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Chapter 9 - ¿Quién es ese tal Bastri?

Una risa burlona broto de entre sus labios sin dudas mis palabras resultaron ser nada ante su persona y como si nada valga la redundancia, continuo su marcha en dirección fija a donde en definitiva aquel caminaba.

Algunos segundos más fueron más que suficientes hasta que llegamos a su destino el cual no era más que un claro en medio del lecho que da acceso al mirador quien encuentra alejado del bar por unos cuantos metros fue a donde me condujo.

Una vez allí tras llegar a orillas de un vehículo que en todo caso se encontraba encendido detuvo finalmente su andar.

— Lista pequeñuela hemos llegado — aquel increpo mientras me miraba a la cara manteniendo ante todo un aire evidente de pedantería que podía ser fácilmente confundido con caballerosidad.

Yo por mi parte guarde silencio y solo me dedique a mantenerme serena sobre todo atenta respecto a lo que él hacía.

Así fue entonces como terminé fijando mis ojos completamente en su persona ante su mirada seductora y quien con gran delicadeza una vez se encontraba listo me hizo descender desde donde me mantenía sujeta mientras me sostenía por la cintura guiando mi cuerpo despacio hasta que mis pies llegasen a tocar finalmente el asfalto.

En tanto aquel buscaba de forma evidente el mantenerme aun cercana a su cuerpo a la vez que me veía directo a los ojos.

Como aun me mantenía fija en su persona me dedique a descifrar por primera vez su ser así fue que se me hizo fácil el conocer el color de sus ojos marrones y seductores, la sutil barba que cubría sus mejillas, sus labios carnosos en un leve tono caramelo tentación que me llamaban abiertamente a ser probados, haciendo que todo, absolutamente todo de su persona llamara mi completa atención.

Ahora también y de igual forma tras encontrarme ya cerca de él no pude evitar notar su imponente estatura la cual era difícil de no ver pues podría decir que al igual que Lyall ambos rondan probablemente el mismo tamaño mientras que yo como una simple pulga abrazada a él me mantenía.

La mayor sorpresa me la lleve una vez que me encontraba aun unida a él, por primera vez llegue a distinguir su tonificado y marcado torso que para aquel momento se encontraba completamente descubierto.

Aunque eh de admitir de una forma consciente que probablemente concia la razón del porque no llevaba prenda alguna pues sería demasiada casualidad que simplemente se encontrase pasando por allí.

Sin poder evitarlo clave mis ojos en su cuerpo y como cual reacción involuntaria eleve mi mano derecha, con delicadeza la acerque hasta a él y con un solo movimiento de arriba hacia abajo frote mis dedos a lo largo y ancho de su pecho seducida por su encanto cosa que aquel sin dudas disfruto pues no muy bien vio mi reacción formo una sonrisa llena de satisfacción.

Imagino que de igual forma y por obra de sus manos que un acto perverso tomo vida ante mí el cual hizo que me avergonzara como nunca en mi vida, pues tras llevar mi vista al suelo guiada por la curiosidad misma me tropecé con lo jamás visto por mi persona.

La verdad fue algo que no pude evitar puesto que nuestros ojos son por demás decir intrusos y/o curiosos terminé enfrentándome con la imagen más desconcertante que había podido llegar a contemplar pues como si nada aquel hombre se zarandeaba justo como Dios le trajo al mundo completamente sin ropa que cubriera su desnudez, mostrando como si le diera lo mismo sus tan dotados atributos.

Sin tardar el calor me domino y el cual subió con gran fuerza al recorrer mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta lo alto de mi cabeza tomando no solo mis expresiones, sino que, también domino mi comportamiento tras contemplarle de tal manera.

Así que como si de un movimiento involuntario y en automático se tratase cubrí mis ojos, di una media vuelta y termine apartándome completamente de él.

— No hubiera sido mejor que antes de tomarme en brazos que por lo menos un pantalón te hubieras colocado.

Aquel hombre como cual juego mis palabras se las había tomado pues no muy bien me escuchó se echó a reír.

— En realidad no se suponía que me vieras así, simplemente te subiría en el auto hasta que la chica y tu estuvieran cómodas y luego de que despertaran, Lyall las llevaría a casa, pero tú no me has dado ni la más mínima oportunidad de completar mi tarea.

— ¡La chica! Cual chica — dije ante la evidente confusión que en mi se produjo.

— Tan rápido le olvidaste, pues la que se encontraba contigo — por un momento se quedó en silenció lo que daba la impresión de que se encontraba pensando hasta que de nuevo dijo.

— Ummm, si no mal recuerdo Lina es su nombre.

Aparentemente tras la impresión de ver a aquel hombre mi mente término descompuesta y curiosamente me olvide de la parte que incluía a Lina, valla dilema surgió tras mi consciencia de nuevo hacer sinapsis y recordar la razón de por qué me había desmayado en aquel momento.

