejor.
—Emiya. ¿Sakura está en casa ya?—Preguntó lo primero que le llegó a la cabeza en esa situación, a lo que el pelirrojo respondió—. Por supuesto, ella pudo entrar por su cuenta así que todo está bien.. ¿Tú estás bien? Parece cómo sí hubieras visto a un cadáver o algo.
La palabra que Emiya dijo lo puso tieso por tan sólo un instante, para segundos después negar con la cabeza mientras le decía—Todo está bien. Yo.. corrí a casa, por esto del toque de queda y eso, tú sabes.
Dando un paso adelante, quiso alejarse del pelirrojo quién puso su mano sobre mí hombro en un intento de detenerme.
—Está bien pedir ayuda, ¿Me oyes?—Dijo Emiya—. Yo te considero como un amigo, así que sí necesitas hablar me tienes a mí.
Maldición Emiya, ¿Por qué eres tan.. tan?
Puso su Walkman en su bolsillo y su otra mano en su bolsillo, intentando tener un tipo de imagen de confianza frente a Emiya.
—Ya te dije que estoy bien, no seas pesado, Emiya—Dije mientras seguía caminando, moviendo mí hombro para quitarme la mano de Emiya de encima—. Nos vemos, Emiya Shirou.
Después de éstas palabras, pude oír a Shirou haciendo un sonido de afirmación, a lo que decidí seguir caminando hacia mí hogar.
Incluso sí quisiera pedir ayuda a Emiya, yo sé que no podría, que lo pondría en peligro.
Al final, Shirou era alguien normal, no vivía en el Mundo Iluminado por la Luna, por lo que contarle algo sobre todo su situación no sería más que ponerlo en peligro.
Sería matar indirectamente más a otra persona, tal como hice con mí...
Mí. . .
Pad--. . .
—Yo.. yo.. yo.
Me estoy hiperventilando de nuevo.
—M-mierda.
Mis manos tiemblan, pero aún puedo ponerme los auriculares del Walkman.
Al hacerlo, nuevamente le doy cuerda a otra canción.
"Long Long Ago 20th Century" es la que sale por defecto, está bien así, me gusta esa.
Veo cómo mis manos dejan de temblar, eso me tranquiliza, no quiero sufrir lo que fuere que haya sido eso.
Por lo que pasando por la reja, entrar a casa fue pan comido.
Pero fue ahí que el Señor Matou apareció una vez más.
No quise mirarlo a los ojos, así que miré a otro lado, como de costumbre.
—Ha habido un cambio de planes.
El señor Matou estaba ignorando mí estado, eso era bueno, definitivamente lo era.
Un momento...
—¿Un cambio de planes, Señor? ¿Se refiere a aquello?
El señor Matou asintió, yo simplemente asentí de igual forma ya que no quería tener problemas, no ahora, así que esperé a que hablara.
—Nos acompañarás en el ritual.
Sí, no creo que haya--. . .
—¿Qué?
¿Qué yo los acompañaré? No, no esto no puede ser cierto, no tiene sentido alguno.
—Señor Matou, venimos hablando de que no estaría en el momento del Ritual desde que me adoptó como su hijo, ¿Por qué a último momento cambiar los planes? Y además, ¿No era mañana el día del ritual?
Me siento extraño, ¿Por qué cambiaría lo que afirmó durante todos estos años? ¿Cuál era la necesidad? ¿Por qué? Esa era mí pregunta.
—Es una orden, Shinji. Nos acompañarás en el ritual, ya que noticias agradables te tengo. Y la razón del adelantamiento del plan.. una peste me hizo cambiar mis planes a último momento, por suerte ya venía preparado por sí algo como esto sucedía.
. . .Cuando el señor Matou dice que es una orden, entonces debo obedecer, no puedo ir en contra suya, no puedo.
O él.. o él me tir--. . .
Nuevamente le dí play a la canción que antes había pausado, no quiero tener un ataque ahora.
—Puedes traer tú Walkman sí te parece más cómodo, sé qué te pone más tranquilo, así que mientras hagas bien lo que te diga entonces puedes llevarlo.
Suspiré de alivio, ya que sé hacia dónde vamos, por esto mismo necesito de forma exagerada mí Walkman.
Mientras lo tenga puestos entonces todo estará bien, mientras no miré al.. al lugar que no debo ver, todo debería estar bien entonces. Eso quiero creer.
—Sígueme, Shinji.
Yo entonces le seguí, aunque realmente no es que pudiera escucharlo mucho, había aprendido a leer labios con el tiempo, así le era más fácil poder usar su Walkman, aunque aún era más cómodo poder escuchar a las otras personas, cómo también era más educado.
Entonces con eso dicho, ambos empezamos a caminar hacia la puerta que de niño... Simplemente caminamos a la puerta.
