Estoy en un pasillo.
Las paredes se mantienen intactas, y no hay personas a mí alrededor.
No importa cuánto grite, la escena nunca cambia.
Esta es una visión de hace diez años, de un yo pequeño mirando algo.. algo recostado en la pared.
El suelo se mancha, como también mí rostro en aquél entonces.
Una memoria del pasado distinta, una qué no recordaba hasta ahora.
Yo corro por los pasillos sin dirección aparente, cómo recreándolo.
No hay huida a pesar de que sé que es un sueño.
Y sigo corriendo y corriendo..
Al final, siempre termina cuando me es revelada la verdad, con energía suficiente para romper en llanto.
Después de todo, no puedo apartar mis ojos de lo que recostado contra la pared se encuentra.
Esa horrible imagen que no se va jamás de mí cabeza.
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—¡____!—
Me levanto con un presentimiento bastante molesto.
Es como sí hubiera un peso grande sobre mí pecho.
Paso mí mano por mí frente y la descubro mojada, a pesar de que es invierno.
—Mierda.. ¿Ya es tan tarde?
El reloj marca que ha pasado de las 6 en punto.
No puedo oír ningún sonido, sólo el de la madera chirriante de su propia cama y luego de su suelo al poner mis pies en este último.
Voy y abro el primer cajón de mí mesita, encontrando mí Walkman dónde lo había dejado, un alivio total.
Miro a mis alrededores en búsqueda de mí calendario, este marca que ya es el segundo día del mes, específicamente Domingo de todos los días, así que hoy tiene el día libre.
—Bien, mejor me levanto de una vez.
A diferencia de otros domingos en donde simplemente volvería a dormir una hora más acabo de decidir el caminar por Fuyuki, quizás eso me relaje de lo que acabo de tener en mis sueños, que bien parecían más una pesadilla.
Día tras día, el empezaba a soñar mucho más, nunca había soñado tanto según lo que recordaba, y ahora esto era una demostración de ello.
Se quitó el pijama y empezó a vestirse una vez más tal como todos los días, luego de esto también se puso sus zapatillas y salió de la habitación con su Walkman puesto.
—Rider, cuida de Sakura por mí.
Fue el pensamiento que lanzó al Servant que simplemente soltó un sonido de afirmación a sus palabras que fueron suficientes para darle la voluntad de marcharse de aquél lugar.
Por lo que sin pensárselo dos veces abrió el picaporte de la última puerta y salió a su jardín en un mal estado, ignorando este último salió por el portón en la entrada abriéndolo por dentro (hacia afuera) como sí nada mientras lo cerraba ya después de haber salido de la Mansión Matou.
Así, caminando nuevamente se dirigió a la escuela de Homuhara, puesto que poco le importaba el resto ahora mismo, preocupado únicamente por sus pensamientos, y no por cosas ajenas.
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(Third)
Cuándo el joven Matou había llegado a Homuhara no podía creer lo que veía.
Inclusive sí Shinji no era un Magus en lo absoluto, era imposible el creer lo que estaba viendo ante sus ojos, debido a que podía como cuerdas movían a todos los presentes y estas cuerdas casi invisibles se remontaban a dentro de las ventanas o cualquier tipo de conducto o inclusive escaleras, tal cómo sí provinieran de algún lado del cual desconocía.
—... Un enemigo—Soltó en un susurro el chico de cabello azul—. No sé sí la propietaria lo sabe, aunque tampoco la he visto desde hace un tiempo.
El joven Matou entonces meditó su forma de reaccionar a esta situación por un rato corto mientras las personas empezaban a llegar y pasaban a su lado ignorando su forma rara de actuar.
—No puedo dejar que esto se mantenga así, tengo qué hacer algo—Dijo el primogénito de la familia Matou mientras pensaba en las personas inocentes que se verían afectadas sí ignoraba lo que sucedía.
Cuándo Shinji terminó de hablar empezó a caminar hacia su salón en Homuhara para empezar nuevamente su rutina, sólo que hoy habría un cambio total en esta, pero, eso sería algo para analizar después.
