Al ver el enojo en mí, Lyall elevo las manos al aire en dirección al frente en pos de negación mientras repetía — no, para nada.
Aquel hombre dijo aquello mientras se instalaba en la comisura de su boca una pequeña sonrisa, expresión que mantuvo todo aquel tiempo y hasta que eventualmente aquel nuevamente indico — eso se lo dejo a Dominieck, él es un experto catador de golpes que en pocas palabras lleven marcado tu nombre o incluso el de Martin.
Dominieck al escucharlo se apeno, aparentemente aquellas palabras le habían causado incomodidad, pero no quiso darla a notar, más sin embargo casi de continuo indico.
— Lyall deja de molestarla, no vez que vas a terminar condenándome a mí a muerte y que por ello pueda ser que reciba no precisamente abrazos, besos y chocolates — increpo Dominieck de seguido con algo de evidente vergüenza.
Tras aquel promulgar aquello entre ambos surgió un momento jocosidad del cual yo era evidentemente la responsable, ante todo tales hombres parecían reír satisfechos el uno con el otro mientras la alegría se hacía paso a través de sus almas.
En tanto, yo dispuesta en medio de los dos para aquel momento los contemplaba con algo de ternura pues era la primera vez que los veía actuar tan amenamente sin tantas formalidades, razón por la cual entre aquellos dos no se sentía aquella pesadez característica que solo se percibí entre los empleados y sus jefes, sino que entre ambos permanecía un ambiente mucho más familiar.
Lyall era en este presente la única persona que Dominieck podía llegar a considerar familia o al menos él era el único intento de ello que en este mundo aún permanecía, a lo que aquel durante los días que nos encontrábamos allí me comento que iba a intentar comportarse mejor con aquel hombre pues quería llegar a demostrarle en su momento que los sacrificios que hizo para entregarlo a la sociedad tanto como hombre y como lobo habían sido los correctos, por lo que en su momento entendía que debía de recompensarlo.
Y así continuamos hablando por un momento más hasta que finalmente Lyall se retiró pues aquel nos había recalcado que debía de concretar algunas cosas con el otro grupo antes de finalmente marcharnos.
… … … …
De modo que, hace poco que Lyall abandono aquel estrecho luego de habernos indicado que debíamos de prepararnos lo antes posible para así abandonar aquel lugar.
Ante todo, los tres acordamos en donde a fin de cuentas nos reuniríamos en un lapso de dos horas, tiempo suficiente que aquel nos otorgaría para acomodar nuestras pertenencias y de paso despedirnos de la cabaña porque aquel sin dudas estimaba de que pasaría un buen tiempo antes de que pudiéramos regresar nuevamente a este lugar.
Así que antes de que lo pudiésemos analizar, Lyall ya se había acercado a la niebla y desaparecido en medio de aquella sin dejar rastro alguno detrás de sí.
— Vamos, es mejor que nos demos prisa — musito Dominieck mientras permanecía fijo observándome, pero al ver que de mí solo recibió silencio y nada más de seguido cuestiono — sucede algo Emma.
— Si o no, la verdad ya no lo sé, me siento algo extrañada y confusa.
— Porque, si puedo llegar a preguntar.
Por un momento guarde silencio puesto que todos aquellos sentimientos estaban haciendo bastante ruido en mi casa hasta que finalmente me dedique a dar una respuesta.
— Es que... aunque vi la enorme seguridad que Lyall reflejaba al contarnos tales sucesos, mi alma se encuentra inquieta y no deja de batallar contra mis pensamientos; todo ha resultado eventualmente tan sencillo para solucionar y aún peor no se ha vuelto a escuchar nada alrededor con respecto a que los alfas nos estuvieran buscando, ni siquiera Lyall ha mencionado nada de ello y la verdad no creo que ellos se olviden de nosotros tan fácilmente y más hablando de mi condición.
Dominieck se quedó pensando por un momento, pues era consciente de que yo tenía algo de razón, hasta que finalmente indico.