Por lo que viendo como el señor no planeaba abrirla lo hice yo, para luego dejarlo pasar al hombre mayor.
—Adelante.
Siguió diciendo el hombre, a lo que yo asentí mientras seguía escuchando la canción en sí.
Bajamos por unos escalones de cemento y las paredes se me hacían familiares de algún lado, por momentos podía notar que mis manos temblaban, pero estos temblores se iban antes de que pudieran llegar a ser más, eso me aliviaba un poco sí tenía que ser sincero.
Cuándo llegamos al final del camino, él.. él..
—A.. A..
Apreté con fuerza mis auriculares sobre mis orejas, por suerte eso junto a mirar para otro lado pudieron detener otro posible ataque.
—Sakura, ven aquí.
Pude leer sus labios y entender eso, aunque me costaba teniendo en cuenta que el viejo se encontraba de mí lado izquierdo y yo estaba casi mirando el lado derecho.
—¿Es hoy?
Preguntó Sakura, y el señor Matou asintió con la cabeza, la chica entonces dirigió sus ojos hacia mí, je, creo que está tan confundida como yo mismo aquí.
—Tuve que investigar bastante, pero encontré una respuesta. Para invocar un Servant en buen estado ambos deberán recitar el cántico, ya que se necesita de un Administrador, y un Generador.
Con un ejemplo como ese, entendí a lo que se refería.
Normalmente en una invocación el Hechicero era tanto Administrador de los Command Seals cómo de la energía que le daba al Servant, pero teniendo en cuenta lo que proponía el señor Matou entonces..
—¿Soy el administrador y ella el generador?
Matou puso una sonrisa espeluznante, como de costumbre, pero parece que le di al clavo esta vez.
—Exacto, Shinji. Ahora, toma esto.
Matou Zouken entonces le tiró un libro que sacó de su kimono, uno que no dejé caer de mis manos.
—¿Esto es..?
Antes de poder completar mí frase, Sakura respondió a mí pregunta.
—Es un medio para que seas el Administrator, es un nexo entre ambos.
Parecía robotica, como de costumbre, ya que ella es totalmente diferente fuera de esta casa, este lugar al que debemos llamar hogar.
—Bravo. Parece que alguien aprendió algo de sus clases.
Ese énfasis le recordaba algo horrible, pero que al instante su mente bloqueó, cada vez se sentía más cercano a lo que le pasaba, estos.. ataques, esto era la razón, no había chance de que fuera otra cosa.
—Ahora, comiencen. Shinji, abre el libro en la página 2, y Sakura, sincronizate al ritmo de Shinji.
Vi que el señor apuntó con su dedo a un tipo de.. ¿Ritual? escrito en el suelo, esto debe ser a lo que se refería, con esto..
—Invocaremos a un Servant..
Solté inconscientemente, y cuando me di cuenta sólo pude oír la voz de Sakura:
—Sí, Nii-san, invocaremos al Servant de la clase designada como Rider, o en nuestro idioma, Jinete.
Dando un paso adelante, ambos caminamos hasta estar enfrente del círculo hecho de sangre o algo que parecía eso.
"Revolution" empezó a sonar, pero no le di importancia.
—Mezclar plata y hierro. Piedra para los fundamentos del Gran Duke de los contratos. Nuestro gran maestro Zouken es nuestro antecesor.
El círculo se encendió en un color blanco mezclado con el rojo, y puedo ver como Sakura se ha sincronizado conmigo.
—Una pared para los vientos descendientes. Las cuatro puertas deben ser abiertas y venir de la cuna del Origen. Dejamos las ofrendas rotas a las rechazadas por sus súbditos.
Veo como de la pared detrás del círculo empieza a caer sangre que rellena el círculo aún más.
—Encerrar. Encerrar. Encerrar. Encerrar. Encerrar. Cinco veces para cada repetición. Solamente destruye el tiempo encerrado.
Y cuándo se supone que debemos poner un interruptor, Sakura dice mientras yo intento seguirle el ritmo.
—Pull The Trigger.
Pronto siento cómo parte de mí cuerpo es recorrido por un tipo de choque eléctrico.
Veo a Sakura sufrir, y abro mí boca para decir algo, pero...
—No la desconcentres, Shinji. Es una orden.
Debo obedecer. Debo obedecer.
Segundos pasan, y veo cómo ella dirá algo, debo seguirla.
—Anuncio. Tú cuerpo estará bajo mí mando/Tú alma estará bajo mí mando. Nuestro destino estará sellado por tus ojos.
Partes distintas del cántico hemos de decir aquí, motivos han de haber varios, eso quiero creer.
—¡Sigue el llamado del Santo Grial, sí tú obedecerás esta mente y esta razón, entonces responde a nuestro llamado!
