Cristal no dejaba de mirarse al espejo pensando con temor en su pasado. Lloraba continuamente sin poder contener se, su dolor no hacía más que ir en continuo aumento.
— Tormentosamente horrible fue mi pasado — las lágrimas humedecían su blanco y pálido rostro — Debo dejar de intentar recordar algo....ya que no solo es inútil sino que...que...debo pensar en mi presente y mi futuro.
Sin embargo cada vez que se miraba al espejo, solo una desconocida le devolvía la mirada. Esa oscura sensación tan nefasta no solo la incomodaba sino que además la asustaba. No obstante, había decidido no intentar recordar nada sobre sí misma y su pasado .
Daniel llegaba en esos momentos a casa muy agotado. Sin soportar más se tiró en el sillón a dormir un rato. Necesitaba descansar un poco aunque más no sea. Su sueño fue vacío y tormentoso, que lentamente fue tornándose oscuro y siniestro.
En sus sueños él se encontraba en una oscura habitación en la cual podía ver desolación por doquier y desesperanza en los rincones.
Él se encontraba parado en el centro y por todas partes había criaturas extrañas que rodeándole le decían, mientras caminaban a su alrededor.
— Nunca verás a tu hermano gemelo, acéptalo.
— Jamás serás felíz ya que tenemos el absoluto control de tu voluntad.
— Tu destino es estar aquí, aislado de todos y de todo. Oculto entre las sombras rodeado por nosotros, las tinieblas.
— Por más que lo intentes jamás escaparás de aquí. Jamás.
Aquellas criaturas eran deformes y en apariencias peligrosas. Oscuros y rojos ojos. Daniel los contemplaba asustado, se abrazó a sí mismo con fuerza debido al intenso frío que sentía, tanto físico como emocional.
Aquellas palabras pronunciadas por esas horrendas criaturas, lo atravesaban como puñales causándole temores y desesperación.
Quiso moverse para irse de ese horrible lugar pero no pudo hacerlo. Aquella inmovilidad lo desesperó a más no poder.
—No....¡No! ¡Déjenme tranquilo!
—Aunque quieras no conseguirás mover un solo músculo
— Nos perteneces
— Nosotros controlamos tus movimientos no al revéz.
— Y no solo eso, sino también tu mente y voluntad es controlada por nosotros.
— De esa forma oscureceremos cada vez más tu destino.
—¡No! ¡Basta por favor! ¡Déjenme!
Daniel empezó a gritar en dormido mientras se movía en el sillón sin poder despertar.
— No....basta....basta por favor....déjenme, se los suplico....no....no por favor....
Cristal escuchó la voz de Daniel desde su habitación y salió en busca de él. Al entrar al living lo vió en el sillón dormido y hablando con desesperación mientras movía la cabeza y las piernas lentamente.
Ella se le acercó y lo despertó con suavidad. Daniel fue despertando, siendo testigo de cómo se iban desvaneciendo aquellas horrendas y poderosas figuras como si de niebla se trataran.
— Déjenme en paz — murmuraba Daniel semidormido — Por favor....se los suplico.....vayanse de una vez.
Cristal lo miraba asombrada, aquel hombre sufría tanto o más que ella incluso. Daniel la miró sintiéndose en extremo vulnerable.
— Ayúdame por favor.....me estoy ahogando y....y no puedo hacer nada por mí mismo....nada....
— Daniel, tranquilo.....todo fue un sueño. Lo que sea que hayas visto ya no existe.
— ¿Luna?
— Si, tranquilo soy yo. Fue un sueño.
— ¿Qué? ¿Un sueño?
— Claro, es evidente que tuviste una pesadilla. Pero ya pasó.
— Es que....parecía tan real ¿Sabes?
— Pero no le fue. Todo fue un horrible sueño y lo mejor es que al despertar se desvaneció todo. Cálmate Daniel. Solo respira hondo y profundo ¿De acuerdo?
Daniel respiró bocanadas de aire, intentando calmarse sin lograrlo del todo.
— No sé qué me pasa Luna, no lo sé.... últimamente hago cosas que...que no me gusta hacer....cosas horribles que nunca hubiera hecho antes....yo....siento que me estoy volviendo loco Luna.
Cristal no sabía cómo ayudarlo ni que decirle ya que desconocía totalmente a lo que se refería. Ni siquiera se reconocía a sí misma al mirarse al espejo, mucho menos podía saber a lo que él se estaba refiriendo. Pero sabía que algo debía decirle, no podía verlo tan pero tan angustiado.
— Nunca más digas eso Daniel, no estás loco solo por haber tenido un mal sueño.
— ¿Cómo puedes estar tan segura?
— Porque me apoyas desde que desperté en el hospital aquel.sin memoria. Bien que podrías haberme dejado y sin embargo no lo has hecho. La forma en que actúas no es de alguien que está loco Daniel.
—¿En serio lo crees así?
— Totalmente
Daniel la abrazó sintiéndose tan necesitado de alguien que lo contenga, que ella pudo sentir su intensa necesidad.
Cristal le respondió aquel abrazo con otra fraternal. No pudo evitar que se le dibuje una luminosa sonrisa en su angelical rostro.
— Ánimo — le dijo ella — Saldremos a flote juntos como matrimonio ¿De acuerdo?
— De acuerdo — él se empezó a sentir más tranquilo en verdad.