— Aunque no quiera admitirlo estas en lo cierto, al igual que tu no creo que ellos se olviden de nosotros tan fácilmente aún menos en tu condición de omega más aun que han sido varios los problemas en los que hemos estado envueltos, pero ahora mismo no tenemos posibilidades de investigar más a fondo a menos de que volvamos a la ciudad.
— No Dominieck, no digo que precisamente le investiguemos independientemente de lo que suceda es algo que se tendrá que hacer queramos o no, lo que quiero decir es que debemos de tener sumo cuidado con cada uno de nuestros movimientos, hoy más que nunca y no confiarnos demasiado porque la verdad no sabemos contra que nos estamos enfrentando, prácticamente estamos a ciegas.
— Tienes razón no podemos tomarnos esto a la ligera, hablare con Lyall más adelante para aumentar la cantidad vigilantes para estar preparados en caso de cualquier acontecimiento.
— Es que... — ante aquel quise hacer un énfasis, porque entendía que estábamos ante algo sumamente delicado lo cual Dominieck se lo estaba tomando con demasiada calma.
— ¡Chssss! — aquel tras buscar callarme llevo su mano derecha hasta la parte izquierda de mi cara y con sus dedos acaricio mi mejilla con algo de delicadeza, en tanto con una voz dulce y aterciopelada aquel musito manteniendo un tono bajo y algo apagado — tranquila veras que todo pasara con bien, relájate.
Su mirada destellaba una tranquilidad palpable tanto que a mi piel estremecía, por lo que ante aquella no pude evitar guardar silencio y obedecer una vez que aquel me guio rumbo al interior de aquella propiedad.
Ya dentro, dirigirnos hacia la recamara nos llevó poco tiempo y eso incluye también hacernos paso por sus dimensiones y una vez en el interior todas nuestras cosas nuevamente las empacamos sin dejar nada de lado.
Aquella habitación la blanqueamos hurgando en cada uno de sus rincones de arriba abajo confirmando ante todo que no quedase nada en el olvido e incluso por ende de seguido terminamos de organizar aquel espacio para dejarlo tal y como lo habíamos encontrado.
Lo mismo incluso lo hicimos con el resto de la casa tras eventualmente hacernos consciente del desorden que habíamos montado durante aquellos días, pues, aunque no voy a decir que habíamos colocado la casa patas arriba si eh de confirmar que habían cosas que incluso habían sido movidas de su lugar.
Tras terminar aun nos quedaba algo de tiempo antes de emprender el viaje así que Dominieck y yo buscamos descansar luego de tomar algunas botellas llenas con agua potable y algo de comida empacada porque sabíamos que el camino de regreso iba a ser bastante largo, ambos ya lo sabíamos nos dejamos guiar por la tranquilidad.
Así que tras tener un momento de descanso yo me dedique a recorrer el interior de aquella casa mientras los recuerdos me arrebataban hacia el pasado.
Las cientos de fotos en la pared me hacían transportarme con algo de alegría y pesadez a aquellos años en los cuales mi infancia resaltaba cada que veía una que otra imagen conocida, momentos que sin dudas marcaron mi existencia he influyeron en ella de muchas maneras, así como también me otorgaron dos perspectivas diferentes de lo que era sin dudas la verdadera vida.
Entre andar y andar a través de aquel pasillo llegué sin darme cuenta hasta la puerta de la recamara de los abuelos, la cual por respeto la mayor parte del tiempo se encontraba cerrada.
Ante ella sentí la gran necesidad de perderme en un mar de lágrimas al aceptar que por nueva vez terminaría abandonando aquella casa por lo que llevada por un impulso coloque mi mano derecha contra aquella compuerta, entre tanto cerraba los ojos y acercaba mi cabeza hasta la superficie de la misma.