El viento se arremolina, la luz se vuelve cada vez más fuerte, veo como Sakura tiembla, y agarro su mano, quizás esto la desconcentre, pero.. pero.. Debo ayudarla, al menos por esta única vez.
Cierro mis ojos, cómo ella también lo hace.
—Haz un juramento aquí. Somos quienes se convertirán en virtud en el más allá. Nosotros definiremos el mal en el más allá. Por lo que.. A través de los Siete Grandes Cielos en los Tres Grandes Mundos. . .
Ambos respiramos hondo, a un punto que la sincronización era exacta, puedo sentirlo de alguna forma, con nuestras manos juntas pero extendidas apuntando al círculo.
—. . . ¡Surge del Círculo de Control, Espíritu del Antiguo Mundo!
En el momento que la luz domina por completo el salón me mantengo con los ojos cerrados, para que después de eso pueda abrirlos por fin, abandonando la mano de Sakura lo más rápido posible.
Veo que hay humo saliendo del círculo por lo que es complicado hacer, pero algo se atreve a salir de la cortina de humo, más bien, alguien.
Es una bella mujer, quizás la más bella que ha visto en su vida.
Viste un traje.. algo revelador, lleva un tipo de arma antigua en sus manos, esta arma está atada a una cadena, tiene cabello violeta y sus ojos están cubiertos por un tipo de antifaz negro.
Esta dama se encuentra con una rodilla hincada, postrándose ante ellos con la cabeza gacha, obediente.
Es el Servant, sin duda alguna.
—Por la presente invocación a estos tiempos modernos, debo aclarar una duda ya que algo me irrita profundamente... ¿Cuál de ustedes dos es mí Master?
Cuando ella pregunta eso, yo realizo lo que acabamos de hacer, y con mí mano libre golpeó mí frente.
—No deberías presentarte antes, ¿Servant?
Declara el señor Matou, y ante esto la Servant asiente.
—Soy el Servant de la clase designada como Rider, y no puedo declarar mí nombre a alguien que no es mí Master así que sepa disculparme cualquiera de los dos que sea mí Master.
Revisando mí mano izquierda, veo como tengo un tipo de sellos de comando de un color azul rojizo, mientras que Sakura tiene sellos de color rojo azulado.
—Curioso, con que este es el resultado de mis experimentos con el sistema del Grial.
Ante la nueva declaración del Señor Matou es que Rider obtiene la información al instante y ve nuestras manos sin ningún tipo de dificultad.
—...
Se ha quedado sin palabras, sí yo fuera ella también estaría así, más que nada porque creo que esto nunca ha pasado antes, es decir, esto de dos masters y un servant.
—Rider-san, mí nombre es Matou Sakura, y mí Nii-san de aquí al lado es Matou Shinji. Ambos te hemos convocado en esta quinta edición de la Guerra del Santo Grial.
El Servant entonces se levanta y nos habla a ambos.
—Entonces con eso dicho el contrato está cerrado, estaré a sus órdenes pese a mí confusión con esta situación, Masters.
La que se supone que es mí hermana, es decir, Matou Sakura, automáticamente le dice a Rider.
—N-no necesitas llamarme Master, preferiría que me llames Sakura.
El Servant asiente en respuesta a lo dicho por Sakura, mientras que yo no digo absolutamente nada al respecto, ya que no tengo nada que decir y tampoco es que quiera decir algo.
—Señor Matou, ¿Qué sigue ahora?
Me giré para ver a la cara al señor Matou, siendo esta la primera vez en muchos años, esto hizo sonreír al hombre mayor quién me respondió lo siguiente:
—Descansen, mañana empezarán a actuar por su cuenta, mí única orden es esta.. ¡Tráiganme el Santo Grial!
Declaró como una orden, una que ahora los tres debíamos cumplir, así que asentí y empecé a caminar hacia la salida.
—Entonces me iré; encárgate de Rider, yo iré a dormir—Dije mientras escuchaba la siguiente canción que se reproducía en la lista.
—¿Q-qué?
Y antes de que Sakura pudiera continuar en una queja, yo contraataqué rápidamente.
—Ustedes dos son mujeres, así que es tú responsabilidad. Aparte que eres el Generador. Yo solo administro. Así que.. Buenas noches, Rider, y el resto.
Así como si nada, me marché a mí habitación a bastantes pisos arriba de lo que podría llamarse fácilmente sótano.
Luego de subir las escaleras y abrir la puerta, me dispuse a subir todas las escaleras hasta llegar a la puerta de mí cuarto, al cuál entré con la intención de dejar mí Walkman en un cajón del mueble pequeño que acostumbraba a llamar como "Mesita", después de esto se cambió de su uniforme a un pijama azul.
—Buah.. por fin, podré dormir en paz.
En una noche más, me digné a cerrar los ojos para no abrirlos hasta horas en el futuro.