Así, las horas prosiguieron, Mitsuzuri se ofreció a cerrar el club, pero Shinji nuevamente insistió hasta el hartazgo de la fémina, y en un acto inesperado para un ser, la sorpresa llegó de la voz del joven de cabello azul oscuro.
—Rider, llévate a Sakura temprano, no quiero que salga hoy. Y sí pregunta por qué, dile que es por su propio bien—Pensó Shinji a través de la conexión entre el Máster y su servant, a lo que este último respondió—. ¿Quiere que lo acompañe, Máster?
Matou Shinji detuvo su lanzamiento con arco y flecha para pensar, puesto que sería una buena idea tener un refuerzo activo como lo era Rider, pero también tenía cierta preocupación por lo que le sucedería a Sakura.
Shinji jamás querría el mal para la que era su hermana, incluso contando su pasado el cuál asco le daba tocar, no, inclusive así Shinji no la culpaba de nada, no porque fuera una niña y él igual, sí no porque nunca hizo nada malo.
Aúnque Matou no supiera lo que sucedía hasta el día de hoy, no creía en la razón principal que tenía a mano para culpar a Sakura.
—Me niego. Tú lugar es con Sakura, incluso sí quisiera decir que sí, ella aún seguiría en peligro sí la dejas sola—Inició Shinji—. Y yo no quiero cargar con la culpa sí algo sucede.
—Máster, usted. . .
Y antes de que Rider pudiera seguir replicando a todo –aunque también se la pudiera ver algo shockeada– fue que el hijo adoptivo de Zouken finalizó su conversación con un:
—Eso es todo. Sigue las órdenes y protege a Sakura, nada más.
Rider entonces lanzó un tipo de sonido de afirmación que dejó más tranquilo a Shinji, quién pronto notó a Sakura mirándolo por una fracción de segundo antes de asentir y empezar a despedirse de todos en el Club, incluida Mitsuzuri.
—¿Sabes por qué Sakura se fue temprano hoy? Ella acostumbra a quedarse hasta tarde mayormente, ¿Le pasó algo?
Preguntó la capitana del Club de Kyudo, Mitsuzuri Ayako, a quién Shinji le respondió sin muchos reparos algo como:
—Posiblemente tenía cosas que hacer en casa, recuerda que siempre que nos vamos, dejamos sólo al señor Matou. Debe ser algo relacionado a ello.
Entonces Ayako asintió algo dubitativa de la veracidad de las palabras de Shinji, quién ignoraba dicho hecho por algo tan simple como el factor "Me da igual", un algo simple pero complejo a la vez.
Con esto dicho, las horas pasaron y el chico de cabello azul decidió ir a verificar lo que fuere que estuviera causando estos eventos raros en la escuela secundaria de Homuhara, por lo que para no tener algún tipo de ataque, puso un disco que sacó de su mochila, la pista en específico tenía por nombre "Le'arrivée de Maria", había descubierto que este disco era una mezcla entre canciones de muchos artistas
A este último objeto lo había encontrado recientemente en el mercado de Fuyuki y algo le decía que debía comprarlo, así que eso hizo Shinji.
Pero, Matou pronto notó que sus sellos en algún sentido le avisaban de un.. algo, sus instintos pegaron un salto y miró hacia adelante cómo sí se hubiera dado cuenta que algo se acercaba hacia él.
Fue así que quitándose el Walkman de sus orejas, Matou Shinji miró a los ojos a la persona que tenía delante, poniendo su mano derecha sobre su cadera y con una sonrisa fingida con la cuál intentaba imitar algún tipo de confidencia en sí mismo.
—Oh, ¿Aún estás aquí, Emiya?
Shinji no lo nota, pero hay un par de chicas algo escandalosas detrás de él, y Emiya es el primero en notarlo.
—¿Aún estás aquí a pesar de no tener nada que hacer? Ah sí. ¿Prestando ayuda nuevamente al consejo? Que envidia. Puedes tener notas altas ayudando en el Club sí así lo quieres.
Shinji cierra los ojos y aún así sigue sonriendo falsamente para Emiya, quién responde sin titubear.
—No estoy ayudando al consejo escolar. Sólo estoy arreglando el equipo. Somos nosotros los que lo usamos, así que es normal que nosotros lo arreglemos.
