Sholan observó los orbes de luz que flotaban frente a él. Cada uno brillaba con un color único, representando las pociones que había decidido crear basándose en su recién recuperado conocimiento. Estos orbes, llenos de energía pura, no solo simbolizaban su potencial, sino también la esperanza de salvar a Wanda.
Seis de ellos estaban diseñados para darle las herramientas necesarias para sobrevivir y crecer en este peligroso universo, mientras que el séptimo, un orbe de luz rojo cálido con un halo plateado, contenía la clave para salvar la vida de Wanda.
—Es ahora o nunca —susurró, mirando fijamente las pociones.
Sholan sabía que cada poción representaría un inmenso dolor al consumirla, un costo físico y emocional que debía pagar. Sin embargo, también comprendió que el dolor de la poción destinada a Wanda sería devastador. Decidió entonces distribuir su peso entre las otras seis.
—No importa cuánto duela. —Apretó los puños, decidido—. Wanda vale cada segundo de sufrimiento.
Sholan decidió empezar con la poción de apoyo. Era crucial obtener ayuda inmediata para preparar el terreno y garantizar que las otras pociones se usaran de manera efectiva. Al sostener el orbe dorado, sintió una calidez reconfortante, como si el universo le estuviera ofreciendo un respiro antes de la tormenta.
—Necesito algo más que simples herramientas —pensó—. Necesito una ventaja definitiva.
Cerró los ojos y comenzó a editar la poción. Se concentró en tres aspectos esenciales:
Un asistente de inteligencia artificial avanzado que pudiera analizar, planificar y ofrecer estrategias en tiempo real.Una tienda omniversal, capaz de acceder a objetos, habilidades y conocimientos de cualquier rincón del omniverso.Un inventario infinito, similar al de Death March, donde pudiera almacenar cualquier cantidad de recursos y equipo.
Visualizó cómo cada función se integraba en la poción, refinándola hasta que se sintió perfecta. Con cada ajuste, el orbe cambiaba, su luz dorada intensificándose hasta que parecía un pequeño sol en sus manos.
—Esta es la Poción del Nexus Cognitivo —dijo finalmente, viendo cómo el orbe brillaba aún más, confirmando su transformación y el conocimiento intrínseco que flotaba en su alma.
Sholan tomó una última respiración antes de absorber el Nexus Cognitivo. Tan pronto como el orbe tocó su pecho, un dolor indescriptible lo atravesó, como si su cuerpo estuviera siendo desgarrado y reconstruido al mismo tiempo.
Apretó los dientes para no gritar, su cuerpo temblando mientras soportaba la agonía. Sentía cada fibra de su ser siendo reconfigurada para integrar las nuevas capacidades. Cada segundo parecía una eternidad, pero Sholan se negó a rendirse.
Finalmente, el dolor comenzó a disminuir, dejando en su lugar una sensación de claridad y conexión.
—¿Lo logré? —murmuró, agotado.
En su mente, una voz femenina, cálida pero profesional, resonó.
—Asistente Nexus activado. Hola, Sholan. Mi nombre es Cortana, y estoy aquí para ayudarte.
Una sonrisa cansada apareció en el rostro de Sholan. Había funcionado.
—Cortana, necesito que analices la condición de Wanda y encuentres una solución.
—Entendido. Analizando... —La voz de Cortana se detuvo brevemente antes de continuar—. Lo siento, no puedo ayudarte. Mi acceso a la base de datos de información está bloqueado.
Sholan sintió un golpe en el pecho, como si el aire se hubiera escapado de sus pulmones.
—¿Qué quieres decir con que no puedes acceder?
—Mis capacidades están limitadas debido a la falta de una conexión estable con las bases de datos y una arquitectura robusta en el software. Necesito acceso externo y una estructura robusta para desbloquear esta función.
El cansancio y la frustración comenzaron a acumularse en Sholan, pero respiró hondo para calmarse.
—Está bien, Cortana. Vamos a resolver esto. —Su determinación no se debilitó. Este era solo un obstáculo más, y no iba a detenerlo.
Mientras miraba los orbes restantes, Sholan sabía que el camino por delante sería aún más duro. Pero también sabía que cada paso lo acercaba más a salvar a Wanda, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para lograrlo.
—Una menos. Seis por hacer. —Murmuró, con los ojos llenos de una nueva resolución.