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Fusión Omniversal: Un Saiyajin entre Marvel y DC

🇨🇴LausDeo
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Synopsis
Un joven arrancado de su mundo. Un poder que cambia su destino, que conectan el omniverso... y un único propósito: salvarlo. Sholan, ahora en el universo Marvel, debe enfrentarse a enemigos de dimensiones épicas mientras perfecciona técnicas legendarias y desbloquea transformaciones nunca antes vistas. Desde las tierras de Asgard hasta realidades colapsadas, su viaje lo llevará a enfrentarse a una criatura de maldad pura que amenaza con destruir toda existencia. "El viaje comienza donde el multiverso termina."
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Chapter 1 - Capítulo 1: El Génesis en el Multiverso

El agua fría lo despertó. El peso del líquido en su piel lo hizo estremecerse mientras flotaba, perdido, en la quietud de un lago. Abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la luz tenue que se reflejaba en la superficie. Apenas sentía su cuerpo, pequeño y desconocido, mientras luchaba por alcanzar la orilla.

Cuando sus pies tocaron tierra firme, jadeó, tosiendo mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Se inclinó sobre el agua, buscando algo que le diera respuestas, pero lo único que encontró fue el reflejo de un niño.

Se miró con incredulidad. Su rostro era redondeado, infantil. El cabello oscuro caía en mechones desordenados sobre una frente pequeña, y sus ojos grandes y brillantes lo observaban como si fueran los de un extraño.

"¿Por qué estoy en este cuerpo?" Se preguntó, llevándose las manos al rostro.

El bosque alrededor era denso y silencioso, y el cielo nublado parecía cargar con una amenaza inminente. No había rastro de su pasado, ni de quién era.

"¿Quién soy? ¿Dónde estoy?" Las preguntas surgían con un peso que lo hacía temblar. Sabía, de alguna manera, que no pertenecía a este lugar, pero no podía recordar de dónde venía.

Algo dentro de él comenzó a brotar, un conocimiento extraño que no lograba comprender del todo: sabía que podía crear algo. Pociones.

—¿Pociones? — Repitió en voz baja, sintiendo cómo esa palabra resonaba en su mente. Conocía las reglas, entendía su potencial, pero también sabía que no debía usarlas aún. Algo le decía que el peligro de este lugar era más grande de lo que imaginaba.

Decidió avanzar, dejando atrás el lago en busca de respuestas. Caminó durante horas hasta llegar a los restos de un pequeño pueblo, donde el silencio era aún más abrumador. Las casas estaban en ruinas, los escombros esparcidos como si hubieran sido golpeados por una tormenta.

"¿Qué pasó aquí?" Se preguntó, observando los restos carbonizados de una casa.

El sonido de motores lo hizo detenerse. Se escondió rápidamente tras un muro derrumbado, observando con cautela cómo vehículos militares entraban al lugar. Hombres armados descendieron de los camiones, uniformados como soldados del gobierno.

"¿Quiénes son ellos?" Pensó, mirando cómo revisaban el área con una precisión calculada.

Uno de los soldados gritó algo en un idioma que no reconoció, y los demás se dispersaron, inspeccionando las casas. Algo en su postura y movimientos le resultaba extraño, como si estuvieran buscando algo más que supervivientes.

Se acercó un poco más, manteniéndose fuera de vista. Entonces, vio a uno de los soldados retirar su casco, revelando un tatuaje en forma de calavera con tentáculos en su cuello.

"¿Eso es...HYDRA?" Se detuvo, intentando recordar. Algo en su mente le decía que ese símbolo era peligroso, que HYDRA esa palabra extraña y al mismo tiempo familiar representaba algo malo.

—¡No hay nadie aquí! —gritó uno de los hombres, pero su tono era frío, carente de preocupación.

El supuesto soldado levantó su arma y disparó al aire, provocando que algunos escombros cayeran de una casa cercana.

"Esto no está bien. No son soldados." Pensó, sintiendo cómo el miedo comenzaba a apoderarse de él. Intentó retroceder en silencio, pero un crujido bajo sus pies lo traicionó. Una rama rota. Uno de los hombres giró la cabeza rápidamente hacia su posición.

—¡Allí hay alguien! —gritó el hombre, señalando hacia los arbustos.

Sin pensarlo, el niño corrió. Su cuerpo pequeño se movía con rapidez entre los escombros, pero los hombres no tardaron en perseguirlo. Los disparos resonaron detrás de él, destrozando árboles y rocas mientras intentaba escapar.

"¿Por qué me están persiguiendo? ¿Qué quieren de mí?" Pensó, el corazón latiendo con fuerza mientras zigzagueaba entre el terreno irregular.

Finalmente, tropezó y cayó, raspándose las rodillas. Los hombres se acercaban, y el miedo lo paralizó por un instante. Pero entonces, algo dentro de él despertó. Una energía cálida y brillante comenzó a recorrer su cuerpo, como si respondiera al peligro.

"¿Qué es esto?" Se preguntó, sintiendo cómo esa energía fluía hacia sus manos.

Uno de los hombres estaba a punto de alcanzarlo, su arma apuntando directamente hacia él. Instintivamente, levantó las manos, y una onda de energía invisible salió disparada, lanzando al soldado por los aires. Los demás se detuvieron, sorprendidos por lo que acababan de presenciar.

—¡Es un mutante! —gritó uno de ellos, levantando su arma.

Sin entender cómo, el niño se levantó y corrió nuevamente. Esta vez, la energía parecía impulsarlo, dándole una velocidad que nunca había sentido antes. En cuestión de minutos, había dejado atrás a sus perseguidores, escondiéndose en los restos de un edificio.

Se acurrucó contra una pared, tratando de controlar su respiración. Las lágrimas comenzaron a caer mientras el miedo y la confusión lo consumían.

"¿Qué soy? ¿Por qué puedo hacer esto?" Pensó, cerrando los ojos mientras intentaba encontrar respuestas en su mente vacía. Por ahora, todo lo que sabía era que estaba solo, perdido en un lugar hostil. Pero en su interior, una pequeña chispa de esperanza comenzaba a arder. Tal vez, si seguía adelante, encontraría las respuestas que buscaba.