Shinji aprieta un poco su puño izquierdo, empezando a liberar cierto estrés reprimido por tantos años en una cantidad minúscula con la siguiente respuesta.
—Heh. Aún sigues hablando así. Para tí, hacer todo por otros aún es normal. ¿No te dije siempre que odiaba cuando actuabas tratando de ser un buen chico?
E incluso respondiendo así, Shinji no logró ningún comentario o reacción negativa de Emiya, quién siguió actuando con un estoicismo casi absoluto.
—¿Hm?. . . Lo siento, no lo recuerdo. Cuando te pones a hablar así, no suelo hacerte mucho caso, así que no me habré dado cuenta.
Shinji bajó sus brazos, guardó su mano derecha en el bolsillo de su pantalón de vestir, apretó su puño izquierdo, soltó un bofido abiertamente y dijo con molestia—Ya veo. ¿Entonces arreglarás todo lo que se encuentre roto en la escuela?
Emiya Shirou aún así siguió con su actitud común e ignoró las emociones de Shinji.
—Arreglar todo es imposible. Lo más que puedo hacer es un mantenimiento.
Y un toque final fue el que Shinji lanzó, con tal de joderlo un poco, aunque en el fondo, muy en el fondo de su ser, sabía que no importaba.
Tomó una pose de suficiencia, y con una sonrisa maliciosa, dijo:
—Bien, entonces hazme un favor. Nuestro club de Kyudo está hecho un desastre ahora mismo. Está todo un poco desordenado y algunos a algunas cuerdas les falta algo de tensión. Sí tienes tiempo claro está, ¿podrías arreglarlos? Después de todo, tú solías ser un miembro del club. No ayudes sólo al consejo estudiantil y ayúdanos a nosotros también.
Pero entonces la voz de una chica a la cuál Shinji reconocía poco y nada se metió, tal como una metiche desubicada.
—Eeeeeeh, Senpai. ¿Qué no le había dicho Fujimura-sensei que lo hicieras tú?
Y la otra chica también acompañó dicho comentario.
—Eso es. Serás castigado mañana sí no lo haces apropiadamente.
Y entre ellas siguieron cuchicheando, a lo que Shinji se dirigió nuevamente a Shirou con su ceño ligeramente fruncido.
—Te lo dejo a tí, entonces. La llave la encontrarás dónde siempre, así que adelante. ¿O te molesta acaso este pedido, Emiya?
Y para la profunda decepción de Shinji, Shirou respondió lo que sabía que diría.
—No. No me molesta en lo absoluto, tengo tiempo libre así que hacer este tipo de cosas viene bien de vez en cuando.
Al decir esto, Shinji mira por un momento más a Shirou y luego se retira con las chicas siguiéndole como patitos a su madre.
Con esto hecho y dicho, Shinji nuevamente empezó a recorrer la escuela luego de librarse de esas dos mujeres escandalosas que del Club nomás conocía.
Y pese a la reputación de "mujeriego" de Shinji que de alguna forma había sido creada, la realidad era que Matou Shinji era alguien poco sociable, centrado en lo que hacía, pero con una doble cara que se mostraba mayormente a casi todos los que estaban en la escuela, por mero entretenimiento o falta de interés por los demás.
—Ese idiota..
Shinji aún se sentía molesto por la actitud de Emiya que siempre se presentaba como un tipo de héroe para cosas simples sin ningún tipo de razón más que su clásico "No hay problema", eso le producía molestia a Shinji, aunque no supiera el porqué de esto, de todas formas se sentía molesto.
Por lo que mientras el Sol caía y empezaba la etapa nocturna del 2 de Febrero del año 2004 fue que Matou continuó buscando por el origen de las cuerdas, aunque no tuviera pistas ya que ahora no podía verlas, pero sí sentirlas en algún sentido.
—Sé que de algún lado vienen.. esto definitivamente es obra de un Servamt enemigo, no tengo dudas de ello—Dijo Shinji.
El chico de cabello azul entonces siguió buscando el origen de lo que se sentía mal con la escuela desde esta mañana.