— ¡Lina! — con pánico replique su nombre.

— Ahora si le recuerdas.

— Deja la tontera ¿Dónde está? Dímelo de una buena vez.

Valla que, si soy distraída a veces, puesto que tras pronunciar aquella pregunta terminé girando mi cuerpo hacia él una vez más y de nuevo me encontré admirando su completa desnudez.

— ¡Ahss! Ya vístete por favor — replique nuevamente tras darme bruscamente la vuelta.

— ¿Qué sucede no te gusta lo que ves?

— Eres un tonto, mejor cállate y dime de una buen buena vez donde está ella.

Aunque realice cual sencilla pregunta de su boca no salió nada y allí simplemente permanecía mudo.

En silenció yo permanecía inocentemente aguardando su respuesta sin saber que en su cabeza se habían formado otros planes y no fue hasta que de forma descarada que aquel se acercó a mi como cual cobarde atacando directo por la espalda que finalmente le escuche decir.

— Porque te preocupas tanto por ella si es solo una simple humana.

Como si nada al tiempo que replicaba aquello no dudo en posar sus manos sobre mis hombros por demás decir que confiado, una a cada lado mientras se encontraba sujetándome con fuerza a la vez que me hacía retroceder nuevamente buscando acercarme a su cuerpo haciéndoseme imposible el no sentir el bulto entre sus piernas presionar mi espalda.

Fue justamente allí en tal momento que me di cuenta de algo mucho peor aquel alfa me había marcado de forma inconsciente por lo que, aunque quisiera si estaba en su voluntad difícilmente en esta vida me podría llegar a escapar, me había marcado como parte de su propiedad en su vida y en su ser.

Tal asunto era crucial, pero al no ser algo de vida o muerte decidí hacer aquel asunto a un lado y enfocarme en lo más importante porque di respuesta a la pregunta que hacía un momento me realizo.

— Esa humana como la llamas, es mi amiga, pero eh de suponer que desconoces el significado de tal palabra.

Con firmeza indique aquello aun siquiera sin importarme mi propio bienestar, sin dudas en su mente la idea de formar una alianza con ellos los completos humanos podría significar lo mismo que la nada situación completamente normal tras creer a tal especie indigna, aunque compartimos similitudes, pero no por ello yo iba a dejarle pisotear mi manera de pensar.

— Ummm, ahora veo que entre lobos y humanos se pueden formar tales lazos — sarcásticamente aquel indico, dejando salir un leve sonido lo más parecido a una risa burlona de su boca.

— Dame una razón de porque eso no ocurriría, de porque según tú los humanos y lobos no deberían formar lazos.

— No es evidente, es hasta obvio, son insignificantes, débiles y son de poco confiar no hay mucho más en lo que deba indagar.

Sus palabras me llenaban de ira era indescriptible la gran incomodidad que aquello me producía, pero era indudablemente comprensible que aquello pudiera llegar a darme que sentir pues curiosamente pertenezco a ambos mundos.

Al ser omega comparto tanto una parte humana como un animal, soy débil como los primeros, aunque me puedo trasformar como los lobos así que lo que sucede en ambos mundos sin dudas puede llegar a afectarme en gran medida.

— Valla, valla... te tengo una noticia, los lobos también son traicioneros y de poco fiar de eso deberías ser consciente tú como alfa o acaso ustedes no son expertos en faltar a su palabra y manipular a sus súbditos para obtener beneficios sin impórtales ni siquiera su propia existencia. —

Eh de admitir que el descontento que eh llevado por dentro estos años por culpa de mi padre y sus fatales decisiones lo había terminado descargando justo sobre aquel en ese momento así fue que con el mayor recelo y la irá contenida en mí que deje salir aquellas palabras cargadas de odió.

Sabía que lo que había dicho no tenía buena pinta y presumía que probablemente había quizás tocado una fina tecla, pues indudablemente aquello se había escuchado fatal, por lo que de seguido replique.

— Lo siento, no debí decir eso.

Aquel hombre nuevamente había guardado silencio, sin dudas yo había cavado presumiblemente mi propia tumba al hablarle de aquella manera así que lo único que podía hacer era respirar hondo y esperar lo peor.

Espere, pero no, aquel en cambio simplemente hizo un gesto con la mano a quien dentro del auto posiblemente se hallaba y tras acercarse a la puerta del copiloto la abrió.

De forma evidente obligándome me hizo que entrara topándome así con el ya rostro conocido de aquel chofer y de seguido me acomodo el cinturón e indicó a aquel.

— Llévala de regreso a la ciudad, ni tu ni Lyall se alejen de ellas hasta que estén dentro del edificio, si es posible acompáñenlas hasta su apartamento.

Y como si nada aquel chofer replico.

— Si señor Bastri, como usted diga.