Ante aquella, para mi estimo que habían llegado a transcurrir unos pocos cuantos segundos cuando algo me llamo la atención desde el interior de la recamara había empezado a sentirse movimiento lo que era ilógico porque sabía que además de Dominiek y de mí, allí no había nadie más mientras que de seguido se escuchó un — ¡Pum! — Un golpe hueco resonó como si se encontrarse alguien golpeando un tronco hueco y algo seco de algún árbol o algún otro mueble de madera.
La primera vez que se escuchó aquel sonido no era demasiado fuerte, pues meramente contaba con la frecuencia suficiente como para que pudiese llegar a ser detectado, así que por un momento tras alejar mi cabeza de aquella puerta me quede contemplado el espacio que ocupaba la misma, aguardando sin hacer ruido alguno esperando para corroborar si no estaba loca y había sido cierto lo que había escuchado o si solo formaba parte aquello de alguna broma echa por mi propia cabeza y nada más.
Ante mi desconcierto mire en dirección al lado derecho en dirección al pasillo que da rumbo hasta la puerta trasera intentando ver si aquello se debía a causa de Dominieck quien se encontraba dentro de la cocina ocupado en sus propios asuntos, pero nada dese allí solo venia silencio y nada más.
Así que al ver o quizás suponer que no tenía nada que ver aquel con lo sucedido respire profundamente e intente calmarme a mí misma promulgando suposiciones aleatorias como la idea de que podía aquel ruido significar la caída de algún libro de los estantes dentro de la misma de la recamara o algún choque ocasionado por el viento al impactar este en contra de las propias ventanas.
Queriendo mantenerme siguiendo aquel mismo compas buscando más que nada guardar la calma y no asustarme, despacio empecé a alejarme de la puerta y con cuidado pretendía iniciar mi marcha rumbo a la cocina para reunirme por nueva vez con aquel hombre cuando de la nada el mismo ruido se volvió a escuchar — ¡Pum! — Pero esta vez aún más fuerte.
Al aquello resonar Dominieck apareció en escena saliendo desde la cocina, con bastante prisa se acercó, se guio en mi dirección y ya estando a mi lado aquel cuestiono.
— ¿Qué ha sido ese ruido?
— No lo sé, llegue a pensar que se trataba de ti moviendo algunas cosas en la cocina, pero una vez mirándote aquí con tu cara de asombro veo que estas tan desconcertado como yo.
— Realmente lo estoy Emma.
Nuestras voces se hicieron una y nuestra inquietud también pues aquello realmente nos había tomado con sorpresa y ante todo pronóstico nuevamente esta vez ante los dos se escuchó el tan inesperado — ¡Pum!
Para aquel momento el aire de tensión había aumentado significativamente porque era algo imposible y poco probable que aquel sonido no apareciese sin ser producido con evidente intención, haciendo sin dudas posible que alguien se encontraba dentro de aquella recamara llamando de forma predeterminada nuestra atención.
Dominieck no se confió y para aquel momento tomo una actitud totalmente protectora ya que sosteniéndome de la mano izquierda me llevo hacia el costado más próximo dentro de aquel pasillo alejándome de seguido de la puerta mientras el delante de aquella se posicionaba.
— Espérame aquí entrare a ver qué es lo que sucede — indico aquel mientras dirigía sus ojos hasta mí.
— Espera, me dejaras aquí así y nada más.
— No voy a estar lejos, solo dame chance de ingresar.
Y habiendo dicho aquello dirigió su mano hasta el pomo de la puerta y como lo tenía pensando sin darle muchas vueltas a tal asunto dentro de aquella recamara ingreso, mientras los nervios a mi estando fuera me consumían.
Pasando unos segundos aquel con un comportamiento un poco más calmado y sereno volvió a acercarse hacia mí una vez salió de la recamara, delante de mi persona aquel se colocó y extendiendo su mano en mi dirección luego indico.
— Vamos, tienes que entrar, tú también debes de ver esto.
— ¡Eh! De que hablas, ver qué cosa Dominieck.