En ese momento Cristal golpeó la puerta y susurró:
— Daniel, quiero hablar contigo por favor.
Daniel se sobresaltó al oír su voz e intentó serenarse. Conservando su actual actitud contestó:
— No tenemos nada de que hablar.
— Por favor, déjame entrar
— Vete y déjame tranquilo.
Pero ella no se movió de allí, sino que insistió tanto que finalmente él la dejó pasar.
— Daniel — ella lo observó con detenimiento y confirmó lo que sospechaba — ¿Qué te sucede?
— Olvídalo y dime ¿Qué demonios quieres?
— Yo...pienso que mi desición sobre cambiar el club nocturno en un bar....fue demasiado lejos y que....bueno....nuestro matrimonio está teniendo problemas por esa causa....y que aunque tú no me comprendas yo a tí sí....por eso haré lo que me pidas con tal de salvar nuestro matrimonio.
Daniel que estaba mirando el techo se sorprendió y la miró fijamente mientras le decía:
— ¿Qué dijiste? ¿En serio harás lo que te pida con tal de...de salvar...lo nuestro?
Ella asintió con la cabeza y él comenzaba a sentirse culpable por juzgarla tan mal durante ese tiempo. Ahora, empezaba a desvanecerse aquel control mental que Luna ejercía sobre ella, y así él pudo ver la bondad que había en ella.
Ella trataba de mostrarse felíz frente a él pero le costaba muchísimo. Eso Daniel podía notarlo con facilidad.
"Cristal es muy buena en verdad"
Aquel pensamiento se le cruzó por la mente desvastándolo aún más. Tenía que ir analizando mejor sus sentimientos y pensamientos.
— Bueno Luna yo....te entiendo en verdad. Y si así lo quieres puedes seguir adelante con lo del bar. Te apoyaré.
—¿Hablas en serio Daniel?
— Totalmente, te entiendo. Es en serio.
— Gracias entonces, muchas gracias — ella le tomó la mano con mucha ternura y le acarició el rostro mientras sonría.
Daniel sentía como si se quitara un peso de encima. Sentía que su desesperación y dolor iban, poco a poco, desapareciendo. Daniel sujetó su mano con la suya.
— Eres tan dulce que...a veces pienso que estoy sonando ¿Sabes?
— Cambié y quiero demostrártelo, solo....solo....dame tiempo ¿De acuerdo?
— Tomate todo el tiempo que desees y necesites. Por mi está todo todo bien.
— Gracias, muchas gracias. Ya verás como todo mejorará.
— Sí, ahora estoy empezando a darme cuenta de ello.....Luna.
Daniel veía su belleza tanto interna como externa de Cristal y comprendía a su hermano. ¿Quién no se enamoraría de ella? Ojalá la verdadera Luna fuese así, pero él mejor que nadie sabía que ella era alguien totalmente diferente.
Luna era cruel, orgullosa, vanidosa, autoritaria. Siempre quería salirse con la suya y tener la última palabra de todo. Él nunca se había sentido atraído en verdad por Luna. Nunca. Pero algo en él lo impulsó a casarse con ella y luego aunque se hubo arrepentido fue demasiado tarde.
Pero Cristal, ella era en verdad alguien totalmente diferente a su gemela. Aunque sean idénticas por fuera, por dentro eran opuestas.
Y él empezaba a desear enamorarla en verdad, que vea en él a alguien con quién poder pasar la vida juntos. Pero a su vez era conciente de la situación de ambos, eso lo angustiaba aunque no dejaría de aprovechar esos momentos para enamorarla.
Daniel empezó a besar su mano para luego abrazarla y presionarla contra su cuerpo quedando nariz contra nariz.
Sus alientos se entrecruzaban.Él acariciaba su espalda con suavidad, mientras que ella acariciaba su tórax con suavidad.
Daniel le dió un casto beso probando su reacción y para su sorpresa, ella le respondió tímidamente. Podía saber que estaba nerviosa y confundía por la forma en que reaccionaba a ese beso.