— Pero como, aun no me has respondido donde esta Lina.

Ante mi cara de preocupación y como si nada aquel cerró la puerta de golpe ante mi cara, como intente salir del auto, pero el chofer insistió en retenerme obligándome abiertamente a permanecer sentada.

Simplemente allí sentada no podía permanecer así que buscando la manera de escapar gritaba y gritaba como loca hasta que desde el asiento trasero resonó una voz gruesa replicante.

— Emma, no puede ser que seas tan escandalosa. —

Sin dudarlo rápidamente giré mi cabeza hasta la zona de donde aquella voz procedía mirando como si nada a Lyall quién allí permanecía sentado justo detrás de mi mientras que recostada sobre su regazo Lina yacía aun inconsciente, permitiéndome aquello finalmente entrar en calma.

Esa misma noche al llegar a Vinchenzo era evidente de que yo no podría cargar con el cuerpo inconsciente de Lina hasta el apartamento a lo que Lyall, sin siquiera yo mencionárselo indicó abiertamente que de eso él se encargaría, hasta ahí todo iba perfectamente bien.

Ahora bien, todo se complicó minutos después de que ella finalmente despertó, ya consciente aquella empezó a pelear directamente con Lyall exigiendo una explicación, y era evidente que hasta que ella no la recibiera la paz nuevamente no reinaría en el lugar.

Enciendo objetos que tendría en el frente todos los lanzo contra nosotros formando un gran caos en la habitación.

— Lina... ya... bien ok... ya basta, está bien tranquila, yo te lo diré — Lyall se encontraba sumamente afectado por como ella estaba actuando, sin dudas su corazón se había desmoronado al ver como ella por primera vez lo rechazaba abiertamente evitando el contacto con cualquiera de los dos por lo que pensó que lo mejor era hablarle con la verdad.

— ¿Qué? … estás loco como se lo piensas decir — grite con evidente insistencia — la expondrás a un gran peligro no lo has pensado.

— Entonces que quieres que haga, no puedo dejarla así — replico Lyall de seguido aquellas palabras que ante nada parecían suplicas.

Al acucharme dirigirme a él con algo de cercanía en tal expresión incluso de mi Lina empezó a desconfiar.

— Entonces tu ya lo conocías, dime que sabes al respecto y solo quiero la verdad...

Oh valla creo que metí la pata; tras escucharle mis manos empezaron a sudar así que como cual ofrenda de paz las elevé al aire para que ella se percatara de que en ellas no escondía absolutamente nada.

— No Lina, no lo conocía, pero entiende, la situación es mucho más delicada de lo que tu piensas, no podemos simplemente decirte lo que paso.

— Delicada, estás hablando enserio … estamos hablando de que un perro gigante estuvo a punto de matarnos y hablas de que es delicado, más allá de eso no creo que exista algo más delicado valga la redundancia...

Con angustia llevo sus manos hasta la cabeza actuando un poco fuera de sí siendo, por demás agobiada por las incesantes preguntas internas producto de los múltiples pensamientos que rondan su cabeza y continúo diciendo.

— Durante todos estos años eh pensado que las historias que rondan Belcier eran simplemente posibles cuentos creados para asustar a los turistas, pero hoy... hoy eh tenido que chocar con la realidad misma, díganme de una buena vez ¿Qué rayos era eso?

— Aunque te lo digamos dudo que nos creas.

Indique dejando salir la tristeza en mi voz y así, ahora sin importarme nada más, baje mis manos y me quede quieta, la miré fijamente valla que lo hice, aunque no era capaz de mencionar ni una sola palabra al respecto.

— Para que nosotros te podamos explicar lo que sucede, tu debes de calmarte, como ha dicho Emma la situación es mucho más delicada de lo que tú crees.

Sin que yo pudiese hacer nada una vez que Lina disminuyo su intensidad Lyall empezó a hablar rebelando el secreto de los lobos a ella como humana.

Aun así y como era entendible y/o esperable Lina se tomó a chiste todo lo contado por él, cada una de las palabras emitidas por Lyall fueron prácticamente tiradas a la basura por lo que nuevamente Lina empezó a aquella batalla en contra nuestra.

A fin de cuentas, luego de mucho ahondar en el tema, aquel día término con Lina conociendo de nuestra existencia, aunque en una última instancia a pesar de ser consciente de que esta prohíbo el transfórmanos ante humanos al ser posiblemente la más pequeña de los dos cambie de forma en medio de aquel apartamento ante Lina quien con cual cara de sorpresa se mantenía revelando así mi verdadera piel.

Imaginaras que por tal acto se montó todo un espectáculo en el edificio y valla que lo hizo, espectáculo que a fin de cuentas gracias a Lyall solo paso a ser un supuesto ruido proveniente de algún parlante encontrado en el apartamento dejando todo suspendido en la nada.